LUNA 1
Narrador omnisciente:
El reino oscuro no era como a muchos se les había pintado en un gran lienzo, muchos habían visto solo una pequeña porción de este,: lo que mostraron era solo el corazón de la suprema, quien recibía nuevas almas condenadas y pecadores del reino de todos los quince reinos mortales.
El reino era de lejos el más grande que jamas se aya creado, porque como muchos sabían, habían mas demonios en el infierno que ángeles en el cielo. Era un reino envuelto en tinieblas, una ciudad espectral antigua, con luces verdosas y una enorme luna llena color azul, se sabía que en ese lugar siempre era de noche, una larga noche en eterna oscuridad.
Canibalismo en cada esquina, miseria, espectros flotando de aquí para aya, el enorme palacio donde residía la suprema junto con sus soldados mas fuertes y de mas cosas eran el pan de cada día.
Las calles se encontraban de poca gente que salia a dar un paseo y a comprar cosas. A mitad de esa misma noche, sus pasos resonaban por el pavimento de la calle en el centro de la ciudad, algo normal para el quien hasta hace unas pocas horas había tenido una reunión muy dura, larga y cansada. Al acercarse a un parque los que estaban cerca al notar su presencia y aura salieron corriendo por sus almas dejándolo completamente solo, chasqueo la lengua y siguió su camino, poco le importaban los inmortales, pero amaba el miedo en sus rostros cada que lo miraban.
Muchos lo describían como un ser descontrolado, inclemente y despiadado con quien lo mirara o tratase mal. Se había ganado el apodo de "el príncipe esclavo", solo el estaba por debajo de la suprema en poder, nadie más que el se había ganado tal respeto y miedo de todos los habitantes del reino de los condenados.
Vestía una larga gabardina negra y gastada que casi arrastraba por los suelos, un traje completo en tonos oscuros con brazos y piernas vendadas, una mascada larga y negra en su cuello, y llevaba una pequeña cadena en su muñeca izquierda, pero la gente lo reconocía fácilmente por su mechón verde del lado derecho del cabello y sus grandes ojos amarillos como el oro.
— ¡Estoy seguro, el estaba en el parque de la ciudad central — aseguró un hombre —. Su aura no desaparece de mi, era el!.
— Seguro viste mal. — dijo otro con tranquilidad desde la barra a lo lejos —. El no acostumbra dar paseos solo porque si, justo ahora según se, esta en los planes para abrir los portales de conexión.
— ¡Te digo que lo vi .... — dijo molesto —. Paso justo aun lado de mi, y casi muero ahí!.
— Tu ya estas muerto, imbécil. — río otro —. Últimamente los rumores dicen que esta mas cansado y molesto que nunca, que desea cuanto antes ir al mundo mortal a quien sabe que.
Algunos que estaban al rededor de la barra incluso en las mesas mas cercanas miraron atentos al último espectro que hablo. Claro, todos y todas tenían curiosidad del desgaste continuó de Morro, alguien que nunca nadie jamas había visto desde que el llego y tomo el segundo al mando, permitido únicamente por la suprema.
Aquel día en que Morro fue ascendido a tan solo un mes de su llegada, a todos no les extraño, pues desde su inició muchos de los altos mandos vieron su gran potencial en combate, era un ser sin corazón que podría, si quiera, quitarle la corona a la suprema cosa que a la vez no sería algo imposible.
Pero también, se creyó que en su vida mortal tal vez fue el mayor villano del reino en el que emergió, Morro era un joven de no mas de veinticinco años de edad, y su potencial seguiría creciendo por toda la eternidad.
— Tienes toda la razón. — se escuchó su voz desde la entrada
Todos callaron y miraron al joven entrar en la taberna, arrastrado su larga gabardina como capa, adoptando una postura de superioridad y ambición. Camino hasta donde todos estaban hablando de el y les miro con repulsión y burla quitándose la capucha mostrando su rostro, pidiendo un poco de licor.
— ¿Qué mas han escuchado de mi?. — preguntó tranquilo tomado el vaso entre sus pálidos dedos —. Los escucho.
Pero nadie dijo nada, odiaba eso, el silencio de los débiles y de aquellos quienes no le daban una respuesta rápida a su mandato. Después de unos minutos se aburrió y salió de ese lugar después de haber pagado.
Debía volver cuanto antes al palacio, donde ya estaban por casi terminar el plan para la conquista.
Al llegar, de inmediato se dirigió a la sala, ya solo faltaba el y la sesión dio inició:
— Justo ahora en Ninjago, según mis predicciones se esta llevando a cabo la segunda guerra Serpentine. — Informo uno
Que estaba cerca de la suprema del lado izquierda de la gran mesa.
En ningún momento de las otras reuniones se había mencionado el nombre de ese reinó, y de inmediato Morro desvío su mirada a quien había hablado, tantos años sin a ver escuchado ese nombre vinieron muchos momentos a su cabeza de golpe, ambas manos estaban sostenido su barbilla y se había puesto algo ansioso.
— Estas muy raro Morro. — dijo Soul Archer divertido —. Apenas mencionaron Ninjago tu rostro cambio.
— Es porque Morro viene de ese reino. — dijo la suprema — .¿Miento?.
— No. — habló el espectro —. Mi reina no se equivoca.
— De todas formas no eres el único que viene de ese asqueroso reino. — volvió a decir Soul —. También yo vengó de ahí, claro que Morro y yo somos de distintas épocas, tal parece que tu cabeza rodó primero.
— Entonces el dirigirá la misión, una vez demos con el cristal del reino todo sera mas fácil. — dijo Bansha —. No podemos cruzar todos a la vez, eso sería imposible, mandare después las líneas de defensa. Morro, solo tu sabes que hacer, y sabes como estan las cosas en ese reino.
— No he pisado Ninjago desde hace mas de veinte años, dudo que todo siga igual Bansha. — dijo con seriedad —. Los tiempos cambian, para bien o para mal. Pero es claro que soy la opción mas obvia, entonces, ¿cuánto tiempo tenemos?.
— Tan solo tres días mas. — dijo de nuevo el que estaba cerca de la suprema —. Supongo que sabrás como encontrar el cristal.
— Desde luego que lo se, solo necesitare de dos presentes aquí, después buscare la armadura aliada - asintió levantándose —. Si me disculpa, alteza. Debo ir a prepararme.
Actuó con normalidad hasta cerrar la puerta, una vez fuera en los pasillos un rencor recorrió su espectral cuerpo como un rayo, su corazón sintió de nuevo esa traición y era claro que no sólo buscaría el cristal, si no también venganza en contra de su antiguo maestro, todo su rencor descargaría en ese reino. Camino con lentitud por los pasillos hasta su habitación, mantenía una mirada asesina y su aura era total oscuridad.
— Morro. — apenas escuchó a ese idiota hablar lo hizo pedazos sin dejarle decir mas
No estaba de humor para escuchar sus idioteces como siempre, esta vez estaba muy feliz y ansioso de regresar a sus antiguas raíces, solo eso quería.
Sin embargo al entrar a su habitación, y después de cerrar la puerta camino hasta la ventana y se sentó en el borde, estirando sus piernas en toda la orilla, mirando la luna, el frío aire desordenó su cabello y miro nostálgico el cielo, de cierta forma su tristeza se veía reflejada en la palabra "luna" y el estar en ese infierno de reino no ayudaba mucho.
— Volveré a verte, después de veintiún años. — susurro —. Esperame, solo un poco mas ...
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Narra _________ :
Limpie con cansancio mi espada agitándola un poco al aire, la sangre salpico parte de la tierra, y la guarde en la funda, por fin habíamos derribado la defensa de Chen, quien ya estaba casi en las últimas como todos y solo faltaba que alguien encontrara a Pythor para detener a estos falsos Anacondrai.
Hasta hace unos días estaba tranquila en los aposentos de Chen, al ser yo su favorita de todos los competidores me daba todo lo que quisiera, cualquier cosa, pero el lo hacía para también molestar a Lloyd y a Garmadon. Era un tonto, pero al menos tenia de todo tipo de comida, ropa, joyas y buen entretenimiento. Desde luego todo era parte de la misión para encontrar a Zane y así fue, pero también admito que me gustaba como me consentía, nunca fui una persona ambiciosa pero si el tenia todos los medios no podía negarme.
— Estoy seguro, de que te divertíste mucho con el. — me dijo kai divertido cortando la cabeza de un serpentine que se retorcía cerca de la frontera y defensa mayor —. ¿Que te pidió a cambio?, esperó y se lo digas a Lloyd.
— No seas tonto. — dije aburrida —. No hice nada malo, yo le soy fiel a Lloyd. No me involucraría con alguien como el cuando estoy comprometida.
— Lo se, solo estoy jugando. — aseguró mirando el cielo donde ya había llegado el navío —. Se que jamas le harías algo malo.
El tenía toda la razón, no tenia porque hacerle un mal a la persona que quiero y con la que estoy a nada de casarme después del término de esta guerra, así lo quiso mi gran amigo que ya hace muchos años nos dejo.
Me dirigí junto a kai hasta llegar al navío, donde Lloyd ya había tomado la decisión de mandar el mismo al reino maldito a su propio padre: Garmadon fue una terrible persona en toda su larga vida, al igual que a Wu los vi crecer en el monasterio hace ya muchos años cuando las guerras aun no iniciaban y ahora su único hijo estaba dejándolo morir en ese abismo, no me quedo de otra mas que aceptar y apoyar esa decisión.
Las noches habían sido largas en los días siguientes, nos encontrábamos en el navío flotando cerca del océano. Yo soy una persona de mucho dormir pero justo ahora no podía, me dirigí hasta la sala totalmente a oscuras y lo vi sentando en el sofá, camine hasta este y tome asiento a su lado entre lazando nuestras manos.
— ¿Cómo era mi padre?. — preguntó con seriedad
— Como tu obvio. — dije —.
Pero Garmadon era castaño, siendo el un hombre muy ambicioso y narcisista. Algo totalmente diferente a ti, no tienen la misma esencia.
— ¿Te llevabas bien con el?.
— Fui muy cercana a ambos, y aun así lo fui un poco mas a Wu. Pero te diré algo divertido que paso una vez cuando el tenía tan solo veintidós años. — este me miró atento —. Garmadon me dijo una vez que fuera su esposa.
— ¿¡Cómo!?. — dijo sorprendido y confundido, yo reí, recordando aquellos tiempos
— ¡Desde luego esa noche el estaba ebrio!. — después hable con seriedad —. Garmadon estaba a punto de irse con Chen, y desde luego antes ya habíamos conocido a Misako.
Antes de que se fuera discutimos, y le dije que si se iba, no me volvería a ver ni a hablar.
— Pero el se fue, ¿no es así?.
— No pude detenerlo aquella mañana, me lamente mucho tiempo después cuando naciste tu. — dije algo nostálgica —. Sin embargo Wu tenía a sus alumnos y no tenia tiempo para estar detrás de su hermano mayor, de todas formas después si que lo volví a ver.
— El siempre fue complicado. — dijo levantándose —. Soy joven aun, por lo que no tengo derecho a decirle nada, aunque pudiera claro.
Lloyd tenia tan solo diecinueve años, no lo culpo, y la culpa que el siente no lo deja en paz. Le mire por unos momentos y después hable, ya comenzaba a hacerse mas tarde.
— Ven, vamos a dormir — dije levantandome pasando al lado suyo, después de su crecimiento por todos estos años, el ya era mas alto que yo.
— Tu habitación es muy fría. - recordó y ambos miramos el oscuro pasillo a lo lejos —. Ven, esta vez dormíremos en la mía.
Caminamos lado a lado hasta su habitación, estaba se encontraba cerca de la Jay, del lado derecho. Al entrar, me dejo pasar primero y cerro la puerta detrás suyo, me metí entre las cobijas dándole la espalda, a los pocos segundos sentí hundirse un poco el colchón del otro lado de la cama, y me abrazo con uno solo de sus brazos mientras que con el otro lo paso por debajo de mi cuello para que yo pudiera recargarme en este, y después de unos minutos me quede dormida.
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Cuanto tiempo, casi un año si no me equivocó (o más), vuelven las historias de Ninjago, con cada uno de los integrantes del equipo, en este caso empezaremos por Morro, que pese a no ser del equipo, y ser un villano de una de mis temporadas favoritas, merece otra historia, una historia distinta.
Pido que por favor la apoyen mucho, ya voy poco a poco mejorando en mi redacción, voten y comenten para que de esa forma yo me anime a seguir escribiendo y avancemos para seguir con las demás historias.
Ojala y les guste, nos vemos en el siguiente capítulo, By: Arwen. ♥
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