◆°•『 Ꮯᾰ℘!ɬʊʆꪮ 8 』•°◆
Capítulo 8: Ridicular, Ofender
El sol apenas se filtraba a través de las ventanas de la casa, creando un ambiente opaco y pesado. Chosen estaba en la sala, con el control del videojuego en la mano, sus dedos moviéndose rápidamente en la consola mientras intentaba concentrarse en la pantalla. Sin embargo, cada sonido del teclado que hacía Dark resonaba en sus oídos como una burla constante.
Dark salió de su habitación, estirándose con una sonrisa burlona. Se acomodó en el sofá frente a Chosen, cruzando las piernas con desdén. “¿Aún jugando a esos juegos de niños? Vaya, debes estar desesperado por escapar de la realidad,” dijo, arqueando una ceja mientras se acomodaba.
“Solo estoy tratando de relajarme. No todo tiene que ser tan serio,” Chosen respondió, evitando la mirada de Dark y centrando su atención en la pantalla.
“¿Relajarte? Más bien te estás hundiendo en un mundo de fantasía. ¿Te has preguntado alguna vez por qué siempre terminas solo en estos juegos?” Dark se burló, su risa resonando en la sala, como un eco hiriente.
Chosen apretó los dientes, sintiendo que el aire se volvía más denso. “¿Qué quieres que haga, Dark? No soy como tú, que siempre tiene que ser el centro de atención. Estoy tratando de disfrutar mi tiempo,” contestó, apretando el control con más fuerza.
“Disfrutar, sí, pero eso no te convierte en alguien interesante. Es patético verte jugar mientras otros hacen cosas reales,” Dark dijo, dejando caer los brazos sobre el respaldo del sofá, observando a Chosen con una mirada desafiante.
“Quizás no todos tienen que ser como tú, el ‘rey del hielo’. ¿Por qué siempre tienes que ridiculizarme?” Chosen levantó la vista, sus ojos llenos de frustración.
“Porque es divertido. Alguien tiene que sacarte de tu zona de confort. Y si no puedo hacer que te des cuenta de lo que realmente eres, entonces al menos puedo reírme de ti,” Dark replicó, dejando escapar una risita mientras movía el pie de manera nerviosa.
“¿Divertido? ¿Ridiculizarme te hace sentir mejor contigo mismo? Porque, para ser honesto, es bastante triste,” Chosen contestó, sintiendo que sus palabras se atascaban en su garganta.
“¿Afectarte? Por favor. Te crees tan sensible, y eso es parte del problema. No eres lo suficientemente fuerte para enfrentarlo. La debilidad es contagiosa, y no quiero que se me pegue,” Dark replicó, cruzando los brazos y mirando al techo, como si estuviera más interesado en algo más allá de la discusión.
“Quizás la verdadera debilidad es la tuya, por no poder ver más allá de tu propio ego. No tienes que ser así para sentirte superior,” Chosen dijo, su voz más firme mientras se inclinaba hacia adelante, tratando de conectar.
“¿Superior? No se trata de eso. Solo estoy mostrando la verdad, aunque duela. Te lo he dicho antes, tienes que aprender a lidiar con la realidad, no a esconderte en juegos,” Dark contestó, su tono cambiando a uno más agudo mientras se ponía de pie, comenzando a caminar por la sala, dejando a Chosen en su lugar.
“Y la realidad no tiene por qué ser tan cruel. Las palabras tienen poder, y tú decides cómo usarlas. No puedes seguir ofendiéndome y luego esperar que todo vuelva a la normalidad,” Chosen insistió, sintiendo que el dolor se acumulaba en su pecho.
“Quizás tienes razón. Pero eso no cambiará cómo me siento al respecto. Si no puedes tomar la broma, entonces ese es tu problema, no el mío,” Dark dijo, girándose hacia Chosen con una mirada fría.
“Si serás así, entonces no sé qué más puedo hacer. No quiero ser objeto de tus burlas. Merecemos algo mejor que esto, incluso si no lo ves,” Chosen respondió, levantándose del sofá, dejando el control caer a un lado, sintiéndose más vulnerable.
“¿Merecer? Vaya, estás muy equivocado. Mereces lo que te dan, y si eso es desprecio, entonces eso es lo que eres,” Dark replicó, su voz cargada de desprecio, su mirada fija en Chosen como si fuera un desafío.
“Quizás debas pensar en lo que realmente significan tus palabras. Puedes intentar hacerme sentir menos, pero no me vencerás. Quiero ser alguien que vale la pena, no un chiste,” Chosen dijo, sintiendo que la determinación crecía en su interior.
Dark lo miró en silencio, y por un breve momento, pareció contemplar sus palabras. Pero, al final, se encogió de hombros y se volvió hacia la cocina. “Haz lo que quieras. No estoy aquí para ser tu terapeuta. Solo recuerda que el mundo no es amable,” dijo antes de desaparecer, dejando a Chosen solo en la sala.
Chosen se sentó de nuevo en el sofá, sintiendo que las lágrimas le picaban en los ojos. A pesar de la risa y las burlas, había una parte de él que se negaba a dejar que esa situación lo definiera. Con cada palabra hiriente que escuchaba, estaba un paso más cerca de entender que merecía algo mejor.
Tomó una respiración profunda, limpiándose los ojos con la mano. La constante ridiculización y las ofensas de Dark lo habían dejado marcado, pero también lo habían empujado a ser más fuerte. Se dio cuenta de que el verdadero desafío no era cambiar a Dark, sino cambiar cómo reaccionaba a sus palabras. Al final, su lucha por la aceptación y el respeto era un camino que tendría que recorrer solo.
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