Capítulo 6: Sin palabras

Kris suspiró cerrando los ojos y apoyándose en el respaldo de la silla que empezaba a tornarse incómoda. Estaba realmente cansado, aquella semana había sido bastante agotadora y, aunque no quería culpar a los pequeños chibis porque sabía que ellos no lo hacían aposta, ChenChen, Baekhyun y Chanyeol habían contribuido en hacer la semana más complicada.

Después de aquel circuito los pequeños pidieron más juegos para entretenerse, Kris pensó en algunas ideas y los chibis parecieron divertirse mucho con ellas, pero al chino se le acumulaba el trabajo y tuvo que dejar que los pequeños buscaran por ellos mismos una manera de entrenerse.

De algún modo que Suho ni él terminaban de entender, los pequeños le vieron algo divertido a los botes de kétchup y mostaza y acabaron embarrándose a ellos mismos con los pegajosos líquidos. Mancharon toda la cocina y también “sin querer” —palabras de Baekhyun—tiraron los botes de azúcar y sal. Sabía que a Suho le dolía regañarles, pero tenían que hacerles saber lo que no podían hacer.

Y así una y otra vez, los pequeños hacían algo y ellos, intentando conservar su paciencia, les hacían saber que era lo que estaba mal. Aún tenía que ver cómo iba a solucionar la mancha de kétchup que había en la pared.

—¡Kris! —chilló a lo lejos una voz que no le costó mucho identificar.

El chico de origen chino apartó todas las hojas vergonzosamente amontonadas de forma poco ordenada, dejando parte de la mesa limpia para su "visita". La persona que había gritado su nombre no tardó mucho en llegar, y, en cuestión de segundos, una jovencita de cabello negro, piernas largas y cintura pequeña estaba delante de él. Minjee llevaba un vestido negro con flores amarillas, una chaqueta negra también y unos zapatos amarillos mostaza; sin embargo, lo que se llevó toda la atención del chico fue la cajita color café que llevaba en sus manos.

—Por fin encuentro un rato libre —explicó la chica dejando con excesivo cuidado la caja en la mesa y buscando una silla donde sentarse—. Te tengo que pedir una cosa muy importarte.

—Dime —respondió él.

Minjee y él llevaban siendo compañeros de trabajo durante mucho tiempo, ambos entraron a la empresa al mismo tiempo y, a pesar de que no se veían muy a menudo, siempre intentaban ayudarse en todo lo que podían.

La chica destapó la cajita —y al hacer aquello fue cuando Kris se percató de que la tapa tenía numerosos agujeros— y suspiró pesadamente preparándose para hablar.

Kris asomó curioso la cabeza y lo que encontró hizo que su corazón se encogiera, acurrucado, en una esquina, se encontraba un pequeño chibi durmiendo. Levantó la cabeza extrañado, esperando que su compañera empezara a hablar.

—Ayer me lo encontré en la calle —empezó a hablar la chica—, estaba en una caja y no paraba de llorar. ¡No podía dejarlo en la calle! Así que me lo llevé a casa, tampoco sabía que darle así que le di un poco de leche y esta mañana he conseguido que se duerma por fin.

—¿Sabes si está bien?

—Ese es el problema, Kris, tengo que coger un vuelo mañana a primera hora a Osaka y esta tarde tengo una reunión —dijo—. Sé que tienes tres chibis en casa, ¿podrías llevarlo al médico por mí? A mí se me va a hacer imposible.

—¿Planeas quedártelo? —Las preguntas de Yifan eran directas y simples.

—No, no tengo tiempo y estoy siempre viajando, ¡lo sabes de sobra! No te pido que te lo quedes, pero me harías un gran favor si lo llevas a un centro y estoy segura de que el bichito también estaría agradecido —dijo señalando al chibi como si de una niña pequeña con miedo de tocar a un animal se tratase.

Kris tomó aire antes de llevarse la mano a la sien, aquello que le pedía Minjee era una gran responsabilidad, oh, los chibis requerían una gran responsabilidad, lo sabía bien. No juzgaba la situación de la chica, si él se hubiera encontrado con un chibi en tales condiciones también se lo hubiera llevado a casa. Miró una vez más al chibi, esta vez fijándose en todos los detalles que hacían especiales y diferentes a cada chibi. Este en concreto era muy pequeñito —oh quizá era por la forma en la que se acurrucaba—, tenía el pelo naranja y revoltoso; a pesar de tener los ojos cerrados se podía ver que los tenía bastante rasgados y aquello le daba un toque exótico. Y llegando al detalle que más llamaba la atención, tenía unas abultadas mejillas que hicieron querer agarrárselas como las ancianas solían hacer.

La chica tenía que coger un vuelo para mañana, ¿cómo iba a negarse? Aunque desde un principio sabía que iba a acabar llevándose a aquella criatura a casa.

Suspiró y, negando con una sonrisa, respondió:

—Sabías que no puedo decir que no —le acusó.

—¡Mil gracias! —La chica hizo numerosas reverencias demostrando así su gratitud.

—¿Tiene nombre? —preguntó.

—No, eso te lo dejo a tu cargo. —Sonrió. Menos mal que tenía a Kris, puede que el chico se mostrase serio y distante pero muy pocas personas sabían del gran corazón que escondía. Miró el reloj y se dio cuenta de que su descanso había terminado, de todos modos tampoco quería interrumpir el trabajo de Yifan más de lo necesario—. Me tengo que ir, gracias de nuevo. Saluda a Suho de mi parte.

—»¡Os traeré algo de Japón! —dijo antes de desaparecer por el umbral de la puerta, llevándose consigo aquel rayito de alegría que tanto necesitaba Yifan en las intensas horas de trabajo.

No odiaba su trabajo, no era demasiado estresante y tampoco le dedicaba demasiado horas. Pagaban bien y aquello le permitía mimar a Suho como se merecía su pequeño novio; no obstante a veces se hacía un poco monótono y al chico le costaba encontrar algo o alguien que destrozar aquella tediosa rutina.

Miró al pequeño durmiente que aún seguía en la caja, no se había movido un milímetro. Se preguntó si de verdad estaba cómodo ahí, pero si lo despertaba igual lloraba o se asustaba de todo el ruido de la oficina, así que optó por ponerlo cerca de la ventana para que al menos le llegase un poco de aire fresco acompañado del olor de la tan amada primavera que alegraba a cualquiera.

~❀~

—¡No! —chilló el pequeño Baekhyun, asustando a Chanyeol y a Jongdae—. ¡Ami, corre!

Suho dejó de doblar la ropa limpia para mirar a los pequeños. Los tres estaban en el sofá, Jongdae y Chanyeol se abrazaban a punto de caer rendidos de sueño, sin embargo Baekhyun seguía la historia con bastante entusiasmo.

Al llegar a casa, como tenía cosas que hacer, les encendió la televisión para que buscaran algo. No contaba con que a los pequeños les encantase tocar botones: acabaron viendo un documental de la televisión francesa acerca de los animales salvajes, así que Suho se vio obligado a buscarles algo decente —o al menos algo que entendiesen— y a separarlos del mando a distancia. Él tampoco sabía muy bien qué ponerles a los pequeños, no veía demasiado la televisión así que en cuanto vio unos dibujos animados paró ahí con la esperanza de que estos mantenieran a los pequeños entretenidos hasta la cena.

A Jongdae y Chanyeol no parecía llamarle demasiado la serie por lo que se quedaron dormidos a los pocos minutos, acurrucados el uno con el otro.

Por el otro lado, Baekhyun había quedado fascinado por los vivos colores, la magia y transformaciones del anime, el cual no era nada más ni nada menos que Sailor Moon.

¡Poder de Mercurio en acción! —Baekhyun repitió las palabras anteriormente recitadas por la chica de cabello corto y azul levantado su puño en alto, imaginando poder transformarse él también.

Suho sonrió enternecido al ver la escena, no había nada más tierno que ver a Baekhyun imitando los movimientos de las Sailor Scouts.

Recordó cuando sus hermanas mayores le obligaban a ver Sailor Moon con ellas, nunca lo admitiría en voz alta, pero acabó cogiéndole cariño a la serie japonesa de guerreras mágicas. Recordó el personaje de Sailor Chibi Moon y pensó que igual en su cada tendría a un aprendiz chibi de Sailor Scout.

¡Era tan adorable!

—¡Estoy en casa! —Aquella era la inconfundible voz de Kris.

—Hola amor —respondió Suho acercándose y dándole un casto beso en los labios como acostumbraba a hacer—. ¿Qué tal el día?

—Tengo... Algo importante que decirte —respondió su novio, preocupándole un poco con aquellas preventivas palabras.

Suho se dio cuenta de que Kris traía una pequeña caja consigo cuando dejó esta encima de la mesa. Se aflojó la corbata y se desabrochó los primeros botones, dándole un aspecto mucho más relajado.

—Chicos venid aquí —dijo el más alto apagando la tele y despertando a los dormilones.

Baekhyun hizo un puchero porque no sabría cómo acabaría el capítulo, pero el de cabellos rubios le aseguró que después de la cena le buscaría el capítulo en internet para que pudiera verlo. Kris dejó a los pequeños en la mesa junto a ls caja y procedió a explicar la situación ante las atentas miradas de Suho y Baekhyun (puesto que ChenChen y Chanyeol seguían algo adormilados).

—Hoy en el trabajo Minjee ha venido con esta sorpresa. —Destapó la caja. Suho abrió la boca al ver al pequeño que había dentro de la cajita. Miró a su pareja para que procediera con la historia, ansioso por saber por qué traía a un chibi ahí dentro—. Se lo encontró ayer en la calle, tenía que coger un vuelo mañana y me pidió que lo llevase al médico.

Suho dejó escapar un prologado «aww» al fijarse detenidamente en el chibi, era realmente tierno, ¿¡por qué todos los chibis tenían que ser tan adorables e indefensos!?

Yifan explicó toda la historia más detenidamente, Suho escuchaba con tanta atención no sé percató de cuando los pequeños se metieron —con algo de dificultad— en la caja para ver qué era lo que había dentro que había impresionado tanto a Suho.

—¡Es tan pequeñito! —exclamó Baekhyun al verlo.

—¡Que gorditos tiene los mofletes! —añadió Jongdae.

Chanyeol se quiso acercar más al pequeño para observarlo mejor, sin embargo, el nuevo chibi abrió sus ojitos y, al verse rodeado de gente extraña que le miraba detenidamente, se asustó.

Se hizo una bolita y cerró los ojos, pidiendo en susurros que aquella pesadilla terminase, ¿dónde estaba aquella amable chica que le había dado leche el día anterior?

Cuando Suho y Kris quisieron darse cuenta, ya llovían silenciosas lágrimas por el rostro del chibi. Los tres pequeños se acurrucaban escondiéndose de la culpa de haber hecho que aquel pequeño bebé llorara.

—Oh Dios —murmuró el rubio sin saber bien qué hacer, sabía que los chibis amaban los mimos y dejaban de llorar cuando uno le daba besos, pero no quería acercarse demasiado al pequeño, ¿qué pasaba si en lugar de eso se asustaba más?—. No llores bebé, no te vamos a hacer daño.

Jongdae se separó de sus hermanos y corrió a abrazarlo, ver llorar a alguien tan pequeñito e inocente rompía su corazón. Como puedo lo envolvió con sus brazos —porque Jongdae también era bastante pequeño— y dejó que el pequeño escondiese su redondo rostro en su pecho.

Baekhyun y Chanyeol se unieron y corrieron para abrazar a los dos, convirtiendo aquello en una cariñosa piña.

—No llores... —susurró Baekhyun—. Aquí nos dan mucho amor y besitos.

Al oír aquellas tentadoras palabras, el chibi de cabellos anaranjados levantó la vista curioso. ¿Amor? ¿Besitos?

Baekhyun sonrió satisfecho, sus palabras habían tenido efecto, el niño había dejado de llorar, aunque mantenía sus ojos almendrados clavados en él, inquietándole un poco.

Con algo de miedo acercó su rostro a la mejilla regordeta del niño y le plantó un tímido beso. El contrario se quedó quieto unos segundos hasta que reaccionó y pudo darse cuenta de algo: aquello que había hecho el chibi bonito del pelo rosa le había gustado. Se había sentido caliente y protegido cuando hizo aquello.

Baekhyun, al ver el lindo tono rosa que habían adquirido las mejillas del pelinaranja, le dio otro beso en la mejilla, siendo esta vez más sonoro y largo, y otro en la nariz, y en la frente.

Y, aunque fuese algo inocente y todos sabían que la intención de Baekhyun era hacer sentir al pequeño cómodo y protegido, Chanyeol y Jongdae no pudieron evitar que una ola de celos les invadiese. Chanyeol porque hasta el momento él había sido el único que había recibido aquella especial atención por parte de Baekhyun y Jongdae, bueno, él también quería besar al niño de los mofletes gorditos, pero le daba vergüenza.

—Yo soy Baekhyun —dijo señalándose a sí mismo tras finalizar con la ronda
de besos, luego señaló a Chanyeol y añadió—: Él es Chanyeol.

—» Y él es Jongdae —terminó señalando al castaño aún seguía abrazándolo, el pequeño se sonrojó al ver la sonrisa del nombrado.

—Y yo soy Suho y él es mi novio Kris —dijo el rubio aliviado al ver que el pelinaranja había dejado de llorar—, y tú, pequeño, ¿cómo te llamas?

El pequeño no respondió, bajó la cabecita y jugó con sus dedos sin saber bien qué hacer.

—¿No tienes nombre?

Los ojos del pequeño volvieron a tornarse acuosos, estrujando de nuevo el corazón de todos los presentes.

—Min... —murmuró de forma casi inaudible.

Ninguno sabía a qué se refería con aquello, pero lo que nadie sabía era que aquello era lo único que sabía decir; se lo había oído decir a la chica que el día anterior le dio leche.

—¿Min? —repitió Chanyeol extrañado.

—Min... ¿Minho? ¿Minkyu?

—¡Minseok! —Ese fue Baekhyun.

El pequeño, al oír aquel nombre, elevó su cabeza y buscó de nuevo el rostro sonriente de Baekhyun.

—¡Min! ¡Min! —repitió está vez con alegría. No sabía que significaba lo que había dicho Baekhyun, pero Minseok a sus oídos sonaba hermoso.

Todos se alegraron de ver el pequeño sonreír tímidamente, las mejillas de Jongdae se sonrojaron, Min si que era hermoso.

—¿Te gusta Minseok? —preguntó Suho curioso—. Pues te llamaremos Minseok.

Ni Suho ni Kris sabían que iba a ocurrir con Minseok en un futuro no muy lejano, pero algo estaba claro, el pequeño se había robado el corazón de los tres pequeños y no estaba muy lejos de conseguirlo con los dos adultos.

(*˘︶˘*).。.:*♡

¡Holi! Ya van apareciendo más miembros lalala... ¡Xiumin es taaaaaaaan lindo!

No tengo nada importante que decir... Así que sólo les daré las gracias por leer, votar y comentar

Lo siento si tardo en responder los comentarios, pero a veces se me acumulan todas las tareas... ¡Intentaré responder lo antes posible!

¡Gracias!

Y os dejo a un travieso Sehun molestando a un pequeño Jongdae♡

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