Prólogo /reinicio/



La creación del nuevo grupo caballeros sacros estaba en proceso, tal y como lo predijo el Rey de Liones, Bartra. Sin embargo, el nuevo capitán del futuro grupo más fuerte estaba muy enfadado por un integrante.

— ¡¿Por qué, es ella?! — reclamaba

— El futuro fue dicho, capitán — la maga ya estaba harta de los reclamos — El rey lo vio, no podemos ir en su contra

— _________________, solo tiene cuatro años... —

— El rey, también ha mostrado su inconformidad y cree que hay un error en su visión. Pero no es así — Merlín, tomó del mentón a su pequeño amor secreto — Esto influirá mucho en nuestro destino

— ¿Ya está enterada? —

— Justo ahora Bartra la esta consolando -

— Tiene miedo...

— Ese será tu nuevo trabajo. ¿Acaso no es tu mujer? — preguntó con ironía la maga

Pará Meliodas, todo lo que sucedía no tenía razón de ser. Sin embargo Merlín le respondía con un "por el futuro". Eso no ayudaba en nada, ¿a caso era culpa de su maldición? No tenía ni idea.

A paso lento se dirigió a la recamara de la cuarta princesa de Liones, _______________. Los llantos de la pequeña se podían oír a travez de la puerta. Seguramente estaba desolada.

— _________________, soy yo — llamo desde la puerta y fue recibido por un cálido abrazo — calma, calma... — musito

— Señor Meliodas... Tengo miedo — admitió la princesita — tengo miedo

— No te preocupes — respondió el capitán — Escuchame — le llamó mientras se arrodillaba para marcarla en brazos — Yo siempre te protegeré. Lo juro

— ¿Me protegerlas? — la pequeña observaba a su mayor, tenía los ojos rojos e hinchados, con sus lágrimas resbalando por sus mejillas

— Lo juro por mi vida —

Meliodas debía de proteger a la pequeña niña. Aún sin saber que es lo que podía ocasionar el que ella no estuviese en el grupo.



La proclama real al fin llegó a oídos de los ciudadanos. Todos se enteraron del nuevo grupo de caballeros sacros, quien fue denominado como "El más poderoso de los reinos"

"Los siete pecados capitales"

El nombre denominada a sólo siete integrantes, sin embargo, solo era una tapadera para esconder a la pobre e indefensa " Cuarta princesa de Liones". Un octavo pecado que exponía la traición de los otros.


















































































Paso un tiempo, la traición de los pecados se había expuesto, y todos los integrantes escaparon. Unos fueron atrapados, otros desaparecieron. Y ni la princesa del reino se pudo salvar del arresto.

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