capítulo tres

Los desastres con desastres se arreglan

Tenía que estar loco, tenía que estarlo, sería la única forma de comprobar que esto no es cierto, pero, aún así, aunque estuviera loco nisiquiera lo notaría.

No podía creerlo, ese instante, fue tan real y tan simple. Me hizo temblar y jalar mis cabellos, fue una sensación del pasado muy repentina, y no es que ese pasado ya haya quedado muy atrás, quiero decir, no quiero que vuelva ni por un momento.

Aquí estoy, sentado en mi lado de la cama meditando desnudo, la noche fue deliciosa para los dos, los tragos nos quitaron la vergüenza.

Pero no quería que ese momento se repitiera, en este momento estoy tan dispuesto a alejarme de esos recuerdos. Quisiera tener la cabeza llena de otra cosa.

Daniel despertó y me deseó los buenos días, a pesar de que yo llevaba mucho tiempo antes despierto, aunque fuera una droga.

ーqué quieres desayunar voyー preguntó, pero ya  había perdido el apetito así que pediría algo ligero.

ーhazme un desayuno Estado Unidense. ー pedí. Daniel no es de preparar almuerzos o comidas elaboradas, a diferencia de Ian que me hacía comer como un rey.... Deja de pensar..

Se levanto y fue al cuarto de baño para ducharse, no me atrevía a ducharme con él después de lo que pasó en la noche. Me refiero a que no tengo más entusiasmo para comportarme amoroso o  crear una atmósfera sexosa, simplemente el alcohol hizo el trabajo de siempre.

Pero sabía que me esperaba, así que hice un último esfuerzo . Los desastres con  desastres se arreglan.

Después de "aquello", tenía que buscar un aburrido empleo, pero me encontraba tan temeroso por mis pesadillas que solo quería encontrar uno en línea. Nunca creí que sería peor.

Las doce del medio día marcó el reloj cuando terminé mi típico desayuno, lo llevé a lavar la vajilla y escuchar a Daniel irse diciendo que iría a conocer los alrededores, yo no tenía la menor preocupación de que se perdiese por un día en una ciudad nueva, creo que le hacía falta.

Terminé mi café y fuí a lavar mis dientes, siempre lo hago después de cada comida o vomitaré, es lo que saben todas las personas que me conocen a fondo sobre mí.
Lave  el cepillo y me miré al espejo, de algo me percate, la toalla detrás mío en los ganchos pegados a la pared del baño se había caído. Me acerqué para levantarla, me acerqué un poco más y cuando la levanté me dí cuenta de que tapaba algo.
Las manchas de sangre de ese día.

En la toalla grisácea por dejaba tapadas manchas de sangre en el suelo, la solté cuando la ví, no hay ninguna mujer que menstrue aquí, era aterrador. Cada una de mis terminaciones nerviosas reaccionaron de la peor manera, y me quedé paralizado ahí, mirando la sangre nada fresca, podría ser de Daniel pero cómo, cómo es esto, no recuerdo que había algo cuando entré al baño. Y si es así estoy totalmente ciego, ciego por esto, estoy totalmente ciego desde ese día, no noto ninguna briza, ni heridas en Daniel. Pero él, también está ciego de ser así, quién no se daría cuenta de que está herido.

La forma de la sangre es como la última vez con Ian. Y nisiquiera pude reaccionar como ahora.

Daniel llegó, se abrió la puerta delantera y me llamó, no respondí, seguí ahí sintiendo una respiración en la habitación. Temiendo que me tocara si me movía. La sangre seguía seca, aunque fuera por el vapor del baño seguro nunca se haría fresca.

ーcariño qué hacesーsubió Daniel y me miró, ー¿qué pasa?ー

Volteé hacia él,ー¿No lo ves?ー susurré.

ーquéー

ーla sangre...ー traté de apuntar con el dedo al lugar pero se encontraba tieso.

ーcariño comienzas a darme miedo  en este momento....ー

ー¡N-No pero la sangre...!ー Volteé la cabeza y solo me encontré con una toalla tendida y destendida en el suelo de la habitación, no había ninguna mancha de sangre seca.

Daniel suspiró, ーvamos, traje pizza. Calienteー rió pero yo aún tenía la mirada fija en el lugar, limpio.

Al final la pizza me hizo recordar que estaba en un lugar seguro a su lado. Algunos nervios se fueron. Pero no el recuerdo.

••
Espero que hayas disfrutado el capítulo de hoy, no, la verdad no, pero recuerda activar la música en la última parte para disfrutar más de la lectura, oh de la escritora, si no lo has hecho reeleé.
Ciao.

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