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Me desperté con un terrible dolor de cabeza como ya era de costumbre, al parecer tenía algún tipo de...¿Gripe?. Tantas fueron las molestias que el jefe de nuestra agencia me obligó a tomarme un par de semanas para descansar.

Aún me sigue pareciendo extraño. Me levanté posando mi mano en el hueco vacío junto a mí. Caminé hasta la cocina para hacerme el desayuno intentando distraerme del malestar si no fuese por el ruidazo que hizo mi celular al recibir una llamada entrante.

Tomé el mentado aparato con bruzquedad y respondí la llamada con cortesía y amabilidad.

----¿Que cojones quieres, joder?----

----Vaya, buenos días a ti también rubita explosiones.---- Se escuchó una risa al otro lado de la línea. ---- Kirishima me contó sobre tu "discapacidad". Llevas varias semanas sin ir, ¿Como te encuentras?.----

----De la mierda estúpida alien. Siento mareos de repente y la puta cabeza me duele como mil infiernos y...---- Y en ese momento todo hizo click como si se hubiese conectado.

Se había empezado a sentir mal una semana y media luego de su último celo, del cual Kirishima se encargó. Y dejó de escuchar, dejó de escuchar la voz preocupada al otro lado de la línea. Repasó todos y cada uno de los acontesimientos desde su celo hasta ese día.

----¿Bakugo-kun?---- Pero solo escuchó el telefono caer al suelo y unos acelerados pasos por todo el salón. Posterior mente, se escucharon unas llaves y la puerta siendo cerrada de forma apresurada.

Bakugo corrió con todas sus fuerzas a la farmacia más cercana, compró lo que necesitaba y volvió a correr como loco hasta el departamento. Tomó su celular y marcó el primer número en su lista de recientes.

----¿Bakugo? Dios, me has asustado de muerte, ¿Que ha pasado?.----

----Mina...ven lo más rápido que puedas maldita sea.---- Habló con voz temblorosa.

Cᴏɴᴛɪɴᴜᴀʀᴀ́....