★°○『 ᖴᎥɲ∀℄ ℳ∀ḺᎧ 』○°★
[Narrador/a POV]
Blue se encontraba en su jardín, rodeado de sus cultivos. El sol brillaba suavemente sobre las plantas recién sembradas, y el aire fresco lo rodeaba mientras contemplaba su obra. Sus manos, cubiertas de tierra, se movían con precisión, asegurándose de que todo estuviera en su lugar. Era un jardín pequeño, pero para él, perfecto en su simplicidad. En ese momento, todo parecía tranquilo, hasta que una presencia se hizo notar.
Green había llegado. Se encontraba parado detrás de Blue, observando en silencio por un momento. Respiró hondo, sintiendo la mezcla de nervios y determinación que lo invadía. Era el momento. Se acercó lentamente, hasta que su voz, casi un susurro, rompió el silencio.
—Está bien… —murmuró para sí mismo, antes de dar un paso hacia adelante. Miró a Blue, que seguía absorto en su jardín. — Hey… gracias por reunirte conmigo.
Blue levantó la vista, sorprendido por la presencia de Green. Un brillo juguetón se reflejó en sus ojos al ver al chico frente a él. Sonrió de manera cómplice, como si hubiera estado esperando ese momento.
—Hola, Green Stickfigure —dijo, dejando escapar una pequeña risa mientras lo miraba de reojo.
Green no pudo evitar reírse también. El apodo era algo que Blue solía usar cuando quería hacerlo reír, y lo hacía sentir más cercano a él.
—Vaya, jajaja —respondió Green, divertido por el nombre.
Blue se echó a reír, su risa llena de alegría y suavidad. Luego, con una mano, apoyó las palmas en la cerca que rodeaba su jardín, sintiendo la calidez del sol sobre su piel.
—Mhmhm —sonrió Blue, disfrutando del momento mientras miraba hacia el horizonte, como si se perdiera en sus pensamientos.
Green, con una sonrisa tímida, se acercó a él. De manera suave y sin pensar mucho, colocó su mano sobre la de Blue. Era un gesto simple, pero cargado de significado. Blue lo miró, algo sorprendido por la acción, pero sus ojos reflejaban una comprensión profunda.
—Tienes que saber cómo me siento… —dijo Green, con voz tranquila, pero con una leve tensión. Sus ojos se encontraron con los de Blue, buscando algo, quizás una respuesta o consuelo.
Blue, sin dudarlo, sonrió con seguridad. No necesitaba más palabras para entender lo que Green quería expresar. Había algo en sus ojos que le decía todo lo que necesitaba saber.
—No tienes que decir nada, siempre lo he sabido… —respondió Blue, su voz suave y serena, con una certeza que hizo que Green se sonrojara ligeramente.
Green sonrió tímidamente, un poco nervioso pero feliz de ver que Blue ya entendía. Ambos se giraron para mirarse cara a cara, sin que ninguno de los dos pudiera ocultar lo que sentían.
—Está bien si estás con él… —dijo Green, con algo de frustración en su tono. Luego, suavizó la voz, dejándola más calmada. — Solo quiero que seas feliz…
Blue, al escuchar esas palabras, lo abrazó de inmediato. La sorpresa de Green hizo que su corazón diera un vuelco. El abrazo era cálido, reconfortante, pero algo le decía que no era solo amistad lo que los unía. Blue lo estrechó fuerte entre sus brazos, haciendo que Green cerrara los ojos y sintiera la paz por un momento. Pero el amor no era sencillo, y aunque el abrazo era tierno, una pequeña parte de Green dolía por la confusión que sentía.
—No —Blue dijo en voz baja, alzando la cabeza y mirándolo con una expresión sincera. — Soy feliz contigo… siempre ha sido contigo.
Green, aún con los ojos cerrados, correspondió al abrazo, apretando a Blue contra su pecho. Sintió cómo todo a su alrededor se desvanecía en ese momento, como si el mundo fuera solo ellos dos. El sonido de sus risas y palabras cariñosas llenaba el aire, y todo parecía estar bien. Pero, en su interior, Green sabía que había algo más, algo que no podía ignorar.
Mientras ambos se mantenían abrazados, Rust los observaba desde una distancia prudente. No dijo una palabra, simplemente los miraba con una expresión calmada. Había algo en su mirada que mostraba comprensión, pero también una resignación que Green no pudo identificar.
Finalmente, Blue rompió el abrazo y, con una sonrisa triste, dijo:
—Me alegra mucho que hayas vuelto, Green… pero… estoy con Rust… —las palabras salieron de su boca con una suavidad que golpeó a Green como una ráfaga fría. — ¿Por qué no regresas a tu casa por ahora?
Green, aunque en shock, no podía evitar sentirse triste. Pero, en su corazón, algo dentro de él se mantenía firme. No podía irse así. Se separó lentamente de Blue, colocando sus manos sobre los hombros de él, y lo miró fijamente a los ojos. Su voz era baja, pero llena de determinación.
—Voy a regresar a mi casa… pero mi hogar está contigo… y no estaré en casa hasta que esté contigo —dijo con un tono apagado pero decidido, sabiendo que esas palabras reflejaban la verdad más profunda de su corazón.
Blue bajó la cabeza, sintiéndose culpable, como si esas palabras fueran demasiado para él. No sabía cómo responder, pero el peso de lo que acababa de escuchar lo hizo sentirse abrumado.
—Green… —susurró Blue, su voz temblando un poco mientras se sentía atrapado entre la confusión y el miedo a lastimar a ambos.
Green le sonrió tristemente, acariciando suavemente sus hombros antes de alejarse. No quería que las cosas se quedaran así, pero tampoco podía seguir luchando contra algo que no era suyo. Con una sonrisa vacía pero resuelta, comenzó a caminar de regreso a su casa, sin mirar atrás.
Blue lo observó irse, tocándose el pecho como si intentara apaciguar la sensación de vacío que lo invadía. Todo parecía tan complicado ahora, tan lleno de dudas. Pero en su interior, sabía que había algo que debía resolver.
De repente, una voz familiar rompió el silencio.
—Hola… Blue —dijo Rust, acercándose con una sonrisa en el rostro.
Blue lo miró, dejó escapar un suspiro, y luego giró para enfrentarse a Rust, una sonrisa tímida se dibujó en su rostro.
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[Fin...]
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