Había una vez, pero ya no. )) -Lourdes Moreno.

Él y yo, él y yo, eran las únicas pequeñas palabras que se podían repetir en ese momento, nunca supe si eran verdad o si solo éramos un premio de consolación.

Nunca fui un hombre de palabra y nunca me fíe de las palabras que la gente decía, pero esas pequeñas sílabas "él y yo" tenían mucho que contar. No era solo una historia de amor, porque el amor es traicionero y decidimos no vivir en un cuento de hadas, en fin todo era perfecto y un segundo mató todo eso...

Caminé despacio a lavar mi cara, no era la primera vez que tenía malos sueños pero ya no importaba después de todo había vivido cosas que no me dejarían muchas cosas bonitas que contar.
Miré al espejo observando la toalla detrás de mí moverse al menos un centímetro balanceándose lenta y suavemente, mis manos temblaron aún mojadas con el grifo abierto, no quería ser el loco en la relación pero comenzaba a ver fantasmas. Alguna vez lo asimilé con fantasmas de mi pasado como en un concepto figurado después de la muerte de mi ex, seguramente era porque mi mente se comprometía a hacerme sufrir y no ponerme a pensar en cosas que no tienen explicación propia en el momento inadecuado.

Cerré el grifo del agua mirando de nuevo al espejo notando la toalla como si nunca se hubiera movido, era imposible que hubiera sido una corriente de viento porque en realidad mi novio se empeña a cerrar las ventanas de noche por el frío que hace, pensé en volver a la cama corriendo y tapar mi cuerpo hasta la cabeza. Pero no era un niño pequeño.

A veces, solo a veces me preocupan los efectos colaterales que pudiera tener Daniel al tener un novio como yo, con un pasado lleno de sufrimiento y traumas, y digo que solo a veces me preocupa porque no quisiera llegar a preocuparme tanto para que algo realmente  llegue a pasarle.
Me volteé lentamente, mirando la tasa del baño y recordando como Ian (mi ex) insistía en dejar la tapa abajo, por esa razón a veces teníamos muchos problemas. Intenté moverme pero tenía la sensación de que alguien/algo me tocaría tratando de que me quedara en el cuarto si trataba de irme. Mi cuerpo estaba tenso y acorralado.

Al fin Daniel se despertó después de unos segundos notando mi ausencia en la cama, ー Matías, amor qué haces , ¿Te sientes mal? ー preguntó a lo que le respondí anulando mi miedo.

ー solo quería ver si las ventanas estaban cerradas, lo siento por dudar ー respondí sabiendo que su adicción era espantar el frío cerrando hasta la puerta de la habitación. Parecía que se escondería en una caja en poco tiempo.

Volví a la cama acostándome de costumbre hacia el lado izquierdo, miré hacia el techo encontrando unos nuevos dedos marcados parecían ser de tinta negra pero sabía de costumbre que eso desaparecía a la mañana siguiente.

Poco tiempo después de muchas pesadillas decidí estar listo a pesar de las noches de insomnio para regresar a connecticut junto con Daniel, a mi vieja casa que compartía en verano con Ian.

Nunca creí lo que sucedería ahí.