◇°•「 Ꮯᾰ℘!ɬʊʆꪮ 29 」•°◇

[Narrador/a POV]

Chosen miró a Viro, que aún estaba en el techo, probando suerte con su habilidad de trepar. Parecía algo distraído, como si estuviera disfrutando de su pequeña hazaña.

-¿Qué está haciendo Viro? -preguntó Chosen, rompiendo el silencio que se había instalado entre él y Dark. Estaba curioso, ya que había estado tan enfocado en sus propios pensamientos que no había notado lo que Viro hacía desde que regresaron.

Dark levantó la vista, observando a Viro con una ligera expresión de incomodidad, como si no supiera exactamente qué esperar de él. Aún parecía un poco tenso después de todo lo que había pasado.

-Parece que sigue practicando su trepa -respondió Dark, con un tono algo seco, como si Viro estuviera haciendo algo innecesario. -No me sorprendería si intenta llegar hasta el techo de nuevo.

Chosen rió ligeramente, aliviado por la respuesta de Dark. Aunque la situación con Viro siempre era un poco extraña, no podía evitar encontrarla algo graciosa. A veces, Viro actuaba de manera un tanto infantil, pero también era evidente que no era una persona a la que se pudiera dejar de lado.

-Creo que nunca va a dejar de intentar hacer esas cosas -dijo Chosen, sonriendo mientras observaba a Viro intentando trepar otra vez. Se sentó en el sofá, sintiéndose un poco más relajado.

Dark suspiró, mirando a Viro con una mezcla de frustración y resignación. Aunque Viro a veces podía ser una distracción, también era claro que era alguien a quien, de alguna forma, Dark tenía que cuidar, aunque no lo dijera abiertamente.

-Supongo que tiene que hacer algo para mantenerse ocupado -respondió Dark, su voz más suave esta vez. Sin embargo, sus ojos no dejaban de mirar a Viro, asegurándose de que no causara ningún desastre.

La atmósfera en la habitación se sentía un poco menos tensa ahora, pero aún quedaba una sensación de incertidumbre en el aire. Chosen no podía evitar preguntarse qué harían a continuación, qué pasaría entre él y Dark ahora que las cosas parecían haber cambiado, pero no se habían resuelto del todo.

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Mientras Dark observaba a Viro, Chosen aprovechó el momento para dejar escapar un suspiro, mirando al techo con la mente aún llena de pensamientos y dudas. Aunque las cosas parecían haberse calmado un poco, sentía que aún había algo sin resolver entre él y Dark, como un nudo apretado que no podían deshacer.

-¿Tú qué piensas de todo esto? -preguntó Chosen de repente, dirigiendo la mirada hacia Dark. La pregunta salió de su boca sin pensarlo mucho, pero sabía que necesitaba saber lo que Dark pensaba, cómo se sentía después de todo lo que había pasado.

Dark se giró hacia él, con una expresión seria pero no tan distante como antes. Se quedó en silencio un momento, como si evaluara cómo responder sin que las palabras sonaran erradas.

-No lo sé... -dijo finalmente, encogiéndose de hombros, aunque su rostro mostraba una ligera frustración. -Es todo... confuso. Ya no sé qué es real y qué no lo es. Todo lo que hemos hecho, lo que sentimos... ¿es algo que realmente importa? ¿O es solo algo momentáneo?

Las palabras de Dark resonaron en la mente de Chosen. Había algo en ellas que lo golpeó con más fuerza de lo que esperaba. De alguna manera, se sentía igual, como si todo fuera un caos de emociones no resueltas.

-Entiendo lo que dices -respondió Chosen, frotándose las manos nerviosamente. -Yo también... he estado pensando mucho en eso. En lo que sentimos, en lo que hemos hecho. A veces no sé si todo esto es solo... algo pasajero, o si realmente tiene algún significado.

Dark se levantó del sofá y caminó hasta la ventana, mirando fuera con una expresión pensativa. A Chosen le costaba ver a Dark de esa manera, tan vulnerable y en busca de respuestas, como si no tuviera idea de qué hacer a continuación. Eso lo hizo sentir algo extraño, una mezcla de empatía y miedo por lo que podría pasar.

-Tal vez... -murmuró Dark, mirando el horizonte-. Tal vez no hay respuestas fáciles. Tal vez solo tenemos que seguir adelante, y ver qué pasa. Sin pensar tanto, sin cuestionar todo el tiempo si lo que hacemos tiene un propósito.

Chosen lo observó en silencio, considerando sus palabras. Por un momento, todo lo que sentía parecía un remolino de emociones mezcladas. No estaba seguro de qué quería exactamente, pero sí sabía que no quería perder la conexión que había comenzado a formar con Dark. Sin importar lo confusa que fuera, esa conexión le daba algo de esperanza, algo que no sentía en mucho tiempo.

-Supongo que eso suena como lo mejor que podemos hacer -respondió Chosen, finalmente levantándose del sofá y acercándose a Dark. -No todo tiene que tener sentido. A veces, solo hay que vivir el momento.

Dark lo miró de reojo, su expresión suavizándose un poco.

-¿Y qué pasa con nosotros? -preguntó Dark, más suave esta vez, casi como si no quisiera decir las palabras pero necesitara escucharlas.

Chosen se detuvo un momento, pensativo. La pregunta lo dejó sin palabras por un instante. ¿Qué pasaba con ellos? ¿Qué significado tenía todo esto?

-No lo sé -admitió finalmente, con una sonrisa tímida. -Pero tal vez eso está bien. Tal vez no tenemos que tener todas las respuestas ahora mismo.

Dark asintió, aceptando lo que Chosen decía, aunque aún no estaba completamente seguro de lo que el futuro les deparaba. Pero por primera vez en mucho tiempo, Dark sintió que, tal vez, todo estaría bien. Al menos por ahora.

En ese momento, la tensión entre ambos parecía disiparse un poco, como si el aire pesado que había estado flotando en la habitación se hubiera aliviado ligeramente. Aún había mucho que resolver, muchas emociones que explorar, pero por un instante, todo parecía menos complicado.

Viro, que seguía trepando por el techo con su energía inagotable, les recordó que, a veces, las cosas no tienen que ser tan serias. Todos tenían su propio caos, sus propios problemas, pero juntos, tal vez podían encontrar algo de paz.

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Dark, sin embargo, no podía evitar dejar escapar sus pensamientos más negativos. Se cruzó de brazos y, con una mirada fría, lanzó sus palabras sin pensarlo demasiado.

-No sé por qué me estoy engañando -murmuró, sin mirarlo directamente. -Tal vez esto solo fue un experimento, algo sin sentido. Al final, no vamos a ser nada. Ni siquiera sé por qué lo estamos alargando.

Las palabras de Dark cayeron pesadas en la habitación. Chosen se quedó callado, sintiendo una punzada en su pecho. Algo en su interior se rompió al escuchar esas palabras. ¿Eso era todo lo que Dark pensaba de ellos? ¿Solo un experimento sin valor? El dolor era tan grande que no sabía cómo responder, si es que había algo que pudiera decir para cambiar la situación. Pero algo en su cabeza le decía que Dark tenía razón, que tal vez solo habían sido momentos pasajeros, sin importancia real.

Viro, que había estado observando en silencio, notó la tristeza en los ojos de Chosen. Él, con su naturaleza inocente y siempre preocupado por los demás, sintió que algo no estaba bien. Viro, sin pensarlo dos veces, saltó desde el techo y se acercó a Chosen. Sin decir palabra, se acomodó en su regazo, buscando algo de consuelo en su presencia.

Chosen, aún sumido en sus pensamientos, miró a Viro y dejó escapar un suspiro, tocando suavemente su cabeza. Al menos Viro parecía estar allí, en su propia manera inocente, ofreciéndole algo de paz, aunque no fuera suficiente para calmar la tormenta dentro de él.

-¿Por qué...? -susurró Chosen, mirando a Viro con tristeza. -¿Por qué tengo la sensación de que todo esto nunca va a ser lo que quiero?

Viro, sin comprender del todo, solo se acurrucó más cerca de él, dejando que su presencia diera algo de consuelo a Chosen, mientras Dark, desde su lugar, observaba la escena con una mueca en su rostro. No entendía por qué Viro siempre era tan afectuoso, tan dispuesto a dar amor sin pedir nada a cambio. Sin embargo, una parte de él no podía evitar sentirse algo celoso de esa conexión tan pura.

Pero en ese momento, Dark no dijo nada más. Había dicho lo que sentía, y aunque sabía que esas palabras lastimaron a Chosen, algo en él seguía siendo incapaz de dar ese paso hacia la vulnerabilidad que él mismo necesitaba. Tal vez nunca lo haría.

Así que, en silencio, se quedó mirando a Viro y Chosen, sintiendo el peso de sus propios pensamientos. La situación seguía siendo confusa, y aunque no lo dijera, sabía que las cosas no iban a ser fáciles. Pero, por ahora, no había mucho más que pudieran hacer.

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Dark se levantó lentamente, sin hacer ruido, y se dirigió hacia su habitación, la mente llena de contradicciones. Cada paso que daba lo acercaba más a un lugar oscuro, a un propósito que aún no podía dejar ir, a pesar de la confusión y el dolor que había causado en él mismo.

Mientras caminaba, las palabras que había dicho a Chosen seguían resonando en su mente, y sentía una mezcla de arrepentimiento y furia. Sabía que había herido a Chosen, pero algo en su interior lo mantenía firme, como si fuera incapaz de dejar que sus sentimientos fueran reales. El plan, su plan original, seguía en pie: debía destruir a Chosen, hacerle pagar por lo que había hecho, por todo lo que había provocado. No podía dejar que la traición quedara impune. ¿Qué pensaría Viro si descubriera la verdad? Si lo entendiera todo, tal vez vería que no era tan malo después de todo.

Al entrar en su habitación, se dejó caer sobre la cama, mirando el techo, como si esperara que las respuestas cayeran del aire. La tensión en su pecho era insoportable, el conflicto en su interior lo estaba desgarrando.

Debería acabar con todo esto, pensó. Acabar con Chosen, como siempre lo había planeado, pero... algo dentro de él se resistía. Estaba confundido. Había visto el dolor en los ojos de Chosen, había visto esa vulnerabilidad, y eso lo había afectado más de lo que quería admitir. Pero, al mismo tiempo, esa fue la razón por la que debía seguir adelante con su propósito. Chosen no podía salir ileso de lo que había hecho.

-Es lo que mereces... -murmuró en voz baja, como si eso fuera lo único que podía convencerse a sí mismo.

El plan aún estaba allí, pero cada vez más lo sentía como si estuviera perdiendo el control. ¿Qué le estaba pasando? Había sido tan claro en su misión, tan enfocado en hacerle pagar por todo, pero ahora su mente se llenaba de dudas. ¿De verdad quería destruirlo? ¿O había algo más?

Y al pensar en Viro, en su inocencia, en cómo se preocupaba por Chosen, algo más se despertó en él. ¿Qué significaría para él destruir a Chosen ahora? ¿Qué pasaría si todo lo que había creído hasta ahora fuera una mentira? ¿Era posible que hubiera algo más allá de la venganza, algo que pudiera salvarlos a todos?

La mente de Dark estaba en un torbellino, y aunque la oscuridad en su corazón lo empujaba hacia su meta, no podía dejar de sentir la tirantez en su pecho. ¿Podría realmente hacerlo? ¿Sería capaz de seguir con su plan, o se vería atrapado por lo que sentía, por lo que aún quedaba en su interior?

Un suspiro pesado escapó de sus labios. Por ahora, lo único que podía hacer era esperar, procesar todo lo que estaba sucediendo. Pero la tormenta dentro de él seguía creciendo, y no sabía cuánto tiempo más podría mantenerla bajo control.

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Mientras Chosen y Viro estaban tranquilamente en el sofá, la atmósfera era ligera y calmada. Viro se había acurrucado junto a él, medio dormido, mientras Chosen se perdía en sus pensamientos. A pesar de los eventos recientes, este pequeño momento de paz parecía casi surrealista.

-Viro, ¿crees que todo esto algún día se calme? -murmuró Chosen, más para sí mismo que para obtener una respuesta.

Viro solo emitió un leve sonido de acuerdo, probablemente demasiado cómodo como para preocuparse por el significado de las palabras de Chosen. Sin embargo, antes de que pudiera relajarse más, ambos escucharon unos golpes firmes en la puerta.

-¿Quién podría ser? -dijo Chosen, frunciendo el ceño. Se enderezó lentamente, sintiendo un ligero nerviosismo. Miró a Viro y le hizo un gesto con la mano. -Quédate aquí. Solo voy a ver quién es.

Viro, obediente pero con un poco de curiosidad, se deslizó hacia el otro lado del sofá mientras Chosen se levantaba y caminaba hacia la puerta. Al abrirla, su corazón dio un vuelco.

Allí estaban ellos: Second, su hermano, y sus viejos amigos Red, Yellow, Green y Blue. El tiempo pareció detenerse por un instante mientras Chosen los observaba, tratando de asegurarse de que no era un sueño. Todos ellos lo miraban con sonrisas llenas de alivio y emociones contenidas.

Antes de que pudiera decir algo, Second fue el primero en moverse. -¡Chosen! -gritó, corriendo hacia él y envolviéndolo en un abrazo tan fuerte que casi lo dejó sin aliento. -¿Dónde demonios te habías metido? ¡Te hemos buscado por todas partes!

-¡Sí, imbécil! -añadió Red, uniéndose al abrazo con su característica sonrisa traviesa. -¿Crees que puedes desaparecer así sin decir nada? Ya empezaba a pensar que te habías olvidado de nosotros.

Yellow, como siempre más calmado pero no menos emocional, lo abrazó después. -Nos tenías preocupados, Chosen. No vuelvas a hacer algo así.

Green y Blue también se acercaron. Aunque Green era más reservado, lo abrazó brevemente, asintiendo en señal de que también lo había extrañado. Blue, por otro lado, fue mucho más expresivo, lanzándose sobre Chosen con tanto entusiasmo que casi lo derribó.

-¡Te extrañamos muchísimo! -exclamó Blue, con la voz llena de emoción. -Prométenos que no vas a desaparecer otra vez.

Chosen sintió un nudo en la garganta. Había olvidado cómo se sentía estar rodeado de ellos, de su familia y sus amigos. Las palabras no salían; el peso de todo lo que había pasado lo abrumaba. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas mientras trataba de responder.

-Yo... yo... -balbuceó, su voz quebrándose por completo. A pesar de todo lo que había sucedido, ellos estaban allí. No lo habían olvidado, no lo habían dejado atrás. Sin decir más, simplemente los abrazó de vuelta, dejando que las lágrimas cayeran silenciosamente.

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Chosen se sentía genuinamente feliz mientras las lágrimas seguían cayendo. Su corazón estaba lleno al ver que sus amigos y su hermano realmente se preocupaban por él. Era un contraste total con cómo Dark lo había tratado. Esa alegría se amplió cuando escuchó un pequeño movimiento detrás de él: Viro había asomado la cabeza, curioso por los gritos de emoción.

La reacción fue inmediata. Todos soltaron exclamaciones de sorpresa y ternura al verlo.

-¡¿Qué es eso tan adorable?! -gritó Blue, llevándose las manos a la cara como si estuviera viendo al ser más lindo del mundo.

-¿Es... un niño araña? -preguntó Green, claramente confundido pero cautivado.

-¡Mira esos ojitos! -añadió Red, acercándose rápidamente.

Viro, al principio, parecía un poco asustado por tanta atención repentina, pero al mirar a Second, algo en él pareció relajarse. Second tenía ese aire protector y familiar que lo hacía sentirse seguro, casi como si estuviera viendo a una mezcla entre Chosen y Dark.

-Tranquilo, pequeñín -dijo Second, sonriendo suavemente mientras se agachaba para estar a su nivel. -Somos amigos de Chosen. No vamos a hacerte daño.

Viro, curioso, dio un pequeño paso hacia él y extendió una de sus patas traseras como si quisiera tocarlo. Second no se movió, permitiendo que Viro lo inspeccionara con cuidado.

-Es increíblemente tierno -murmuró Yellow, observando la escena con una pequeña sonrisa. -Aunque... no sé si esto sea normal.

-¡Normal o no, quiero abrazarlo! -exclamó Blue, quien ya estaba tratando de contenerse para no lanzarse encima de Viro.

Viro empezó a relajarse aún más al ver que todos eran amables. Incluso permitió que Blue tocara una de sus patas y respondió a algunas preguntas simples con movimientos de su cabeza.

-¿Cómo se llama? -preguntó Red, dirigiéndose a Chosen mientras seguía observando a Viro con fascinación.

-Se llama Viro -respondió Chosen, con una mezcla de orgullo y ternura en su voz. Ver a todos aceptar tan rápido a Viro le calentaba el corazón.

-¡Viro! -repitió Blue, riendo suavemente. -Eres oficialmente la criatura más adorable que hemos conocido.

Viro, sintiéndose cada vez más cómodo, dejó escapar un pequeño sonido de aprobación mientras Second le acariciaba la cabeza con cuidado.

-Es... diferente, pero tiene algo especial -dijo Second, levantando la vista hacia Chosen. -Parece que ha estado contigo todo este tiempo, ¿verdad?

Chosen asintió, con una sonrisa ligera. -Sí, es como mi compañero. Nos hemos cuidado mutuamente.

La calidez en la habitación era palpable, y aunque Chosen sabía que aún había mucho por resolver con Dark, este momento con sus amigos y su hermano le daba un respiro que tanto necesitaba.

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Yellow había estado observando a Viro con detenimiento mientras los demás seguían encantados con su ternura. Fue entonces cuando algo le llamó la atención: ese mechón de pelo negro en su frente, tan parecido al de Chosen, pero el resto de sus rasgos...

-Espera un momento -dijo Yellow, rompiendo la conversación con su tono analítico. Señaló a Viro con cuidado, como si no quisiera alarmarlo-. Se parece a Chosen por ese mechón, pero... el resto...

El silencio cayó como un manto sobre todos. Yellow tomó aire antes de decir lo que pasaba por su mente.

-Se parece a The Dark Lord.

El impacto de esas palabras fue inmediato. Todos se quedaron helados, mirando a Viro con una mezcla de sorpresa y, en algunos casos, un poco de miedo. Viro, que ya había ganado algo de confianza, no pareció molestarse. En cambio, dejó escapar un pequeño suspiro, como si ya estuviera acostumbrado a esas reacciones.

-The Dark Lord es mi padre -comentó con la voz tranquila, como si no estuviera soltando una bomba.

Second miró a Viro y luego a Chosen, su mente conectando las piezas más rápido de lo que quería admitir. Ya conocía demasiado bien a su hermano para no notar las coincidencias. Estaba a punto de decirlo, de confrontar la verdad que todos probablemente estaban pensando pero no querían admitir.

-Chosen... ¿Viro es tu hijo?

Antes de que Chosen pudiera siquiera reaccionar, la puerta se abrió de golpe, y una presencia oscura llenó la habitación. Todos se quedaron inmóviles al instante, sus miradas girándose lentamente hacia la figura que acababa de entrar.

Dark estaba allí, su expresión fría y su presencia abrumadora. Su mirada recorrió la escena rápidamente, captando a los amigos de Chosen, al propio Chosen protegiéndolos con su cuerpo, y finalmente a Viro, que estaba sentado tranquilamente.

El silencio se volvió casi insoportable. Nadie se atrevía a hablar ni a moverse, pero el aire estaba cargado de tensión.

-¿Qué está pasando aquí? -preguntó Dark, con una voz baja y peligrosa que parecía cortar el ambiente como un cuchillo.

Chosen dio un paso adelante, colocando a sus amigos detrás de él de forma protectora. Sus ojos se encontraron con los de Dark, y aunque su corazón latía rápido, no podía permitir que esa oscuridad intimidara a sus amigos.

-Ellos no tienen nada que ver contigo, Dark -dijo Chosen con firmeza. Su voz temblaba un poco, pero no retrocedió-. No voy a dejar que los lastimes.

Dark no respondió de inmediato. Su mirada pasó de Chosen a los demás, y luego se detuvo en Viro, quien simplemente observaba todo con curiosidad, como si estuviera acostumbrado a la intensidad de Dark.

-Interesante -murmuró Dark, su tono lleno de una amenaza implícita.

El ambiente seguía tenso, como si cualquier movimiento en falso pudiera desencadenar algo. Pero por ahora, la situación estaba en un precario equilibrio, con Chosen en el centro, decidido a proteger a todos los que amaba.

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Second dio un paso adelante, su presencia calmada pero autoritaria llenando el espacio. Aunque normalmente era el más amable del grupo, había algo en su mirada ahora que parecía implacable, algo que hablaba de la experiencia de alguien que había visto demasiado.

-Dark -dijo con un tono firme, enfrentándose al villano sin titubear-. ¿Cómo es posible que sigas vivo? Pensamos que habías desaparecido hace tiempo.

Dark ladeó ligeramente la cabeza, como si estuviera considerando cómo responder. Su mirada oscura pasó de Second a Chosen por un breve momento, capturando la tensión en el rostro de este último. Luego regresó a Second, una chispa de burla iluminando sus ojos.

-No todos los monstruos se desvanecen tan fácilmente -respondió Dark con una media sonrisa que no alcanzaba sus ojos-. Digamos que tengo mis formas de sobrevivir.

Second no se inmutó, manteniendo su postura firme. No tenía intención de retroceder, incluso si Dark intentaba intimidarlo.

-Eso no responde mi pregunta -replicó Second, cruzando los brazos con calma-. Todos aquí sabemos lo que pasó, y no tiene sentido que estés aquí ahora... a menos que tengas algún propósito oculto.

Mientras tanto, Chosen no apartaba los ojos de Dark, observando cada movimiento, cada gesto, como si esperara que algo pudiera salir mal en cualquier momento. Sabía de lo que era capaz Dark, y no iba a permitir que lastimara a sus amigos o a Viro.

Dark dejó escapar un suave suspiro, como si estuviera ligeramente aburrido de la conversación.

-¿Propósito oculto? -repitió, su tono cargado de sarcasmo-. Tal vez, tal vez no. Pero lo que debería preocuparte no es por qué estoy aquí, sino por cuánto tiempo planeo quedarme.

Second dio un paso más hacia él, acercándose lo suficiente como para que sus palabras tuvieran más peso.

-Sea lo que sea que estés planeando, no vamos a dejar que lastimes a Chosen o a nadie más aquí -advirtió.

Dark alzó una ceja, como si encontrara el comentario interesante. Miró de reojo a Chosen una vez más, una leve sonrisa burlona jugando en sus labios.

-Oh, no te preocupes -dijo con una voz casi suave, pero llena de intención-. Chosen sabe perfectamente que no necesito lastimarlo... ya lo hice una vez, ¿no es cierto?

La tensión en la habitación se disparó con esas palabras, y Chosen sintió su corazón acelerarse. Pero no se movió, manteniéndose firme mientras su mente trabajaba rápidamente, evaluando la situación. Second seguía allí, actuando como un escudo tanto físico como emocional.

Dark podía ser impredecible, pero no iba a intimidar a ninguno de ellos tan fácilmente.

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Viro, con su inocencia habitual, se acercó a Dark sin titubear y, antes de que alguien pudiera detenerlo, usó sus pequeñas patas de araña para impulsarse y subirse a la espalda del villano. Dark, sorprendido, volteó ligeramente la cabeza hacia el niño, pero no hizo nada para apartarlo, solo dejó escapar un suspiro, como si estuviera acostumbrado a ese tipo de comportamiento.

Todos en la habitación se quedaron en silencio, observando la escena. Era extraño ver algo tan inocente como Viro interactuar con alguien como Dark. La ternura de la acción contrastaba con la oscura presencia del villano, haciendo que el ambiente se sintiera aún más tenso.

Los amigos de Chosen intercambiaron miradas incómodas antes de que sus ojos se posaran en él. La pregunta que todos tenían en mente era evidente, pero fue Second quien finalmente rompió el silencio.

-Chosen... -dijo, con una mezcla de confusión y seriedad en su voz-. ¿Estás... de su lado?

Las palabras cayeron como un peso en el aire. Chosen abrió los ojos con sorpresa, claramente afectado por la pregunta, pero no respondió de inmediato. Sentía cómo las miradas de todos estaban clavadas en él, esperando una respuesta.

-¿De su lado? -repitió, casi en un susurro, mientras su mente intentaba procesar lo que Second acababa de decir.

Second dio un paso más cerca, sus ojos reflejando una mezcla de preocupación y determinación.

-Explícanos, Chosen. Viro claramente confía en él. Y ahora tú... no parece que estés tan en contra de Dark como lo estabas antes.

Dark, que hasta ese momento había permanecido en silencio, dejó escapar una risa suave y burlona, como si disfrutara del dilema de Chosen.

-Oh, por favor, Second -intervino Dark con un tono despreocupado-. No es que Chosen esté de mi lado. Es más complicado que eso, ¿verdad, Chosen?

Chosen apretó los puños, sintiendo cómo su frustración crecía. No quería que sus amigos malinterpretaran la situación, pero tampoco podía negar que la dinámica entre él y Dark era confusa.

-No estoy de su lado -respondió finalmente, con una voz firme aunque temblorosa-. Pero tampoco puedo ignorar a Viro. Él... es un niño. No tiene la culpa de nada de esto.

Second asintió ligeramente, aunque su expresión seguía siendo de preocupación.

-Entonces, ¿qué planeas hacer? -preguntó, directo al grano.

Chosen miró a Viro, que seguía en la espalda de Dark, jugando despreocupadamente. Luego miró a Dark, cuya expresión seguía siendo inescrutable. La respuesta no era simple, pero sabía que tenía que tomar una decisión.

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Chosen tembló por un momento antes de decidirse. Lentamente, llevó su mano a la pulsera que Dark le había dado, sabiendo lo que significaba quitársela. Sabía que no podía ocultar más lo que estaba pasando, ni a sus amigos ni a sí mismo.

Con un movimiento decidido, deslizó la pulsera fuera de su muñeca. Al instante, su cuerpo comenzó a chispear y pixelarse de una manera más intensa que nunca. El dolor fue inmediato, más fuerte de lo que había anticipado.

Un grito desgarrador escapó de sus labios mientras caía al suelo, sus manos intentando aferrarse al aire como si buscara algo a lo que aferrarse. Sus amigos reaccionaron al instante, rodeándolo con preocupación evidente.

-¡Chosen! -gritó Second, arrodillándose junto a él, tratando de sostenerlo mientras su cuerpo parecía desvanecerse y reaparecer en fragmentos.

Red, Yellow, Green y Blue también se acercaron rápidamente, cada uno tratando de ayudar a su manera, aunque ninguno sabía exactamente qué hacer.

Viro, al ver a Chosen en ese estado, intentó correr hacia él, pero antes de que pudiera llegar, Dark extendió una mano, haciendo un gesto claro para que se detuviera.

-No te acerques -ordenó Dark, su voz firme pero no agresiva. Había algo en su tono que parecía más protector que autoritario.

Viro lo miró con confusión y algo de miedo, pero obedeció, deteniéndose en seco.

-¿Qué le está pasando? -preguntó Second, mirando a Dark con desesperación.

Dark, que hasta ahora había estado observando la escena con una calma inquietante, dio un paso hacia ellos. Su mirada era seria, pero no había burla en ella esta vez.

-Se los dije antes -respondió con un tono frío-. Chosen está ligado a mí de una manera que ninguno de ustedes entiende. Quitarse esa pulsera... fue una mala idea.

Second apretó los dientes, claramente frustrado por la actitud de Dark.

-¿Y qué hacemos ahora? -exigió, casi gritando-. ¡Si sabes algo, dilo!

Dark miró a Chosen, cuyo cuerpo seguía temblando y parpadeando como si estuviera atrapado entre dos realidades.

-Lo único que pueden hacer es mantenerlo quieto -dijo finalmente-. Si se sigue moviendo, será peor.

Sin otra opción, los amigos de Chosen siguieron las instrucciones de Dark, aunque el miedo y la incertidumbre llenaban la habitación. Mientras tanto, Dark se quedó observando, sus ojos oscuros reflejando una mezcla de emociones difíciles de descifrar.

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Dark dio unos pasos firmes hacia Chosen, su expresión severa, sin dejar que nadie lo detuviera. Se agachó frente a él y, con movimientos decididos, le volvió a colocar la pulsera alrededor de la muñeca. Su gesto fue brusco, casi agresivo, pero efectivo: el chisporroteo y los glitches que afectaban a Chosen comenzaron a disminuir, hasta que su cuerpo dejó de parpadear y se estabilizó.

Chosen jadeó, exhausto, mientras su cuerpo temblaba levemente por el esfuerzo. Sus amigos lo rodearon de inmediato, mirándolo con preocupación.

-¿Qué demonios le hiciste? -preguntó Second, su voz llena de ira mientras se dirigía a Dark. Red y Yellow lo secundaron, cada uno exigiendo respuestas de diferentes maneras.

Dark se levantó, ignorando las miradas acusadoras, y cruzó los brazos. Su rostro mantenía una expresión fría y neutral.

-No le hice nada -respondió con un tono áspero-. Esto no tiene nada que ver conmigo.

Second apretó los dientes, claramente sin creerle.

-Entonces, ¿por qué está así? -insistió, señalando a Chosen, que todavía estaba recuperándose en el suelo.

Dark suspiró con evidente frustración, como si la situación le molestara más de lo que estaba dispuesto a admitir.

-Porque otro idiota lo hizo así -respondió finalmente, su tono cargado de desdén-. Uno de esos genios que juegan con cosas que no entienden. Y ahora él está pagando las consecuencias.

La habitación quedó en silencio tras esa declaración. Todos miraron a Dark con mezcla de incredulidad y confusión, tratando de procesar lo que acababa de decir.

-¿Quién? -preguntó Second, sin apartar la mirada de Dark-. ¿Quién le hizo esto?

Dark no respondió de inmediato. En cambio, sus ojos oscuros se posaron en Chosen, que lo miraba desde el suelo, claramente confundido pero también dolido por lo que acababa de ocurrir.

-No importa quién -respondió finalmente, desviando la mirada-. Lo único que importa es que no lo toquen ni lo cuestionen más de lo necesario. De lo contrario, estarán cavando su propia tumba.

La tensión en el aire se volvió palpable, pero nadie tuvo el valor de replicar de inmediato. Dark, por su parte, parecía listo para irse, como si la conversación ya no le interesara.

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Todos rodearon a Chosen con cuidado, ayudándolo a sentarse en el sofá. Estaba pálido, pero respiraba con mayor tranquilidad, aunque el temblor en sus manos era visible. Viro se acomodó en el suelo junto a sus pies, mirándolo con ojos grandes y llenos de preocupación.

Second se agachó frente a él, mirándolo directamente.

-Chosen, tienes que decirnos -dijo con seriedad, su tono suave pero firme-. ¿Quién te hizo esto? ¿Quién te está causando tanto daño?

Chosen suspiró, sus hombros se hundieron como si llevara un peso que no podía compartir del todo.

-No lo sé -confesó, su voz apenas un murmullo-. Todo esto comenzó de la nada. No recuerdo cómo empezó... ni quién podría haberlo hecho.

Los amigos de Chosen intercambiaron miradas entre ellos, claramente preocupados. Red fue el primero en romper el silencio.

-¿Y Dark? -preguntó, apuntando hacia él con la barbilla-. Si no sabe quién fue, ¿cómo es que él parece saber tanto?

Chosen respiró profundamente, preparando su respuesta.

-Dark... -dudó por un momento, mirando al suelo antes de continuar-. Dark solo intenta ayudarme. No tiene nada que ver con esto.

El grupo parecía escéptico, excepto Red, que se quedó mirando a Dark con los ojos entrecerrados, como si lo estuviera analizando.

-¿Ayudarte? -murmuró Red, casi para sí mismo. Luego, una pequeña sonrisa se formó en sus labios-. Tal vez Dark no sea tan frío como aparenta. Quizás... lo hace porque le importas.

Chosen lo miró, sorprendido, y negó con la cabeza rápidamente.

-Eso no es cierto -respondió con firmeza, aunque su voz tembló un poco-. Dark no siente nada por mí. Me lo ha dicho muchas veces. Solo está haciendo esto porque... no lo sé, tal vez es su deber o simplemente le conviene.

Red parecía poco convencido, pero no insistió más. En cambio, Yellow, que había permanecido en silencio hasta ahora, decidió hablar.

-Sea cual sea la razón, necesitamos descubrir qué está pasando contigo -dijo, mirando a los demás con seriedad-. No podemos quedarnos sin hacer nada.

Second asintió, su rostro lleno de determinación.

-Tienes razón. Pero antes de eso, necesitamos asegurarnos de que Chosen esté bien.

Viro, que había estado callado todo el tiempo, levantó la vista hacia Chosen y le tocó suavemente la mano.

-¿Estás mejor ahora? -preguntó con un tono tan inocente que hizo que Chosen sonriera débilmente.

-Un poco -respondió, agradecido por la pequeña muestra de apoyo.

Aunque las palabras de Red aún rondaban en su mente, Chosen decidió ignorarlas. Sabía mejor que nadie que Dark no lo veía como alguien importante, y no iba a permitirse creer algo que solo lo lastimaría más adelante.

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La tranquilidad en la sala se rompió de golpe cuando Dark dio un paso adelante, su voz resonando como una orden que no admitía réplica:

-Todo está bajo control -declaró, con un tono que dejaba claro que no aceptaba discusiones-. No tienen que meterse en esto.

Second se puso de pie, mirándolo directamente con los brazos cruzados, como si no estuviera dispuesto a ceder.

-¿Bajo control? -repitió con una mezcla de incredulidad y desafío-. ¿Es eso lo que llamas "control"? Chosen apenas puede mantenerse en pie.

Dark se giró hacia él, su expresión fría como el hielo.

-Lo tengo todo arreglado -dijo con firmeza-. Ustedes no entienden lo que está pasando, así que no interfieran.

Yellow dio un paso al frente, señalándolo con el dedo.

-¿Cómo podemos confiar en eso? -preguntó, con los ojos llenos de sospecha-. Eres el último en quien confiaríamos, Dark.

Dark no se inmutó, pero sus ojos brillaron con algo peligroso.

-No necesitan confiar en mí -dijo, casi con desdén-. Solo necesitan mantenerse fuera del camino.

Red, que había estado observando desde un rincón, decidió intervenir, su tono más ligero pero igualmente cargado de sarcasmo.

-¿Y qué pasa si no lo hacemos? -preguntó, inclinando la cabeza con una sonrisa burlona-. ¿Vas a... quitarnos del medio también?

La tensión en la habitación creció. Chosen levantó la mano débilmente, intentando calmar las cosas.

-Basta... -murmuró, su voz apenas audible-. No peleen por esto.

Pero nadie parecía escucharlo.

Second avanzó un poco más hacia Dark, su mirada afilada.

-No puedes esperar que nos quedemos de brazos cruzados mientras Chosen está sufriendo -dijo con determinación-. Si realmente quieres ayudarlo, entonces deberías empezar por ser honesto con nosotros.

Dark dejó escapar un suspiro exasperado, como si la conversación le estuviera agotando la paciencia.

-Ya les dije, no necesitan involucrarse. Esto no les concierne.

-Es nuestro amigo -interrumpió Blue por primera vez, su voz firme pero tranquila-. Nos concierne más de lo que crees.

Por un momento, Dark pareció medir sus palabras, como si estuviera decidiendo si valía la pena seguir discutiendo. Finalmente, su mirada se suavizó un poco, pero su tono seguía siendo autoritario.

-Si realmente les importa, entonces confíen en que yo lo resolveré. No quiero que interfieran ni que lo pongan en peligro.

La habitación quedó en silencio, pero la tensión aún era palpable. Nadie confiaba del todo en Dark, pero tampoco querían arriesgarse a empeorar la situación. Chosen cerró los ojos un momento, tratando de encontrar algo de calma en medio del caos.

Viro, que había permanecido en silencio junto a Chosen, miró a Dark con sus grandes ojos inocentes y preguntó con suavidad:

-¿Estás diciendo la verdad? ¿De verdad lo vas a ayudar?

La pregunta simple pero directa de Viro hizo que Dark apartara la mirada por un segundo, como si estuviera evitando responder. Luego, con un susurro apenas audible, respondió:

-Sí. Lo voy a ayudar.

Pero nadie en la habitación estaba seguro de si podían creerle.

---

La habitación se llenó de una extraña mezcla de alivio y calidez cuando Viro, con una sonrisa radiante, se lanzó a abrazar a Dark.

-¡Sabía que todo saldría bien! -exclamó con su voz infantil-. ¡Vamos a ayudar a Chosen y luego seremos los tres más felices del mundo!

Todos se quedaron quietos por un momento, observando la escena con incredulidad y ternura. Incluso Second, quien había estado muy serio, no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa.

-¿Cómo puede ser tan lindo? -murmuró Yellow, cruzándose de brazos pero dejando escapar una leve risa.

-Es como un pequeño rayito de sol -añadió Red, con un tono que mezclaba broma y admiración.

Chosen, a pesar de sentirse débil, dejó escapar una risa suave. La inocencia y entusiasmo de Viro eran contagiosos, y por un instante olvidó todo el caos que lo rodeaba.

-Es imposible no quererlo -dijo, sonriendo mientras miraba a Viro.

Dark, en cambio, permaneció completamente impasible, su expresión de siempre intacta mientras Viro se aferraba a él como si fuera un héroe. No dijo nada, pero tampoco apartó a Viro, lo que ya era mucho decir viniendo de él.

De pronto, Green rompió la atmósfera.

-Tengo hambre -anunció, mirando alrededor como si esperara que alguien ya estuviera cocinando algo.

Blue, siempre dispuesto a ayudar, se ofreció de inmediato.

-Puedo preparar algo rápido -dijo, ya dirigiéndose hacia la cocina.

Pero antes de que pudiera dar un paso más, Dark levantó una mano en un gesto de advertencia.

-No te atrevas -dijo con firmeza, su tono seco pero lleno de autoridad-. La cocina es mía.

Blue se detuvo en seco, sorprendido pero no dispuesto a discutir.

-Vale, vale -dijo, levantando las manos en señal de rendición-. Toda tuya, chef Dark.

Chosen rió más fuerte esta vez, a pesar de su debilidad. La insistencia de Dark en ser el único que cocinaba siempre le había parecido una faceta curiosa de su personalidad.

-Siempre eres tan territorial con la cocina -comentó Chosen, con una sonrisa juguetona.

Dark no respondió, simplemente se dirigió hacia la cocina con una determinación que parecía indicar que nadie más tenía permitido acercarse.

-Es porque le gusta cocinar para ti -susurró Red en voz baja, con un tono burlón, pero lo suficiente para que Chosen lo escuchara.

Chosen fingió no haberlo oído, aunque sus mejillas se sonrojaron ligeramente. Mientras tanto, Viro, aún aferrado a su optimismo, exclamó:

-¡Seguro será la mejor comida de todas!

Y con eso, la tensión en la sala comenzó a disiparse, al menos por un rato.

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Dark, concentrado en la cocina, trabajaba en un platillo propio al que llamaba "Estofado de Medianoche". Era un guiso espeso y aromático con trozos tiernos de carne marinada en hierbas, champiñones salteados, zanahorias glaseadas con miel y una mezcla de especias que le daban un toque ahumado y ligeramente picante. Lo acompañaba con pan de ajo recién horneado, crujiente por fuera y suave por dentro, impregnado con mantequilla de hierbas y queso fundido. El aroma que se desprendía llenaba la casa y hacía que el estómago de todos rugiera de anticipación.

Mientras tanto, en la sala, Viro se había convertido en el centro de atención. Todos se turnaban para hacerle preguntas, observar su cabello y jugar con sus patas de araña. Green intentó trepar como él, lo que terminó en una caída que hizo reír a todos, incluido Viro, que comenzó a sentirse más cómodo con el grupo.

Second, en cambio, se había apartado un poco para sentarse al lado de Chosen. Observó a Viro con una ligera sonrisa, viendo cómo el pequeño interactuaba con sus amigos con una naturalidad desbordante.

-Tiene una personalidad única, ¿no crees? -comentó Second, rompiendo el silencio entre él y Chosen-. Es curioso cómo parece no tener miedo a nada, pero al mismo tiempo... es tan tierno.

Chosen asintió, siguiendo la mirada de Second hacia Viro, que ahora se reía mientras Blue intentaba hacer un dibujo de él y fracasaba miserablemente.

-Es verdad -respondió Chosen, su tono suave.

Second inclinó ligeramente la cabeza, observando el mechón de cabello oscuro que caía sobre la frente de Viro.

-¿Te has dado cuenta de eso? -dijo, señalando el mechón con un leve movimiento de la mano-. Ese mechón se parece mucho al tuyo.

Chosen rió con suavidad, aunque había una ligera incomodidad en su sonrisa.

-Supongo que sí... es curioso, ¿no? -murmuró, evitando el contacto visual con su hermano.

Second frunció el ceño levemente, pero no insistió. Había algo en la forma en que Chosen evitaba el tema que le hizo pensar que había más de lo que parecía. Sin embargo, decidió no presionar.

En ese momento, el aroma del estofado de Dark llegó con más fuerza a la sala, arrancando exclamaciones de hambre de todos.

-¡Eso huele increíble! -gritó Green, mirando hacia la cocina.

-¡Me estoy muriendo por probarlo! -añadió Red, frotándose el estómago.

Viro, con su curiosidad siempre presente, se levantó para asomarse a la cocina, aunque sabía que Dark no toleraba que nadie entrara mientras cocinaba.

-¡No molestes a Dark mientras cocina! -le advirtió Chosen con una sonrisa, pero sin mucha convicción.

Viro solo sonrió traviesamente, como si ignorar las reglas fuera su especialidad. Mientras tanto, Dark seguía imperturbable, preparando su obra maestra con una precisión casi obsesiva.

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Viro se acercó a Dark, moviendo sus patas de araña con entusiasmo, y asomó la cabeza por encima del hombro de Dark, quien no desvió la mirada de la olla donde terminaba de sazonar su estofado.

-Dark, ¿hay comida para todos? -preguntó Viro con esa mezcla de curiosidad y dulzura que siempre lo acompañaba.

Dark no tardó mucho en responder, aunque su tono era, como de costumbre, neutral.

-Sí, hay suficiente para todos -dijo mientras apagaba el fuego y comenzaba a servir el estofado en platos. Después de un breve silencio, añadió con un tono un poco más suave-: Ve y diles que la comida está servida.

Viro sonrió de oreja a oreja y salió corriendo hacia la sala, donde todos aún estaban entretenidos con sus propias conversaciones y juegos.

-¡Comida! ¡Dark dijo que la comida está lista! -anunció Viro con entusiasmo, moviendo las patas de araña en el aire como si fueran brazos levantados para llamar la atención.

Todos en la sala reaccionaron de inmediato, algunos más rápido que otros. Green prácticamente saltó del sofá.

-¡Por fin! Estoy muriéndome de hambre -dijo mientras Red lo seguía, también ansioso.

Blue se estiró lentamente antes de levantarse.

-Espero que sea tan bueno como huele -comentó, mirando hacia la cocina con curiosidad.

Second ayudó a Chosen a levantarse del sofá, asegurándose de que estuviera cómodo para caminar después de lo sucedido.

-Vamos, hermano, no querrás que todo el mundo termine con tu parte -bromeó Second con una sonrisa amable, recibiendo una pequeña sonrisa de Chosen a cambio.

Viro estaba emocionado mientras caminaba junto a todos hacia la mesa. Al llegar, todos encontraron sus lugares mientras Dark, con una expresión imperturbable pero claramente organizada, colocaba los platos frente a cada uno.

El ambiente cambió rápidamente a uno de anticipación feliz cuando todos vieron el estofado servido con trozos generosos de carne, el pan de ajo humeante y la mezcla perfecta de aromas que hacía que se les hiciera agua la boca.

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Cuando todos se sentaron a la mesa y vieron los platos frente a ellos, comenzaron a agradecer a Dark con sinceridad, aunque sabían que él probablemente reaccionaría con indiferencia.

-Gracias, Dark. Esto huele increíble -dijo Second con una sonrisa.

-Sí, gracias por cocinar -agregó Blue, tomando su cuchara con entusiasmo.

Incluso Green, normalmente más centrado en comer que en hablar, asintió con aprobación.

Dark, sin responder a los agradecimientos, se acercó primero a Chosen para entregarle un plato, asegurándose de que tuviera una porción bien servida.

-Aquí, no te levantes -dijo, sin mucho tono emocional, pero dejando claro que no esperaba un "no" como respuesta.

Luego, se inclinó para colocar otro plato frente a Viro, quien estaba sentado junto a Chosen.

-Cómelo todo. No quiero escuchar quejas de hambre después -dijo con una leve mirada severa que contrastaba con la sonrisa traviesa de Viro.

Cuando todos comenzaron a comer, Dark se apartó de la mesa, recogiendo los utensilios que había usado para cocinar.

Second notó que Dark no se había sentado con ellos y lo llamó antes de que pudiera desaparecer en la cocina.

-Dark, deberías unirte a nosotros. No tienes que lavar todo ahora -dijo Second con un tono amable pero firme.

Dark giró la cabeza ligeramente, mirándolos por encima del hombro.

-No es necesario -respondió con su usual tono indiferente. -Coman tranquilos, yo me ocupo de esto.

Second suspiró, pero no insistió. En su lugar, Chosen observó a Dark desde su asiento, sintiendo una mezcla de emociones difíciles de identificar. Mientras tanto, Viro se inclinó hacia Chosen, moviendo sus patas traseras con curiosidad.

-¿Por qué Dark nunca quiere comer con nosotros? -preguntó en voz baja, aunque lo suficientemente audible como para que Second escuchara.

Chosen, con una ligera sonrisa cansada, respondió:

-Es su forma de ser. Supongo que no le gusta mostrarse demasiado... cercano.

Viro lo miró confundido pero decidió no insistir, enfocándose en su comida. A pesar de la distancia que Dark intentaba mantener, el ambiente en la mesa se sentía cálido y familiar, gracias a la comida y a la presencia de todos.

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Cuando todos terminaron de comer, cada uno se ofreció a lavar su plato. A pesar de la sorpresa inicial, Dark permitió que lo hicieran, observándolos desde el sofá donde se encontraba recostado, aparentemente relajado. Sin embargo, la calma duró poco. Uno a uno, comenzaron a unirse a él, ocupando el espacio a su alrededor.

Dark lanzó un suspiro pesado, notablemente incómodo con tanta gente cerca.

-¿No tienen otra cosa que hacer? -murmuró, cruzándose de brazos y desviando la mirada.

-Relájate, Dark. Estamos en familia, ¿no? -dijo Second con una sonrisa burlona mientras se acomodaba cerca de Chosen.

Dark no respondió, pero su ceño fruncido era suficiente para demostrar su descontento.

Mientras tanto, Second y Chosen comenzaron a conversar en voz baja. Second parecía más relajado que de costumbre, pero Chosen no podía ignorar la sensación de incomodidad en su pecho. Finalmente, no pudo contener su curiosidad.

-Second... ¿Qué están haciendo aquí exactamente? -preguntó Chosen, mirándolo con seriedad.

Second, quien normalmente tenía un aire despreocupado, adoptó una expresión más seria. Se inclinó hacia Chosen, bajando la voz para que los demás no pudieran escucharlos.

-La Vira-Bracelet desapareció -reveló con calma, pero su mirada traicionaba la preocupación detrás de sus palabras.

Chosen sintió cómo la sangre abandonaba su rostro. Su piel se volvió pálida, y un frío sudor recorrió su espalda.

-¿Desapareció? -repitió, tratando de sonar sorprendido, pero su voz tembló ligeramente.

Second asintió, sus ojos fijos en los de Chosen.

-Sí. Nadie sabe dónde está. Era importante para mantener ciertas cosas bajo control... -Second se detuvo, mirando a Chosen como si estuviera intentando leer algo en su expresión. -¿Sabes algo de esto?

Chosen apartó la mirada, luchando por mantener la compostura. La verdad era que había tomado la Vira-Bracelet sin decirle a nadie y se la había dado a Dark, pensando que sería mejor que él la tuviera. Pero ahora, con Second y los demás aquí, sentía que su decisión podía traer consecuencias impredecibles.

-No... No sé nada -dijo finalmente, su voz apenas un susurro.

Second lo observó durante unos segundos más antes de asentir, aunque parecía evidente que no estaba completamente convencido.

Mientras tanto, Dark permanecía en silencio, observando la interacción desde la distancia, como si supiera exactamente de qué estaban hablando. Por primera vez en mucho tiempo, un leve destello de interés cruzó por sus ojos, aunque no hizo ningún comentario.

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El ambiente en la sala estaba lleno de una calma incómoda tras la conversación entre Second y Chosen. Todos parecían distraídos en sus pensamientos hasta que Red, incapaz de soportar el silencio, lo rompió de la manera más directa posible.

-Oye, Chosen -dijo Red con un tono despreocupado pero curioso, atrayendo de inmediato la atención de todos-. ¿Vas a tener novio algún día o qué?

La pregunta fue tan inesperada que Chosen casi se atraganta con su propia respiración. Los demás lo miraron, algunos sorprendidos y otros claramente divertidos.

-¡Red! -exclamó Yellow, dándole un suave codazo en las costillas-. ¿Qué clase de pregunta es esa?

Red se encogió de hombros, como si no hubiera hecho nada fuera de lo común.

-¿Qué? Solo lo pregunto. El pobre siempre está con Dark o con nosotros, pero nunca habla de nadie más.

Chosen sentía que el calor subía a su rostro mientras trataba de responder algo coherente.

-Yo... no creo que eso sea asunto tuyo -murmuró, desviando la mirada y sintiéndose terriblemente expuesto.

-¿Por qué no? Somos tus amigos, nos preocupamos por ti -insistió Red, sonriendo ampliamente-. Además, te mereces a alguien que te quiera.

-Oh, por favor... -Dark intervino desde el sofá, con su habitual tono de indiferencia-. Como si él tuviera tiempo para esas tonterías.

Todos giraron hacia Dark, sorprendidos por su comentario. Incluso Viro, que estaba sentado cerca de él, lo miró con una mezcla de curiosidad e incredulidad.

-No es una tontería, Dark -dijo Green, frunciendo el ceño-. Chosen tiene derecho a ser feliz.

-¿Feliz? -repitió Dark con una risa seca, su mirada fría como siempre-. Si quiere felicidad, que la busque lejos de mí. Yo no soy niñera ni casamentero.

La habitación cayó en un incómodo silencio tras sus palabras. Chosen apretó los puños, sintiéndose humillado, pero no quería darle el gusto de verlo reaccionar.

Second rompió la tensión al colocar una mano en el hombro de Chosen.

-Ignoremos a Dark -dijo Second con un tono tranquilizador-. No está en posición de opinar sobre lo que es mejor para ti.

-Eso es seguro... -murmuró Chosen, intentando relajarse, aunque las palabras de Dark seguían dándole vueltas en la cabeza.

Mientras tanto, Red sonrió ampliamente, aparentemente satisfecho por haber causado un pequeño caos.

-Entonces, ¿sí o no? ¿Algún candidato en mente? -insistió, haciendo reír a Yellow y a Blue, mientras Chosen solo se hundía más en su asiento, cubriéndose el rostro con las manos.

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Viro, que había notado la incomodidad en Chosen, no pudo resistir la tentación de añadir un poco más de presión sobre Dark. Aunque era pequeño y su inocencia lo hacía ver como un niño, no dudó en mencionar lo que tenía en mente.

-Oye, Chosen, ¿qué tal Freedom? -dijo Viro, sonriendo con picardía.

Antes de que Chosen pudiera reaccionar, Dark, que estaba observando con creciente irritación, se levantó de un salto y tapó la boca de Viro con su mano, evitando que pudiera seguir hablando. Sin embargo, ya era demasiado tarde. Las palabras de Viro habían calado hondo.

Todos se giraron hacia Chosen, sus miradas curiosas y expectantes. Las preguntas comenzaron a llovérseles a Chosen.

-¿Freedom? ¿Quién es Freedom? -preguntó Second, con una ceja levantada.
-¿Un amigo? -insistió Red, ya intriga por la mención de ese nombre.
-¿Por qué nunca nos hablaste de él? -intervino Yellow, con una sonrisa algo burlona.

Chosen, sintiéndose completamente acorralado, intentó balbucear algo, pero las palabras simplemente no salían. No sabía cómo explicar su relación con Freedom, o si realmente era algo que quería compartir en ese momento. La atención de todos lo hacía sentirse vulnerable, y la presión aumentaba con cada segundo que pasaba.

Dark, al ver la situación, no pudo evitar sentirse celoso. Su rostro se tornó más oscuro, y una energía pesada empezó a emanar de él. Se acercó a Chosen, con una expresión de desprecio en su rostro.

-¿Freedom? -repitió Dark con una risa burlona, cruzando los brazos-. ¿Qué tipo de relación tienes con él, Chosen? ¿Un amigo más, o tal vez algo más? ¿No me dijiste que no te interesaba nadie más?

La voz de Dark estaba cargada de sarcasmo, y su tono venenoso alcanzó a todos. Chosen se estremeció ante el ataque de palabras, pero intentó no ceder.

-No es lo que piensas -respondió Chosen, tratando de mantener la calma, pero su voz temblaba un poco.

-Claro que no es lo que pienso -replicó Dark, su mirada se hizo más acerada-. Porque lo que piensas no tiene valor. ¿Recuerdas eso, Chosen? No tienes derecho a hablar de "libertad" o de "amigos" cuando todo lo que has hecho es traicionarme.

La humillación de Chosen aumentó a medida que las palabras de Dark seguían golpeándolo. Sabía que Dark lo atacaba de manera cruel porque, en el fondo, le dolía verlo con alguien más, aunque no lo admitiera.

Viro, viendo la tensión creciente, se apartó un poco, sintiendo que las cosas se estaban complicando aún más. Second, viendo cómo Dark seguía atacando a Chosen, se puso de pie con una expresión decidida.

-Ya basta, Dark -dijo Second, con firmeza-. No es necesario que sigas atacando a Chosen. Todos tenemos derecho a vivir nuestra vida como queramos.

Dark, sin embargo, no mostró señales de calmarse. Seguía mirando a Chosen con ese aire de superioridad y rabia, como si estuviera demostrando que aún tenía control sobre todo.

-Lo único que me molesta -dijo Dark, dejando escapar un suspiro molesto-, es que ahora todos se interesen por él. Como si fuera alguien valioso... cuando en realidad es solo una pieza en mi juego.

La atmósfera en la sala se volvía más densa, y la tensión entre Dark y Chosen era palpable. Chosen sentía que cada palabra de Dark lo hería, y aunque trataba de defenderse, la constante humillación lo estaba dejando sin fuerzas.

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La tensión en el ambiente alcanzó su punto máximo cuando, de repente, la puerta se abrió de golpe. Freedom, con su presencia inconfundible, entró en la casa. Al ver el caos que se había desatado, con Dark y Chosen en el centro de la tormenta, se detuvo por un momento, evaluando la situación.

Antes de que alguien pudiera reaccionar, Chosen se levantó de un salto, el miedo y la frustración pintando su rostro. Necesitaba escapar de esa situación, quería calmarse, y Freedom era su salida.

Freedom, al ver la desesperación en los ojos de Chosen, se acercó rápidamente y lo tomó del brazo con firmeza, como si tratara de protegerlo de la tormenta emocional que lo rodeaba.

-Vamos, Chosen. Necesito hablar contigo -dijo Freedom, con tono suave, pero decidido.

Pero Dark, aún furioso y lleno de celos, no iba a permitir que Chosen se alejara tan fácilmente.

-No puedes ir con él, Chosen -dijo Dark, su voz cargada de ira. Su mirada no dejaba de seguir cada movimiento de Chosen con una intensidad peligrosa.

Sin embargo, Chosen, cansado de ser el centro de la tormenta, gritó, como si intentara liberarse de las cadenas invisibles que Dark había puesto sobre él.

-¡Déjame en paz, Dark! ¡Voy con él, y no me importa lo que digas! -exclamó Chosen, con el corazón acelerado y la voz quebrada por la emoción.

Un silencio pesado se instaló en la habitación. Dark no dijo nada. Solo lo miró, sus ojos fríos y vacíos, pero no hizo un solo movimiento para detener a Chosen.

Fue entonces cuando, sin mirar atrás, Chosen se soltó de la mano de Freedom, y ambos se dirigieron rápidamente hacia el techo de la casa, en busca de un lugar tranquilo donde pudieran hablar.

Los demás se quedaron en la sala, con el aire denso de incomodidad. Viro, con el corazón en la garganta, se acercó a Dark, queriendo ofrecerle consuelo o al menos cercanía. Pero Dark, cegado por la furia, no estaba dispuesto a recibir nada de eso.

Viro, sintiendo la desesperación en el aire, tomó la mano de Dark en un intento de calmarlo, pero Dark lo apartó con un empujón brusco.

-¡Quítate de mi vista! -gritó Dark, su voz cargada de furia-. ¡No entiendes nada!

Viro, con los ojos llenos de lágrimas, tropezó hacia atrás, y aunque intentó recomponerse, la angustia lo superó. La rabia y el dolor de Dark lo había dejado devastado. Comenzó a llorar sin poder evitarlo.

Los demás, al ver la escena, se acercaron a Viro, tratando de consolarlo. Red, en particular, se inclinó hacia él, rodeándolo con sus brazos en un abrazo reconfortante.

-Tranquilo, Viro -dijo Red, con voz suave pero firme-. Todo va a estar bien. No estás solo.

Aunque las palabras de Red no podían borrar el dolor de Viro, le dieron algo de consuelo en medio de la tormenta emocional que había explotado en la casa. Mientras tanto, Dark, inmerso en su ira y celos, se retiró a su habitación, dejando a todos atrás en una atmósfera de caos y desdicha.

---

[Continuará...♡]










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