Capítulo Diecisiete

Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.

"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena

La noche anterior no había podido dormir lo suficiente, la conversación con sus antiguos compañeros de equipo se había alargado casi hasta el amanecer. Kiba no paró de reprocharle el hecho de que se había ido sin siquiera avisar, la angustia pasada por ambos Shinobis casi les cuesta sus carreras y sueños. Pero fue mucho peor cuando se enteraron de la verdad detrás de todo aquello.

Hinata les había contado toda la verdad, sin ocultarles absolutamente nada. Eran sus amigos... más que eso, eran como hermanos, así que no guardó secretos para ellos. Desahogó su dolor después de mucho tiempo, se sintió libre de la pesadez que albergaba su corazón. Se sentía en casa una vez más, a pesar de que sólo fue por un momento, pues Kiba enloqueció al enterarse que Naruto no sólo era el responsable de su huida, sino que también era el padre de sus sobrinos.

Lo voy a matar, juro por Kami-sama que lo voy a matar — se había levantado eufórico dispuesto a ir a buscar al rubio y llevar a cabo lo que había dicho.

Le costó bastante a ella y el Aburame poder calmarlo, incluso tuvo que hacer uso de su Tenketsu. Después de eso Shino, quien también estaba igual de molesto, decidió quedar en volver a verla después para así conocer a los niños, prometiendo guardar su secreto hasta que estuviera segura de querer dejarlo salir. Hinata planeaba que sus hijos poco a poco se fueran integrando, así que les presentaría a las personas más importantes de su círculo antes de asentarse por completo en la aldea.

"Vivir en la aldea" pensó mientras colocaba el desayuno para ella y sus hijos, ya que Sasuke había salido sin decirle a dónde o a qué.

"Igual no eres su esposa, no tiene porqué decirte nada" se reprendió internamente, para volver a divagar en sus preocupaciones.

Dejar salir su secreto al ojo público podía causar un desastre en Konoha, más si se tenía en cuenta el cargo que Naruto había logrado obtener. Era el Hokage, una figura que debería inspirar confianza y estabilidad, así que esa clase de problema y los rumores que surgirían debido a ello afectarían negativamente esa imagen y su influencia. Además de todo estaba casado, así que no sólo afectaría al rubio, sino que también dañaría de forma inimaginable a Sakura.

Ohayō Okaa-san — saludó su pequeña mientras restregaba sus azules ojos, sacándola por fin de la marea de pensamientos.

Ohayō Himawari-chan — se giró hacia su hijo que también venía llegando — Ohayō Boruto... —

Sin embargo el niño no le dio respuesta, sólo se dignó a asentir y tomar asiento a la mesa frente a su desayuno. Ella sabía que lidiar con su hijo no sería fácil, pero eso no significaba que su corazón dolía cuando veía indiferencia en esos ojos que siempre la veían con amor. Y no es que Boruto fuera mal hijo, eso lo sabía y entendía que quizá era difícil para él entender todo. El sentimiento de traición es algo que un niño no debería experimentar, y sentía que como madre había fallado en ese aspecto.

¿A dónde iremos hoy, Okaa-san? — preguntó la pequeña, ajena a las preocupaciones de los demás mientras comía sus tostadas con tranquilidad.

Visitaremos a alguien importante — mencionó mientras la tristeza invadía sus facciones.

¿Por qué debía ser tan temprano, dattebasa? —

Es mejor ir cuando no hay casi nadie alrededor — trató de explicar con tranquilidad — Las personas aún no saben que he vuelto así que... 

Entiendo — dijo con sorna — Aún nos tenemos que esconder, como ratas 'ttebasa 

¡Onii-chan! — regañó Himawari, esas no eran formas de expresarse con su madre.

Molesto salió del comedor, mientras madre e hija terminaron de comer y luego ordenaron lo mejor posible el hogar que compartían con Sasuke, quién odiaba encontrar sus pertenencias fuera de lugar. Olvidado el incidente de hace unos minutos, los tres salieron a las desiertas calles de la aldea, tomando un atajo por las calles menos concurridas para llegar al lugar.

¿Es un... —

¿Cementerio? 

Ambos niños voltearon a ver a su madre confundidos, no esperaban aparecer en aquel lugar especialmente porque su madre les había dicho que verían a alguien importante para ella. Sin embargo, la siguieron cuando esta sorteó varias tumbas de piedra hasta detenerse en una que parecía un tanto solitaria comparada con las demás. No tenía flores, ni ningún otro tipo de adorno. La vieron agacharse y acariciar la lápida con cariño, mientras colocaba una mano sobre su pecho.

Es un gusto verte de nuevo, Neji-niisan —

"¡¿Nii-san?!" se sorprendieron los más jóvenes, pues no sabían que su madre tenía un hermano. Aunque para ser sinceros, habían muchas cosas que no sabían de ella.

●●●●

Salió de su hogar temprano en la mañana, no tenía porqué esperar más tiempo debido a que había pasado esa noche sola, sin la compañía de su esposo. Naruto se había ido la noche anterior, y esa mañana no había dado señales, pero tratando de no pensar en eso se concentró en el camino. Debía llegar al hospital y no para cuestiones de trabajo precisamente. Había estado trabajando en un proyecto personal que esperaba con todas sus fuerzas resultara efectivo.

Al doblar una de las esquinas, vio a lo lejos lo que parecía ser una mujer acompañada de dos niños pequeños. Era extraño ver personas circulando por las calles tan temprano por la mañana, sentía una curiosidad inquietante pero cuando los vio desaparecer de su campo de visión, decidió seguir caminando pues Shizune la esperaba. Debía darse prisa, pues los pacientes de ese día no tardarían en llegar, sin contar con los posibles imprevistos.

Sakura-san —la saludó la mujer en cuanto la vio entrar.

 — ¿Está todo listo Shizune-san? 

Estaba nerviosa, esa sería la tercera vez que probarían a ver si habían podido resolver su problema. Para ella era algo decisivo, una pieza indispensable de su ser. Esa sería su única oportunidad así que todo dependía de lo que dijeran los resultados

Está todo listo, podemos comenzar si así lo quieres 

La ayudó a despojarse de sus ropas, le colocó una bata y la llevó a la sala de estudios que estaba justo al lado. Inspeccionó su cuerpo con cuidado y procedió a tomar dos muestras, las cuales colocó en la máquina que correspondía. Al final, Sakura se volvió a colocar sus pertenencias y juntas esperaron para ver los resultados

Con cada giro del aparato su pulso se aceleraba, sus palmas empezaron a sudar a medida que la ansiedad recorría su cuerpo. Cuando estuvieron los resultados, tomó la hoja con cuidado y armándose de valor leyó lo que ponía

¿Cómo te fue entonces? — inquirió la pelinegra con optimismo, el cual desapareció cuando vio los ojos de la brillante alumna de su maestra llenarse de lágrimas.

"No puede ser" pensó Sakura, mientras sus esperanzas se iban de una vez por todas.

●●●●

Entonces, ¿Cómo era el tío Neji, Okaa-san? —

Se encontraban de vuelta en el distrito Uchiha, y ambos chicos no paraban de bombardear a su madre con preguntas. Les había hablado de Neji, su preciado primo que había dado su vida para proteger la de ella. Historia que conmovió a los jóvenes corazones de los dos niños.

Era alguien muy fuerte y protector — le iba explicando mientras abría la puerta — Era muy inteligente también, un genio de nuestra familia. No habrá en el mundo otro igual 

¿Y qué hay de su aspecto? — Himawari estaba emocionada, mientras Boruto sólo escuchaba.

Tenía un cabello largo y castaño, era alto, fornido y muy guapo también — sonrió divertida por aquello — Y sus ojos, pues eran iguales a los míos... aunque diferentes de alguna forma —

¿Iguales pero diferentes? — la peliazul estaba visiblemente confundida, mientras su madre reía por sus expresiones.

¿Qué hay de tu otra familia? — intervino el rubio — ¿Cuándo la conoceremos, dattebasa? 

Pues, debo arreglar algunas cosas antes de llevarlos al clan — les explicó mientras se internaba en la cocina — Pero quizá les pueda presentar a Hanabi... —

"Aunque debe recuperarse primero" pensó algo angustiada.

¿Hanabi? — trató de preguntar Boruto, pero fue interrumpido por la voz sorprendida de su hermana.

¿Y ese señor quien es, Okaa-san? — apuntó hacia el jardín.

Al escucharla, Hinata presurosa y preocupada se acercó hasta las puertas de cristal que daban al jardín. Apoyado en la madera se encontraba alguien que no creyó vería ese día, deslizó el cristal ocasionando que el sujeto se girara en su dirección quedando cara a cara con ella.

Es un gusto verte después de tanto, Hinata. Has crecido — le sonrió con alegría, para luego fijar su vista en las dos personitas que veían todo con desconfianza y curiosidad — Parece que no les agrado — apuntó a Boruto, quien se había colocado delante se su hermano como barrera de protección.

K-Kakashi-sensei... — tartamudeó al verlo, era una sorpresa — ¿Qué está haciendo aquí? —

Mmmm... estaba cerca y pensé en venir a verte — explicó con el desenfado que lo caracterizaba — Te he estado buscando por mucho tiempo, Hinata-chan —


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Aquí lo tienes :v, capítulo rapidito pero potente.

 ¿Qué será lo que esconde Sakura esta vez?
¿Quieren adivinar? 

Espero que les guste, Eaton fuera (✿◠‿◠)

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