Definitivamente no quiero hacerlo, y no lo haré. Ellos, él, no puede obligarme, no.

Es un idiota.
Soy un idiota.
Ella también es una idiota por no decir nada, ni apoyarme.

No sirve.

—Mira niña, no tengo idea de quién eres y por qué me quieren casar contigo, pero yo no lo haré. Así que debes ayudarme a cancelar todo esto.

—Y-yo, n-no... No puedo hacer nada, Sasuke.

Si puede, claro que puede. Puede ayudarme maldita sea, es una inútil.

—Bien, como quieras. No servirías después de todo. Nadie te haría caso.

—N-no tienes que ser así conmigo.

Claro que lo tengo que ser. Todo es culpa de su estúpida familia, y la de mi maldito padre. Mierda.

—N-no creo q-que esto sea tan malo.

La mire.

—¿Qué dijiste?

—No creo q-que esto sea tan malo.— Me miro, con ¿un sonrojo?

—Esto será un infierno para ti y para mí. ¿No lo entiendes?

—¿Por qué lo sería?— No la entiendo.

—Porque yo no te conozco, tu tampoco me conoces. No sabes como soy.— ¿Le estoy advirtiendo?

—P-pero nos podemos conocer...

—No, escuchame.— la tomé de los hombros — Yo, no te quiero y jamás lo haré. Si nos casamos, podré odiarte para siempre. ¿Quieres una vida así?

—N-no.

—Entonces ayúdame.

Ella acepto y fuimos a donde estaban todos.

—No me quiero casar. Y ella tampoco quiere — dije.

Muchos me miraron raro, sobre todo nuestros padres.

—Hinata, cariño. ¿Eso es cierto?— preguntó su madre.

La chica la miró y luego me miro a mi, y negó.

—N-no mamá, todo esta bien.

—¿Qué?— ella esta mintiendo.

—Entonces, preparen se, su casamiento será en un par de minutos.— sonrió.

Mierda.