LUNA 24

Narrador omnisciente:

La castaña engaño con facilidad a aquel niño que quería huir de ella, entre mucha nieve aquel pequeño trató de ocultarse y cuando juro que ella ya lo había pasado por alto, algo jalo de su pierna desde otro borde de nieve y lo levantó a la altura de su brazo, colgaba de cabeza con mucho frío viendo los castaños ojos de la chica que lo había atrapado, pensó que era bonita tanto que dudo que hacia ahí.

— ¿Quién eres?. — le preguntó ella con amabilidad. 

— Sueltame .... — dijo el ojiverde trato de liberarse en vano, tenía mucha fuerza pero no estaba lastimando su pierna. 

En cuanto __________ tuvo contacto con el lo supo de inmediato, aquel niño que ahora arrastraba hasta el navío era nada mas y nada menos que el único hijo de Garmadon, si, pero también supo que ese mocoso con corte de jícara era el elegido, por fin después de muchos años de espera, se habían juntado sus caminos.
Se sintió aliviada al ver que el niño estaba bien, no le perdonaría jamas a Misako haberlo abandona tantos años, el no tendría ni nueve años en este momento. Dejo de pensar en ello cuando el ojiverde se quedó dormido en sus brazos en aquella tormenta de nieve que les alcanzó en pocas horas, ahora que ya estaba en el navío lo dejo dormir en su nueva habitación.

Al analizar bien el rostro del niño se llevo una gran sorpresa, era el vivo reflejo de su padre pero con cabello rubio y los ojos verdes de su madre, no era castaño como Garmadon o Julieta, la su esposa. Jian, Wu y este niño, eran los únicos rubios de la familia.
Lloyd, ese era el nombre del nieto de Jian, ahora solamente debía buscar al hijo de Wu, que era algunos años mas grande que Lloyd.

— ¿Por qué me salvaste en ese entonces. — preguntó con una manta encima por el frío —. Fue porque sabias que yo era el elegido?.

— Eres un niño, tampoco te iba a dejar morir en esa tormenta. — respondió con una sonrisa —. Es porque te estuve esperando por muchos años, Lloyd.

El rostro del pequeño Lloyd se ilumino por unos instantes, por mas triste que se oyera, era la primera vez que alguien le decía algo tan bonito. 
Desde que cumplió cuatro años, sólo pudo ver a su madre irse y dejarlo en ese internado donde niños eran sometidos a seguir los pasos de sus padres, ser villanos y comenzar con el camino de la crueldad, algo que para el jamas se le dio, como si no entendiera como ser malo, egoísta o una mala persona. Tu no naciste para esto, esas eran las palabras de sus demás compañeros, las bromas hirientes y las humillaciones no tardaron en llegar, y solo se oculto con la personalidad de un niño caprichoso y berrinchudo.
Ahora que sabia que era el elegido, supo cual era su camino y su misión en este mundo, alguien después de tantos años lo necesitaba, gracias a las enseñanzas de los demás y a las de _________ estaba dispuesto a ayudar a su gente, sanar al que estuviera herido, proteger Ninjago y siempre cuidar y procurar a todo el que lo necesite.

Después de tanto tiempo, había llegado una nueva luz a su vida, ambos se necesitaban y se esperaron el uno al otro por muchos años.
Seis años después, cuando Lloyd tenía quince años, _________ lo miraba desde lejos con esa aura dorada y llena de luz. Habían pasado siete años desde la primera vez que conoció a ese niño y lo había visto crecer a su lado, todo había pasado tan rápido y también habían pasado ya doce años desde que vio por última vez a Morro, incluso el día del aniversario de su muerte Lloyd siempre la observaba mirar pérdidamente el calendario, marcando específicamente una fecha con su plumón azul cielo, jamas le preguntó el porque, solo sabía que era algo importante y la abrazaba con una sola mano para calmarla, no necesitaba saberlo, el era su gran apoyo y ella era su pilar.

Lloyd entrenada su poder dorado con mucho cuidado, aunque era un impaciente si podía verse que quería superarse, lo peor es que solo su padre podría entrenarlo, ninguno de los chicos poseía tanta fuerza como el ojiverde quien era incluso ya capaz de mover montañas, __________ se mantenía acostada en la habitación de el, mirando a este entrenar desde su gran ventanal, en estos momento no quería interrumpirlo así que siguió con la bufanda color amatista que le regalaría a Lloyd por su cumpleaños dieciséis, otro invierno mas y el necesitaría un abrigo. Y unas horas después.

— Sabia que estarías aquí. — dijo el ojiverde entrando a su habitación mirándola en su silla del escritorio —. Se que te agrada estar sola algunas veces.

— Eso es porque tu estaban entrenando con tu padre. — respondió girando en la silla —. Y abajo esta tu madre, estoy mejor aquí.

— Yo se que no te llevas muy bien con mi madre, pero te agradezco que al menos lo intentes. — amablemente le habló dejando sus armas en la vitrina mirando los bellos ojos castaños de la mujer. 

Y es que a Lloyd de niño no le gustaban las niñas, pero después de sus catorce años, solamente la podía ver a ella, a la chica que lo vio crecer.
Al principio la miro como una hermana mayor, después como algo mas, su corazón no entendía porque sentía ese tipo de cosas, tal vez era por la edad o por alguno que otro factor que poco a poco lo iban convirtiendo en un hombre, sonrió involuntariamente cuando ella se levantó y lo tomo del hombro.

— ¿Qué te ocurre?. — preguntó la mas baja —. Solo te quedas mirando a la nada, no es normal Lloyd, sabes que cualquier cosa puedes decirme.

— Si, claro, gracias. — no muy convencida _________ aceptó —. Bajemos a cenar Cole se muere de hambre.

— Pues vamos.

La castaña aquel día del cumpleaños de Lloyd le dio la bufanda y algunas paletas de dulces, cosa que hizo feliz al ojiverde aceptando muy agradecido, incluso unos días después Lloyd la invitó por un café y llevó puesta esa bufanda con tal de que ella lo mirara, era lo que más hacia feliz a Lloyd, verla feliz.
Sabía ya muchas cosas de su pasado, gracias a ello deseo con todas fuerzas siempre cuidar de ella, _________ quien una vez perdió al hombre que mas amo agradeció a la vida que muchos años después apareciera una nueva felicidad a su vida, la castaña también se juro jamas dejar ir aquello que ama, no dejaría que otra vez muriera por no ser fuerte, por no estar atenta o por simplemente no darse cuenta.

Muchos mas sucesos habían pasado antes y después, Gaizka el hijo del Sensei Wu, la despedida de Zane aquel día, el torneo de los elementos hasta llegar al momento donde Morro había regresado veinte años después de aquella noche.

— Sufriste mucho con la pérdida de Morro. — dijo Wu —. Eso te dio una nueva oportunidad de amar de nuevo.

— Lloyd es alguien diferente a Morro y el no sabe de la existencia de el. — dijo ella preocupada

— Es mejor que ninguno de ellos lo sepa. — Wu no quería causar mas dolor en su amiga —. _________ yo solo quiero que ahora seas feliz junto a mi sobrino, confió ciegamente en ti en que así sea.

— Ustedes son la única familia que me queda, aunque no seamos de sangre. — dijo con tranquilidad —. No tuve mas opción que pelear en esa ocasión, no quiero que Lloyd sufra por algún abandono o por su padre nunca mas, solamente quiero estar a su lado a partir de ahora. 

— Yo se que así sera. — en ese momento entró Nya para avisar que Lloyd y los demás habían regresado de su misión — vallamos a verlos.

Narra __________ :

Cuando lloyd cumplió los dieciocho años, me confesó muchas cosas, no solo por medio de cartas si no también en persona, eso me hizo muy feliz porque aquel sentimiento ya era mutuo con el pasar del tiempo, claro que tenía miedo por la vida de Lloyd, pero aquel miedo el lo fue disipando con todas sus acciones, el era mas fuerte que ningún otro, y por mas obstáculos que tuviera el siempre estaría conmigo, regresaría a mi sin importar que, cuando decidí regalarle el nenúfar a alguien nuevo un recuerdo vino a mi mente, aquel sueño que tuve algunos meses antes de que Morro muriera, donde soñé con aquella pradera y aquel joven, entonces el chico de aquella vez era Lloyd, solo que aun no lo conocía, entendí que nuestro destino era estar juntos a partir de ahora.

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