☆「 Cα℘Ꭵʈʊʆꪮ 15 」♡

[Narrador/a POV]

Second fue arrastrado de nuevo a la cueva, pero esta vez, la amenaza era real: iban a asesinarlo. Justo cuando las sombras comenzaban a cerrarse sobre él, Abyss apareció, una presencia oscura que se manifestaba en un susurro lleno de poder.

—Déjame tomar el control —dijo Abyss, su voz retumbando en la mente de Second.

Sin pensarlo siquiera, Second aceptó, sabiendo que no había otra opción. Un cambio abrupto recorrió su cuerpo; sus ojos se tornaron de un verde intenso, y su mechón de cabello adoptó el mismo tono. El aire a su alrededor pareció volverse denso, cargado de una energía que jamás había experimentado.

Con una rapidez inhumana, agarró el pico de diamante que descansaba junto a él, sintiendo su peso, pero también la fuerza imparable que emanaba de él. Un destello verde iluminó el lugar cuando se levantó, dispuesto a enfrentar a aquellos que intentaban acabar con su vida.

Los atacantes no esperaban la furia que se desató en Second. Su cuerpo se movía con una agilidad mortal, cada golpe lanzado con una precisión letal. El pico brillaba en la oscuridad mientras lo manejaba con destreza, cortando el aire con fuerza y dejando rastros de energía a su paso.

Los enemigos, sorprendidos por la fuerza con la que luchaba, intentaron rodearlo, pero no lograban acercarse. Second, ahora dominado por la voluntad de Abyss, los derrotaba uno por uno, con un control absoluto sobre sus movimientos. Cada golpe era una explosión de poder, cada esquiva, una danza precisa y peligrosa.

El sonido del combate resonaba en la cueva: gritos de los atacantes, el choque del pico contra las rocas, y el susurro ominoso de Abyss guiando a Second, como una sombra que se alimentaba de su ira. El suelo temblaba bajo los pies de los enemigos mientras el combate alcanzaba su punto culminante, una muestra de la abrumadora fuerza de la oscuridad que había tomado control de Second.

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[Mientras que en otro lado...]

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—Vamos, Purple, debemos avanzar —dijo Green, mirando hacia adelante mientras su caballo avanzaba a paso firme, junto con los demás que ya se preparaban para salir del reino.

Purple, cabizbajo y con el corazón pesado, no respondió de inmediato. El peso de lo que estaba por venir le oprimía el pecho, y aunque sabía lo que debía hacer, no podía dejar de sentirse derrotado.

—No quiero luchar —murmuró Purple, apenas audible, mirando el suelo mientras las riendas de su caballo descansaban inactivas en sus manos.

Green, notando la tristeza en su tono, desaceleró su caballo hasta que se puso a su lado, deteniéndose brevemente. La expresión seria de Green se suavizó, como si estuviera tratando de entender más allá de las palabras de su amigo.

—Lo sé, Purple. Pero esta batalla no es solo para nosotros, es por todos. La gente depende de que estemos juntos en esto. Tú también eres parte de eso —dijo Green, su voz llena de determinación, pero también de una leve preocupación.

Purple lo miró brevemente, aún sumido en sus pensamientos. La tensión en su rostro era evidente.

—No sé si estoy listo para pelear... no quiero hacerle daño a nadie. No quiero más sangre —respondió, su voz quebrada por la incertidumbre.

Green suspiró, sus ojos mirando fijamente a Purple.

—No se trata de eso. Se trata de proteger lo que amamos. Tú eres fuerte, lo sabes. Y no estás solo. Si necesitas quedarte atrás, lo entenderé, pero no dejes que la tristeza te consuma. No estás solo en esta lucha, no importa en qué decidas participar —dijo Green, su tono más suave ahora.

Purple miró a Green, algo en su interior comenzando a desmoronarse, pero también sintiendo una chispa de esperanza al escuchar esas palabras. Finalmente, después de un largo silencio, sus ojos se alzaron hacia Green.

—Gracias, Green... pero aún no estoy listo. Necesito un momento.

Green asintió lentamente, respetando su espacio, pero sin apartarse completamente.

—Lo que sea que decidas, estaré aquí. Siempre —respondió, antes de dar un suave golpe a su caballo para continuar con el resto del grupo.

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[Mientras con Blue y Yellow...]

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Mientras caminaban tranquilamente de regreso al bosque, Blue no podía ocultar su sonrisa. El cristal azul que tanto habían necesitado ahora estaba en sus manos, y sentía una satisfacción indescriptible por haberlo logrado.

—No puedo creer que finalmente lo tengamos —dijo Blue, mirando el cristal que descansaba en su bolsillo con una expresión de alegría.

Yellow, caminando a su lado, no pudo evitar sonreír también al ver a Blue tan contento.

—Gracias, Blue. De verdad, no sé qué habría hecho sin ti. No solo recuperaste el cristal, sino que me salvaste. —Yellow lo miró con gratitud, sus ojos reflejando el aprecio que sentía.

Blue desvió la mirada, encogiéndose de hombros, como si no fuera nada importante.

—No fue nada —respondió Blue, su tono humilde pero genuino—. Lo hice porque era lo correcto. Somos un equipo, ¿no? Cuando uno cae, el otro lo levanta.

Yellow asintió, sintiendo el peso de las palabras de Blue. Había algo reconfortante en saber que podían contar el uno con el otro, sin importar lo que enfrentaran.

—Sí, un equipo —murmuró Yellow, sonriendo nuevamente.

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Green llegó y rompió las barreras de protección con rapidez, entrando junto con los demás guardias para comenzar el ataque. Su misión era clara: eliminar a todas las brujas y niños que se encontraran allí. Aunque Green no deseaba lastimar a nadie, las órdenes del rey eran inquebrantables. Sin embargo, las brujas eran rápidas, y la mayoría lograban escapar a través de portales, dejando atrás a varios niños.

Entre ellos, Green vio al niño que le había dado una flor a Second. Sin pensarlo, comenzó a perseguirlo. Su deber era matarlo, pero en secreto solo quería ayudar al niño. Mientras lo seguía, notó que los guardias venían detrás de él, lo que lo obligó a actuar. Justo cuando estaba a punto de clavar su espada en el niño, Blue apareció de repente, empujándolo con fuerza y apartándolo de su objetivo.

Green se sorprendió tanto que cayó al suelo. Blue aprovechó la oportunidad para tomar al niño en brazos y empujarlo hacia el portal, asegurándose de que escapara junto a los demás.

Green, atónito, se levantó rápidamente y adoptó una postura de batalla. Blue lo miró fijamente, sus ojos se encontraron en un instante, y ambos quedaron paralizados, como hipnotizados. La conexión fue instantánea, algo que Green no comprendía, ya que nunca había experimentado algo así. ¿Por qué Blue? ¿Por qué ahora?

Blue, igualmente desconcertado, sacudió la cabeza, intentando despejar sus pensamientos. Luego, rápidamente, sacó su arco y unas pociones de su mochila, preparándose para luchar.

—¡Te enfrentarás a mí ahora! —dijo Blue con determinación.

Green no dudó en responder, lanzándose hacia él con su espada. Los guardias, al ver el enfrentamiento, intentaron unirse a la lucha, pero Blue, con su magia y pociones, los debilitó rápidamente. Algunos fueron congelados, otros quedaron inmovilizados por pociones que causaron parálisis o dolor. La batalla se redujo a un combate entre Green y Blue. Blue, con su destreza mágica y su agilidad, estaba ganando terreno.

Finalmente, con un movimiento rápido, Blue conjuró una espada mágica y comenzó a dominar el combate. Exhausto y herido, Green ya no pudo seguir luchando. Con la respiración agitada, levantó las manos en señal de rendición.

—Me rindo… me rindo —dijo Green, mientras se caía al suelo.

Blue, aún sosteniendo su espada, lo observó con una mirada firme y desafiante.

—¡Has elegido la muerte, al adentrarte en mi territorio! —amenazó Blue, con la voz grave y seria.

Green, con un suspiro, trató de calmar la situación.

—En serio, perdón. Venimos por una orden del rey del Ender Kingdom… Olvidemos todo esto y regresaremos a casa.

—¡Tus guardias intentaron asesinar a personas inocentes bajo mi protección! —respondió Blue, sin apartar la mirada de Green.

—¡La ironía! ¡El “príncipe” que lidera una raza belicista me da lecciones sobre matar inocentes! —explotó Green, empujando el arma de Blue a un lado con frustración—. ¿Acaso no estás cansado de esta violencia sin sentido entre nosotros? Tengo una propuesta para terminar con todo esto: una tregua… entre mi clan y las brujas.

—Te escucho… —respondió Blue, pero mantuvo su postura de batalla, desconfiado.

—Mentirle al rey, decirle que el Ender Kingdom ganó aquí, matándolos a todos ustedes —propuso Green.

—¿Estás seguro de eso? —preguntó Blue, mostrando dudas.

—¿Cerramos el trato? —Green extendió la mano hacia Blue, buscando un acuerdo.

—Está bien… —Blue aceptó el apretón de manos—. Esta tregua nos favorece a ambos. Sabes cómo jugar tus cartas, jugaré tu juego, pero ten en cuenta una cosa: esto lo hago por mi gente, no por ti.

—Como quieras, “azulito” —rió Green, algo juguetón.

Ambos quedaron en acuerdo. Green, sorprendido por la batalla, le dio cumplidos a Blue por sus buenas estrategias. Blue le agradeció, y Green, aún un poco abrumado por la situación, comenzó a coquetear con él, arrepintiéndose de haber atacado a personas inocentes.

—¿Volveré a verte? —preguntó Green, con una mirada intrigada.

—No lo sé… pero tal vez —respondió Blue, dejando abierta la posibilidad.

En ese momento, Yellow se acercó con el cristal azul en las manos. Blue lo presentó.

—Green, este es mi amigo Yellow —dijo Blue, señalando al otro.

—Un placer —saludó Green, sonriendo levemente.

Yellow miró alrededor, observando la destrucción causada por la batalla, y preguntó:

—¿Cómo supiste dónde estaba el refugio?

Blue, intrigado por la pregunta, también comenzó a indagar.

Green explicó rápidamente la situación, pero Blue se enfureció al escuchar los detalles.

—Vamos a resolver esto —dijo Green—. Mi amigo Second está encerrado en el castillo.

—Entonces es hora de ir a buscarlo —respondió Blue, su voz llena de determinación.

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[Continuará...♡]

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