◇°•「 Ꮯᾰ℘!ɬʊʆꪮ 31 」•°◇

[Narrador/a POV]

El sol de la mañana se filtraba por las ventanas, iluminando suavemente la sala. Chosen estaba sentado en el suelo junto a Viro, quien con entusiasmo trataba de peinarlo. Sus pequeñas manos intentaban formar trenzas en el cabello oscuro y rebelde de Chosen, aunque no siempre lograba un resultado perfecto.

—¡Mira! Esto se ve bien, ¿no? —dijo Viro, mostrándole con orgullo una trenza que había hecho en un lado de su cabeza.

Chosen sonrió con ternura al ver el esfuerzo de Viro, aunque su reflejo en la pantalla del televisor apagado mostraba un peinado algo desordenado.

—Hermoso, Viro. Eres todo un estilista. —respondió Chosen, fingiendo admiración mientras contenía una risa.

Desde el sofá, Dark los observaba en silencio. Su mirada fija en Chosen y el brillo despreocupado en sus ojos, algo poco común en él. Aunque no dijo nada, había algo relajante en ver esa escena. Sin embargo, una ligera punzada de celos se asomaba cuando veía lo bien que Viro y Chosen se llevaban.

—¿Te estás divirtiendo, Chosen? —preguntó Dark, rompiendo el silencio con una voz suave pero con un tono que parecía esconder algo más.

Chosen giró su cabeza hacia él, aún con una trenza a medio hacer colgando.

—Claro que sí. Viro tiene talento, ¿no crees? —respondió con una sonrisa, mientras Viro asentía vigorosamente.

Dark levantó una ceja y cruzó los brazos, como si estuviera evaluando el "trabajo" de Viro.

—No está mal, pero creo que podrías mejorar, Viro. Quizás dejes a Chosen más presentable la próxima vez. —bromeó con un ligero tono de burla, aunque su mirada se suavizó cuando Viro infló las mejillas fingiendo estar ofendido.

—¡Yo creo que Chosen ya se ve perfecto! —exclamó Viro, volviendo a centrarse en su "arte".

Dark no pudo evitar una pequeña sonrisa ante la defensa de Viro, pero su mirada volvió a enfocarse en Chosen. Había algo en su expresión relajada y en la manera en que interactuaba con Viro que le hacía sentir algo cálido y extraño en el pecho. Era difícil de admitir, pero incluso esos pequeños momentos parecían valiosos para él.

Sin darse cuenta, Dark murmuró para sí mismo:

—Sí… perfecto.

Chosen no lo escuchó, pero esa única palabra quedó flotando en el aire, como un pequeño secreto entre Dark y sus propios sentimientos.

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Viro, concentrado en su trabajo, soltó de repente una idea mientras trenzaba otro mechón del cabello de Chosen.

—¿Sabes, Chosen? Creo que te verías increíble con un mechón rojo, igual que el de Dark, y con ojos rojos como los de él. ¡Serías como su versión más joven! —dijo con entusiasmo, mirando el rostro de Chosen como si ya estuviera imaginando la transformación.

Dark, sentado en el sofá, frunció ligeramente el ceño.

—¿Un mechón rojo? No creo que le quede bien. Chosen tiene su propio estilo. No necesita copiarme. —respondió con un tono seco, aunque no podía ocultar del todo el interés en la idea.

Chosen rió suavemente, mirando a Viro.

—¿De verdad crees que me quedaría bien? No sé si el rojo es mi color, pero sería divertido intentarlo algún día.

Viro asintió rápidamente, su entusiasmo creciendo.

—¡Claro que sí! Tus ojos serían como llamas, y con ese mechón rojo te verías aún más genial. Como un héroe o algo así. —dijo, imaginando a Chosen con un aspecto más atrevido.

Dark suspiró, pero no dijo nada más. En el fondo, la idea lo inquietaba. No porque creyera que Chosen no se vería bien, sino porque la imagen de Chosen con un toque similar al suyo lo hacía sentir algo extraño, como si eso lo acercara aún más a él.

—Creo que con cualquier cosa que lleve, se verá bien. —murmuró Dark, casi sin darse cuenta de que lo había dicho en voz alta.

Chosen lo miró con sorpresa, pero una pequeña sonrisa curvó sus labios.

—Gracias, Dark. No sabía que tenías ese concepto de mí. —dijo en tono juguetón, mientras Viro soltaba una pequeña carcajada.

Dark desvió la mirada rápidamente hacia otro lado, incómodo por haber sido atrapado.

—No lo pienses demasiado. Solo estoy diciendo la verdad. —respondió con seriedad, aunque había un ligero rubor en sus mejillas que intentaba disimular.

Viro, viendo la interacción, soltó una risa traviesa y empezó a susurrar algo sobre "amor a la vista".

—¡Viro! —dijeron Chosen y Dark al mismo tiempo, mientras el pequeño se tapaba la boca para contener una nueva risa.

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Viro, mientras terminaba de trenzar el cabello de Chosen, miró de reojo a Dark, quien seguía en el sofá, aparentemente distraído. Luego volvió su atención a Chosen, con una expresión curiosa y traviesa.

—Oye, Chosen, ¿qué relación tienes con Freedom? —preguntó de repente, su tono lleno de curiosidad genuina.

La pregunta tomó a Chosen por sorpresa. Se quedó en silencio un momento, sintiendo cómo la mirada de Dark se fijaba inmediatamente en él, aunque Dark no dijo nada.

—Freedom es... un buen amigo, supongo. Siempre ha sido amable conmigo y me ha ayudado en momentos complicados. —respondió Chosen con calma, aunque evitó mirar directamente a Viro o a Dark.

Viro, que no parecía satisfecho con la respuesta, inclinó la cabeza con una sonrisa divertida.

—¿Solo un buen amigo? Porque cuando estuvo aquí, parecía muy protector contigo... casi como si le gustaras. —dijo, dejando caer las palabras con un tono juguetón.

Dark apretó ligeramente los puños sobre sus rodillas, pero mantuvo su expresión neutra.

—Viro, no es algo que debas estar insinuando así como así. —intervino Dark con un tono firme, aunque en el fondo su curiosidad y celos estaban creciendo.

Chosen suspiró, sintiendo que la conversación estaba tomando un rumbo incómodo.

—Freedom y yo no tenemos nada más que amistad. Es protector porque... bueno, porque es parte de su personalidad. Siempre se preocupa por los demás. —explicó Chosen, tratando de sonar convincente, aunque la intensidad de la mirada de Dark hacía que se sintiera un poco nervioso.

Viro asintió lentamente, pero una sonrisa traviesa permanecía en su rostro.

—Ya veo... Pero creo que ustedes harían una buena pareja. —añadió, como si no hubiera notado el ambiente tenso que acababa de crear.

—Viro, ve a hacer otra cosa. —dijo Dark de manera tajante, levantándose del sofá.

Viro levantó las manos en señal de rendición, pero antes de irse, lanzó una última frase.

—Bueno, a mí me parece que alguien más también está interesado en Chosen. —dijo, lanzando una mirada significativa a Dark antes de salir corriendo de la sala.

El silencio que quedó después era casi palpable. Dark evitó mirar a Chosen, mientras este, a pesar de sentirse algo incómodo, no pudo evitar una pequeña sonrisa.

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Dark permaneció de pie, mirando hacia la ventana con las manos en los bolsillos, evitando cualquier contacto visual con Chosen. El aire estaba cargado de una tensión difícil de ignorar, y Chosen lo notó al instante.

—¿Estás bien? —preguntó Chosen, con un tono suave pero genuino.

Dark tardó unos segundos en responder.

—Estoy bien. Viro solo tiene una imaginación muy activa. —respondió Dark sin girarse, su voz sonaba controlada, pero su postura rígida lo traicionaba.

Chosen se levantó del suelo, acomodándose las trenzas que Viro había dejado. Caminó hacia Dark y se detuvo a su lado, mirando también hacia la ventana.

—Él no lo decía en serio. Solo estaba jugando. —comentó Chosen, intentando aliviar la tensión.

Dark soltó un ligero suspiro y finalmente giró un poco la cabeza para mirarlo.

—Lo sé. Pero hay cosas que no deberían tomarse a la ligera. —dijo Dark, su voz bajando de tono, como si estuviera dejando escapar algo más profundo.

Chosen lo miró fijamente por un momento, intentando descifrar el significado detrás de esas palabras. Luego, dejó escapar una pequeña risa para aliviar el ambiente.

—¿Qué cosas? ¿Mis relaciones? ¿O es que Freedom te pone nervioso? —bromeó Chosen, aunque en el fondo quería ver si lograba una reacción de Dark.

Dark finalmente lo miró, con esos ojos rojos que parecían más intensos de lo habitual. Dio un paso más cerca, acortando la distancia entre ellos.

—Freedom no me pone nervioso. Pero tú… —Dark hizo una pausa, como si estuviera considerando sus palabras con cuidado—. Tú siempre sabes cómo complicarlo todo, ¿verdad?

Chosen se quedó en silencio, sorprendido por la cercanía y el tono bajo de la voz de Dark. El comentario no era agresivo, pero tampoco completamente claro.

—¿Complicarlo? —preguntó Chosen, levantando una ceja.

Dark bajó la mirada, notando nuevamente las trenzas que Viro había hecho. Sin pensarlo demasiado, levantó una mano para acomodar un mechón que se había salido. El contacto hizo que ambos se congelaran por un segundo, y el corazón de Chosen latió un poco más rápido.

—Deberías quitarlas. —murmuró Dark, su tono más suave esta vez.

—¿Por qué? Viro dijo que me quedan bien. —respondió Chosen, intentando parecer despreocupado, aunque sentía que la cercanía lo desarmaba.

Dark soltó una pequeña risa, casi inaudible.

—Porque no necesitas nada para verte bien. —susurró, apartando la mano y dando un paso atrás como si hubiera dicho más de lo que quería.

Chosen sintió cómo el calor subía a sus mejillas, pero decidió no apartar la mirada.

—Gracias… supongo. —respondió Chosen, su voz más baja de lo habitual.

Ambos se quedaron en silencio por un momento, pero esta vez, no había incomodidad. Solo un extraño entendimiento flotando entre ellos, un espacio que parecía estar lleno de palabras no dichas.

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El día estaba tranquilo en la casa, con el sol entrando por las ventanas y un silencio inusual llenando las habitaciones. En la sala, Viro estaba sentado en el suelo, jugando con las cosas que había dejado atrás después de arreglar el cabello de Chosen.

Chosen estaba de pie cerca de la ventana, observando cómo Dark permanecía sentado en el sofá con los brazos cruzados, su mirada fija en un punto indefinido. Había algo en el ambiente que lo incomodaba, un silencio que parecía estar cargado de palabras no dichas.

—Dark —llamó Chosen suavemente, acercándose—. ¿Puedo preguntarte algo?

Dark levantó la vista, su expresión imperturbable como siempre, pero asintió levemente.

—Recueda que Second nos invitó a su cumpleaños —comenzó Chosen, su tono casual, aunque observaba a Dark con atención—. Es el dos de octubre.

Dark no reaccionó de inmediato, pero Chosen notó cómo su postura se tensó sutilmente. Bajó la mirada al suelo, como si algo en esas palabras lo hubiera golpeado de manera inesperada.

—El dos de octubre… —murmuró Dark, apenas audible.

Chosen cruzó los brazos, inclinando ligeramente la cabeza mientras lo miraba. Sabía que Dark no esperaba esa coincidencia, pero decidió presionarlo un poco más.

—¿Quieres venir? —preguntó directamente, su voz sonaba más seria esta vez—. En serio, Dark, ¿quieres ir?

Dark alzó la mirada, sus ojos rojos fijos en los de Chosen. Por un momento, pareció que iba a decir que no, como siempre hacía, pero en lugar de eso, dejó escapar un suspiro.

—No sé si quiero ir —admitió, su tono bajo y sincero—. Pero…

—Pero no te gusta la idea de que Freedom esté ahí, ¿cierto? —interrumpió Chosen, con una pequeña sonrisa.

Dark frunció el ceño ligeramente, pero no lo negó.

—Solo quiero asegurarme de que estés bien. Eso es todo.

Chosen no pudo evitar reír un poco ante la respuesta, aunque en el fondo le parecía algo dulce. Se acercó un paso más y miró a Dark con curiosidad.

—Entonces… ¿vas a venir?

Dark desvió la mirada por un segundo antes de asentir lentamente.

—Iré. Pero solo porque no confío en Freedom.

Chosen rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír.

—Claro, claro. Lo que digas, Dark.

El ambiente entre ellos parecía más ligero, aunque Chosen sabía que ese día no sería fácil para ninguno de los dos.

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Viro, que había estado escuchando en silencio desde el rincón de la sala, se levantó de golpe al escuchar la mención del cumpleaños de Second. Caminó hacia Chosen con una energía renovada y una sonrisa en su rostro.

—¡Te voy a poner guapo para ese día! —exclamó Viro, casi saltando de emoción—. Junto con Hangman, claro.

Chosen miró a Viro, sorprendido por su entusiasmo, pero algo en su mirada mostró que estaba dispuesto a seguirle el juego.

—¿De verdad? —preguntó Chosen, sonriendo con una ligera burla.

Viro asintió fervientemente, ya imaginándose cómo iba a arreglar a Chosen para el día especial.

—¡Por supuesto! Quiero que luzcas increíble. Vas a ser el centro de atención, sin duda.

Chosen se rio suavemente, algo aliviado por la propuesta de Viro. Parecía que, por una vez, el ambiente estaba libre de tensiones.

—Está bien, ¿quién soy yo para decir que no? —dijo Chosen, encogiéndose de hombros.

Dark, que había permanecido callado durante toda la conversación, observó desde el sofá sin decir nada. No mostró ninguna emoción en su rostro, pero algo en sus ojos reflejaba un leve desconcierto, como si no pudiera entender del todo el entusiasmo de Viro.

Finalmente, Chosen miró a Dark, quien seguía con su mirada fija en el vacío.

—¿Vas a estar ahí, Dark? —preguntó, como si fuera una cuestión simple, pero con un tono que sugería más.

Dark levantó la mirada, pero no respondió de inmediato. Parecía pensativo.

—Sí —dijo finalmente, con voz grave, pero sin mucha convicción—. Estaré allí.

Viro no perdió la oportunidad de añadir algo más mientras miraba a Dark con una sonrisa juguetona.

—Entonces, todos vamos a estar listos para el gran día —dijo, contento de ver que Dark no se oponía—. ¡Qué emoción!

La conversación dejó en el aire una sensación de anticipación. Viro estaba decidido a hacer que Chosen se luciera, y aunque Dark no lo dijo en voz alta, su presencia en ese día ya era una promesa en sí misma. Todo estaba listo para que el dos de octubre llegara, y aunque los sentimientos no eran fáciles de expresar entre ellos, cada uno sabía que ese día marcaría algo importante, incluso si las palabras no se decían tan fácilmente.

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El dos de octubre llegó, y la energía en la casa era palpable. Viro y Hangman habían estado preparando todo desde temprano para asegurarse de que Chosen luciera perfecto para el cumpleaños de Second. La habitación estaba llena de risas y el sonido de la ropa deslizándose de una bolsa a otra, mientras Viro y Hangman debatían sobre qué atuendo sería el más adecuado.

—¡Tienes que verte impresionante hoy! —decía Viro, emocionado mientras sostenía una camiseta negra con detalles plateados—. Necesitamos algo que resalte, pero que sea sutil, ¿entiendes?

Hangman asintió, abriendo otra bolsa llena de ropa negra. Finalmente, eligieron una camiseta negra ajustada de manga larga con un diseño minimalista en la parte del pecho, algo elegante pero con un toque moderno. Para combinar, unos pantalones de mezclilla negro desgastado, que daban un aire relajado pero con estilo, y unas botas altas negras, de cuero, que completaban el look. La elección de accesorios no podía faltar, y pusieron un collar plateado sencillo que brillaba levemente, dándole un toque más sofisticado.

Viro se encargó del cabello de Chosen, peinándolo hacia atrás con un poco de gel, dejándole algunos mechones al frente que caían de manera sutil sobre su frente, realzando sus facciones. El look era pulido, pero con ese aire de rebelde que siempre llevaba consigo.

Chosen se miró al espejo y sonrió ligeramente. Había algo en su reflejo que no veía todos los días, una versión de él mismo que, aunque simple, parecía mostrar una nueva faceta de confianza y fuerza.

—No te ves tan mal —bromeó Viro, dándole una última inspección.

Chosen le dio una sonrisa, agradecido por el esfuerzo de sus amigos.

—Gracias. Aunque... no estoy seguro de poder competir con todos ustedes. —rió suavemente, su tono algo inseguro, pero se notaba que el atuendo lo hacía sentirse bien consigo mismo.

En ese momento, Dark pasó por el pasillo sin decir nada, pero al mirar hacia la habitación donde estaban, sus ojos se detuvieron en Chosen, quien acababa de terminar de vestirse. La vista lo dejó sin palabras por un segundo. Chosen lucía increíblemente bien: el contraste de la ropa negra con sus ojos y su cabello, junto con su postura, lo hacían ver casi imponente. La sensación de sorpresa y algo de admiración se apoderó de Dark, y sin darse cuenta, sus mejillas se tiñeron ligeramente de rojo.

Dark frunció el ceño, intentando ocultar la incomodidad que sentía. Se giró rápidamente y se alejó, pero no pudo evitar sentir cómo su corazón latía un poco más rápido. Aquello no era lo que esperaba ver, pero aún así no podía negar lo atractivo que se veía Chosen. La sensación de celos, mezcla con algo más, lo dejó en silencio mientras seguía su camino.

Dentro de la habitación, Viro notó la reacción de Dark desde lejos.

—¿Viste eso? —susurró a Hangman con una sonrisa cómplice—. Creo que Dark acaba de quedar impresionado.

Hangman sonrió con malicia, sin decir palabra, pero su mirada le daba la razón a Viro.

La atmósfera en la casa estaba cargada de tensión y anticipación mientras todos se preparaban para lo que sería un día lleno de emociones. Chosen no sabía lo que estaba por venir, pero una parte de él, al ver la reacción de Dark, empezaba a preguntarse si quizás, solo quizás, el día de hoy significaba algo más.

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Pasaron unos minutos, y Dark ya estaba listo para la fiesta. Había elegido cuidadosamente un conjunto que combinaba a la perfección con su personalidad, algo oscuro pero con un toque que mostraba su actitud desafiante.

Llevaba una camiseta negra de manga larga con detalles en rojo que destacaban en el pecho y los hombros, un diseño minimalista pero audaz, como si las llamas rojas recorrieran su torso. Encima de la camiseta, llevaba una chaqueta de cuero negra con cremalleras rojas a los lados, que le daba un aire rebelde y sofisticado. Los pantalones eran de mezclilla ajustados, también en negro, con algunos detalles sutiles en rojo cerca de los bolsillos. Las botas de cuero negro completaban el look, con un estilo que no pasaba desapercibido. El conjunto reflejaba su fuerza y determinación, mientras que los toques rojos simbolizaban su fuego interno.

Dark estaba en el pasillo, esperando pacientemente, pero en su interior, el nerviosismo comenzaba a crecer. No sabía exactamente por qué, pero el hecho de que todos se prepararan para la fiesta lo mantenía en alerta. Quizás era la cercanía con Chosen, o tal vez el hecho de que la situación entre ellos había cambiado, pero no podía evitar sentir que algo estaba por ocurrir.

Mientras tanto, Viro y Hangman también estaban listos, ambos con su propio estilo. Viro había optado por una camisa negra de manga corta con un diseño moderno en los hombros y un pantalón ajustado que le daba un toque elegante pero cómodo. Su cabello estaba perfectamente peinado, y una ligera sonrisa juguetona decoraba su rostro, como si estuviera listo para disfrutar al máximo de la fiesta.

Hangman, por su parte, se veía impecable con una camiseta negra de tirantes que dejaba ver sus tatuajes, combinada con una chaqueta de mezclilla que le daba un estilo relajado pero audaz. Sus pantalones eran oscuros, ajustados y sencillos, con unas botas de combate que complementaban su look.

Los tres se encontraban esperando a Chosen, y aunque todos sabían que el día sería especial, había una tensión palpable en el aire, algo que solo aumentaba a medida que las horas pasaban. Las miradas de los chicos se cruzaban de vez en cuando, y aunque todos estaban emocionados por la fiesta, algo más parecía latir en el fondo de sus corazones.

Finalmente, Chosen apareció, acompañado por Viro y Hangman, dejando a Dark con la sensación de que su corazón latía un poco más rápido de lo habitual. Era como si algo estuviera por suceder, y él no podía evitar sentirse atrapado entre sus propios sentimientos.

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Cuando llegaron a la fiesta, Second los recibió con una gran sonrisa, abrazando a cada uno con entusiasmo. Chosen, Hangman y Viro fueron los primeros en acercarse, dándole un cálido abrazo a Second, felicitándolo por su cumpleaños. Chosen, en particular, lo abrazó con cariño, dándole un pequeño beso en la mejilla mientras le decía: "Feliz cumpleaños, hermano, que tengas un gran día."

Mientras tanto, Dark se mantenía al margen, observando la escena desde una distancia. Aunque su mirada era fría y calculadora, su cuerpo permanecía tenso. Estaba en alerta máxima, sus ojos siempre buscando a Alan o Freedom entre los invitados, en busca de cualquier señal de que algo podría ir mal. No podía permitirse relajarse, no con ellos cerca.

Cuando vio a Alan y Freedom llegar, su postura se volvió más rígida. La presencia de ellos en la fiesta lo ponía incómodo, y aunque intentaba ocultarlo, la molestia era evidente en su rostro. Sabía que no podía confiar completamente en ellos, especialmente en Freedom, y eso lo inquietaba más de lo que le gustaría admitir.

Mientras los demás disfrutaban del ambiente festivo, Dark decidió no acercarse a Second. No estaba en el ánimo de ser afectuoso en ese momento, y aunque lo deseaba, la sensación de inseguridad lo mantenía distante. Observaba desde lejos, en silencio, mientras su mente no dejaba de dar vueltas a los pensamientos que lo atormentaban.

Second, por otro lado, no parecía notar la actitud distante de Dark, ya que estaba demasiado envuelto en las felicitaciones de sus amigos. Chosen seguía cerca de él, y la atmósfera seguía siendo festiva y alegre. Sin embargo, la presencia de Dark no dejaba de añadir una capa de tensión sutil en el aire.

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La fiesta continuaba llena de risas y música, pero Dark se mantenía apartado, sentado en una silla lejos de la multitud. Sus ojos recorrían la habitación con desconfianza, siempre vigilante. Su postura era tensa, casi como si estuviera esperando algo. La gente reía, charlaba, disfrutaba del ambiente, pero Dark se sentía ajeno a todo eso.

De repente, sintió la presencia de Freedom acercándose. Era inevitable, al parecer Freedom no podía dejar de intentar hablar con él. Con una sonrisa que intentaba ser amigable, Freedom se acercó a Dark y se sentó cerca de él, observando el espacio entre ambos antes de hablar.

—¿No vas a pasar tiempo con Chosen? —preguntó Freedom, su tono suave pero lleno de curiosidad.

Dark lo miró, una chispa de desdén en sus ojos. La pregunta era tan directa, tan clara, que casi pudo escuchar el tono de burla que se escondía en ella, aunque Freedom lo disimulaba bien. Sus labios se curvaron en una pequeña mueca, pero no respondió de inmediato. En lugar de eso, se cruzó de brazos y desvió la mirada hacia la ventana, como si el aire fresco de la noche le diera algo de calma.

Freedom no se dio por vencido. Había notado la tensión en Dark, algo que no podía pasarse por alto. Se inclinó ligeramente hacia él, todavía sonriendo, pero ahora con una mirada algo más seria.

—Sabes, Chosen realmente aprecia que estés aquí, incluso si no lo pareces —dijo Freedom, intentando aflojar la rigidez en el ambiente. Pero Dark no parecía conmovido.

Dark giró lentamente su cabeza para mirarlo, sus ojos destilando una mezcla de indiferencia y desconfianza. No le gustaba que alguien como Freedom se acercara tanto, especialmente sabiendo lo que implicaba su relación con Chosen.

—No necesito tu opinión, Freedom —respondió Dark, su tono frío y controlado—. Si Chosen quiere pasar el tiempo conmigo, lo hará. No tengo que estar constantemente cerca para demostrar algo.

Freedom lo observó por un momento, evaluando su respuesta. Parecía que Dark no estaba dispuesto a ceder, y eso solo aumentaba la tensión en el aire. Con una ligera sonrisa y un gesto despreocupado, Freedom se levantó.

—Lo que sea, Dark. No te preocupes. Solo recordaba que somos amigos, ¿no? —dijo Freedom, alejándose, pero no sin dejar una sensación de incomodidad flotando en el aire.

Dark observó cómo se alejaba y volvió a mirar a Chosen, que estaba riendo con Hangman y Viro, ajeno a la conversación que acababa de ocurrir. La sensación de inseguridad crecía dentro de Dark, pero se obligó a calmarse. No importaba lo que pasara, no dejaría que Freedom o nadie más interfiriera entre él y Chosen.

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Mientras Dark se perdía en sus pensamientos, el bullicio de la fiesta seguía alrededor de él. La música relajada llenaba la habitación, pero en su mente, solo había espacio para la incomodidad que sentía por la cercanía de Freedom con Chosen. Cada movimiento que hacía Freedom, cada palabra, solo lo ponía más tenso. Pero en ese momento, sus pensamientos fueron interrumpidos por la figura de Freedom acercándose a Chosen.

Con una sonrisa amigable, Freedom extendió la mano hacia Chosen, invitándolo a un baile. La suavidad en su gesto no pasó desapercibida, y la forma en que lo miraba tenía algo especial, algo que no pasó desapercibido para Dark. Freedom le habló con un tono relajado:

—¿Quieres bailar? La música está tranquila, y sería bueno pasar un buen rato —dijo Freedom, con esa mirada cálida que siempre parecía poner a Chosen a gusto.

Chosen miró a Freedom por un momento, su expresión algo dubitativa. Pero al final, su sonrisa brilló, y aceptó la invitación sin pensarlo demasiado.

—Claro, vamos —respondió Chosen, levantándose de su asiento y tomando la mano de Freedom, sin notar las miradas que los rodeaban.

Dark, desde su lugar, observó cada movimiento. Un nudo se formó en su estómago al ver cómo Chosen se dejaba guiar por Freedom hacia la pista de baile improvisada. La música continuaba sonando suave, y ambos se movían al ritmo de la melodía, disfrutando del momento. Pero Dark no pudo evitar sentir que algo dentro de él se retorcía al ver esa imagen: Chosen sonriendo, entregado a la compañía de Freedom.

Su mirada se endureció. No le gustaba ver a Chosen tan cerca de Freedom, tan feliz, tan ajeno a todo lo que había pasado entre ellos. Pero no podía hacer nada. Chosen había tomado su decisión, y aunque Dark intentara convencer a sí mismo de que no importaba, sabía que sí lo hacía.

Viro, que había estado observando desde un rincón, se acercó a Dark, notando la tensión que emanaba de él. No necesitaba preguntar qué le pasaba; la expresión en su rostro lo decía todo.

—¿Vas a quedarte ahí solo todo el tiempo? —preguntó Viro, con una sonrisa burlona, pero que no era tan alegre como solía ser.

Dark suspiró, todavía con la vista fija en Chosen y Freedom. No quería mostrar lo que sentía, pero no podía evitarlo.

—No es asunto mío —murmuró, aunque sus palabras sonaban vacías.

Viro no respondió, solo dejó escapar un suspiro y siguió observando la escena, sabiendo que algo más profundo estaba ocurriendo en la mente de Dark. Pero no era el momento para hablar de eso. La fiesta seguía, y aunque Dark no quería admitirlo, una parte de él deseaba estar allí, bailando con Chosen, compartiendo ese momento. Pero por alguna razón, se mantenía alejado, atrapado en sus propios pensamientos y miedos.

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El ambiente en la fiesta seguía relajado, pero para Dark, cada segundo que pasaba se sentía más denso. Desde su lugar, observaba cómo Chosen y Freedom se movían al ritmo de la música, las risas llenando el aire. El brillo en los ojos de Chosen, tan natural y desinhibido, lo hacía sonrojarse de alguna forma, pero también le apretaba el pecho. No sabía cómo sentirse, pero lo que sucedió a continuación hizo que la respiración le faltara por un momento.

Freedom, con un movimiento ágil, hizo que Chosen perdiera el equilibrio momentáneamente, dejándolo caer un poco hacia atrás. El instante fue breve, pero la rapidez con la que Freedom lo agarró por la cintura, manteniendo a Chosen tan cerca, hizo que el corazón de Dark latiera con fuerza.

Y entonces, como si todo fuera una coreografía perfecta, Freedom inclinó la cabeza, acercándose a Chosen, y sin pensarlo, lo besó.

El beso fue breve, pero para Dark, se sintió como una eternidad. Sus ojos se abrieron como platos, y algo en su interior se rompió. El nudo en su estómago se intensificó, como si todo se desmoronara. La imagen de Freedom y Chosen, tan cerca, tan entregados el uno al otro, le quemó la mente. Todo su ser reaccionó con un golpe de celos, pero aún así, se quedó inmóvil. No podía moverse, no podía decir nada.

Chosen, después de un segundo, se apartó ligeramente, su rostro algo sonrojado, pero una sonrisa apareció en sus labios. No parecía molesto, sino algo divertido y quizás ligeramente sorprendido.

—¡Vaya! —exclamó Chosen, riendo nerviosamente. —No lo esperaba.

Freedom, con una sonrisa encantadora, lo miró con una mirada juguetona.

—Yo tampoco, pero creo que fue el momento perfecto.

A pesar de la atmósfera juguetona que intentaban mantener, Dark no podía dejar de sentirse como si una parte de él estuviera quebrándose. Era un dolor sordo, como si hubiera sido dejado atrás, como si nunca hubiese tenido la oportunidad de acercarse lo suficiente a Chosen como para tener ese tipo de momento. En su mente, se preguntaba qué significaba todo eso para ellos, para él.

Viro, al ver la escena, se acercó a Dark y, con una mirada preocupada, le preguntó:

—¿Estás bien, Dark?

Pero Dark no respondió de inmediato. Su vista seguía fija en Chosen y Freedom, sintiendo que la fiesta de alguna manera ya no era tan divertida, ni tan ligera. Todo se había complicado.

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Hangman, viendo la expresión de Dark y el tenso ambiente que había entre él y la escena de Chosen y Freedom, se acercó con una mirada decidida. Sabía que Dark estaba pasando por algo interno que lo estaba consumiendo, y no era el tipo de persona que dejaba a sus amigos lidiar con sus problemas por sí solos.

—Oye, Dark, ven conmigo —dijo Hangman en un tono firme, pero suave, invitando a Dark a alejarse de la multitud. Sin esperar mucho, Hangman puso una mano en su hombro y lo guió hacia un rincón apartado, donde el bullicio de la fiesta no pudiera alcanzarlos.

Dark no dijo nada al principio, pero podía sentir la presión que Hangman ejercía sobre él para que hablara. Aunque era difícil mostrarlo, dentro de él había una tormenta de pensamientos y emociones. Cuando finalmente llegaron a un lugar tranquilo, Hangman se detuvo y lo miró fijamente.

—¿Qué pasa, amigo? —preguntó Hangman, sin rodeos. Sabía que Dark estaba luchando con algo, y no pensaba dejarlo seguir callado.

Dark suspiró, mirando el suelo por un momento antes de levantar la vista hacia Hangman. Estaba claro que algo dentro de él no podía soportar ver a Chosen tan cercano a Freedom, o la forma en que ese beso había cambiado algo dentro de él.

—No lo sé, Hangman —dijo Dark, con voz grave y cargada de confusión—. Solo… no sé cómo reaccionar. Todo esto me está molestando más de lo que esperaba. Nunca pensé que ver a Chosen tan feliz con alguien más me doliera tanto.

Hangman lo miró con comprensión, sabiendo que Dark nunca había sido el tipo de persona que expresaba sus sentimientos fácilmente. Pero ahora, se notaba que estaba lidiando con una tormenta interna.

—Es normal sentir celos, Dark —respondió Hangman con calma—. No es fácil ver a alguien a quien te importa estar tan cerca de otra persona. Pero lo que más importa ahora es cómo vas a manejarlo. ¿Qué harás al respecto?

Dark se cruzó de brazos, su mente llena de pensamientos que se entrelazaban y se desvanecían rápidamente. Parte de él quería alejarse de todo eso, seguir con su vida y dejar que Chosen tomara su propio camino, pero otra parte de él deseaba, con todas sus fuerzas, que las cosas fueran diferentes.

—No sé si debería quedarme cerca de él o alejarme... —dijo Dark, casi como un susurro, como si hablar sobre ello lo hiciera aún más real.

Hangman lo miró por un largo momento, pensando en lo que Dark necesitaba escuchar.

—Lo que hagas, asegúrate de que sea lo que realmente quieras. Si te importa Chosen, tal vez sea el momento de dejar de quedarte atrás. Quizás no sea el momento de alejarte, sino de acercarte más. Si te hace feliz, pelea por ello. Pero si decides seguir tu camino, también está bien.

Dark lo miró a los ojos, sopesando sus palabras. Sabía que Hangman tenía razón. La decisión era suya, y solo él podía decidir cómo enfrentar lo que sentía. Sin embargo, el dolor en su pecho no desapareció de inmediato, y no estaba seguro de si algún día lo haría.

—Gracias, Hangman —dijo Dark finalmente, con una pequeña sonrisa de agradecimiento—. Tal vez necesite pensar un poco más sobre todo esto.

Hangman asintió, dándole una palmada en el hombro.

—Lo sé. Y si alguna vez necesitas hablar más sobre esto, ya sabes donde encontrarme.

Dark agradeció el apoyo, y con una respiración profunda, se sintió un poco más aliviado. Aunque las respuestas aún no estaban claras, por lo menos había dado un paso hacia enfrentar lo que sentía.

—Ahora vamos a disfrutar de la fiesta, ¿vale? —dijo Hangman, rompiendo el silencio que se había instalado entre ellos.

Dark asintió, sabiendo que la situación con Chosen no se resolvería en una noche, pero por lo menos podía seguir adelante, paso a paso.

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La fiesta comenzó a llegar a su fin, las luces se atenuaron y la música bajó de volumen, mientras los invitados comenzaban a despedirse uno a uno. La atmósfera era relajada, pero una sensación de tensión flotaba en el aire, especialmente cerca de donde Chosen y Freedom estaban conversando, entre risas y copas de vino.

Chosen tomaba su copa lentamente, disfrutando del sabor y del ambiente tranquilo, mientras sonreía sin preocupaciones. Freedom, por su parte, parecía encantado, riendo con Chosen y disfrutando de su compañía. Aunque todo parecía bajo control, la situación no era tan simple. Dark, al cruzar por donde ellos estaban, no dijo ni una palabra, ni siquiera un simple saludo. Pasó sin detenerse, su mirada fija al frente, pero algo en su actitud mostraba que algo había cambiado.

Mientras Chosen observaba la copa que tenía entre las manos, sintió que algo faltaba. Había una calma exterior, pero dentro de él, se mezclaban dudas y confusión, especialmente al notar el comportamiento de Dark. Sin embargo, no le dio mayor importancia. Había tomado una decisión, o al menos pensaba que sí. Pero, al igual que Dark, no se atrevería a compartirla por el momento.

La noche continuó y las horas fueron pasando. Cuando la fiesta llegó a su fin, algunos se despidieron y otros se quedaron en la sala, tratando de disfrutar de lo que quedaba del ambiente. Hangman, notando que Viro parecía un poco cansado pero entusiasta, se acercó a él y le preguntó si quería pasar la noche con él. Viro, como siempre, aceptó de inmediato, sugiriendo una pijamada en la que podrían hablar, jugar o simplemente relajarse.

Dark, al ver la situación, no mostró ninguna objeción. Sabía que Viro y Hangman se llevaban bien y que a Viro le gustaba pasar tiempo con él. Con una ligera sonrisa, permitió que Viro se fuera con Hangman, aunque algo en su pecho lo hacía sentirse extraño. No era que no confiara en Hangman, sino que la salida de Viro lo dejaba más solo de lo que esperaba, un espacio vacío en su propia mente que no lograba llenar.

Después de la partida de Viro, Dark permaneció en la casa, con sus pensamientos atrapados entre la imagen de Chosen y su decisión pendiente. La fiesta había terminado, pero la tormenta en su corazón aún no lo había dejado en paz. Sin embargo, no lo sabríamos aún. Su decisión estaba guardada en un rincón de su mente, esperando el momento adecuado para revelarse.

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Cuando las luces de la fiesta comenzaron a apagarse, Dark se acercó a Chosen con su habitual semblante serio y le dijo que ya era hora de irse. Habían pasado suficiente tiempo allí, y no veía razón para quedarse más. Su voz era firme, pero contenía una leve irritación que intentaba ocultar.

Chosen, quien aún sostenía su copa vacía, le sonrió y con calma le respondió:
—Invité a Freedom a quedarse a dormir en la casa.

Dark se quedó inmóvil por unos segundos, sin decir nada. Su mirada pasó de Chosen a Freedom, quien estaba a unos pasos de distancia, observando la escena con una expresión neutral. Sin una palabra más, Dark giró sobre sus talones y se dirigió hacia la salida, su paso rápido y su cuerpo tenso delatando su enojo.

—¡Dark, espera! —Chosen dejó la copa en una mesa cercana y trató de alcanzarlo, preocupado por su reacción.

Pero antes de que pudiera llegar a la puerta, Freedom lo tomó suavemente del brazo.
—Déjalo, Chosen. Es mejor que se enfríe un poco. No queremos que esta noche termine con una discusión, ¿verdad? —Freedom le sonrió con calma, sus ojos reflejando una confianza que parecía inquebrantable.

Chosen dudó por un momento. Miró hacia la puerta por donde Dark acababa de salir y luego a Freedom, quien aún sostenía su brazo. Finalmente, suspiró, resignado.
—Supongo que tienes razón…

Sin embargo, una parte de él no podía ignorar la culpa que sentía. Sabía que Dark no estaba bien, pero tampoco quería rechazar la compañía de Freedom. Mientras volvía al interior de la casa junto a Freedom, su mente seguía con Dark, preguntándose cómo podría arreglar las cosas entre ellos.

Fuera de la casa, Dark caminaba hacia la oscuridad de la noche, su semblante endurecido mientras luchaba por contener la tormenta de emociones que lo abrumaba. No quería admitirlo, pero el hecho de que Freedom estuviera invadiendo su espacio, su conexión con Chosen, lo estaba destruyendo por dentro.

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La casa estaba completamente en silencio, salvo por el suave crujir de la madera bajo los pies de Dark mientras se movía de un lado a otro en la sala. La soledad de las últimas horas le había dado demasiado tiempo para pensar, y sus pensamientos giraban siempre hacia la misma dirección: Chosen y Freedom.

Cuando finalmente escuchó el sonido de la puerta abriéndose, Dark se levantó del sofá. Al ver a Chosen y Freedom entrar, su expresión se endureció. Ambos estaban ligeramente ebrios, pero no lo suficiente como para perder el control. Se reían entre ellos, hablando en voz baja y soltando alguna que otra carcajada.

—Vaya, decidieron regresar —dijo Dark con frialdad, cruzándose de brazos mientras se apoyaba contra el marco de la puerta que conectaba la sala con el pasillo.

Chosen detuvo su risa al notar la expresión de Dark. Aunque estaba algo mareado, pudo percibir el disgusto en su voz y mirada. Freedom, por otro lado, sonrió despreocupado, como si no le importara en absoluto la tensión en el aire.

—No queríamos quedarnos tanto, pero la noche fue divertida —respondió Chosen, tratando de sonar casual, aunque su tono tenía una pizca de incomodidad.

—Divertida, claro —replicó Dark, su voz goteando sarcasmo—. ¿Y ahora qué? ¿Vas a invitar a tu "nuevo mejor amigo" a quedarse otra vez?

Chosen frunció el ceño, un leve rubor, ya sea por el alcohol o por la irritación, cubrió sus mejillas.
—Freedom es mi amigo, Dark. No entiendo por qué siempre tienes que hacer esto.

—¿Hacer qué, exactamente? ¿Preocuparme por lo que pasa aquí? —Dark se apartó del marco, caminando hacia ellos con pasos lentos pero firmes. Sus ojos se clavaron en Chosen, ignorando completamente a Freedom.

Freedom levantó las manos, fingiendo rendirse.
—Tal vez debería irme, no quiero causar problemas —dijo con tono juguetón, aunque claramente disfrutaba de la situación.

Dark ni siquiera lo miró.
—Sí, tal vez deberías.

Chosen, sin embargo, dio un paso hacia Dark, mirándolo con cierta desesperación.
—¡Ya basta! Dark, no tienes derecho a decidir quién puede estar aquí o no. Esta es mi casa también.

El silencio que siguió fue pesado. Dark apretó los puños, sus ojos brillando con una mezcla de furia y algo más, algo que no quería admitir. Finalmente, dio un paso atrás, su rostro volviendo a la neutralidad fría que siempre usaba como escudo.

—Haz lo que quieras, Chosen. Siempre lo haces de todos modos.

Sin decir más, se dio la vuelta y subió las escaleras, dejando a Chosen y Freedom en la sala, el eco de sus pasos resonando en la casa vacía.

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Freedom sirvió dos copas de vino tinto, entregando una a Chosen con una sonrisa encantadora mientras se sentaban en el sofá de la sala. Chosen, todavía algo mareado por el alcohol de la fiesta, aceptó con una sonrisa tímida, mientras Freedom lo observaba con atención.

Dark, que estaba en el piso de arriba, alcanzó a escuchar el suave tintineo de las copas. Su mandíbula se tensó. No quería dejar a Chosen solo con Freedom, especialmente en su estado. Suspirando, bajó las escaleras lentamente y se detuvo en la entrada de la sala.

—¿Otra copa más? —preguntó Dark con tono seco, sus ojos fijos en Chosen.

Chosen levantó la vista al escuchar su voz, algo sorprendido.
—¿Qué haces aquí, Dark? Pensé que estabas durmiendo.

Dark se encogió de hombros y caminó hacia ellos con pasos seguros.
—No podía dormir. Pero parece que ustedes la están pasando muy bien. ¿Puedo unirme?

Freedom, que estaba reclinado cómodamente en el sofá, sonrió de forma relajada.
—Claro, Dark. Pero no esperaba que fueras de los que disfrutan de un buen vino.

Dark lo miró directamente, sus ojos brillando con una mezcla de desafío y desconfianza.
—No soy fan, pero no quiero que se terminen la botella solos.

Freedom se encogió de hombros con indiferencia y sirvió otra copa, entregándosela a Dark. Chosen observó la interacción con un aire de incomodidad, notando la tensión en el ambiente.

Los tres se sentaron en silencio, aunque el ambiente estaba lejos de ser cómodo. Chosen bebió un sorbo de su vino, tratando de relajarse, mientras Freedom le contaba historias de sus últimas aventuras, cada una más exagerada que la anterior. Dark se limitaba a observar, sus ojos alternando entre Chosen y Freedom, estudiando cada gesto, cada palabra.

Finalmente, Dark rompió el silencio, con un tono bajo pero firme.
—¿Y qué planes tienes para mañana, Freedom? ¿Piensas quedarte mucho tiempo por aquí?

Freedom soltó una carcajada ligera, claramente disfrutando del intento de Dark por incomodarlo.
—Oh, no te preocupes, Dark. Solo estaré aquí mientras Chosen quiera mi compañía.

Dark apretó ligeramente su copa, pero se controló. Sus ojos se desviaron hacia Chosen, quien miraba a su vino como si estuviera buscando una salida al incómodo intercambio.

—¿Y tú, Chosen? —Dark habló directamente, ignorando a Freedom—. ¿Qué opinas de todo esto?

Chosen levantó la vista, notando la intensidad en la mirada de Dark. Dudó por un momento, luego esbozó una sonrisa ligera.
—Creo que estoy bien. Todo está bajo control, Dark. No necesitas preocuparte tanto.

Dark inclinó la cabeza ligeramente, sin apartar la mirada.
—¿Seguro?

Freedom, notando la atmósfera cargada, levantó su copa.
—Bueno, creo que deberíamos brindar por algo. Por los buenos amigos, ¿no creen?

Dark no respondió, pero alzó su copa lentamente, sin apartar los ojos de Chosen. Mientras las copas chocaban con un leve tintineo, el ambiente seguía cargado de emociones no dichas, un triángulo de tensiones que ninguno de los tres sabía cómo resolver.

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Dark dio un sorbo más al vino y frunció el ceño al notar su intensidad. No era un vino cualquiera; tenía un sabor fuerte que dejaba una sensación de calor más intensa en la garganta. Miró a Chosen de reojo, quien también había notado el sabor pero seguía bebiendo con cuidado. Mientras tanto, Freedom había dejado su copa sobre la mesa, negándose a tomar más.

—Creo que ya tuve suficiente por hoy —dijo Freedom con una sonrisa despreocupada, cruzando las piernas y recostándose en el sofá. Luego, como si fuera la cosa más natural del mundo, agregó—: Aunque, hablando de cosas intensas... Chosen, no hemos hablado sobre el beso en la fiesta.

El ambiente se congeló. La copa en la mano de Dark tembló ligeramente antes de que la colocara sobre la mesa con un golpe seco.
—¿Qué dijiste? —su voz era baja, pero cargada de una furia contenida.

Chosen se tensó, sus ojos abriéndose un poco por la sorpresa.
—Freedom, no creo que sea necesario hablar de eso ahora...

Freedom soltó una risa ligera, completamente ajeno —o desinteresado— a la incomodidad de los demás.
—¿Por qué no? Fue un momento divertido, ¿no? Aunque admito que fue un poco impulsivo de mi parte.

Dark se levantó de su asiento de repente, su rostro marcado por el enojo.
—¡¿Impulsivo?! ¿Crees que es algo para bromear? ¡Ese tipo de cosas no se hacen sin pensar!

Freedom alzó las manos como en señal de rendición, todavía con esa sonrisa relajada en el rostro.
—Tranquilo, Dark. Solo fue un beso. Nada que Chosen y yo no podamos manejar.

—¡No hables como si entendieras lo que Chosen siente! —Dark lo interrumpió, su tono subiendo con cada palabra. Luego se giró hacia Chosen—. ¿Y tú? ¿No tienes nada que decir al respecto?

Chosen, quien había permanecido en silencio hasta ahora, se puso de pie, enfrentándose a Dark.
—¿Qué quieres que diga, Dark? ¿Que no fue gran cosa? Porque no lo fue. No tienes que armar una escena por esto.

—¡Claro que fue gran cosa! —Dark replicó, su voz vibrando con frustración—. ¡Te besó enfrente de todos y tú simplemente lo aceptaste como si no importara!

—¡Porque no lo hace! —Chosen alzó la voz, algo raro en él—. No entiendo por qué te importa tanto. No eres mi dueño, Dark.

Las palabras cayeron como un golpe. Dark apretó los puños y bajó la mirada, tratando de controlar la marea de emociones que lo invadía.
—No es que quiera serlo... —murmuró, casi para sí mismo. Luego levantó la vista y miró directamente a Chosen—. Pero creí que significaba algo más para ti.

El silencio se hizo pesado, y Freedom, por primera vez, pareció darse cuenta de que la situación había escalado demasiado.
—Creo que es mejor que me retire a descansar —dijo con voz tranquila, levantándose del sofá—. No quiero interrumpir algo que claramente necesitan resolver entre ustedes.

Sin esperar respuesta, Freedom salió de la sala, dejando a Dark y Chosen enfrentándose en medio de una tormenta de emociones no resueltas.

—Dark... —Chosen comenzó, su voz ahora más suave—. No quería que esto se saliera de control.

Dark lo miró, sus ojos oscuros reflejando dolor y confusión.
—No es el beso lo que me duele, Chosen. Es que parece que soy el único aquí que todavía se importa de verdad por lo que éramos... y lo que podríamos haber sido.

Sin decir más, Dark se giró y se dirigió a la puerta.

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Dark se detuvo en seco antes de alcanzar la puerta, llevándose una mano a la cabeza. Una punzada aguda lo hizo cerrar los ojos por un momento, como si intentara sofocar algo dentro de sí mismo. Respiró hondo, pero cuando levantó la mirada hacia Chosen, algo en su expresión había cambiado.

Sus labios se curvaron en una sonrisa pícara, una mezcla de desafío y algo más oscuro. Dando media vuelta, empezó a caminar hacia Chosen con pasos firmes pero calculados, sus ojos nunca dejando los de él.

—¿Qué haces, Dark? —preguntó Chosen, su voz temblando ligeramente al notar el cambio en la actitud de su compañero.

Dark no respondió de inmediato. Se detuvo a solo unos pasos de Chosen, inclinándose ligeramente hacia él. Su mirada parecía atravesarlo, analizando cada parte de su ser con una intensidad que hizo que Chosen sintiera un escalofrío recorrer su espalda.

—¿Sabes, Chosen? —dijo Dark finalmente, su tono suave pero cargado de algo indescifrable—. Siempre me ha fascinado lo complicado que eres. Pero creo que esta noche es perfecta para resolver algunas cosas entre nosotros.

Chosen retrocedió un poco, confundido pero incapaz de apartar la mirada de Dark.
—¿Qué quieres decir?

Dark sonrió más ampliamente, y esta vez no había dudas de que había algo diferente en él, algo que Chosen no estaba seguro de querer descifrar.
—Quiero decir que estoy cansado de actuar como si no me importara. Cansado de fingir que puedo ignorar esto... —Dark levantó una mano y señaló el pequeño espacio que los separaba—. Tú lo sientes también, ¿verdad?

Chosen abrió la boca para responder, pero las palabras murieron en su garganta cuando Dark dio un paso más, reduciendo esa distancia a casi nada. Su corazón empezó a latir con fuerza, y por un momento, el tiempo pareció detenerse.

—Dark... —Chosen intentó hablar, pero Dark simplemente levantó una mano y colocó un dedo sobre sus labios, deteniéndolo.

—Shh. Esta vez, no voy a dejar que escapes de esto —murmuró Dark, con una voz que era tanto una promesa como una advertencia.

Dark se inclinó aún más, sus rostros a centímetros de distancia. El aire entre ellos era eléctrico, cargado con emociones reprimidas y palabras no dichas. Pero justo cuando parecía que Dark iba a cerrar esa distancia, una risa desde el pasillo rompió la tensión.

—¿Todo bien aquí? —La voz de Freedom se oyó desde la otra habitación, haciendo eco y devolviendo a ambos a la realidad.

Dark se enderezó de golpe, su sonrisa desapareciendo como si nunca hubiera estado allí. Dio un paso atrás y se pasó una mano por el cabello, como si intentara recuperar el control.

—Sí, todo está bien —dijo con un tono neutral, aunque su mirada no se apartaba de Chosen. Luego, sin decir más, salió de la habitación, dejando a Chosen con el corazón acelerado y una confusión que no podía explicar.

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La tensión en el aire seguía siendo palpable cuando Freedom, con una sonrisa tranquila, se acercó a Chosen y lo abrazó, sus brazos envolviéndolo de una manera protectora y cálida. Chosen, aún algo desorientado por todo lo que había sucedido, correspondió al abrazo, encontrando consuelo en el contacto de Freedom.

—Ya me voy —susurró Freedom cerca del oído de Chosen, separándose lentamente mientras sus manos se mantenían en sus hombros—. Pero si necesitas algo, sabes que estoy aquí, ¿vale?

Chosen asintió, una pequeña sonrisa apareciendo en su rostro, aliviado por la compañía que le había dado Freedom durante la fiesta. Sin embargo, algo en su pecho seguía inquieto, un nudo que no terminaba de soltarse.

Cuando Freedom se dio la vuelta para dirigirse hacia la puerta, Dark apareció en el umbral de la habitación, su expresión cambiando de la indiferencia a algo más pesado. Su mirada se clavó en Freedom por un instante antes de fijarse en Chosen.

—Un momento —dijo Dark, su tono un tanto brusco.

Freedom se detuvo al instante, levantando una ceja mientras observaba a Dark.

—¿Qué pasa? —preguntó Freedom con cierto tono inquisitivo, aún sin soltar a Chosen.

Dark dio un paso hacia adelante, su cuerpo erguido y con una firmeza que dejaba poco espacio para dudas.

—Chosen y yo necesitamos hablar en privado —dijo, sin vacilar. La forma en que lo dijo, la presión en su voz, hizo que el ambiente se volviera denso y frío.

Freedom, aunque sorprendido por la interrupción, sonrió levemente, como si no le preocupara demasiado.

—Claro, sin problema —respondió, dándole un leve apretón a los hombros de Chosen antes de salir de la habitación. Sin embargo, antes de irse, se giró una última vez y miró a Dark—. Ten cuidado con lo que haces, ¿eh? —dijo, un destello de advertencia en su mirada.

La puerta se cerró detrás de Freedom, dejando a Chosen y Dark solos. Un silencio incómodo cayó sobre ellos, tan denso que era casi tangible.

Dark no dijo nada de inmediato. Simplemente se acercó a Chosen con pasos decididos, sus ojos fijos en él mientras el ambiente se volvía aún más pesado con la tensión que flotaba en el aire.

—¿Sabes qué estás haciendo, Chosen? —dijo Dark finalmente, su tono frío y calculado, como si estuviera evaluando cada una de sus palabras—. ¿Qué estás haciendo con Freedom?

Chosen intentó hablar, pero las palabras se le quedaron atascadas en la garganta, sin saber exactamente qué responder. La mirada de Dark lo penetraba, llenándolo de una sensación extraña, mezcla de ansiedad y algo más difícil de identificar.

—No tienes que responder ahora —continuó Dark, su tono más suave pero aún cargado de algo oscuro—. Pero necesito hacer algo contigo antes de dormir.

El silencio volvió a caer, pero esta vez era diferente...

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[Continuará...♡]

Aviso importante:

El siguiente capítulo que publicaré tendrá contenido 18+, por lo que si no te sientes cómodo con este tipo de escenas, te sugiero que esperes al siguiente capítulo, que no tendrá este contenido.

Tu comodidad y disfrute de la historia son lo más importante, así que no dudes en seguir leyendo cuando estés listo.

Gracias por tu apoyo y comprensión.




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