Muichiro Tokito
La chica del manantial.
—¿Entonces que sucedió? —le preguntó el de ojos azules al menor.
—La encontré desnuda bañándose en el manantial —respondió.
—¿Y qué hiciste?
—... —Muichiro se quedó callado, Giyu no quitó su mirada de él.
Tokito estaba caminando por el bosque, había entrado para revisar el terreno por si tenía que enfrentarse con un demonio, sin embargo olvidó donde quedaba la entrada. Ahora llevaba un tiempo caminando, intentando no dar vueltas y su mirada de aburrimiento cambió a una expresión de cansancio de ver casi siempre el mismo lugar, pero llegó a un punto donde escuchó el sonido del agua, siguió el sonido esperando encontrar la salida pero fue diferente. Dio con un manantial y una extraña chica. El azabache suspiró, no encontró lo que buscaba y se vio envuelto en un momento sumamente bochornoso. Cuando iba a dar la vuelta para irse y seguir buscando la salida, hizo un ruido y esa chica volteó.
—¿Uh?... ¿Qué tenemos aquí? —preguntaste con una sonrisa.
Muichiro volteó.
—¿Me hablas a mí?
—¡Sip! —respondiste. —Casi no veo gente por aquí, ¡eres la primer persona que veo en meses!
—No me importa... ¿Sabes por dónde puedo salir de este lugar?
—Eres muy serio para ser tan joven, somos de la misma edad... Eso creo —murmuraste. —¿Por qué no te relajas un rato? Te ves muy cansado, después puedo llevarte a la entrada del bosque, por lo mientras ven y descansa.
Muichiro se lo pensó pero aún así terminó cediendo, si lo ibas a ayudar a salir no le importó tomarse la molestia. Después de todo, muy en el fondo igual deseaba descansar. Se acercó a la orilla del manantial, se quitó sus geta¹ y tabi² dobló su pantalón hasta las rodillas y metió sus pies en el agua, al principio sorprendido por la sensación fresca. Había estado caminando durante un largo tiempo, de verdad necesitaba este descanso. Tú le miraste con una sonrisa, te sentaste a su lado mientras movías los pies en el agua, jugando. Él te miró, tú lo miraste y ninguno dijo nada, hasta que tu rompiste el silencio. Muichiro parecía distraído mirando el paísaje, sólo habías logrado hacer un ruidito y no seguiste para no molestarle. Vio los árboles, el musgo en las piedras y entonces volvió a verte a ti.
—¿Qué haces aquí? —preguntó.
—Podría decirte mi nombre primero —suspiraste.
—No me importa, lo olvidaré —habló.
—Eres alguien realmente frío, huh —suspiraste. —Aquí vivo, este es mi hogar. ~
—No entiendo como puedes vivir aquí —respondió.
—Es tranquilo, pero últimamente han habido presencias extrañas... —desvíaste la mirada. —¿Demonios? Siento que dan esa vibra, pero como nunca he visto uno no sé como son.
Volviste a meterte al manantial. Muichiro se inclinó hacia atrás para que no le salpicara agua. Te quitaste el cabello de la cara y le miraste, seguía con esa expresión aburrida y seria. Suspiraste. El de puntas menta también suspiro, empezó a desabotonar su uniforme y después se quitó la parte de arriba y la camisa, dio un par de pasos hacía atrás para quitarse los pantalones y se metió contigo al agua. Le viste sorprendida, sonrojada con la cara toda roja hasta las orejas. Apartaste la vista, dándole la espalda, Muichiro se confundió ante tu reacción. ¿No era eso lo que querías? Después de todo también deseaba saber como se sentía el agua, estando ya adentro la sensación es perfecta... Un buen descanso en un buen lugar.
—¿Sabes acerca de los demonios? —preguntó.
—¡Me han hablado sobre ellos! —volteaste a verlo. —Nunca los he visto pero los pájaros a veces me cuentan lo que ven.
—¿Los pájaros también hablan?... —preguntó Mui confundido.
—Todos los animales lo hacen, ¿no? —preguntaste igual de confundida.
—Lo dudo.
Reíste mientras te volteabas para flotar en el agua. Muichiro volteó a verte un momento, pero al instante apartó la mirada con un leve sonrojo en la cara. Después de todo, todavía sigue siendo un niño inocente. Ahora se puso a pensar quien demonios eres tú, porque tienes esa personalidad tan... Rara y qué haces en este lugar diciendo cosas sin sentido. Se sumergió un poco en el agua, no estaba tan profundo así que es bueno.
—¿Ya comiste? —preguntaste.
Él negó.
—Tengo algunas bayas y frutos del bosque, ¿te gustaría? —volteaste a verlo.
Tokito asintió.
Pasó un rato, los dos salieron del agua y Muichiro al ver que no tenías más ropa que algo extraño te dio la camisa blanca que usaba debajo de su uniforme. Entonces los dos se fueron caminando hacia donde indicaste. Él te siguió con mucha confianza al notar la seguridad que tienes al moverte por el bosque, así que puso toda su confianza sobre ti. Le diste algunas bayas y frutos en una bolsa hecha de hojas, esto le sorprendió al azabache pero las aceptó gustoso. Al llegar a la entrada del bosque te despediste con una sonrisa, y unas palabras que efectivamente se cumplieron. «Nos volveremos a ver mañana».
En la noche, Tokito regresó y esta vez recordó el camino sin embargo no había nadie en el manantial. Suspiró: «¿Siquiera por qué me importa tanto?» negó y siguió caminando para revisar si había algún demonio.
Encontró a uno, era débil y le terminó matando al instante. Era débil.
Al día siguiente volvió al mismo lugar, de nuevo te encontró en el manantial, esta vez te vio desde lejos: tratando de buscar alguna razón por la cual le causabas tanto interés. Se dio cuenta que lo único que llevabas encima (aún dentro del agua), era su camisa. Regresó a la entrada, y fue a buscar ropa para ti.
De nuevo de regreso, era de tarde, seguías ahí, sentada debajo de un árbol mientras escuchabas a un pajarito que estaba parado en tu dedo. Muichiro se quedó algo lejos viéndote. Hasta que abriste los ojos, percatándote de su mirada. El de ojos menta sonrió levemente. ¿Por qué diablos sonrió?
Te acercaste a él y miraste curiosa lo que llevaba en las manos, te lo entregó.
—La gente del pueblo me vio raro por pedir ropa de mujer —habló. —¿Por qué no tienes nada?
—¡Que amable, Muichiro! —exclamaste feliz, dándole un abrazo.
Lo tomaste del rostro y le besaste.
Qué situación tan extraña.
—¿Quizás sea un espíritu del bosque? —preguntó Giyu. —Eh... Creo recordar se llamaban kodama³.
—¿Kodama? —preguntó el menor.
—Son espíritus de los árboles, algunos de ellos representan a un árbol en específico, se dice que pueden trasladarse de un árbol a otro o nacer a través de su semilla. Suelen ser tranquilos y les gusta ayudar a la gente que sabe interactuar con ellos —explicó. —Pero no me hagas mucho caso, tuviste suerte de conocer a alguien linda.
Se levantó y revolvió el cabello del menor.
—Pero por favor deja de buscarme cada vez que tienes que contarme algo, no acudes a la persona correcta. ¿Por qué no vas con Rengoku o Shinobu?
—Eres inteligente, puedes comprender más cosas que ellos no —respondió el de ojos menta.
Giyu le dio la espalda y sonrió en su interior.
¿Con qué _______ es un kodama, uh? Fue su pensamiento.
Geta¹: es el calzado que usan generalmente los personajes de Kimetsu.
Tabi²: son los calcetines que se usan con los geta, que tienen como una separación entre el primer y segundo dedo, ya saben para que sea más fácil usarlos con los geta.
El tercero lo explicó Giyu xD
Perdón por tardar tanto, era una buena idea pero ayer me sentía mal y me dormí toda la tarde ((๑ 丷๑))) hoy también pero por flojera XD
YA CASI ES NAVIDAD, AHORA SI SE VIENEN LOS ESPECIALES FUERTES Y EMPALAGOSOS OMG.
¿Candidatos? 👉🏻👈🏻
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