capítulo dos


Resumen.- lo habían logrado, su compañera-amiga había sido rescatada pero la joven había perdido la memoria o eso creían, ahora tenían que enfocarse en el rescate del reino de Liones y de los recuerdos de la azabache.

Los pecados se encontraban en la taberna, Ban se encontraba preparando el desayuno, Meliodas estaba sentado en las graderías que conducían al piso de arriba junto a Elizabeth, Diane estaba mirando por una ventana y en medio de las gradas estaba el cerdito.

Las pisadas se oyeron desde el piso de arriba y viendo a las graderías bajaba una azabache ruborizada deteniendose en el final.

- ¿Estoy Bien? - pregunto dejando ver su nueva vestidura a todos


- hermana, estas muy bella - le respondió la peli-plateada

- ¡perfecta! - hablo el capitán de los pecados tocando los pechos de la azabache- tus curvas se notan más- tocó las caderas de la mencionada- la falda está bien puesta sólo falta acomodar esto - terminó para meter sus manos por debajo de la falda y tocando sus bragas dejando a la azabache muy nerviosa

-¡¡CAPITÁN!! - grito la gigante una vez más destruyendo la pared junto a la ventana, otra vez

- Ya deje de ser pervertido capitán -le dio con el sartén al mencionado mientras sujetaba un plato con un delicioso desayuno - ven (Tn) el desayuno está listo -

- ¡Si! - le respondió la joven para dirigirse a la mesa donde el peli-blanco le puso el desayuno no sin antes preguntar - ¿Esta bien señor Meliodas? -

- Si no te preocupes - se levantó el rubio para sentarse a su lado no sin antes sacar una jarra de cerveza - vamos (Tn) come de seguro debes de estar hambrienta y que te parece una buena cerveza

- capitán los niños no beben - le regaño el peli-blanco

Y era cierto la cuarta princesa de Liones era aún una pequeña, no llegaba ni a los dieciocho para la adultez pues sólo tenía dieciséis compartiendo edad y apariencia con la princesa Elizabeth. Ambas eran iguales física y mentalmente aunque la ingenuidad nueva de la azabache siempre fue así, pasiva, dejando al capitán hacer lo que este le plazca así que la nueva personalidad de esta era igual-salvo en los recuerdos-

Entonces vio el plato extrañada- .....- ¿Que debía hacer? Hace ya mucho tiempo que le daban un plato para comer sola

- di aaa....- el peliblanco pudo en su frente la cuchara llena al darse cuenta que la azabache no podía comer sola - vamos...

Obedeciendo agradecida octo por abrir su boca resiviendo el de deliciosa desayuno - que rico....- balbuseo

- tendrás todos los días este delicioso desayuno sola para ti - Ban desde hacía mucho tiempo siempre trato con mucho cariño a la azabache, desde que está era una infante.

- muchas gracias señor Ban- la joven era demasiado cordial ganándose una revolvida de cabello de parte del mayor.

Habían llegado a la ciudad más cercana a la Necropolis y en verdad era un desastre de pueblo

- ¿esta es la famosa Necropolis? - se quejaban la gigante y el cerdito

- dicen que esta es la ciudad más cercana a ella - mencionó el rubio - recolectamos información y también necesitamos dinero para alimentarnos, es hora de abrir la taberna

- ¿de verdad piensas abrir el negocio capitán? - se quejo Ban

- cuando trabaja se ve muy apuesto -

- ustedes también trabajarán - señaló el capitán - comienza a traer clientes con un cartel grandulona - ordenó a la gigante quien rebozo de alegría - y tu empieza a cocinar algo delicioso gran chef - señaló al albino

- ¿gran chef? - se burló Ban - está bien - aceptó

- señor meliodas yo también quiero ayudar - sugirió la azabache - por favor

- yo igual, las heridas ya no me duelen - alentó la peli plata

- ________ no te sobre esfuerces si -

- Si capitán-

Elizabeth acompañaría a meliodas al pueblo para ver que podían encontrar mientras Ban, pues el había desaparecido, Diane estaba feliz por promocionar el local y _______ iba por vallas para hacer un pastel. Todos se fueron a hacer sus tareas asignada y la de ojos verdes se despidió de la gigante. Se podía ver una sonrisa por parte de ella, esto era mucho mejor que estar encerrada.

- ¡______! No te alejes mucho - recomendó Diane mientras promobia la visita al bar

- ¡si!

Había muchas plantas por todos lados, en verdad era hermoso, que podía decirse, esto era un bosque. Siguió en su camino pero no encontró ningunas moras silvestre, pero sí se distraía con el canto de las aves que siempre estaban tan lejos y tan cerca, antes no les podía ver ni toca y mucho menos oír con claridad y ahora muy al contrario de su situación anterior, podía correr en busca de las cantoras que desde hacía mucho tiempo quería conocer, no se había percatado que ya estaba muy en el fondo del bosque.

- ¿donde estoy? - miro a su alrededor encontrándose únicamente con árboles y arbustos -..... - no sabía por dónde ir y para su suerte divisó un bello animalito del bosque, no podía evitarlo así que fue a perseguirlo. El animal tenía orejas muy largas y corría en medio de saltos muy veloces, pero era fácil distinguirlo por su hermoso color blanco pulcro. Se le olvidó todo, el tiempo, el lugar, la situación. Era muy divertido correr, después de mucho tiempo atrapada volvía surcar el camino a todo dar, como si todo el pasado hubiera sido un simple y bello sueño.

Los árboles eran cada vez más altos, el paisaje se hacía más hermoso y cálido, evidente que ya era medio día, la brisa era fresca. Se preguntaba internamente que animal era, se le hacía tan desconocido pero tan cercano, como su lo hubiera conocido desde mucho más antes y ahora no pudiera pronunciar su nombre, entonces chocó con algo muy suave. Fue un impacto brusco que hizo que ambos individuos cayeran al suelo frío con unos pajaritos girando encima de sus cabezas.

- lo lo siento - recobro la conciencia disculpándose casi en el acto su falta de atención

- yo... - respondió el contraria anonado por su presencia - disculpa

Se vieron por breves segundos, el castaño claro la identificó de inmediato, esos ojos pasto brillante, sus finos cabellos negros y su piel blanca suave, era ella en todo su esplendor, el cambio físico era mínimo, sin contar el crecimiento en varias partes de su cuerpo que ahora resaltaba más sus atributos. Mientras la contraria vio hacia atrás percatandose que su animalito se había ido, aquello le había puesto muy triste.

- ¿estas bien? - preguntó el niño castaño flotando para ayudarle. Si era cierto lo que Gilthunder le había contado ella no podía recordar nada

- se fue - dijo desilusionada

- ¿quién? - preguntó desconcertado el castaño viendo a un conejo, desde su altura provocada por su vuelo, detrás de los arbustos. Con su almohada atrapó al animal y lo trajo hasta la joven - ¿buscabas esto?

- ¡si! - se emocionó al ver al animalito que tanto había perseguido - muchas gracias - salto en un abrazo fuerte al niño que de inmediato se sonrojo ante la situación miențas el abrazo terminaba - que bonito - dijo la azabache acariciando al conejo

Le resultaba extraño que se impresionara tanto por un simple conejo, pues cuando era pequeña tenía una granja de muchos animales diferentes, en eso recordó las palabras de Gilltundhert _"Sus recuerdos fueron borrados por el bien de su seguridad"_. Sus ojos se encontraron con la pelinegra que sonreía muy a gusto con su presencia, estaba demasiado cerca, desvía él.

- Uhn - dijo confundida mirando a todas la direcciones - me perdí - soltó de repente

- ¿te perdiste? - preguntó el hada acercándose con su almuada

- Él señor meliodas se preocupara - respondió - ¿cómo volveré?

El niño la miró un tiempo más, su cuerpo había crecido. Ella era toda una mujer, tenía un cuerpo más delineado, sus atributos eran enormes. Pero que estaba diciendo. La sangre comenzó a brotar de su nariz, hacia mucho tiempo que no le pasaba, solo cuando pensaba en ella.

- Vez eso - señaló una hoja verde que yasia en el suelo y que de la nada empezó a flotar - si la sigues te llevara a tu destino

- eres muy amable - mencionó la joven acercándose poco a poco al niño que desde un inicio le brindó una ayuda - primero me consuelas y ahora me guías a casa ¿eres ángel? -

¿Quien? ¿Él? Debía estar bromeando. Si el verdadero ángel era ella, solo una deidad podía tener un rostro tan sutilmente angelical. Esos ojos que arias perder a mil viajeros y esos cabellos que superan al mismo universo.

- No querida ________ - negó tranquilo el hada acercándose a la azabache - si fuera un ser alado tendría que estar junto a ti en cada momento y lugar - plantó un leve beso en la frente de aquella hermosa mujer. Solo ella era capaz de hacerle decir palabras tan cursis que empalagan hasta al mismo azúcar

- ¿me conoces? - respondió ante la acción del castaño pero ya era tarde este había desaparecido tan rápido como llegó - se fue - tocó su frente sintiendo un calor en las mejillas que le dejaban intranquila, que estaño era

La hoja verde apareció en frente de ella llamando su atención. Sacó los pensamientos de su cabeza y se dejó guiar por el objeto que subía de velocidad cada segundo. Sin aviso alguno y sin percatarse de ello, salió del bosque y con unos cuantos pasos chocó contra el abdomen del peliplata

- ¿estas bien? - mencionó preocupado mientras abrazaba la cintura de la recién llegada - ¿donde te habías metido? - interrogó esta vez soltando la y poniéndose a su altura - ya nos habíamos empezado a preocupar

- Ni que lo digas - prosiguió el capitán quien estaba más que gustoso debajo de la falda de la azabache - te dije que no fueras tan lejos, estos bosques son peligrosos - proseguía el rubio

- capitán - soltó celosa Diane quin con un dedo lanzó lejos al rubio que de inmediato fue atendido por Elizabeth.

- ¿Está bien señor meliodas? - dijo la albina ayudando al rubio a levantarse

La azabache, quien seguía sin comprender muy bien la situación observó a dos niños quienes sólo veían la escena extrañados. No contó el como pero ya todos estaban dentro de la taberna, a excepción de la gigante quien veía por la ventana. Los dos pequeños disfrutaban de una cena del peliplata, y quien no, ese hombre cocinaba como un dios.

- Aver mocosos díganme todo lo que sepan de la Necropolis -



- ya para que Ban - comentó el rubio - ya encontramos a King no hay razón para quedarnos aquí o si

- Te digo que ese niño no es King - reclamo

- No te juro que si es - contrataco el capitán

- Pero King es gordo y feo -

- Ya dije que si -

- ya te dije que no -

- ¿entonces también quieren ir a la ciudad de la muerte? - interrumpió la platica el mayor de los niños - ese niño se hacerco preguntar varias cosas. Dijo que debía de llegar a la Necropolis a como de lugar

- ¿King dijo eso?

- Dijo que ha buscado por mucho tiempo -

- ¿entonces si está en este basurero? - comentó asombrado El cerdo

- No - negó con la cabeza - pero si esta muy cerca

- No entiendo.... - murmuró la azabache

- Se que la entrada a la ciudad de la muerte esta muy cerca a este Murgo pero, no es un lugar al que accedas por que si - completo el niño desanimando a las chicas

En conclusión la entrada a la Necropolis solo podía ser vista por los muertos, no había nada que pudiesen hacer para cambiar ese hecho. Era demasiado confuso ni los niños sabían el como llegar concretamente.


- Memorias presiosas compartidas con la muerte te llevarán a la capital - interrumpió la ñina - el vecino solía decir eso todo el tiempo, lo siento es todo lo que se

- eso paga tu comida y un poco más - consoló el peliplata. La azabache emboso una sonrisa ante lo gentil que era - te lo agradezco mucho Elein

- Disculpe señor, me llamo Helen -

- Cierto, lo lamento Helen. Come, aun no has terminado -

- Disculpen - interrumpió con duda la de ojos verdes - ¿Quien es King?
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Mientras los pecados le contaban de quien era el susodicho y todo al respecto, muy lejos de ahí, casi en el centro del bosque estaba el hada cubriéndose muy fuerte el rostro.

- ¡ahhhhh! - gritaba - tonto tonto tonto - reprochaba

- ahora ______ creerá que hui de ella - suspiro - el escuchar su voz otra vez, después de tanto tiempo sin verla fue tan - imagino la sonrisa que le habían regalado y volvió a gritar pero esta vez de alegría

- ______ esta más linda de lo que recuerdo - fantaseo un poco - ¿que are si descubre lo mucho que me gusta? ¿Que are? - grito al cielo pidiendo respuestas

- Además que raro que el capitán no haya cambiado nada en estos diez años ¿como le ara? - volvió a imaginar a la azabache esta vez como la niña sonríente del pasado


- no dejaré que ese demonio los engañe. Ban lo pagarás, lo pagarás muy caro.


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Los pecados caminaban por la ciudad buscando a King. Diane tenía en mano a la azabache para que viera desde lejos aver si veía a alguien vivo y obviamente el capitán no perdía el tiempo para mirar por debajo de la falda, haciendo creer a la gigante que la espiaba a ella.


- La Necropolis no es un lugar fácil de entrar - comentó el cerdito

- Solo debes de morir - dijo tranquilo el rubio siendo regañado por el cerdo

- Memorias presiosas compartidas con la muerte son la clave para llegar no - mencionó la azabache bajando de la palma de la castaña - mmmm, no recuerdo nada....

- No te mortifiques tanto con eso - le consoló el capitán

- Me gustaría mucho ayudar - reclamo la azabache

Siguieron caminando un poco y encontraron un páramo vacío y sin casas. Ban se había detenido ahí, la azabache camino un poco más cerca de él

- Oye Ban ¿por qué buscaste la fuente de la juventud? ¿Fue por lo que te conté? - una mujer muy hermosa que estaba sentada en una rama de árbol gigante le interrogó de repente


- No lo sé - respondió desinteresado - tal vez por qué nunca tuve una buena vida y eso traería algo de felicidad. O solo por que sabía que te vería ahí otra vez

- Entonces ¿significa que solo querías verme una vez más? - preguntó una vez más mientras sentía al viento calmar el calor inmenso de su rostro "

- ¿Te preocupa demasiado? - preguntó mientras se acercaba de apoco - si es así...



- ¡que hermoso lugar! - grito Diane trayendo a la realidad a ambos. Una pradera llena de flores que antes no estaban ahí

Aquel magestuoso campo floral comenzó a embolverlos en una cortina de pétalos, la sensación de estar flotando estaba presente en cada uno de ellos y era muy grato.

- ¡Amigos cuídense mucho! - les gritaron los niños fuera del remolino de pétalos y fueron los únicos testigos de la intromisión del niño castaño de antes

La corriente era muy fuerte. Uno podía salir volando si es que no se sostenía bien. El capitán de los siete pecados abrazo a la princesa menor para que esta se tranquilizara mientras la mayor se sujetaba de los hombros del rubio. En un parpadeo, tan rápido que un segundo fueron transportados a la ciudad de la muerte "la necropolis".

Una hermosa ciudad hecha de cristal. Sus ojos resplandecía ante tales maravillas, sin duda era muy afortunada.

- ¡ahí esta! - el chef salió corriendo en busca de algo a lo lejos. Era extraño ver preocupación en ese hombre

-¡Espera! - trato de detenerlo - capitán

- no queda de otra - mencionó jugueton con su mesera de cabellera negra - tendremos que seguirlo

Una brisa fuerte arrancó de la nada y dejó ver al joven que hace solo unas horas le había salvado. En verdad no entendía nada.

- ¡¡KING!! -

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Lo prometido es deuda, aquí tienen su capítulo. Amenlo cuiden lo y apoyen lo. Los comentarios me dan ganas de escribir al igual que las estrellas.

Lamento las faltas de ortografía.

Comenze una nueva narrativa y forma de publicar. Es su decisión si quieren más fotos en los capítulos.

Hasta pronto

Lleguen a 10 estrellas y subo el siguiente capitulo el viernes sin tardar.

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