👑 Capítulo 2 👑
Desde hace tiempo había comenzado a dudar de que realmente estuviera enfermo. Creo que todo este tiempo había tenido razón. Mi padre me visitaba con frecuencia, algo típico de él, preocuparse en exceso por todo. Y recordar todo como si hubiese pasado ayer, más si eran cosas que amaba.
—Ji An. —Recordé su nombre dibujando una sonrisa arrogante.
Los días en el hospital eran aburridos; ver televisión, hacer bromas telefónicas, hablar con la enfermera sarcásticamente... Todo era aburrido. Pero cuando esa chica apareció extrañamente decidí salir de ahí. Era de estatura mediana, piel pálida, cara pequeña y, bueno, no había nada más. Aparentemente era una chica débil, princesa como todas, pero era realmente fuerte, hablando de su temperamento.
Yo decía no, ella decía sí. Casi siempre iba a la defensiva. Ni hablar de su patético y molesto novio, parecían piojo y liendre. Justo cuando terminaba mi "tratamiento", no tardaba ni un segundo en llegar a mi departamento preguntando por lo que habíamos hecho.
—Nada. —Siempre contestaba lo mismo.
A decir verdad, su novio era apuesto y fuerte, pero su comportamiento era como el de un niño de 10 o 12 años. Patético, ambos lo eran.
Desafortunadamente, este corazón fue muy débil al ver todas las sonrisas y cosas lindas que Yerin compartía conmigo. Cosas por las que caí como su fuese flechado, creo que era mejor que enterarte que tu madre sigue viva. No tardé en darle indirectas, las cuales no notó. Hasta un ciego podría darse cuenta de que estaba enamorado de ella. Era muy... No sé, parecía una niña jugando a las escondidas. Nunca reaccionaba a nada, simplemente sonreía o hacía otra cosa para cambiar el tema.
Razones por las que decidí empezar todo. Perfecto, Taehyung, ahora eres más débil que un siervo cojo y ciego. Probablemente, pero, ¿eso qué importa?
No voy a describir a detalle cómo pasó, solo diré que lo hice 2 o 3 veces. Sí, estoy hablando de besarla. Nunca había besado a alguien, pero ver películas había ayudado un poco. Ambas veces estuvo ebria, así que probablemente ni se acuerde. Estuvo en casa el día en que la traje del campamento, luego de que se emborrachara con sus amigas. Hizo un sinfín de cosas extrañas; contar su cabello, hablar de una tal Eun Bi y cuanto la amaba, jugar con el borde de su vestido levantándolo varias veces... Tenía que apartar la mirada varias veces. Pude ver su entrepierna varias veces, pero terminaba sonrojándome arrojándole un cojín para que la bajara.
Lo peor fue cuando encontró más soju en la nevera. Esa cosa tenía miles de años ahí. En cuanto regresé del baño encontré varias botellas verdes regadas alrededor de ella. Cuando comenzaba con algo no lo dejaba, hasta que lograba hacer un desastre. Me llamaba oppa varias veces, saltaba en el sofá como si fuera un trampolín y tocaba su corazón diciendo que moriría por un ataque al corazón, luego comenzaba a bailar una canción extraña. Se quitó el vestido quedando solo en short y en blusa de tirantes, tuve que encerrarla en una de las habitaciones luego de arrojarle una bata de dormir. Por fin se detuvo.
—Taehyung. —Habló recargándose en la puerta.
— ¿Mmm...? —Contesté agotado.
—Realmente soy lamentable. —Su risa que contagiaba a cualquiera— No puedo creer que Jimin se fije en alguien como yo, alguien que no tiene nada que dar más que tonterías.
—Eres linda, tienes aegyo, —no puedo creer que lo dije— eres un microbio feliz.
—Lo sé. Pero Jimin podría encontrarse a alguien mejor que yo, más bonita, más agradable, con un cuerpo envidiable, hermosa y, probablemente modelo.
No dije nada. Odiaba que se despreciara a sí misma. Me hacía pensar que Jimin le hacía algo en secreto, tal vez la engañaba o algo parecido, pero no podía resistir que alguien como él tuviera a ella como novia. Podría vender la compañía con el objetivo de que saliera conmigo.
—Eres todo lo que dices, Yerin, aunque aún no eres modelo. Pienso que te quedaría a la perfección, más porque eres tierna, —suspiré con una sonrisa— desearía tener su lugar.
Escuché su risa y un impacto en el piso. Abrí la puerta de inmediato, estaba acostada en el piso con la bata puesta. Sonreí, la acomodé en la cama dulcemente.
—Buenas noches, cariño. —Besé su frente.
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