Nadie lo notaba pero el blondo se hallaba desesperado.

Justo cuando pensó que por fin podría cobrarselas a esa maldita serpiente, Sai los guiaba directo hacia la persona que menos quería pero a la ves anhelaba ver otra vez.

- eres tú - le escucho decir a Sakura -

Eso bastó para dejar atrás Yamato y correr con todas sus fuerzas para poder verlo con sus propios azulados ojos.

- Sasuke - murmuró al verlo tan cambiado pero a la vez tan igual que la última vez -

- asi que también viniste... Naruto

Por alguna razón ambos se sintieron extraños al momento de cruzar sus miradas nuevamente después de tanto tiempo.

Antes de que el blondo pudiera contestar, Sai saco su arma de forma amenazadora dando a entender que la charla se pospondría por tiempo indefinido.

- no se mucho sobre ti, pero si se que Sakura y Naruto han sacrificado mucho por ese vínculo que los une - musitó ese azabache que estaba empezando a enojarle -

¿Quien se creía para venir y hablarle sobre vínculos que ni siquiera el mismo entiende?

- si lo se - contestó indiferente - por eso los rompí

El maldito azabache jamás lo sabría pero esas simples, cortas e hirientes palabras habían desmoronado todos sus sueños y esperanzas en solo un segundo.

- el único vínculo que tengo es el de mi hermano y yo - siguió hablando ignorando el evidente malestar que le producía al rubio - y es un vínculo lleno de odio

Cuantas ganas de partirle esa perfecta cara ahí mismo, odio odio odio ¿acaso no podía pensar en otra cosa?

- tener muchos lazos en este mundo solo representa una carga

Ok ese fue el límite.

- si eso es cierto ¡Entonces porque no me mataste ese día!

No iba a llorar, no no, no le daría ese gusto.

- eso es sencillo, dejarte vivo solo fue un capricho

Con tremenda velocidad que ni Yamato pudo reaccionar, Naruto sintió la mano que alguna vez fue gentil en su hombro.

- ¿no era tú sueño convertirte en Hokage algún día? - murmuró cerca de su oído -

Eso debería ser amenazante, pero a Naruto le causaba de todo menos miedo.

- todo ese tiempo que gastaste conmigo debiste haberlo aprovechado en tú sueño - sin dejar de tocar el hombro del blondo, con su otra mano sacó lentamente la enorme espada que cargaba - ahora mi capricho me dice que debo terminar lo que empecé

- como podría... ¿Como podría convertirme en Hokage? Cuando ni siquiera puedo salvar a un amigo

No lo notaron, pero a ambos les dolió eso último dicho.