Capítulo Nueve

Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.

"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena

"¿Qué hago aquí aún? ¿Por qué no me he ido?"

Esas eran las preguntas que se hacía Sasuke a cada paso que daba. Dos días atrás había encontrado a la mujer que tantos dolores de cabeza le había generado los últimos años y por si fuera poco había descubierto su secreto, el cual debía guardar a petición de la peliazul. No entendía por qué había accedido a colaborar con aquello, pero trataba de convencerse de que había sido por los niños.

Esos mocosos que con sus actitudes le recordaban a su hermano y a él mismo. En Boruto veía reflejado a Itachi, con su actitud protectora hacia la pequeña rata de ojos azules. Esa niña no sólo tenía la desfachatez de llamarle vagabundo o manco, sino que también poseía aquella amabilidad irritante de la que su madre hacía gran representación.

Maldita Hyūga — por su culpa había gastado años de su vida y ella simplemente deseaba que mantuviera en secreto su paradero, cosa que significaban más problemas para él — Maldito Kakashi — el bastardo de pelo blanco lo había involucrado en algo de lo cual no tenía que ver, gracias a él estaba envuelto en todo aquel estúpido asunto.

"Maldito Naruto" pensó, volviendo a tomar el camino para regresar a la aldea, con dirección a la  posada donde aguardaban aquellos dos pequeños que habían llamado tanto su atención.

●●●●

Kakashi esperaba por las noticias de Sasuke mientras revisaba las fichas de los nuevos Shinobis de la academia. Después de dejar su puesto como Hokage se dedicaba a evaluar a los futuros Genins de la hoja, su entrenamiento riguroso debía servirles para algo a la hora de pelear con un oponente de mayor calibre, pero su enfoque principal era la capacidad que tenían de trabajar en equipo. Perdido en su análisis no se dio cuenta de que una descolocada rubia hacía acto de presencia en la oficina que ocupaba.

¿Me puedes explicar por qué sigues buscando a Hinata después de tanto tiempo? — con los brazos en jarras, Tsunade repasaba las expresiones del peligris, a quien tenía ganas de golpear.

No sabía que tenías tendencias de delatar a las personas, Shikamaru — el pelinegro, que estaba recostado en el marco de la puerta suspiró con pereza.

No tenía opción, te la has pasado invadiendo mi espacio. Además no es sano lo que haces Kakashi — cierto era que el peligris había estado ocupando la oficina del Nara, para así mantener en secreto su investigación.

¿Por qué sigues con esto? — la mujer plantó sus palmas en el escritorio — Su clan, su familia y amigos ya se han rendido con su búsqueda, debes parar con esto — 

Nadie desaparece así de la nada Tsunade — explicó el Hatake, centrando su atención en el par frente a él — Además, es de un habitante de la hoja de quién hablamos, como Hokage a cargo cuando ocurrió el hecho es mi deber hacerme responsable y encontrarla 

Probablemente esté muerta, han pasado diez años y... 

Si está muerta entonces encontraré lo que quede de su cuerpo — replicó el mayor con firmeza, levantándose de su asiento — Pero si no lo está, quiero... queremos traerla de vuelta 

¿Queremos? — preguntó la Senju — ¿Acaso involucraste a alguien más? —

Vaya molestia — replicó el pelinegro con cara de fastidio.

Uchiha Sasuke — ambos se impresionaron al escuchar aquel nombre, bien sabido era que Sasuke no ayudaría en algo así por cuenta propia.

Kakashi se sentía responsable en cierta medida por la desaparición misteriosa de la princesa Hyūga, su estudiante había tenido algo que ver en ello y como tal él debía responder, a falta de un padre que lo hiciera. Además, no quería repetir los mismos errores que había cometido con Sasuke en su momento, así que por ello se había jurado buscar las respuestas necesarias para que todos estuvieran en paz. En especial el clan Hyūga que al ser la fuerza principal de la aldea, debían estar en buenas condiciones, cosa que había cambiado a raíz de la pérdida de la primogénita.

Esto será un problema Hatake — mencionó la rubia al pensar en su estudiante y el intrépido Naruto. Demasiados problemas tenía el matrimonio como para involucrarlos en aquello.

Todo estará bien — aseguró — Nadie además de ustedes lo sabe y así debe quedar, por ahora — volvió a ocupar el lugar que había abandonado — En especial Naruto, él no debe saberlo —

¿Saber qué? — preguntó el Uzumaki, entrando a la habitación — Kakashi-sensei, Tsunade-obāchan'... ¿qué es lo que no debo saber? —

Los presentes se miraron entre ellos sin saber qué decir. Mientras Shikamaru pensaba que todo aquello era un enorme fastidio.

●●●●

¿Crees que deberíamos decirle Onii-chan? —

Ambos hermanos se encontraban sentados frente al otro, discutiendo sobre su día en la escuela. Resulta que todos debían llevar a sus padres para presentarlos frente al salón, todos los niños presentaron los propios como sus más grandes héroes y alardeaban sobre las ocupaciones de cada uno. Todos menos ellos, quienes habían sentido por primera vez la falta de un padre en casa, por tal razón Boruto había pensado en pertenecer a la guardia del pueblo al crecer.

No habían tenido episodios iguales jamás en la vida, pues con el abuelo Tsuyoi era más que suficiente. 

No creo que le guste hablar sobre eso Himawari — él era lo bastante inteligente como para deducir aquello.

Pe-Pero... — no pudo completar su queja por los toques repentinos en la puerta.

¡Yo voy! — exclamó el menor, aprovechando para escapar de la incómoda conversación.

Bordeando la pequeña mesa, se encaminó hacia la puerta que no paraba de ser tocada con impaciencia por quien quiera que estuviera del otro lado.

¡Ya voy, dattebasa! —gritó para después abrir la puerta con celeridad — ¿Sasuke-san? —

"¿Qué hace este señor otra vez aquí?"

¿Boruto verdad? — el pequeño asintió sin dejar de mirarlo atentamente — Llama a tu madre 

¡Okaa-san! — llamó sin moverse un ápice de su sitio, pues no tenía intención de dejarlo pasar.

¿Quién es Onii-chan? — preguntó la pequeña, mientras se acercaba a la puerta para ver — ¿Eh? ¿El señor del brazo? — ambos chicos lo miraron interrogantes, haciendo sentir incómodo al Uchiha.

No te le acerques Hima —

Pero Onii-chan, ¿qué es eso que trae ahí? — apuntó curiosa hacia las bolsas que tenía el pelinegro, justo cuando su madre se acercaba a la puerta.

Sasuke-san — saludó la peliazul luego de mirarlo de forma interrogante, se suponía que él debía volver a Konoha e informar lo que habían acordado.

Hinata... toma — le tendió lo que llevaba en las manos — Es para los niños — agregó al ver la desconfianza en sus ojos.

Asintiendo, Hinata dio permiso para que sus hijos tomaran los regalos que Sasuke les había llevado. Ambos lo tomaron, Himawari contenta de recibir cualquier detalle y Boruto no muy seguro sobre si debían o no aceptar aquello. Se retiraron a su habitación y dejaron a los adultos solos un momento.

¿Qué pretende? — murmuró bajito, para que sólo él la escuchara.

Nada — se limitó a responder — ¿No me vas a invitar a pasar? ¿Qué no te enseñaron modales?  — la mujer haciéndose a un lado le permitió el paso a su humilde hogar.

"El departamento de Naruto es un palacio en comparación con esto" pensó el pelinegro disgustado. Y no lo decía precisamente por el espacio, sino por la desgastada estructura, pues estaba más que acostumbrado a las grandes y llamativas construcciones de la aldea.

Deberías pensar en regresar — habló por fin, tomando asiento en la pequeña sala de estar — Podrías brindarle a tus hijos mucho más que esto y lo sabes 

¿Por qué le importa lo que pueda o no darle a mis hijos? — replicó molesta, pero sin alzar la voz — Los he criado por mi cuenta y a pesar de todo no les ha faltado lo esencial —

Es exactamente por eso — molesto de tener que lidiar con esa situación trató de explicarle — Tienes una familia, una hermana y un padre en la aldea. ¿Acaso no merecen tus hijos conocer a su familia? — y para dar el toque de gracia agregó — ¿No merecen ellos conocer a su padre? —

No creo que... —

Es injusto para ellos, lo sabes bien Hyūga

No es usted quien para hablar de injusticias Sasuke-san — tenía razón y lo sabía, pero él no daría su brazo a torcer.

Justo cuando pensaban seguir su discusión al respecto, ambos niños salieron con vestimentas nuevas, llamando la atención de su madre y llenando al Uchiha de satisfacción.

Mira Okaa-san — la pequeña fue al encuentro de su madre emocionada por su nuevo conjunto — Es lindo verdad — 

Realmente no está mal — mencionó Boruto, quien se reservó la alegría de recibir ropa nueva, pues su madre solía tejer la ropa que ambos usaban y si alguna de estas llegara a dañarse, ella misma las arreglaba como podía.

Ambos tenían conjuntos parecidos a la ropa que ella y Naruto solían usar cuando eran niños. Era una jugada sucia por parte de Sasuke, pero no podía negar que sus hijos se veían adorables.

Se ven muy bien — dijo agachándose a la altura de ambos para acariciarles la mejilla, disimulando su malestar.

 — ¡Artigatō! — exclamó la pequeña en dirección a Sasuke, luego de regalarle una sonrisa a su madre.

Hai — secundó su hermano — Al menos tienes buen gusto, para ser un vagabundo — recibiendo un asentimiento de parte del mayor.

Boruto... — trató de corregir Hinata.

¿Nos acompañaría al festival de esta noche? — acercándose a él, luego de pedir el permiso de su madre, tomó su mano y le miró suplicante — Mi Onii-chan dice que ganará un juguete para mí en los juegos —

Bien, los acompañaré —

Todos estaban felices por la interrupción de aquel extraño que se hacía llamar amigo de su madre, excepto Hinata quien aún no sabía cómo quitarse de encima al Uchiha pues no paraba de insistir con lo mismo.

"¿Acaso será buena idea volver?" se preguntó sin encontrar una respuesta.


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Espero lo disfruten y nos vemos en la próxima (✿◠‿◠)

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