—Ella está bien, —baje mi cubre bocas con cuidado— tenía la faringe mal posicionada, es por eso que se le dificultaba tanto respirar.

—Gracias, doctora... —Estrechó mi mano.

—Yerin. —Respondí— Jung Yerin.

—Me encantaría que usted decidiera el nombre de mi sobrina, estoy seguro de que mi hermana también estará de acuerdo.

Sonreí. Sobin me llevó hasta donde estaba ella, quien ahora supe que su nombre era Yuki. Estaba aún triste por la situación, pero rebosó de alegría al saber que la operación de su hija había sido un éxito.

—Arin —dije sorprendiéndole— es un lindo nombre, claro, no es exactamente el mío. Pero, es lindo.

—Gracias, doctora Jung. —Recibí un abrazo del chico, quien ahora noté que se parecía mucho a Yuki— Por cierto, mi nombre es Minho, puedes decirme Mino.

—Claro, Mino. —Sonreí— Debo irme, los dejaré solos.

—Espera, —Mino tomó mi mano— ¿podrías darme tu número? Estoy realmente agradecido contigo.

—Oh, claro. —Le mostré mi numero desde el celular, mi mente no estaba en sí aún.

—Listo. —Sonrió.

—Ahora, sí, debo irme. —Salí de inmediato.

¿En dónde estaba Taehyung? Se supone que debía estar con Mino, me decía una y otra vez. Busqué por los pasillos, todos ocupados yendo de un lado a otro, algunos con buenas noticias y otros con malas. En pocos minutos la desesperación llegó al límite, debía tratar de tranquilizarme, toque mi abdomen respirando profundamente. La doctora Anderson acababa de llegar a su despacho, sumió su rostro entre las manos como si acabara de cometer un terrible error.

—Yerin, —Taehyung, voltee de inmediato— ¿vas a buscar a alguien?

— ¿En dónde estabas?

—Ah, estaba buscándote, creí que estarías en la sala de operaciones. Así que fui por un momento a una florería al enterarme que hiciste la operación con éxito. —Me mostró el ramo con una enorme sonrisa— Eres una esposa increíble.

Lo abracé sonriendo. Era sorprendente que había olvidado lo que acababa de hacer solo por mi desesperación. Amaba a Taehyung porque cada día me recordaba que no era una del montón, era su chica especial, su heroína favorita.