Muzan Kibutsuji
No lo parece pero es en la época en que se desarrolla el anime (๑'ᴗ')ゞ
Estabas cansada de la idea sobre el matrimonio. Tu familia quería preservar el apellido para una buena descendencia, esto conllevo a que te volvieras la prometida de un hombre adinerado y tu boda tuviera una fecha cercana. Habían pasado meses desde que te rendiste ante la idea de tener un camino diferente, ahora aceptaste tu futuro por ende comenzaste a tomarle gusto a tu prometido, sin embargo como todo japonés promedio... Por lo menos a ti no te parecía atractivo. Tenía buen porte, buenos modales y todo eso, sí, pero no era suficiente para ti. No por ser superficial, simplemente nada de él te llamaba la atención y al final terminaste rindiéndote ante ello, sin más alternativa aceptaste tu destino.
Estabas hundida en tus pensamientos hasta que alguien llegó, era tu prometido.
—Estoy en casa —dijo después de entrar.
—¡Bienve-...! —Había otra persona a su lado.
Un hombre elegante y con un porte distinguido e ilustre. No podías negaro , se nota lo atractivo que es, su cabello negro brillante y rizado hace un buen contraste con sus peculiares ojos rojos. Fue entonces, cuando viste sus ojos, que los dos hicieron contacto visual. Aquel hombre sonrió poniéndote nerviosa, tragaste saliva y cuando ibas a preguntar que sucedía tu prometido habló primero.
—Él va a ser un invitado importante a nuestra boda —habló.
—Es un gusto conocerlo, señor —hiciste una reverencia de cortesía. —Mi nombre es ________, prometida de Hayate.
—Un gusto, mi nombre es Kibutsuji Muzan —también hizo una reverencia al presentarse.
—Mi prometida es una lindura, ¿verdad?
El oji carmín asintió.
¿Qué podrías hacer estando en casa? Los dejaste a ellos solos para que hablaran, solo les hiciste algo de té. No podías hacer nada más que releer lo libros que pudiste conseguir a duras penas, aunque por tu mente aún pasaba el rostro de Muzan, el color de sus ojos te cautivó e incluso la forma en la que iba vestido. Llevaba un traje y por los detalles de este se notaba el buen gusto que tiene al vestir, sin embargo tu prometido no. No estaría del todo mal si no fuera un hombre anticuado atrapado en un alma vieja, fiel a sus ideales y con una mente cerrada, incapaz de aceptar la evolución de la sociedad... Por ende, algunas cosas que haces o piensas le parecen inapropiadas, no queda nada más que aceptarlo e intentar ignorar el mal rato.
—Estoy cansada de usar kimono —suspiraste mientras te acostabas sobre el tatami. —También estoy cansada de quedarme todo el día encerrada.
Alguien abrió la shouji¹ y te levantaste rápido, sentándote de una forma normal.
—¿_______?, por favor atiende a Muzan. No quiero parecer maleducado pero necesito unos minutos.
Una sonrisa apareció en tu cara mientras te parabas y volteabas a ver a tu prometido.
—Entendido.
Él se fue, te levantaste aún con el libro en manos y fuiste hacía donde se encontraba su invitado. Te sentaste frente a él, aún manteniendo la sonrisa de amabilidad, simplemente querías que todo terminara rápido. Él sonrió cuando te vio, se quitó el sombrero y su mirada se dirigió a la mesa, sobre el objeto que se encontraba a un lado de tu mano. Te pareció raro pero en cuanto también miraste a donde él, todo tu rostro se tiñó de rojo, ibas a quitar el libro para después disculparte por tus modales pero el azabache habló primero.
—Una chica interesante, ¿eh? —tragaste saliva y quitaste el libro.
—Sólo me aburro aquí —respondiste volviendo a mirarlo. —¿Desea algo más?, puedo hacer dangos o lo que guste.
Intentaste cambiar el tema claramente.
—¿Aburrida de la rutina? —preguntó.
Muzan no quitó su mirada de ti, comenzabas a sentirte incómoda pero también sentías curiosidad. ¿Era demasiado obvio o este hombre es muy inteligente? Quizás la primera. No sabías si iba a ser apropiado responder de manera clara. Ni siquiera conoces a este hombre y tampoco tienes razones para abrirte con él. Si llegaba a afectar a los negocios de Hayate te meterías en problemas y no deseabas eso. ¿Pero si el preguntó cuál es el impedimento?
Entonces después de un tiempo decidiste hablar.
—Algo así —respondiste.
—También es fácil de deducir por tu cara que él no te gusta —ahora se había puesto serio.
—Me estoy empezando a acostumbrar, le tengo cariño —respondiste con una sonrisita.
—¿De verdad crees que a su lado serás feliz? Es amor es una tontería sin embargo tú no lo sientes. Sólo serás su objeto para procrear y tener hijos y sí él te ama, ¿por qué no esta contigo ahora mismo?
Frunciste el ceño ante tal verdad.
—Creo que eso no es de su incumbencia.
—A este paso los dos caeran en la ruina —le dio un trago a su té. —Deberías pensar más en ti y tu futuro. Pronto será su boda y eres tan conformista que si el te llega a ser infiel, sólo lo dejarás de lado aunque cueste tu dignidad.
Que extraña forma de relacionarse, ¿no? Ni siquiera Kibutsuji entendió porque dijo esas palabras. Su objetivo en ese momento desapareció de su cabeza debido a ti y lo interesante que le pareciste. No podía quitar su mirada de ti, incluso sin pensarlo mucho intentó manipularte para hacerte cambiar de opinión sobre tu decisión. Sus intenciones no estaban claras, el demonio actuó por pura inercia.
• • •
Viste la carta que Muzan había dejado un par de días antes de tu boda. Desde la primera vez que hablaron comenzaron a hacerlo mucho más, comenzaron a conocerse y con él descubriste un mundo más liberal e interesante. Era muy temprano, despertaste incluso antes que tu futuro esposo y el sol aún no había salido. Tras releer la carta por tercera vez, lo decidiste. Te pusiste el kimono que normalmente solías usar junto un haori encima para no sentir tanto frío y terminaste con tus sandalias. Saliste de casa con cuidado de no hacer ruido Y fuiste al lugar donde la carta indicaba.
—Mou, pero esta chica está preciosa... —escuchaste a alguien hablar detrás tuyo.
Volteaste de inmediato.
Lo último que viste fue a un hombre rubio con unos peculiares ojos.
—No puedo creer que no te conocí antes, nos hubiéramos divertido mucho...
Luego de eso te desmayaste.
Despertaste exaltada sobre una cama, una cama muy suave. Eso te pareció aún más raro. Alguien entró por la puerta y te sentiste lo suficiente segura después. Muzan, tu amante se sentó en la cama, posó su mirada sobre ti y una sonrisa de satisfacción apareció en su rostro, enseñando sus colmillos. Sujetó tu mentón con su mano y se acercó a ti para besarte.
—Muzan... —murmuraste su nombre al verlo tan cerca.
—Shhh —se subió a la cama. —Conmigo tendrás muchos momentos interesantes...
Y te besó.
Uno rapidito :0
Tiene un montón q no escribo sobre Muzan y me cuesta XD
Ya casi termino toda mi tarea, quizá al rato publique otro y ahora sea un pedido... Quizás uwu
No podemos negar que Muzan es atractivo, ah.
Es como para pasar un rato XD
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top