ᴄᵃᵖⁱ́ᵗᵘˡᵒ xɪɪɪ
ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ʟᴀs ᴄᴏsᴀs sᴇ ᴄᴏᴍᴘʟɪᴄᴀɴ
ᴄᵃᵖⁱ́ᵗᵘˡᵒ ᴅᵉᵈⁱᶜᵃᵈᵒ ᵃ ᴊᵒʰⁿ ʙᵉˡᵘˢʰⁱ
ғᵉˡⁱᶻ ᶜᵘᵐᵖˡᵉᵃⁿ̃ᵒˢ ⁿᵘ́ᵐᵉʳᵒ 72
《☆》
31 de Octubre de 1988
Eric cambio su semblante de alegría a furia.
—¿Jacqueline?
—Eric
—¿Cómo diablos me encontraste?— El pelinegro ni siquiera le estaba permitiendo entrar
—¿Me podrías dejar pasar?— Él no quería hacerlo, pero de seguir actuando así seguiría siendo un cobarde
—Adelante
Eric aún no procesaba que estaba frente a él. Había cambiado demasiado, su mirada ya no reflejaba pizca alguna de emoción como cuando la conocía. Parecía la sombra de aquello.
—Antes de que me juzgues quiero decirte que yo nunca te fui infiel— Eric la miraba incrédulo
—¿Y esas pruebas?, ¿Las fotografías son montaje o que diablos?
—Las manipule para hacerlas ver reales, yo realmente nunca te engañe— La pelinegra agacho la mirada.
—Mataste a mi hijo— Eric estaba al borde de las lágrimas al decir eso último.
Era un tema aún difícil de asimilar para él.
—Eric... yo no maté a nuestro hijo— Jacqueline lloraba— Te hice creer que me había deshecho de la criatura. Cuando en realidad yo...sufrí un aborto espontáneo, realmente no quería que muriera, pero el bebé partió.
Ambos lloraban desgarradoramente.
—Eramos tan jóvenes y estúpidos, fingí el engaño porque tenía miedo de que me odiaras luego de pasar más años juntos— Jacqueline se acerco a Eric y lo miraba fijamente—Sabes muy bien que nuestros temperamentos eran difíciles y las discusiones se hicieron constantes
—¿Dónde está mi hijo? ¡Respóndeme Jacqueline!— Eric expulsó toda su impotencia y apreto con fuerza una de las muñecas de la pelinegra.
—¡Si me sueltas te lo diré!, ¡por dios Eric, me estás lastimando!— El pelinegro al ver su acción la soltó del severo agarre.
—Por favor quiero saber que paso con mi hijo— Le suplicaba con la mirada alguna respuesta
—Era niña Eric, nuestra hija era mujer— Jacqueline sonreía amargamente— Yo la llamaba Elle desde mi vientre y así fue como la enterré su tan frágil y pequeño cadáver en el Panteón de Chicago.
Jacqueline no podía más con el dolor.
—¿Y dónde vives?— Eric decidió cambiar el tema
—Vivo en un hotel cercano a Central Park y trabajo como maestra de música en una pequeña escuela— Jacqueline forjo un poco de distancia de Eric— Quizás deberías ver más seguido a la casa de a lado de tu nueva novia, ahí viven dos familias que se unieron, Los Tanner y Los Baines. En la familia hay dos hermanastros, Carol que es la amiga de Jade y William, que es mi sobrino.
—Espera un segundo, ¿Tú conoces a Jade y Camille?
—Por supuesto, yo suelo ir a la florería al menos una vez cada seis meses.
—¿Desde cuando vives aquí en New York?— Su semblante no era nada tranquilo
—Desde el año que tú llegaste, 1981— Jacqueline formó un silencio
El cual resulto ser extremadamente incómodo.
—No te pido que me perdones, solo quiero que sepas la verdad— El llanto de la mujer era intenso— Además de que quiero que sepas todo esto para cuando llegue mi momento
—¿A que te refieres con eso?
—Eric, tan solo quiero que me perdones
—Es más que claro que te perdono Jacqueline
—¿De verdad me perdonas?
—Por supuesto, no puedo odiarte— Acariciaba su cabello— Después de todo, tú supiste darme uno de los mejores regalos de la vida y tristemente el destino no los arrebató de la manera más desafortunada.
El abrazo permanecía y la puerta se abrió.
Camille miraba con confusión la escena, imaginando claramente lo peor.
La castaña no espero ninguna palabra del pelinegro y salió disparada del lugar.
Ella comenzó a acelerar el paso al sentir que alguien la perseguía.
Pero se detuvo al ver a la persona.
—Soy Jacqueline Geller— Luego de decir aquello, una cachetada fue una respuesta más que inmediata de la castaña
—Yo soy Camille Winchester— La miro haciéndole muecas
Jacqueline agachó la mirada.
—Vine a hablar con Eric para confesarle toda la verdad— La pelinegra la miró— Y es hora de que tú la sepas de mi viva voz
Camille simplemente no quería escucharla. Pero al ver su mirada supo algo, tenía miedo.
—Eric no es malo, solo forjó ese carácter por las acciones que lo tocaron— Camille le decía— Hiciste lo correcto al venir aquí y decirle la verdad, tuviste agallas luego de lo que ocurrió entre ustedes.
—Yo lo único que quiero es su felicidad y me hacía infeliz que no lo fuera por mi culpa— Jacqueline soltó algunas lágrimas— Al menos se que ya está en muy buenas manos, te deseo todo lo mejor con él, ese hombre que está allá arriba vale oro. Si yo cometí el error de dejarlo ir, tú no lo hagas y sé feliz a su lado.
Camille lo pensó, pero la mujer que estaba frente a ella tenía razón, Eric ahora formaba parte de su felicidad y ella era parte de la suya.
—Les deseo todo lo mejor y cuida mucho de él, te estaré plenamente agradecida
—La haré Jackie
Ambas se abrazaron y cada quien tomó un camino distinto.
Camille subió las escaleras y entró al departamento de Eric.
—Jacqueline me dijo toda la verdad, nos deseo toda la felicidad del mundo— Camille le sonrió levemente.
Ambos se acercaron y no dijeron nada más y se dieron un beso.
Un beso que reafirmaba que lo suyo iba más que en serio.
Nathan, Rachel, Louis y Agnes cenaban en aquel departamento neoyorkino.
—Sabes Agnes, sospecho que en tu otra vida fuiste corredora, nunca había visto una novia correr tan rápido de la iglesia como tú— Nathan reía con fuerza y Rachel le siguió.
Mientras que Agnes se reía avergonzada y Louis no decía nada al respecto.
La palabra matrimonio se había esfumado de su mente luego de aquel hecho.
—Supe que te casarías con otro hombre luego de mí— Nathan la miraba con cierta confusión— ¿Realmente te gustaba ese chico?
Era más que lógico que a Louis no le agradaba esa conversación, pero no quería tornarse grosero y salir de una manera infantil. Decidió quedarse sentado y seguir comiendo.
—Realmente lo hice para apoyarlo—Agnes suspiro de manera divertida— él me confeso que era gay y decidí fingir que no quería casarme para que pudiera huir de dónde no era feliz.
Louis no supo que decir al respecto, siempre creyó que Agnes lo había hecho como en la primera ocasión. Luego de eso, decidió hablar.
—Sabes Agnes, sería interesante que me contaras el motivo por el cual huyes del matrimonio— Louis la miraba duramente— Al fin de cuentas, estamos en completa confianza.
Nathan se levanto de la mesa y Rachel imitó su acción, Agnes luego de escuchar aquello dejó de sonreír.
Louis solo vio que Nathan le decía algo en el oído a Agnes, antes de salir del departamento.
—¿Y me dirás el motivo?, al parecer todos lo saben menos yo— El castaño la seguía mirando.
—¡No tengo porque darte explicaciones de mi vida!— Louis se asustó al ver a Agnes tan alterada— ¡Si no te lo he contado es mi jodido problema!
Agnes se levantó de la mesa y comenzaba a tener un ataque de pánico y emitía gritos demasiado fuertes.
—¡Maldita sea Agnes, no te cuesta nada decírmelo!— Louis trataba de tomarla por los hombros y por instinto la abrazaba.
Vaya error.
La pelinegra se le nublaba la vista y los recuerdos llevaban.
—¡Déjame!, ¡Me lastimas!— La chica forcejeaba con todas sus fuerzas— ¡Déjame!
Agnes tomo un vaso y lo rompió en la cabeza de Louis. La chica huyó y se encerro en su habitación.
El pánico y las lágrimas se apoderaron de la chica.
Louis se levantaba del suelo adolorido, tornándose confundido.
Nunca había visto a Agnes actuar de aquella manera tan violenta.
Fue a curarse la cabeza y decidió acercarse un poco a la puerta de la habitación de la chica.
El sonido del dolor por parte de la pelinegra le dolía. Nunca fue su intención hacerla llorar y su inquietud aún no terminaba.
Tenía que saber que le ocurría a Agnes para poder ayudarla.
Jade comía en casa de los Tanner-Baines, Carol y su novio Richard estaban frente a ella, lo cual le resultaba tierno.
El castaño trataba muy bien a su amiga y eso es lo que realmente le resultaba bello.
Por otra parte, Will no dejaba de hablar sobre aquella chica.
Lo cual hizo que la paciencia de la pelinegra terminara.
—Tengo que irme, estuvo realmente deliciosa la comida señora Tanner— Jade salía sin despedirse de nadie más
Alguién perseguía a Jade y ella sabía de quién se trataba.
—¿Puedes dejar de seguirme?—La mirada de la chica era de furia
—No quiero
—No te lo tomes tan personal William, pero realmente me tienes hasta aquí— Señalo su cabeza de manera seria— Si tanto te gusta esa chica háblale y dile lo que sientes por ella. Estoy tan feliz de que al fin te enamores de alguién, pero de verdad yo no quiero saber más sobre esas estupideces.
Jade suspiraba sabiendo que aquello último había arruinado la conversación.
—Jade...
—Solo... Déjame en paz— La pelinegra se alejó del castaño y huyó hacia su casa.
Pero para Will no era el fin para su plan.
Y lo tenía más que claro.
La noche llegó y Jade estaba en su casa viendo películas románticas.
—¡Esas realmente son estupideces Gilda!— La chica aventaba palomitas al televisor— ¡Hal solo quiere sexo contigo maldita sea!
El sonido de la puerta fue evidente.
Jade se levantó algo desconfiada, pero al abrir solo miraba con confusión.
—Alex...
—Hola Jade, antes de que cierres la puerta tienes que escucharme— La chica dudaba de sus palabras, pero decidió escucharlo— Termine con Samantha, realmente me di cuenta que te amo y quiero estar contigo
Jade intentaba cerrar la puerta, sabía que Alex estaba borracho.
—Te perdono, pero lárgate de aquí— La pelinegra le decía con cierto temor— Me estás dando miedo
—¡Te da miedo de que te ame!
Alex con suficiente fuerza abrió la puerta, poniendo en alerta a Jade.
La pelinegra corrió, pero fue tomada con fuerza por el pelirrojo.
Le dio un fuerte golpe contra la pared.
—¡Hoy serás mía!— La golpeo con fuerza y comenzo a desgarrar la ropa de la chica
La chica intentaba quitárselo de encima y gritar, pero la golpeaba con fuerza.
—¡Déjame!— Gritaba con los pocos alientos de fuerza— ¡Ayuda!
—¡Cállate maldita sea!— Un puñetazo duro fue la respuesta de Alex— ¡No entiendes que te amo!
La chica comenzaba a sangrar y lloraba amargamente.
Sentía que en cualquier momento se desmayaria por el dolor.
Un golpe más y todo se volvió oscuridad para la pelinegra.
Will realmente se sentía horrible por ignorar a Jade y luego de que aquella tarde ella le dejara en claro el como la hacía sentir sus palabras, supe lo que tanto buscaba.
Estaba cerca de la ventana de su habitación y de un momento a otro escuchó gritos sonoros en la casa de a lado.
Salió inmediatamente de la habitación, topandose a Carol.
—¡Por dios, esa es Jade!
—Quédate aquí y llama a la policía, yo trataré de ayudarla— Carol asintió y Will con toda la valentía decidió entrar a la casa de Jade.
Miro con furia la acción que presenciaba.
Jade se encontraba inconsciente, mientras que Alex estaba por abusar de ella.
Will tomó todo su coraje y lo separo con fuerza de la chica.
—¡Hoy vas a morir, maldito infeliz!— Will fue demasiado certero y comenzo a golpear con fuerza a Alex.
La sangre escurría por el cuerpo y rostro del pelirrojo, pero el castaño no se bastaba con eso, eso y más merecía por lo que planeaba hacer con Jade.
Will comenzaba a asfixiar a Alex con demasiada decisión.
—¡Te mataré!— El alcohol se fue del cuerpo del pelirrojo al sentir como el castaño apretaba con fuerza su cuello.
—¡William por dios, no te ensucies las manos!— Carol gritaba asustada al ver la acción.
Will al fin había reaccionado, estaba a punto de matar a un tipo.
No paso mucho tiempo para que dos autos, una ambulancia y varias patrullas llegaran al lugar.
Alex inmediatamente fue arrestado, mientras que varios paramédicos levantaban a Jade del suelo.
—¡Tenemos que ir rápido, esta chica está muy grave!— Con algo de rapidez salían del lugar.
Will estaba procesando lo que pasaba.
Camille estaba llorando mientras miraba a su hija de esa manera.
—¿Quién acompañará a la paciente?
Camille no dudó en ningún segundo y se fue dentro de la ambulancia.
Eric y Louis estaban frente a Will y Carol.
—¿Qué fue lo que paso?— Louis preguntaba
—Tu hermano intento abusar sexualmente de Jade— Carol lo miraba con dureza— Si Will no hubiera llegado a tiempo eso habría ocurrido
Louis decidió no decir nada más.
—Pero si no hubiera sido por mí, William lo habría matado— Eric miraba con asombro a ambos jóvenes.
—¿De verdad lo habrías matado?— Louis fue lo único que pudo decir
—La furia entró a mi cuerpo, y Carol tiene razón, habría matado a Alex si no hubiera llegado a tiempo— El chico suspiro— Louis...sabes perfectamente que Alex irá a la cárcel por lo que hizo. Un intento de violación se paga con mínimo 15 años de prisión.
Louis asintió.
—Tienen que ir a la delegación a levantar la denuncia si quieren yo los llevo y los traigo de vuelta— Aclaro Eric— Lo siento Louis, tu hermano debe pagar por lo que hizo
—Y tienes razón, Alex esta vez cruzó la línea— Suspiro— Le diré a mis padres, ellos deben saber la verdad antes de que Alex les diga otra que no lo es
—Entiendo viejo, nos vemos luego en el hospital— Ambos se despidieron
Y todos tomaron distintos caminos.
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