☆「 Cα℘Ꭵʈʊʆꪮ 9 」♡
[The Second's Coming POV]
Estaba sorprendido al ver a Purple… y aún más sorprendido al descubrir que era el príncipe del Ender Kingdom. Me quedé hipnotizado, tratando de asimilarlo, pero sacudí la cabeza para recuperar la compostura. Estaba a punto de saludarlo, cuando me hizo una señal para que guardara silencio. Bajé la mirada, solo para encontrarme con la mirada fría y calculadora del rey, Orange, quien me observaba con una expresión que parecía atravesarme. Sentí un escalofrío recorrerme la espalda. Entonces, Green rompió el silencio.
—Majestad, ¿qué deberíamos hacer con la “dona naranja”? —preguntó Green con una sonrisa apenas visible. Abrí la boca, ofendido por el apodo, y desvié la mirada con el ceño fruncido, reprimiendo el impulso de replicar.
El rey, sin apartar su mirada gélida de mí, respondió con una indiferencia que helaba.
—Como a los demás. Llévalo a la curva y mátalo; no veo nada especial en él.
La frialdad de sus palabras me golpeó como un cubo de agua helada. Sentí que el estómago se me hundía. ¿A qué se refería? ¿Acaso realmente iba a matarme? ¿Aquí y ahora?
Green asintió, sin cambiar su expresión calmada, y continuó en el mismo tono sereno.
—¿Muerte lenta o rápida? —preguntó, como si estuviera decidiendo algo trivial.
La pregunta me asustó más de lo que quería admitir. El corazón me latía desbocado, y el miedo me hizo abrir la boca antes de pensar en las consecuencias.
—¡E-espera! ¿Me van a matar? ¡Pero si soy demasiado joven! ¡Esperen, no pueden hacer esto! —dije, mi voz temblando mientras luchaba por ocultar el pánico.
Pero el rey ya había dado su orden, y los guardias se movieron rápidamente para sujetarme antes de que pudiera reaccionar. Mis pensamientos se atropellaban, buscando una forma de escapar. Sentí las manos de hierro de los guardias aprisionándome, y mi mente se llenó de desesperación.
Justo cuando me resignaba a lo peor, una voz rompió el silencio como un trueno.
—¡Deténganse! —gritó Purple, poniéndose de pie desde su trono. Su voz resonó con una autoridad inesperada, y todos los guardias giraron la cabeza hacia él, sorprendidos.
El príncipe se adelantó un paso, su expresión era decidida, y en sus ojos había una mezcla de firmeza y algo más… tal vez una chispa de compasión. ¿Podría realmente salvarme?
—¿Qué!? ¿Por qué, príncipe Purple? —preguntó el rey Orange, con un tono entre incrédulo y molesto. Purple lo miró, claramente nervioso, pero respiró hondo para tranquilizarse antes de responder.
—Porque… podría ser útil. Tal vez él sepa cosas que nosotros desconocemos. Incluso podría tener alguna conexión con The Dark Lord. Además, parece indefenso, así que tal vez sea fácil conseguir lo que necesitamos de él —respondió Purple en un tono sereno, aunque sus palabras parecían calculadas. Todos a su alrededor lo miraban confundidos, pero el rey seguía sin estar completamente convencido.
—Pues… espero que de verdad sea útil. Está bien, no lo maten… aún —dijo el rey Orange, con un tono helado.
Solté un suspiro de alivio. Estaba a salvo, por ahora, aunque podían decidir acabar conmigo en cualquier momento. No pude evitar sentirme agradecido con Purple… ¡me había salvado la vida!
...
—Entonces, ¿dónde dejamos a este? —preguntó Green de nuevo, con una ligera impaciencia en la voz.
—Mmm… llévenlo a la habitación de invitados. Hablaré con él después —ordenó el príncipe Purple, y noté cómo echaba una rápida mirada a Orange. Este, con un suspiro, simplemente rodó los ojos antes de dar la última instrucción.
—Llévenlo a esa habitación; le haremos preguntas más tarde… —dijo Orange con indiferencia antes de levantarse de su trono y dirigirse a otra sala. Purple se quedó en el salón y, después de un momento de silencio, caminó hacia mí con una expresión seria que me hizo desviar la mirada.
Purple, sin apartar la vista, dio una nueva orden.
—Green Emerald, acompáñame y asegúrate de que el joven esté vigilado —ordenó con firmeza. Sentí la mano de Green sujetando mi brazo con fuerza.
—Y ustedes, márchense; esto no es de su incumbencia —añadió Purple, dirigiéndose al resto de los guardias.
Poco a poco, todos abandonaron la sala. Finalmente, solo quedamos tres: Purple, Green y yo.
...
Me llevaron por los pasillos del castillo. Era impresionante cómo estaba decorado; los tonos de morado y rosa llenaban el lugar de un aire majestuoso y misterioso. El silencio en el ambiente era incómodo, hasta que finalmente alguien lo rompió.
—Entonces… ¿qué hacías en el reino? —preguntó Purple, caminando a mi lado y lanzándome una mirada inquisitiva.
—¿Y-yo?… eh… solo pasaba para ver este hermoso lugar… —mentí, sin atreverme a admitir que había venido en busca de dos cristales.
Purple soltó un suspiro, claramente no muy convencido de mi respuesta.
—Mala decisión. Las personas que entran aquí enfrentan consecuencias… Tienes suerte de que te haya salvado, ya te habrían matado —me recriminó con un tono severo, y no pude evitar sentirme como si estuviera siendo regañado.
—Sí, sí, lo sé, pero… agh, ¿qué quieren de mí ahora? —murmuré, incapaz de contener mi frustración. Sentía que merecía algunas respuestas después de todo.
Purple me miró, sus ojos serios y evaluadores.
—Queremos saber más de ti. Te pareces mucho a The Dark Lord… —dijo, dejando la frase en el aire.
El simple recuerdo de Dark me dio escalofríos. No podía imaginarme qué pensaban de mí o qué querían exactamente, pero estaba claro que mi apariencia había despertado una incómoda curiosidad en ellos.
—Yo… te vi en la cueva. ¿Qué hacías allí de todos modos? —me atreví a preguntar, tratando de sonar casual, aunque mi curiosidad era evidente.
Purple me lanzó una mirada fulminante, y sentí un nudo en el estómago. Ver a Purple enojado me rompía el corazón; mi coraje se desmoronó al instante.
—¿Otra vez escapando, príncipe? Sabes bien que el rey no estará contento… —intervino Green, su tono sonaba más preocupado que acusador.
Purple suspiró con frustración, apartando la mirada.
—Él no es mi padre. No sé por qué insiste en protegerme… —murmuró Purple con una mezcla de enfado y resentimiento. Luego, su tono cambió a una seriedad firme—. Además, ya no tengo amenazas. Desde que el príncipe Red del Netherkingdom murio, tenemos todas las ventajas para vencer al Nether de una vez por todas. Y no necesito que me cuiden como a un niño; ya soy lo suficientemente mayor para hacer esto solo.
Sus palabras resonaron en mi mente, y el nombre de Red me trajo un peso en el pecho. No pude evitar recordar a Yellow y me pregunté cómo le estaría yendo. ¿Estaría bien?
Purple parecía decidido, casi desafiante, y me quedé en silencio, tratando de procesar todo lo que acababa de escuchar. Sabía que me encontraba en medio de algo mucho más grande de lo que había imaginado.
...
—Entonces… ¿qué harán ahora? —pregunté, sintiéndome curioso por sus planes.
—Luchar y hacer justicia. Nuestro deber es destruir el Netherkingdom y a las brujas que se esconden… —declaró Purple con firmeza, su mirada fija en Green—. Caballero Green, ¿tienes alguna pista sobre dónde podrían esconderse?
Green, con un semblante serio, bajó la mirada.
—Lamentablemente, no, mi príncipe. Hemos estado buscando por todas partes, pero aún no hemos encontrado nada —respondió, con preocupación reflejada en su rostro al darse cuenta de que no podía satisfacer las expectativas de Purple.
—No te preocupes, solo sigue buscando… —comentó Purple, intentando sonar calmado, aunque la frustración era palpable en su voz.
Me sentía invisible entre ellos, como si no importara en la conversación. Decidí que era el momento de intervenir y aportar algo.
—Príncipe, no es por nada, pero sé que el rey Orange no es tu verdadero padre… Quisiera saber qué les sucedió a los antiguos reyes —me atreví a preguntar, sintiendo que mis palabras podían abrir una puerta a una conversación más profunda.
La mirada de Purple se volvió inquisitiva, y la atmósfera se tornó tensa. Había tocado un tema delicado, y estaba curioso por saber su reacción.
[Purple's POV]
Suspiré, sintiendo el peso del pasado en mi pecho, y comencé a contar la historia de cómo todo comenzó. La reina Rose, conocida por todos como Orchid, era el corazón de nuestro reino, trayendo paz y armonía al End. En aquellos días, todo era normal, y la felicidad reinaba en cada rincón. El Nether también disfrutaba de su propia paz; todos cumplían con sus tareas, y en The Moonlit Grove había personas inocentes y maravillosas. A lo lejos, se podía ver una ciudad próspera, donde la vida seguía su curso sin problemas.
Pero esa felicidad fue efímera. Lamentablemente, Navy abandonó a Orchid, y su amor profundo se tornó en desesperación. Fue una traición que no supo soportar. La tristeza la consumió y, en su agonía, cayó en una enfermedad que, finalmente, le costó la vida. El reino del End se sintió vacío sin su reina. En su último acto, Orchid nombró a Orange rey, confiando en su amistad cercana.
A pesar de la buena intención, Orange nunca tuvo tiempo para mí. Su mundo giraba en torno a su hijo, Gold, su mayor tesoro. Pero la tragedia golpeó nuevamente cuando Gold desapareció en el Nether. Yo sabía que nunca habría sobrevivido allí. Cuando los guardias confirmaron su muerte, el dolor de Orange se transformó en odio hacia el Nether. Desde ese momento, comenzó una guerra en su contra, aunque siempre salíamos derrotados.
En su desesperación, Orange buscó a las brujas que, según decían, poseían el conocimiento sobre lo sucedido. Les preguntó, y ellas le revelaron que había un niño que se había alejado antes de que Gold desapareciera. Eso hizo que Orange pensara que su presencia había traído mala suerte, provocando la muerte de su hijo. Furioso, ordenó que las brujas se mudaran, culpándolas de su pérdida y exigiendo que fueran eliminadas.
Y yo, atrapado en medio de todo esto, era víctima de la ira de Orange. Me trataba con desprecio y, aunque mi corazón dolía por la injusticia, me sentía impotente. Solo quería su aprobación, anhelaba encontrar un lugar en un mundo que había cambiado tanto.
Lo único que puedo hacer ahora es seguir las órdenes del rey y satisfacer sus expectativas...
—Y eso es lo que puedo decir, un resumen de todo —suspiré, sintiendo el peso de la mirada del don nadie naranja que se posaba sobre mí, y ni siquiera sabía su nombre. Así que decidí romper el hielo—. ¿Y cómo te llamas?
—Me llamo The Second Coming, pero me dicen Orange o Second. La razón por la que me llaman Second es para no confundirnos con Mango —respondió aquel tal Second, su voz resonaba con un aire de optimismo que era difícil de ignorar.
Su actitud era sorprendente. A pesar de la gravedad de la situación, había algo en su forma de ser que iluminaba la oscuridad que me rodeaba. Mientras hablaba, su sonrisa parecía sincera, y por un momento, me pregunté si había esperanza en medio de todo este caos.
—Es un nombre interesante —dije, intentando mantener la conversación—. ¿Siempre has sido así de positivo, incluso con todo lo que ha pasado?
Second asintió, su sonrisa no se desvanecía.
—Sí, siempre trato de ver el lado bueno de las cosas. A veces, eso es lo que necesitamos para seguir adelante, ¿no crees?
Sus palabras resonaron en mí. Tal vez, en un mundo lleno de tristeza y pérdida, esa era la clave para encontrar un propósito, un camino que me llevara más allá del sufrimiento. Pero la realidad me golpeó de nuevo, y recordé que en este lugar, la amabilidad no era algo que se pudiera dar por sentado. La sombra del rey Orange siempre acechaba, y cualquier desliz podría resultar en mi caída.
—¿Qué crees que sucederá ahora? —pregunté, aún buscando respuestas en medio de la incertidumbre.
Second se encogió de hombros, su mirada se tornó seria por un momento.
—No lo sé. Pero creo que todos tenemos un papel que jugar en esto. Tal vez, incluso tú, Purple.
La mención de mi nombre me sacudió. ¿Yo? ¿Tendría realmente un papel en todo este lío? La idea parecía absurda, pero algo en su voz me hizo cuestionar la naturaleza de mi existencia en este reino.
—Quizás —murmuré, con la esperanza y el temor entrelazados en mi pecho—. Tal vez hay algo más en mí que simplemente ser el hijo de Orchid.
...
Finalmente, llegamos a la habitación donde Second se quedaría. Al entrar, su expresión de asombro era evidente, como si nunca hubiera visto algo así antes.
—Wow... gracias —exclamó Second mientras exploraba cada rincón de su nuevo cuarto.
—Bueno, que pases un buen rato aquí. Vendré más tarde —le respondí, cruzándome de brazos—. Habrá guardias afuera de la habitación, así que si intentas algo...
—De acuerdo, príncipe. Y, por casualidad... ¿me van a devolver mi mochila? —me preguntó Second, sorprendiéndome con su mención de una mochila que no sabía que tenía.
—Veré qué puedo hacer. No te ilusiones si no está completa —dije, notando cómo su rostro se llenaba de preocupación. No le di mucha importancia y cerré la puerta de la habitación tras de mí, respirando hondo para calmarme.
—¿Siguiente orden, príncipe? —preguntó Green, haciendo una reverencia ante mí.
Lo miré y sonreí, disfrutando del momento.
—Búscate una pareja, por el amor de Ender —bromeé, soltando una risa leve.
Green me miró con una expresión que no parecía muy contenta.
—Las chicas de este lugar son muy... no sé, quiero emoción en mi vida —se cruzó de brazos, pareciendo frustrado.
—Bueno, ya verás que alguien llegará —le respondí, mientras me alejaba en dirección a mi habitación. Necesitaba planear mis próximos movimientos y encontrar una manera de apoderarme del Netherkingdom. La ambición burbujeaba en mí, y estaba decidido a forjar mi propio destino.
[Continuara...♡]
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top