Iwa-chan: Psicólogo

Cuando el más alto menos se lo esperaba Tooru ya estaba corriendo lejos de su lado, dejándolo confundido ¿No estaba por declararsele? ¿No iba a decirle por fin que se cambiaría a Shiratorizawa? ¿No sería su armador?

—¿Oikawa...?— pero él ya había desaparecido.

Solo quedaba como prueba la caja de chocolates, esos que guardaría y no se comería porque los sentía demasiado especiales. Otro día hablaría con Oikawa frente a frente para confirmarle que estaba enamorado él.

Debía prepararse.

Mientras tanto, el castaño no podía con poco que acababa de ocurrir.

¿Lo había besado? ¿Él? ¿UshiWaka? ¿El tipo molesto que siempre lo sacaba de sus casillas cuando le pedía con insistencia que se pasara al Shiratorizawa?

—¡No puede ser!— pasó su mano con insistencia sobre sus labios, frotándolos para borrar el beso. Daba igual, la sensación permanecía intacta en el mismo lugar, dejando que su estómago se revolviera en nervios.

Cuando por fin llegó frente a su casa desvío el trayecto hasta la de su mejor amigo, Iwa-chan debería saber que hacer.

—¿Basurakawa? ¿Regresas tan rápido?— con dos preguntas es recibido, porque la tercera le dio el ataque de pánico— ¿Como te fue confesándote?

—¡Iwa-chan!— lloriqueo el chico, lanzándose a sus brazos.

El más bajo se lo sacudió de un golpe.

—¿Y ahora qué?

Oikawa lo empujó dentro de la casa, corriendo para llevarlo a la habitación ajena que tan bien conocía. Terminaron por sentarse sobre la cama, como chicas en una pijama mientras charlaban de novios.

—¡Me besó!— un claro resumen de lo ocurrido.

—¿Eh?— Iwaizumi deja caer la cabeza a un costado, sin comprender bien— ¿Quién?

—¡UshiWaka!

Iwaizumi contiene la risa, dandose unos segundos para tomar de nueva cuenta su compostura, finalmente le sonríe.

─Y... ¿Pasaste a ser Ushijima Tooru?─ le pregunta, soltando las risotadas que había soportado bien hasta ese momento.

Tooru infla las mejillas, que se le colorearon de rosa al escuchar su nombre con el apellido de Wakatoshi.

─No estoy jugando, Iwa-chan─ su puchero seguía en el mismo lugar mientras el mencionado se limpiaba una lágrima que había caído por la risa─ ¿Qué hago?

─¿Se te declaró?

Tooru suspira, dando inicio a la historia desde que llegó al lugar donde habían acordado verse. Rememorando todo eso llegó a darse cuenta de lo ridículo que era su plan con intento de intoxicación.

─¡Me vi muy tonto! ¡Como un idiota enamorado! ¿Por qué no me detuviste?

Iwaizumi le dedica una sonrisa simple, sin ocultar nada.

─¿Y no lo eres?─ la pregunta es tan directa que derriba a Tooru de la cama─ ¡Idiota!

Tooru dejó que su espalda de estrellara contra el suelo, causándole dolor pero no tanto como el que comenzaba a nacerle en el pecho.

¿Por qué su mejor amigo creía que le gustaba UshiWaka?

─No lo dije para matarte, pero si te mueres mejor─ siente como el otro chico se acuesta en la cama, ignorando completamente su ataque de locura.

─¿Por qué demonios dices que me gusta UshiWaka?─ es la única pregunta que es capaz de formular.

El silencio que pasa entre ambos no dura más de un minuto.

─Tus ojos lo dicen, no yo.

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