—Luces hermosa, —Ye Won sonrió viéndome a través del espejo— te ves realmente linda.
—Gracias, Ye Won. —Sonreí— Por cierto, lamento lo de Hansol, creí que ambos terminarían juntos. —Voltee a verla preocupada.
—No es nada. —Sonrió, aunque sabía que aún dolía— No siempre el primero es el correcto.
— ¿El primero? —Pregunté confundida.
—El primero que conoces, del primero que te enamoras... El que sea tu primer amor no significa que será la mejor opción. A veces tienes que nadar más hondo para encontrar una mejor perla, por así decirlo. —Rió después de unos minutos— Aunque no pasó eso contigo.
—Bueno, había salido con Jimin, así que tenía que ser así, ¿no?
—Eso no es asunto mío. —Sonrió.

Comenzó a hablar por teléfono con alguien. Ahora era feliz con otro chico, alguien que no conocía. Colgó luego de despedirse. Acomodé mi cabello dando el último retoque.

—Aquel que te hace sentir algo extraño o desconocido. —Dijo antes de cruzar la puerta.

Sentimientos extraños. Mi mente comenzó a dar vueltas como si estuviera en una montaña rusa. Taehyung hace que te preocupes, te enojes, enloquezcas y sonrías. ¿Por qué fingiste estar ebria cuando te besó?, ¿Por qué bebías más a propósito esperando que volviera a besarte? Había enloquecido por aquellos labios.

—Debo haber perdido la cabeza. —Me observé fijamente en el espejo— ¿Qué estoy haciendo?    

🐰

—Eun Bi, tengo que decirte algo. —Eunha me había tomado de la muñeca evitando que siguiera mi camino al asiento.
— ¿Pasa algo? —Sonreí.
—Jungkook no te lo dijo, al menos eso supongo, así que debería hacerlo yo. —Mordió su labio mostrando su nerviosismo.
—Ah, ¿eso? —Pregunté riendo— No te preocupes, no tengo nada en contra de ello.
— ¿Estás hablando de lo mismo que pienso?
—Bueno, —acomodé un mechón de cabello detrás de mi oreja— no me molesta que salgas con dos chicos a la vez, Jungkook me contó sobre ello.
Creo que no sabes a lo que me refiero. —Sonrió.
—Nunca hiciste nada con Jungkook, simplemente él fingió seguir tu juego. Siempre enviaba a otra persona por las noches, creo que tus impulsos te cegaron. En la mañana regresaba haciendo su mejor esfuerzo en la actuación, vaya que es bueno, ¿no?

Su rostro lucía molesto y confuso. Reí al ver como trataba de recordar el rostro de aquel chico, el cual, ni Jungkook ni yo conocía. Simplemente era un chico cualquiera que conseguías en un bar o en la calle. Al principio creí que era cruel hacerle eso, pero quería vengarme de ella de algún modo. Sonreí acomodando aquellos cabellos rebeldes que se estorbaban en su rostro.

— ¿Qué pasa, linda? —Susurré en su oído— ¿Te cambiaron la jugada?

No contestó. Simplemente siguió helada. Lamentaría esto algún día, pero Eunha ya no era la misma que antes; una linda chica pura e inocente. Retomé mi camino hasta la mesa en la que Jungkook me esperaba junto a So Jung y Jin, me senté sin borrar la sonrisa de mi rostro.

—Una zorra enseña al conejo a robar. —Susurré.
— ¿Dijiste algo, cariño? —Jungkook volteó a verme abrazándome de la cintura.
— ¿Yo? Nada. —Sonreí.    

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