ꜰᴇᴇʟɪɴɢ.
Al cabo del medio día. Cuando los rayos de sol estaban en su punto, decidieron por fin salir del río y dejarse caer sobre el suave pasto.
Ambos tenían sonrisas dibujadas en sus rostros, se sentían en paz.
—Tengo hambre. -Murmuró el Omega con un puchero.
Tae entonces recordó que la abuela Jeon le había dado el lunch. Sacó los contenedores de comida y el Omega rápidamente se sentó, ansioso por comer.
—La abuela Jeon nos hizo el almuerzo. -Comentó sacando varios contenedores y dejándolos frente al Omega que tenía la mirada de su depredador interno. —Aunque se supone que seríamos tres pero-
—Eso es lo de menos. -Lo cortó el Omega que ya tenía los utensilios listos. —Yo puedo comer por dos.
Entonces el almuerzo pasó bajo una incomparable armonía.
—Y dime, Tae. ¿Cómo haz vivido todos estos años? -Consultó antes de meterse una enorme porción de espaguetis y llenar sus mejillas.
«Lindo.» Pensó el alfa que lo miraba.
—Umm... Como dije antes. Mi manada fue consumida por los cazadores. Ya sabes, buscaban nuestra piel y además tomaron a muchos como rehenes para estudiarlos hasta que acabaron con su vida. -Bebió un poco de Suju. —Y bueno, tú entiendes, nosotros como Tigres nunca estamos del todo juntos, pero fue muy difícil cuando perdí a mis padres. Ellos eran mi soporte y sólo tenía siete años cuando pasó.
— ¿Qué edad tienes ahora? -Preguntó entendiendo perfectamente la situación del alfa.
—Veinte. -Sonrió levemente.
—Haz sabido superar las adversidades. -Comentó mirándolo con admiración.
—Con ayuda de los Jeon. -Aclaró. —Ellos me criaron desde entonces, cuando los Jeon llegaron aquí, fueron como mis Ángeles pues en este lugar teníamos nuestro territorio, pero todo se destruyó cuando nos invadieron. Yo estaba escondido en una cabaña, no había comido en días y pensé que moriría, pero de la nada, ellos llegaron preguntando si había alguien con vida. Créeme Jinnie, ellos de verdad son mis Ángeles, porque desde ese día no me hizo falta nada, ellos vinieron y pues... Hicieron todo lo que ves ahora, aprendí a trabajar en la granja y a mantener el campo de flores. Luego empezamos la construcción de su casa y finalmente hicimos una para mi. Sabiendo que ellos tienen su familia. Pero por razones que supongo ya conoces, nunca recibían visitas.
Jin asintió. Era triste la situación de todos allí.
—Entonces, conforme los años, aparecieron algunas personas a las que también habían destruido sus hogares, al final nos volvimos como una aldea de una amplia diversidad de especies, todos aquí somos una familia, pequeña pero familia. -Terminó la historia con su peculiar sonrisa.
— ¿Y dónde están? Me encantaría conocerlos. -Dijo el Omega interesado en conocer a esas personas.
—Lo harás. Pero como sabes, para comer se debe trabajar, así que los veremos mañana que es el día libre de todos y por lo regular nos reunimos para almorzar juntos. Además... Se corrió la voz que el nieto de los fundadores de la aldea vendría y están muy emocionados por conocerlo. -Esto último lo dijo con una falsa sonrisa.
—Tae... ¿Por qué odias a JungKook? -Consultó suavemente.
El Tigre suspiró.
—Supongo que fue un choque a primera vista. -Intentó bromear.
—TaeHyung. -Dijo con advertencia.
El otro rodó los ojos. —Ay Jinnie, simplemente me cae mal. No sé, algo en él no me gusta. Es como si... Es como si ocultara algo.
Jin bajó la mirada. De cierta forma aquella especulación se sintió como una bofetada.
—Dime la verdad, SeokJin. ¿Tu relación con JungKook es mentira? Porque por lo sucedido con los abuelos Jeon, sé que ese tipo que es el rey Dragón o alguna estupidez de esas, no aprueba los acoplamientos de Dragones con distintas especies. No debe estar contento con la relación de su hijito y un Tigre. -Acertó sin saberlo.
—Bueno... Tienes toda la razón. Mi relación con JungKook es clandestina. Él está comprometido con una Dragona de su linaje. -Admitió triste.
— ¡¿Y así viene a fingir que todo está bien?! ¿Cómo puedes permitir algo así, SeokJin? Tú vales mucho. ¡Ese tonto está pasando por encima de ti! ¡Tú mereces una relación de verdad! ¡Mereces un alfa que dé todo por ti sin dudar! Que te proteja hasta de su propio padre. -Habló con tono indignado.
Jin no lo soportó y lloró en silencio, cada palabra que Tae había dicho era como una estaca para su frágil corazón. Él lo sabía, estaba muy consciente de que su relación no le traería nada bueno y JungKook no estaba dispuesto a ir contra sus padres por él... Eso era lo más difícil de aceptar.
Tae lo abrazó y acarició sus hebras doradas. Apenas había visto al chico pero ese día de convivencia había bastado para conocer el dulce corazón que tenía ese hermoso Omega. Él pensó que era de esos típicos Omegas sin cerebro, pero el rubio que tenía entre sus brazos, respirando pausadamente, era una frágil mariposa que debía ser amada y cuidada con devoción.
—Permíteme cuidarte... -Susurró contra su oído.
Pero no recibió respuesta. El Omega se había quedado dormido y él lo atrajo hacia su pecho.
«SeokJin... ¿Qué me haz hecho?» Se preguntó, triste por no ser merecedor de su amor.
Amo esta historia y amo sus comentarios xD
Mañana publicaré la otra parte de este maratón. ¿Qué les está pareciendo? 👀
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