◇°•「 Ꮯᾰ℘!ɬʊʆꪮ 19 」•°◇

[The Dark's Lord POV]

Después de observar a Chosen para asegurarme de que continuara dormido, me retiré a mi habitación para relajarme tras la corta batalla. Finalmente lo tenía en mi poder. Solo debía esperar a que despertara. Sin embargo, ya había estado inconsciente durante horas, algo que me ponía ligeramente inquieto.

Estaba acostado en mi cama, con la vista fija en Viro, quien coloreaba tranquilamente en el suelo con sus crayolas. Me resultaba curioso cómo podía permanecer tan sereno, incluso en un lugar como este, rodeado de oscuridad y caos.

Observé a Viro con detenimiento, fijándome en los pequeños detalles que lo hacían único. Su diseño siempre me había fascinado. Tenía mi cabello y los mismos ojos que yo, una réplica casi exacta... excepto por ese mechón. Ese mechón no era mío, y sabía perfectamente de quién provenía. Para crear a Viro, había necesitado algo más, algo que solo podía obtener de una persona. Ese detalle lo hacía especial, pero también significaba más de lo que me gustaría admitir.

Mis pensamientos se detuvieron al escuchar el sonido de su crayón quebrarse ligeramente.

—Oye, Viro... —traté de llamarlo, mi voz más calmada de lo usual.

Viro levantó la mirada, dejando de colorear para enfocarse en mí.

—¿Sí? —respondió, con una sonrisa inocente en el rostro.

Desvié la mirada hacia el techo, tratando de esconder la tensión en mi voz.

—¿Te importaría dar un vistazo al prisionero? Estoy... un poco cansado. —No quería admitir que no me sentía listo para enfrentar a Chosen de nuevo. Nervios, dudas... no sabía bien qué era, pero no quería estar ahí.

Viro asintió rápidamente, levantándose del suelo con entusiasmo.

—¡Claro que sí, apa! —dijo con una energía que me desconcertó. Caminó hacia la puerta, pero se detuvo por un momento, pensativo—. Oh, creo que prepararé un cereal para él. Mis sensores dicen que va a despertarse en cualquier momento.

Lo observé salir directo hacia la cocina, dejando tras de sí un silencio incómodo.

—Sí, de acuerdo... —murmuré para mí mismo. Pero entonces me detuve. ¿Cereal? ¿Por qué alimentarlo? ¿No se supone que tenemos que hacerlo sufrir?

Me llevé una mano al rostro, soltando un suspiro. Viro era… inesperado. Su forma de pensar era casi imposible de predecir, pero tal vez eso era lo que me mantenía cuerdo.

Mientras el eco de sus pasos se desvanecía, no pude evitar sentir un nudo en el estómago. Chosen estaba aquí, tan cerca, pero también tan lejos de mi control.

El simple pensamiento de enfrentar lo que había hecho, de mirarlo a los ojos y recordar lo que significamos en el pasado… me aterrorizaba más de lo que estaba dispuesto a admitir.

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[The Chosen's One POV]

Emergí lentamente de un desvanecimiento, sintiendo que mi cuerpo había sido golpeado por una fuerza que apenas podía recordar. Mis brazos estaban entumecidos, y moretones marcaban mi piel como testigos silenciosos de lo que había ocurrido. Estaba acostado en el suelo, pero para mi sorpresa, una manta y una almohada me cubrían. Este inesperado cuidado me desconcertó.

Al observar mi entorno, noté que estaba en una celda sin salida. Ninguna ventana, solo paredes de metal y un silencio que casi podía escuchar. ¿Me habrían secuestrado de nuevo? Antes de que pudiera reflexionar más, vi una figura acercándose con cautela. Era un niño pequeño con patas de araña, cargando una bandeja de comida. La visión era tan extraña que tardé unos segundos en procesarla.

Me senté lentamente, observándolo con asombro. Tenía un extraño parecido con Dark, pero ese mechón negro en su cabello lo hacía distinto. Entró a la celda con timidez, dejando la bandeja en el suelo frente a mí. Un tazón de cereal, una ensalada de frutas y dos galletas recién horneadas componían el menú. Era... inesperadamente amable.

—Ojalá te guste, Chosen One —dijo con una sonrisa.

—M-Muchas gracias... —respondí, desconcertado. Luego, sin pensarlo, pregunté—. Oye... ¿qué hago aquí?

Su sonrisa se mantuvo, pero algo en su mirada parecía esconder un secreto.

—Emm... lo sabrás. No te preocupes —dijo antes de retroceder hacia la puerta de la celda. La cerró con un clic metálico, dejándome con más preguntas que respuestas.

—¡N-No, espera! —Corrí hacia los barrotes, pero tan pronto como los toqué, una corriente eléctrica me atravesó, haciéndome caer al suelo.

—Te recomiendo que no te acerques a los barrotes de la celda... —comentó con calma desde el otro lado.

—Sí... ya lo noté... —murmuré mientras me ponía de pie nuevamente, intentando ignorar el dolor.

—Bueno, nos vemos luego, Chosen One. —Con esa despedida, el niño se fue corriendo hacia las escaleras. Me quedé solo, mirando el lugar donde había desaparecido.

—Agh... esto sería el infierno...

El eco de sus pasos aún resonaba cuando un sonido distinto comenzó a llenar el aire. Pasos más firmes, más pesados, descendían por las escaleras, acercándose cada vez más. Levanté la mirada hacia la fuente del ruido, y mi corazón comenzó a latir con fuerza. La silueta de alguien apareció en la penumbra, avanzando con una tranquilidad que solo hacía que la tensión en el ambiente aumentara.

Cuando finalmente estuvo lo suficientemente cerca, lo vi. Mi respiración se detuvo por un momento. Era él.

—Me alegra que hayas despertado, querido amigo~ —dijo Dark, con una sonrisa burlona mientras se paraba frente a mi celda.

—T-Tú... ¿¡tú no deberías estar muerto!? Vi que Second te... —intenté hablar, pero él me interrumpió con una voz despreocupada.

—Ese niño naranja me lanzó un rayo tan fuerte que provocó una explosión. Todos pensaron que estaba muerto... ¿eso? —dijo con una risita mientras me miraba con calma.

No pude responder. Tenía razón.

—Agh... ¿y por qué me tienes aquí? ¿Piensas cobrar venganza? ¿O hacerme algo? —pregunté, intentando mantener mi voz firme.

Su sonrisa se ensanchó, llenando el aire de una tensión insoportable.

—Me gustan las dos últimas preguntas —respondió mientras caminaba hacia una mesa cercana y encendía una computadora.

—¿Estás loco, no es así? —susurré, sin poder evitarlo.

—Mmmh... demasiado loco~ —dijo jugueteando con un cuchillo que sacó de una mesita junto a él.

—¿Piensas matarme y ya? Esperaba algo más... original de ti. —Rodé los ojos, intentando parecer indiferente, aunque mi corazón latía como loco.

—También quiero torturarte, pero me tienes tan enojado que podría matarte ahora mismo —respondió mientras se acercaba más a mi celda—. Oh, y quiero agradecerte por ayudarme a recuperar mis energías y mis poderes.

—Con razón... Pero te recuerdo que ya no tienes tus estúpidas pulseras —dije, alzando la voz en un intento de recuperar algo de control.

Dark sonrió con suficiencia.

—Con mis Vira-bracelets o sin ellas, sigo siendo muy destructivo, Cho~. Y todo gracias a ti, por supuesto. —Aferró el cuchillo con más fuerza, como si estuviera disfrutando el momento.

—Eres un maldito...

—Lo sé, pero... —abrió la puerta de mi celda con calma, y cada fibra de mi ser gritó de alerta—. Bueno, ya mejor terminemos con esto...

—Hey, hey... ¿al menos no quieres hablar ni nada? —dije mientras retrocedía lentamente.

Dark me siguió con pasos lentos y seguros.

—Mira, Chosen, hemos pasado momentos asquerosos juntos, pero ya sabes... te odio. Y tengo que hacer lo que debí haber hecho desde el principio. Destruirte.

No había escapatoria. Sus palabras eran claras, y cada paso que daba hacía que mi esperanza disminuyera más. Solo podía esperar lo peor...

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Cuando vi que se me aproximaba amenazadoramente con el cuchillo, me cubrí con mis brazos, esperando el inminente ataque. Pero, para mi sorpresa, mi cuerpo comenzó a distorsionarse y pixelarse de una forma extraña. Yo mismo me quedé perplejo, observando cómo mis propios brazos y cuerpo se desvanecían en un despliegue de píxeles. Miré hacia Dark y noté que él también estaba atónito por mi repentina transformación.

Después de unos cinco segundos, mi cuerpo volvió a la normalidad y el fenómeno del pixelado cesó. Bajé los brazos y me miré a mí mismo, aún tratando de entender lo que estaba sucediendo. Sentí que Dark me observaba de pies a cabeza, lo cual me hizo sentir incómodo.

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—Chosen... ¿qué rayos fue eso? —me preguntó, yo solo lo miré, esperando a que no me apuñalara por la cabeza.

—N-No lo sé... solo pasó... —bajé la mirada, sin querer tocar el tema.

—¿Acaso experimentaron contigo o algo así? ¿Qué te hicieron? —vi que bajaba el cuchillo.

—¿No que me ibas a matar? Te distraes... —me crucé de brazos.

—Eso puede esperar... ¿cómo matarte cuando tú estás muriendo lentamente gracias a ellos? —comentó serio, ¿quería que estuviera sano para después matarme?

—Estás enfermo... —lo miré con desagrado.

—Agh, tienes suerte de que hoy no sea tu fin, Chosen One. —salió de la celda y yo me quedé parado en el mismo lugar.

—No me matas solo porque alguien más lo está logrando. —hablé y me empecé a pixelar, aunque sí dolía un poco.

—Mmmh... ¡Viro! ¡Ven acá! —¿Viro?

Cuando Dark llamó a Viro, el niño que me había traído la comida nuevamente se acercó. Sus ojos se cruzaron con los míos y sentí una fuerte conexión con él, pero decidí ignorar este sentimiento momentáneamente. El niño se acercó a Dark y comenzó a hablar con él en susurros, planeando algo en privado. En medio de su conversación, no podía escuchar muy claramente lo que decían.

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—Oigan... sigo aquí... —me sentía excluido de la conversación.

—Lo sentimos, Chosen One, ¡pero felicidades! No lo mataremos. —sonrió feliz, bueno, pues ya que.

—Por ahora... —se acercó a mi celda y quedó enfrente mío, solo que los barrotes de la celda nos separaban— Solo... veré qué carajos tienes en la sangre o lo que sea que tengas.

—¿Acaso te importo, Darksy? —sonreí para molestarlo, él solo se puso más serio de lo normal.

—No tienes ningún derecho para decirme así... y no me vuelvas a llamar con ese estúpido apodo —se alejó de la celda.

—Pero hace rato tú me dijiste por mi apodo, no veo tanta diferencia... —me crucé de brazos.

—Cállate, ahora tendré que ponerte unas pulseras por si te atreves a apuñalarme cuando te saque de la celda —se fue a su escritorio y se sentó en su asiento, poniendo sus manos sobre la computadora.

—¿Me vas a liberar? —pregunté dudoso, no sería muy fácil.

—No y sí, solo quiero que hagas un favor para arreglar esta falla tuya... —volteó a verme.

—¿Y esa sería...? —ladeé la cabeza.

—Que me ayudes a encontrar mis Vira-bracelets... —eso sí que no...

—¿Aja? ¿Para qué? ¿¡Para que sigas con tus asesinatos con tus chingaderas?! —pregunté enojado.

—Necesito una por lo menos, no puedo estar así sin nada... —comentó.

—No veo para qué los necesitas... —le di la espalda y me fui a sentar en el suelo donde estaban mi almohada y mi manta.

—Mira, yo sé que tal vez tú sabes dónde están, y pues puedo ayudarte y tal vez dejarte en paz... si es que me ayudas —se acercó a mi celda para verme mejor.

—Y si te ayudo y te entrego tu Vira-bracelet... ¿seguirás con tu conquista por todo el Internet? —lo miré, no podría confiar en él.

—... —desvió la mirada y vio donde estaba el niño Viro, después me miró— Bueno... no estoy seguro de seguir haciéndolo.

—¿Cómo puedo creerte? —desvié la mirada, si le enseñaba dónde estaba su Vira-bracelet tal vez iría donde Alan y mataría a mi hermano y a los demás...

—¿Cómo sé que no irás a matar a los demás, y matar gente inocente?...

—No lo haré... te daré mi palabra —me miró directamente a los ojos, ¿qué debería hacer...?

—Chosen One, puede confiar en Dark Lord, te ayudará si tú lo ayudas a él. ¿Alguna vez te ha fallado? —se puso al lado de Dark, y parecía su hijo.

—Está bien... te daré tu Vira-bracelet, pero... yo iré solo... —me levanté del suelo y me acerqué donde Dark.

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[The Dark's Lord POV]

No podía simplemente dejarlo ir sin que me asegurara de que no se llevaría información a Alan. Temía que fuera a advertir sobre mi supervivencia, y que pudieran intentar matarme, o incluso usar al pobre muchacho del olor a durazno como un arma en mi contra. No tenía otra opción que volver a confiar en él, pero la sola idea me hacía sentir incómodo. ¿De verdad iba a poder confiar en esta persona de nuevo?

No tenía opción...

—¿Cómo sabré que no me vas a traicionar e irte? —lo miré.

—Tengo la misma pregunta, pero... no tenemos otra que confiar... —se puso muy enfrente mío, pero sin tocar los barrotes.

—Okey... tengamos un trato justo... yo te ayudaré a curarte y te daré tu libertad... si es que me ayudas a recuperar mis Vira-bracelets... —me crucé de brazos.

—Okey... tenemos un trato —me miró.

—Está bien... Chosen One... —también lo miré.

—¡Yeyy! ¡Amigo nuevo! —gritó Viro emocionado.

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[Continuará...♡]

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