5?

-Jajaja - reía Kagome señalando la panza de su mejor amigo - ¡Tienes una pelotita! - Kagome palmeo la barriga de Inuyasha que estaba hinchada de comer tanto dulces.

-¡La tuya también! - Inuyasha hizo lo mismo con la barriga de Kagome riendo.

-Estoy gordita - Kagome estiró sus cachetes.

-Estás linda - Inuyasha tomo su mano.

-¿Me querrás cuando éste gordita?

-No importa como seas, siempre te voy a querer.

-Eres muy lindo Inuyasha.

-¿Y tú me querrás aunque me vea como el viejo Myoga?

-No importa como seas, siempre te voy a querer...

°°°

Biceps, tríceps, pectorales, abdominales, esos cuadritos marcados en el vientre que la alocaban, sus piernas largas y marcadas...su lisa piel bronceada.

¿Tan sexy tenía que ser su enemigo? 

Desde que tenía 15 años que sus hormonas la obligaron a fantasear con un hombre, había salido con dos chicos y ahora Koga y ninguno se acercaba a lo que su enemigo ocultaba debajo de sus ropas, bueno...Koga un poquito, solo un poquito.

Nunca lo había visto como un hombre, desde los 12 años solo quería su extinción de su vida para siempre.

¿Qué había hecho Inuyasha para traerse ese cuerpazo de revista?  Ahora sabía por que tenía tantas amiguitas, la diversión, falta no le hacía.

Y el tatuaje en su muslo...

Momento.

¿Tenía un tatuaje en su muslo? ¡Tenía un tatuaje!

Empezó a reírse maquiavélica mientras sus padres y hermano menor la miraban preocupados.

-¿Tenemos que preocuparnos?  - Sota murmuro a sus padres.

-No, déjala...es adolescente-  ambos padres se encogieron de hombros continuando cenando.

Kagome sonrio con malicia, no tuvo que hacer nada para hundir a Inuyasha,  él solo lo había hecho al hacerse un tatuaje y dejar que ella lo viera....le diría a Izayoi, ella lo castigaria severamente y así obtendría victoria en su venganza.

-Ire a ver a Izayoi - salto alegorica Kagome saliendo de su casa con las llaves del auto que sus padres le regalaron - Inuyasha estás muertito.

°°°

-¿Qué haces aquí?  - Inuyasha abrió la puerta de su casa al ser tocada con desesperación más de tres veces .

-¿Está Izayoi?  - sin que la invitara, ella paso empujándolo de la puerta.

-En la cocina. ¿Qué quieres con mi mamá ahora? ¿Otra vez le dirás que me obligue a acompañarlas a ir de compras?

-No, eso ya es de niños - Kagome se hizo la misteriosa caminando de un lado a otro -Inuyasha... - canturreeo su nombre cariñosamente, algo que a Inuyasha le aterro.

-Q...qué ¿Qué?

-¿Tus padres saben que tienes un tatuaje?  - sonrió cerca de su rostro,  su sonrisa malvada que hizo que a Inuyasha le recorriera un escalofrío por todo su cuerpo.

Inuyasha abrió sus ojos, retrocedio y miro a su alrededor, seguían solos. La tomo de la mano y tiro de ella hasta llegar con dificultad a su habitación debido a la negación de Kagome. Cerro la puerta saltándola en medio de su habitación.

-¡Déjame salir!

-Cállate-  ordeno-  de acá no sales hasta que prometas no decir nada de mi tatuaje.

-Lo prometo - rápidamente respondió con simpleza.

-¿Qué?  - confundido soltó aire Inuyasha.

-Que lo prometo,  ahora déjame salir -señaló la puerta.

-No te creo...- murmuro.

-Deberías de intentarlo-  rencorosa respondió.

Inuyasha dudo pero termino abriendo la puerta, Kagome desfilando salió bajo la atenta mirada ambarina de su enemigo. Al estar cerca de las escaleras empezó a gritar.

-¡IzaInuyashasehizountaaa! - y no pudo seguir, Inuyasha corrió a ella le tapo la boca y volvió a traerla a su habitación encerrandose con ella dentro.

-¡Eres una mentirosa! - Kagome sonrió - de aquí no te vas.

-Esto es secuestro imbécil.

-Veniste por tu cuenta, no es un secuestro.

-A la casa de tus padres vine por cuenta propia ¡No a tu habitación!

-Te aguantas igual.

-Entonces... Según tú no saldre, dime ¿Cumplirás todas mis necesidades?

-¿Cómo cuales? - dijo viendo a Kagome recostarse en su cama con tanta comodidad.

-Comida, baño...comida.

-Ahh...- suspiro- solo dime que quieres para que no le cuentes a nadie del tatuaje-  Inuyasha se sentó en la cama al lado de los pies de Kagome.

Está era la primera vez en 6 años que mantenían una conversación larga y sin bromas en medio.

-Quiero ver el tatuaje- se sentó Kagome manteniendo su distancia con el peli plata.

-¿Eso es todo?

-Por ahora-  se encogió de hombros.

-Bien...- Inuyasha se puso de pie y empezó a desabrocharse sus pantalones.

-¡O...oye! ¿qué haces?

- Enseñándote el tatuaje dha'.

-Mhm...- Kagome miro sonrojada cada movimiento de su enemigo.

Inuyasha se bajo sus pantalones quedando en bóxer de color rojo, que cubría su anatomía masculina. Kagome desvío su rostro sonrojado, quería seguir viendo pero... ¡Inuyasha la estaba dejando vulnerable!

-Oye mira...

-Estás en bóxer.

-Es la única manera de que veas el tatuaje-  Kagome lentamente volvió su rostro y lo miro a los ojos, para Inuyasha, su sonrojo la hacía ver tan tierna, hermosa y volvía el momento excitante - No me mires a mi, el tatuaje esta en mi muslo.

Kagome bajo su mirada, llego a los bóxer que se notaba cubría un gran bulto, verlo la hizo tener cosquilleos en su intimidad que le costo ignorar, llego al muslo derecho y leyo lo que decía el tatuaje en letra de carta.

-"Las promesas solo son palabras vacías " - leyo en voz alta - ¿Qué significa?

-Lo que dice-  se empezó a subir el pantalón de nuevo - dijiste que no dirías nada.

-Por el momento-  le recordó mirando a su alrededor,  desde que entro no lo había hecho.

Los colores pasteles en las paredes de niño desaparecieron, ahora era la habitación de todo un chico adolescente. Pósters de motos, bandas de rock y una pared grafiteada. Tenía escritorio, computadora, equipo de música y un sillón puff grande en forma de pelota. Sus dedos picaron, quería sentarse allí y sentir como lentamente  se hundía.

-Puedes hacerlo-  Inuyasha la conocía mejor que nadie y sabía lo que pensaba. Kagome no se hizo de rogar y lo hizo lanzandose a la gran pelota hundiendose.

-¡Qué divertido! - exclamó con diversión olvidandose completamente de los problemas que la separaban de su antiguo mejor amigo - le voy a pedir a papá uno...

La miro, sonreír, reír...ya no aguantaría más tanta distancia con su antigua mejor amiga, sin arrepentimientos y completamente decidido, Inuyasha fue hasta ella con sólo un propósito en mente, Kagome lo miro confundida y pegó un grito al ver que Inuyasha se le abalanzaba encima, haciendo que el sillón se hundiera más de lo que ya estaban.

-¿Qué te pasa imbécil? - Inuyasha se levanto un poco con sus brazos extendidos a cada lado de la cabeza de la azabache y él entre las piernas de ella.

-Kagome...

-¿Eh?

-Cállate-  y estampo sus labios con los de ella, al fin besándola.

°°°
Ufff... ¿Aquí comienza lo bueno? 👀

Muchas gracias a los que me acompañan y apoyan en lo que me gusta hacer 💕💕💕

NO OLVIDEN DE...

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