Capítulo 15

Giyu y Tanjiro observaban como los recién casados bailaban en la pista. Giyu tomaba un poco de aquella copa de vino que le habían dejado, mientras que Tanjiro sólo tomaba agua helada debido a los hielos que contenía, ya que nunca había probado alcohol y por alguna extraña razón no quería hacerlo de todas formas.

Una vez terminado el baile de los novios y algunas presentaciones más todos podían socializar entre sí.

Giyu se levantó de la mesa agarrando de la mano a Tanjiro para llevarlo con él.

Zentisu se acercó al pelirrojo con su ánimo bastante en alto.

-Tanjiro-kun, gracias por venir a mi boda, no se que habría hecho sin ti- Zenitsu abrazó al pelirrojo apartandolo de Giyu, claro que fue sin intención de hacerlo enojar.

-No me lo agradezcas Zenitsu- Tanjiro correspondió al abrazo -Por cierto tus estilistas te dejaron muy lindo-

Ambos omegas se separaron del abrazo. Giyu sonreía al ver que Tanjiro se volvía más sociable, lo observaba más feliz y radiante que nunca.

-Tanjiro, iré a saludar a algunos amigos- dijo Giyu dejando un beso en los carnosos labios de su omega, éste asintió mientras tenía una gran sonrisa en su rostro.

Tanjiro y Zenitsu platicaban entre sí contando lo bueno que eran sus alfas con ellos.

-Por cierto Zenitsu-san, ese broche es muy bonito- mencionó Tanjiro.

-Gracias- Zenitsu sonrió con orgullo -Este broche pasa de generación en generación en la familia Agatsuma, todos los omegas de nuestra familia que se casen deben usar éste broche-

-Oh... que interesante- habló mientras miraba al rubio -¿Qué te dijo Tengen-san cuando te vio?-

-Pues...- las mejillas de Zenitsu se enrojecieron -Dijo que me veía adorable y extravagante- el oji ámbar jugaba con sus dedos.

Ambos siguieron platicando mientras el azabache y aquel peli blanco observaban a sus omegas desde lejos tomando algo de vino en el proceso.
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-Fue divertido Giyu- habló Tanjiro mientras sus cabellos eran peinados por el azabache -Y Zenitsu es bastante amigable-

Giyu estaba feliz de que Tanjiro haya disfrutado de la anterior noche.

-Creo Tsutako hará pollo asado y ensalada rusa para el almuerzo-

-Oh... suena bien- Tanjiro besó los labios de su alfa.

El pelirrojo se dio la vuelta y envolvió sus brazos en el cuello de Giyu, aferrandose a él y olfateando su aroma.

-Giyu-san- el pelirrojo llevó su mano al elástico de su short -Hace un tiempo que no tenemos sexo- Tanjiro se quitó su short quedando desnudo desde su cintura hasta sus piernas -Quiero que me tomes alfa-

Giyu tragó grueso, y era cierto, no habían tenido contacto sexual desde hace un mes. El alfa olfateó su cuello deleitándose del aroma de su omega, su cuerpo empezaba a reaccionar y el bulto en su pantalón estaba creciendo.

Las manos de Tanjiro se deshicieron de la molesta ropa del alfa, quien lo dejó en la cama para poder acomodarse entre sus piernas, rozando su hinchado glande en esa rugosa entrada algo húmeda. Los gemidos escapaban de la boca de Tanjiro, podía sentir su cuerpo arder, pidiendo que sus paredes fueran invadidas como quería.

El pene de Giyu fue adentrándose a su húmeda cavidad. Se sentía increíble después de tanto tiempo, su pene era apretado por el pequeño cuerpo debajo del suyo.

-Ngh~ Más~ Lo quiero muy profundo~ -Tanjiro llevó su mano a su vientre acariciandolo, en su mirada se podía notar la fuerte lujuria que emanaba de él -Quiero que Giyu-san sea uno conmigo~-

Sus bocas se unen en un profundo beso.

Las orejas y cola aparecen en ambos. La cola de tigre de Giyu apega más a Tanjiro a su cuerpo, las orejas de conejo del omega están caídas. Tanjiro está perdido en el placer. Sus ojos color rubí recorren el trabajado cuerpo de su alfa mientras sus lenguas saborean la cavidad bucal del contrario.

Las manos del azabache acarician las caderas del pelirrojo, sus dedos tocan todo lo que le es posible, subiendo sus manos a su pecho, pellizcando dulcemente esos botones color durazno. El beso es roto por la falta de aire en sus pulmones, pero las embestidas siguen siendo rápidas y profundas.

Sus cuerpos están unidos, ahora mismo Giyu y Tanjiro son uno solo.
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Tanjiro come en cucharadas la deliciosa ensalada rusa que hizo Tsutako. El apetito del pelirrojo era bastante grande.

-Tanjiro-kun, no sabía que te gustaba comer, por favor come todo lo que quieras- la azabache sirvió otra porción de ensalada rusa en el plato del pelirrojo.

Los ojitos del omega brillaban al ver la nueva porción. Giyu nunca había visto tal apetito en Tanjiro, pero creía que era por el hecho de sus anteriores traumas que le daba vergüenza comer en gran cantidad.

-Solecito, mañana iremos a visitar a Shinobu- dijo el peli negro mientras acariciaba las hebras pelirrojas de Tanjiro.

-Está bien Giyu-san- Tanjiro seguía comiendo hasta quedar satisfecho con la porción que le había servido la azabache -Muchas gracias por la comida Tsutako-san- el pelirrojo abrazó repentinamente a la azabache, pero ella no se quejó, más bien lo disfrutó mientras correspondía al abrazo.

Pero Giyu tenía una aura oscura detrás de Tanjiro, advirtiendole a su hermana que la golpearía, estaba algo celoso.

-Si si- habló la mayor de la mesa mientras se separaba del abrazo -Te estás volviendo bastante pegadito a tu omega hermano-

Giyu sólo chasqueó la lengua mientras sentaba a Tanjiro en su regazo. El pelirrojo abrazaba a su alfa mientras soltaba sus lindos y tranquilizantes ronroneos.

-Aaaawww- la azabache sonreía al ver lo cariñosos que eran la pareja -Demasiada diabetes para mi-

Tanjiro seguía en su momento con Giyu, hasta que una fuerte sensación lo atrapó, las náuseas se hicieron presentes, lo que le llevó a correr al baño más cercano de la casa para poder vomitar.

Ambos hermanos siguieron al pelirrojo, estaban preocupados, en especial Giyu.

Tanjiro terminó por vomitar todo lo que había comido en el inodoro, las náuseas habían sido fuertes. Giyu cargó a su omega en brazos, los ojos color azul zafiro expresaban preocupación, el omega se apegó al fuerte pecho de su alfa, donde pudo acurrucarse a su gusto para empezar a quedarse dormido.
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-Dime maldito hijo de puta- Sabito miraba a aquel hombre debajo de él, asustado y tragando grueso, tenía las piernas rotas después de los fatales golpes que había recibido por parte del peli melocotón -¿para quien trabajas escoria?-

Sabito cargaba dos pistolas en ambas manos mientras una de las piernas rotas de aquel hombre eran pisadas por los pies del de ojos lavanda. Una pistola apuntaba directamente a su frente, mientras que la segunda pistola apuntaba a su ingle.

-¡Trabajo para Kibutsuji!, ¡no me hagas nada porfa- dos disparos se escucharon en aquella habitación.

Shinobu había entrado a la habitación junto con Douma. El rubio cenizo sonrió al ver el cuerpo sin signos vitales.

-Gracias por ayudarnos Sabito- dijo Douma -Ya estábamos sospechando de si había un infiltrado en nuestra planta-

-De nada Douma- sonrió Sabito -Ahora necesito que ustedes me ayuden con algo-

-Claro Sabito, lo que necesites nosotros te lo proporcionaremos- sonrió la de cabellos bicolor.
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