◆°•『 Ꮯᾰ℘!ɬʊʆꪮ 12 』•°◆
Capítulo 12: Destruir Artículos Personales
El sol se ocultaba lentamente en el horizonte, pintando el cielo de tonos anaranjados y púrpuras. En la casa de Chosen, la atmósfera se sentía tensa; sabía que Dark estaba en un mal día y eso nunca era bueno para él. Había aprendido a leer las señales, y el silencio ominoso que llenaba la casa era una advertencia de que algo iba a suceder.
Mientras Chosen intentaba concentrarse en una serie de mensajes en su celular, la puerta del cuarto se abrió de golpe. Dark entró sin previo aviso, su mirada oscura y fría como el acero. Chosen sintió una punzada de nervios.
“¿Qué estás haciendo?” preguntó Dark, cruzando los brazos. “¿Solo ahí sentadito, ignorando el mundo exterior?”
“Solo estoy revisando mi celular. No es de tu incumbencia,” Chosen respondió, sin atreverse a mirarlo a los ojos. Había aprendido que a veces era mejor mantener la cabeza baja.
Dark se acercó con paso firme, y Chosen sintió que su estómago se revolvía. “Esa actitud no es aceptable. ¿Qué hay de tus responsabilidades?” dijo Dark, y Chosen sabía que ese tono de voz significaba que estaba a punto de recibir una reprimenda.
“No tengo que explicarte mis responsabilidades. Tengo derecho a un poco de paz,” Chosen contestó, intentando mantener su voz firme.
“¿Paz? No entiendo cómo puedes estar en paz cuando no haces nada para mejorar tu situación,” Dark dijo, alzando la voz. “Pero bueno, supongo que hay algo que puedo hacer para ayudarte a ver la realidad.”
Chosen frunció el ceño, sintiendo que algo malo estaba por suceder. “¿A qué te refieres?” preguntó, su corazón comenzando a latir más rápido.
Sin respuesta, Dark se dirigió a la mesa donde Chosen había dejado su pulsera, un regalo de su hermano Second. Era un objeto valioso que simbolizaba su conexión y apoyo incondicional. Dark tomó la pulsera con una sonrisa burlona.
“¿Te gusta esto? Es un bonito recordatorio de tu ‘vida pasada’,” dijo, apretando la pulsera en su mano. Chosen se levantó de un salto.
“¡No! Esa es de mi hermano. No la toques,” Chosen gritó, extendiendo la mano hacia Dark.
“¿Y qué si lo hago?” Dark dijo, sus ojos brillando con una malicia que helaba la sangre. “Es solo una pulsera. No significa nada para mí, así que no debería significar nada para ti.”
Con un movimiento brusco, Dark cerró su mano en un puño y, en un instante, rompió la pulsera en dos. El sonido del metal partiéndose resonó en la habitación, y Chosen sintió como si le atravesaran el pecho con un puñal.
“¡Eres un monstruo!” Chosen gritó, los ojos llenos de lágrimas. “No tenías derecho a hacer eso.”
“Y tú no tienes derecho a tener cosas que te mantengan atado a un pasado que deberías dejar atrás,” Dark replicó, disfrutando del dolor que estaba causando. “A veces, es necesario destruir lo que te hace débil.”
Chosen sintió su mundo desmoronarse. Esa pulsera representaba no solo a su hermano, sino también el apoyo que siempre había sentido en momentos difíciles. Y ahora, estaba destrozada, como su espíritu.
“Ahora, ¿qué más podemos destruir?” Dark preguntó, su voz baja y amenazante. “¿Quizás ese collar que tienes? El que te regalé en nuestro primer aniversario. ¿Qué te parece?”
“No, por favor. No lo hagas,” Chosen suplicó, sintiendo cómo su voz temblaba. “Ese collar es especial para mí. No puedes simplemente decidir destruirlo porque te sientes mal.”
“¿Especial? ¿Como la pulsera? Es solo un objeto, Chosen. Pero, claro, entiendo por qué te aferras a eso. Es lo único que te queda, ¿verdad?” Dark se acercó, un brillo amenazante en sus ojos. “Ahora, explícame por qué debería dejarlo intacto.”
“Porque significa que alguna vez te importé. Ese collar simboliza nuestro amor, aunque haya cambiado,” Chosen respondió, intentando contener las lágrimas.
Dark rió, una risa fría y cruel. “El amor no se mide por objetos. Se mide por el poder que uno tiene sobre el otro. Y yo tengo el poder aquí.”
Sin esperar respuesta, Dark tomó el collar que colgaba en la pared y lo sostuvo frente a Chosen. “¿Listo para ver cómo se rompe también?” dijo, levantando el collar con un gesto dramático.
“¡No! Por favor, Dark. No hagas esto,” Chosen gritó, su voz quebrándose. “Te lo ruego.”
Dark sonrió, disfrutando del sufrimiento que le causaba. “Tu súplica no me afecta, Chosen. Este es tu recordatorio de que no puedes aferrarte a lo que no eres capaz de proteger. ¿Vas a luchar por ello? ¿O simplemente te quedas de pie, observando cómo se destruye?”
“Esto no es amor. Esto es control. Eres un abusador, Dark. Solo un abusador,” Chosen dijo, su voz ahora firme a pesar de la angustia que sentía.
Con un giro de muñeca, Dark rompió el collar, las piezas de metal cayeron al suelo como pequeñas dagas en el corazón de Chosen. En ese momento, su dolor se transformó en una mezcla de rabia y determinación.
“No más,” murmuró para sí mismo. La rabia burbujeaba dentro de él, y aunque su mundo se desmoronaba a su alrededor, sabía que debía encontrar la fuerza para levantarse.
Dark observó a Chosen, una expresión de satisfacción en su rostro, creyendo que había ganado. Pero mientras Chosen se agachaba para recoger los fragmentos de sus objetos rotos, sintió que algo dentro de él comenzaba a cambiar. Esa no era la vida que quería vivir. Había cruzado una línea, y ahora tenía que decidir cómo responder a esa crueldad.
Con el corazón latiendo con fuerza, Chosen se levantó y enfrentó a Dark. “No me romperás. Me costará, pero no me romperás.”
Dark frunció el ceño, viendo algo en los ojos de Chosen que no había notado antes: una chispa de resistencia que comenzaba a florecer. “Veremos si realmente eres tan fuerte, Chosen. Esta batalla apenas ha comenzado.”
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