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Kuroo Tetsurō era lo suficientemente maduro para reconocer cuando realizaba malas elecciones en su vida diaria. Nunca pensó que alguno de sus arrepentimientos se viera involucrado por una decisión de Bokuto, sabiendo que a su mejor amigo le faltaba un tornillo (o varios) por lo general no se dejaba influenciar por él, pero en esa ocasión fue inevitable.

─Debes verte guapo si quieres que Akaashi termine de caer en el amarre─ le aconsejó esa mañana por teléfono la voz de Oikawa Tooru, uno de sus pocos amigos lejanos justo después de que Kuroo le pusiera al corriente de los acontecimientos.

─¿Y crees que lo mejor es dejarme aconsejar por Bokuto?─ pregunta con obvio sarcasmo resaltando en la frase─. Ni siquiera quiero tocar sus rodilleras pestilentes.

─Escucha, escucha, escucha─ le frenó Oikawa, repitiendo la palabra con intensiones de frenar su ansiedad y consiguiendo lo contrario─. No tienes otra opción, Bokuto es el único amigo que tienes cerca en estos momentos.

─En ocasiones a Bokuto se le ocurren buenas estrategias─ concedió al fondo la voz de Ushijima Wakatoshi.

Kuroo soltó una carcajada antes de siquiera ser consciente de la misma, arqueando sus cejas burlonamente sin poder encontrar las palabras que deseaba dedicarle a Tooru.

─Estás con Wakatosi-kun...

─Cállate, gran imbécil─ el muchacho grito del otro lado, pasos apresurados resonando del lado contrario─. Vino a visitar a Iwa-chan.

─Que esa farsa te la crea Bokuto─ atacó, sintiéndose insultado por la mentira que intentaban utilizar en él─. Sabía que ese chico te gustaba, ¿pasaron una buena noche?

─No tan buena como la que tú tendrás con Akaashi en poco tiempo─ se mofa, sin morder el anzuelo como haría en un día común.

Notando algo extraño en su comportamiento, Kuroo toma una nota mental del mismo, girándose para ver a Bokuto ingresando en la habitación con algunos de los artículos de su madre. La sonrisa en su boca se mostraba ancha de forma terrorífica, provocándole escalofríos.

Algo no andaba bien con sus dos amigos ese día, incluso llegó a pensar en llamar a Kenma para que lo sacara de ese embrollo, pero al ver la hora en la pantalla del celular supo que era demasiado temprano para él.

Lo llamaría solo si quería morir.

─Le pedí prestado su maquillaje a mamá─ comentó el chico, dejando cuidadosamente cada cosa sobre la mesa de su habitación.

─Oikawa, dile a Bokuto que no me haga esto, no es una cita formal─ suplicó el muchacho, dando pasos hacia atrás mientras encendía el altavoz del celular.

─¿Conseguiste lo que te dije, Kota-chan?─ la pregunta de Oikawa le dejó congelado, al fin viendo la traición de su amigo─. Recuerda que debe verse guapo, te mandé un vídeo tutorial de algo que creo le va a ir de maravilla a Tetsu-chan.

─¡Traidor!

─¡Envíen fotos cuando terminen!─ el lo último que suelta, dejándolos con el pitido del celular.

Había colgado, el muy...

─Solo será un momento, Bro─ promete, tomando sus sábanas dobladas por la mitad─. Tú decides si quieres que te amarre o no.

¿Qué demonios se había ganado Kuroo por seguirle el juego a Bokuto?

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