DIECISIETE
El rechinar de llantas de la camioneta de Jungkook al frenar abruptamente cuando la camioneta les pasó por el frente se escuchó con fuerza al detenerse, el vehículo blanco también se detuvo a un lado de la carretera.
—No baje señor, yo revisaré —dijo Yoongi mientras se desabrochaba el cinturón.
—Ten cuidado —respondió el mafioso preparándose, quitando el seguro de su arma.
Yoongi por su parte camino al vehículo con una mano en su espalda tomando su arma. Una pareja joven salió de la camioneta, cruzaron un par de palabras con el guardaespaldas antes de hacer una reverencia y subir al vehículo, mientras Yoongi los despedía y volvía con su jefe.
—¿Qué pasó? —preguntó de inmediato.
—Nada señor, todo está bien, los jóvenes estaban discutiendo en el auto por lo que no podían conducir con cuidado y accidentalmente nos cortaron en la parte de enfrente del auto.
—Hmm okay —respondió Jungkook guardando el arma a su espalda nuevamente.
La vida del pelinegro estaba rodeada de peligros y muchos enemigos, por lo que siempre debía protegerse y estar preparado para cualquier situación. Cuando el auto blanco desapareció de su vista, la camioneta volvió a ponerse en marcha.
Un par de minutos después el teléfono de Yoongi sonó, se colocó el manos libres para responder.
—¿¡Qué!? Muy bien, ya le digo —dijo el guardia con voz tensa.
—¿Qué ocurre? —preguntó el mafioso.
—El encargado del bar Lux me acaba de informar que le prendieron fuego señor.
Entre los múltiples negocios del mafioso, destacaban la cadena de bares algunos de nivel medio y otros un poco más exclusivos, en los de mayor nivel destaca el que hubiera habitaciones VIP para sus invitados de más alto nivel.
—¿Por qué últimamente todos tienen la necesidad de quemar mis negocios? ¿No pueden pensar en otra cosa? —murmuró Jungkook con algo de fastidio en la voz —¿Y ya saben quiénes fueron?
—El encargado dijo que las cámaras del callejón que dan a la bodega del bar captaron las imágenes de los vándalos.
—Umh, entonces llévame primero al bar, para que pueda averiguar quién fue —dijo Jungkook.
Poco después llegaron al bar, para ese momento el fuego ya había sido apagado, los bomberos acababan de irse.
—Buenas tardes señor Jeon —lo saludo un oficial de policía a cargo de la zona, en cuanto se bajó de la camioneta.
—Serían buenas si en lugar de estar aquí estuviera en mi casa inspector —respondió.
—Lo entiendo señor. He realizado una investigación preliminar de la escena del crimen, afortunadamente las llamas no se extendieron mucho. ¿Cómo va a proceder ahora señor? —preguntó el inspector que sabía quién era y cómo se manejaba el pelinegro y que puntualmente se encargaba de depositar en su cuenta una generosa cantidad de dinero para mantenerlo informado de todo lo que sucediera en su delegación.
—Este asunto, déjame manejarlo yo mismo, la policía tiene bastante trabajo que hacer, los piromaniacos no me molestan —respondió Jungkook.
El inspector esbozó una leve sonrisa porque ya sabía que Jungkook no permitiría que la policía interfiriera en este asunto.
—De todos modos, espero que no sea un gran problema y si hay algo con lo que pueda ayudar, hágamelo saber.
—Gracias —dijo, antes de que la policía se fuera sin tener que hacer ningún reporte.
Jungkook entró en el local, como aún era temprano solo se encontraban ahí sus empleados.
—Señor lamento tener que molestarlo —dijo el encargado en cuanto lo vio entrar.
—Esta noche, evalúa los daños y me envias todos los documentos a casa —ordenó mientras observaba alrededor.
—Sí, por supuesto —respondió el asistente de inmediato.
—¿Las cámaras funcionaron bien?
—Si, vayamos al cuarto de vigilancia para que pueda mostrarle —dijo señalando el cuarto de control, dónde se encontraban todas las cámaras que cubrían cada perímetro del local por dentro y fuera.
Por el incendio se había tenido que cortar la energía, pero gracias a que todo se guardaba en automático en un disco duro pidieron conectar una laptop. Los encargados de sistemas, abrieron el sistema de CCTV en línea y le mostraron el vídeo. Cada imagen fue vista con cuidado por el mafioso.
—Jugó rápido —dijo sonriendo con malicia al reconocer a dos de los hombres de los tres que aparecían en las imágenes.
—Son gente de Chen —dijo Yoongi que al igual que el mafioso había ubicado a los incendiarios.
—Si, aunque no pensé que haría algo tan rápido —dijo Jungkook sin ninguna conmoción o enojo.
—Está furioso por los millones que le hizo perder al quitarle al clan de Apichai señor, y está fue su estúpida manera de querer cortar su fuerte de dinero. Como si esto fuera lo único que usted posee —repuso Yoongi con burla por el pobre intento del mafioso Tailandés.
—Por supuesto, ¿Crees que ese viejo tiene la inteligencia para elaborar algún plan más elaborado? —respondió el pelinegro antes de volver a ver al gerente.
—Anuncia que el bar estará cerrado hasta evaluar los daños y su remodelación, mientras manda a los empleados regulares a los demás locales y mantengan la vista atenta, y sobre todo sean cuidadosos —ordenó en tono serio.
—Muy bien señor, así se hará —asintió el hombre para después despedirlo al subir a su camioneta.
—¿Volvemos a casa o quiere ir a la oficina? —preguntó Yoongi pensando que querría dejar todo en orden con respecto al bar.
—Vamos a casa, le dije a Jimin que volvería pronto —respondió el mafioso.
Yoongi sonrió levemente mientras asentía. Anteriormente Jungkook hubiera preferido volver a la oficina y regresar solo hasta el anochecer, aunque claro, antes no tenía motivos para volver pronto.
—Nana déjame ayudarte —dijo Jimin entrando a la cocina.
Después de haber llegado del centro comercial, había subido a trabajar en la habitación, pero cuando vio que la hora de comida estaba cerca bajó a ayudar.
—Oh claro que no, después vas a oler a aceite.
—Si quedo maloliente, tomare una ducha de nuevo, Taehyung si puede ayudar, ¿por qué yo no? —se quejó cuál niño pequeño haciendo berrinche haciendo sonreír a la anciana.
—Porque Tae es mi nieto y de alguna manera tiene que pagar por todas las atenciones que Jungkook y tú tienen con él, pero tú eres la pareja del jefe de esta casa —respondió tranquilamente.
—Pero yo quiero ayudar, no quiero estar sentado solo sin hacer nada —continuó suplicando.
—Si Jungkook vuelve y te ve aquí adentro ayudando se enojará conmigo y me regañara.
—Jungkook no se atrevería a regañarte Nana créeme, ¿quién se atrevería a decirte algo? Y si lo hace, me encargaré yo mismo —dijo Jimin con una sonrisa, la mujer negó con la cabeza en un tono de broma.
—Está bien, está bien, entonces ve y ayúdame a recoger las hojas de albahaca —dijo nana de mala gana cuando vio lo terco que era.
Jimin sonrió ampliamente antes de ir a ayudar a Tae
—¿Dónde están Ji Hyo y Eun Chae? —pregunto Jimin al no ver a las dos jóvenes ayudantes.
—Estan doblando la ropa lavada en la habitación que está atrás, en cualquier momento volverán —respondió Nana que había salido a ver si ya tenían las hojas suficientes para la comida.
Al poco rato Eun Chae y Ji hyo volvieron a ayudar y Jimin le pidió a Nana llevarse a Tae con él al salón. Ahí estuvieron hablando un rato hasta que escucharon el auto del pelinegro llegar.
—¿No vas a salir a recibir al señor Jungkook? —preguntó Taehyung.
—Esta es su casa, entra solo —respondió Jimin, pero su mirada se volvió hacia la entrada de la sala de estar.
—¿Dónde está Jimin? —preguntó Jungkook al salir de coche y ver a Hoseok recibiendolo.
—Está dentro, sentado en la sala de estar con Tae —respondió Hoseok.
—Ya sabes sobre el bar, ¿verdad? —le preguntó Jungkook en voz baja.
—Lo sé, me llamaron de la oficina para informarme también.
—Muy bien, hablemos sobre esto más tarde —dijo el mafioso mientras entraba a la casa con Hoseok y Namjoon siguiéndolo.
El pelinegro entró a la sala de estar y sonrió al ver a Jimin mirándolo, fingió girar la cara y seguir su camino hacia otro lado.
—Jungkook —lo llamo Jimin cuando por sorpresa le besó la mejilla desde atrás del sofá antes de rodearlo y sentarse a su lado.
Taehyung que había visto todo se apresuró a agachar la cabeza apenado mientras que los dos guardias sonreían al ver comportarse a su jefe así.
—¿Qué? —preguntó el mayor fingiendo ignorancia.
—¿Qué estás haciendo? Tae está viendo —respondió Jimin con voz severa, pero su rostro estaba sonrojado.
¿Viste algo hace un momento Tae? —le preguntó el pelinegro al pequeño.
Taehyung levantó la cabeza y la sacudió con fuerza negando nervioso, haciendo sonreír con ternura a quienes lo vieron.
—No vi nada —dijo Taehyung apresuradamente.
—Ves, Tae no ha visto nada —respondió Jungkook con una sonrisa, esto hizo que Jimin frunciera un poco el ceño.
—Le traeré un vaso de agua señor, espere un momento —dijo Tae y se paró apresurado hacia la cocina con Hoseok siguiéndolo.
—Eh… señor el día de hoy… —comenzó a hablar Namjoon pero se callo al instante cuando vio la morada de Jimin, que no quería que dijera nada.
—¿Qué pasa? —preguntó Jungkook en voz baja y frunciendo el ceño por la duda en la voz de su empleado.
"Lo siento señor Jimin, pero tengo que informarle.
—Habla Namjoon —ordenó el mafioso.
—Bueno, mientras estábamos en el centro comercial Shownu apareció y quiso acosar al señor Jimin —dijo el moreno y Jungkook frunció el ceño con molestia.
—¿Qué hizo? preguntó, volviéndose para mirar a Jimin.
—No hizo nada, pero creo que Shownu quiere saber sobre la relación de ustedes dos.
—Es muy valiente o muy estúpido al quiere acercarse a mi gente —dijo burlón.
—No fue nada, no creo que sea algo por lo que preocuparse —habló Jimin.
—No importa si fue algo sin relevancia, eres mi esposa y nadie tiene el derecho a meterse contigo —le respondió Jungkook.
—Tan molesto, si quieres hacer algo con las personas que se meten conmigo hazlo, no te estoy reteniendo —dijo Jimin con sarcasmo.
—Me parece bien.
Jimin iba a contestar pero se detuvo al ver aparecer a Tae junto a Hoseok de la cocina, con el mayor cargando una bandeja con una jarra y dos vasos con agua.
—¿Vas a cambiar de profesión? De guardaespaldas ¿ahora serás mayordomo Hoseok? —pregunto Jungkook en broma.
—No lo haré, pero me temo que Tae tropiece y caiga rompiendo las cosas y se lastime —respondió el hombre con calma.
—Yo le dije a Hobi hyung que puedo hacerlo solo, pero él no me cree —se quejó el pequeño mientras colocaba los vasos en la mesa frente a ellos.
—Jimin cuando sea la hora de cenar puedes avisarme, estaré en mi despacho viendo algunos pendientes de trabajo —le pidió Jungkook un rato después, llamó a Hoseok y Namjoon para que lo acompañarán y se despidió del castaño besándolo.
Cuando era la hora de cenar, Jimin fue al despacho de Jungkook para avisarle que la cena estaba lista. Al llegar al frente de la oficina, llamó a la puerta de manera cortés, cuando escuchó el permiso desde adentro, abrió la puerta, el ambiente en la oficina era un poco tenso, lo supo nada más ver las expresiones de Hoseok, Namjoon y Yoongi.
—¿Qué pasa Jimin?
—Nana ha puesto la mesa, me pediste que te avisará.
—Bueno chicos, vayan y descansen primero, nos vemos más tarde —se dirigió a sus empleados que se dirigieron a la salida.
Jimin pretendió seguirlos, pero Jungkook lo detuvo.
—Espera un momento.
—¿Qué pasa?
—Ven aquí un momento.
El mafioso lo llamó suavemente y Jimin estuvo dispuesto a acercarse, y no protestó cuando Jungkook lo hizo sentarse en su regazo y acercó su rostro a su hombro mientras inhalaba su aroma.
—Dame algo de energía.
—Para recargar energía necesitas comer, sentarte a abrazarme no hace eso —dijo Jimin, pero sintió un ligero temblor en su corazón cuando vio la expresión cansada del mayor.
—Me refiero a la energía espiritual —respondió el pelinegro con una sonrisa antes de volverse a acurrucar entre su cuello.
—Anda, vamos a comer, tengo hambre —se quejó Jimin un par de minutos después.
—¿Ya estás empezando a acostumbrarte a esta casa? —le preguntó Jungkook de pronto.
—¿Cómo puedo acostumbrarme? Esta no es mi casa —respondió Jimin en voz baja y mirando hacia otro lado.
—¿Por qué no? Mi casa es tu casa, es nuestra casa Jimin.
—Justo ahora escuché que le ordenante a tus subordinados que se reunirían esta noche, ¿a donde vas? —dijo Jimin cambiando de tema.
—Voy a echar un vistazo a uno de mis bares.
Aunque no lo había tenido planeado, con lo sucedido con Chen y el encuentro de Jimin con Shownu lo habían puesto en alerta y quería verificar que no hubiera nada inusual o que la gente de sus dos enemigos no estuviera rondando.
—¿Puedo ir contigo? —pregunto el castaño que ya estaba aburrido de solo estar en la casa.
—No —fue la respuesta inmediata del pelinegro, haciendo que el joven frunciera el ceño.
—¿Por qué no puedo ir? Solo me dejas quedarme en casa, estoy aburrido —argumentó Jimin de inmediato.
—Fuiste al centro comercial hoy. Además, voy por negocios.
Jimin frunció los labios, ante la negativa de Jungkook.
—Está bien —dijo con voz ronca, además de esforzarse por levantarse del regazo de Jungkook, pero este lo abrazó con fuerza, sin dejar que se levantará.
—Vamos Jimin, no seas así —murmuró cuando vio la expresión del chico, él permaneció en silencio—. Si vas conmigo te aburrirás aún más.
Jungkook buscó una excusa para hacer que Jimin cambiará de parecer.
—Tengo hambre —fue su respuesta, a pesar de que no se volvió para mirar a Jungkook, éste exhaló un suspiro de alivio.
—Vamos a comer primero, hablaremos más tarde —respondió Jugnkook, porque no quería que Jimin tuviera dolor de estómago por no comer a tiempo.
Jungkook dejó que Jimin se levantará, y salió sin esperarlo, cuando llegó al comedor vio que solo él estaba sentado.
—¿Y Taehyung, Nana? —le pregunta a la anciana cuando ésta comenzó a servir los platos.
—Tae ya está comiendo en la cocina, por esta noche va a dejar que ustedes dos coman solos.
Jungkook asintió mientras volteaba a ver a Jimin que tenía una cara hosca. La persona que ayudaba a que el ambiente se relajara era el pequeño Tae, y ahora no estaba para ayudarlo. Los dos se sentaron a comer en silencio, y un par de minutos después y solo habiendo comido muy poco Jimin se excuso.
—Estoy lleno, me retiro —dijo antes de levantarse del comedor.
—¿Eh? Jungkook ¿por qué Jimin comió tan poco, se siente mal? —preguntó la mujer que estaba parada a poca distancia.
—No pasa nada Nana, ahora vuelvo. No recojas —le dijo el pelinegro antes de levantarse y seguir a su pareja.
Siguió a Jimin hacía la parte trasera de la casa, y vio la espalda de la figura caminando hacia la jaula de los tigres, haciendo que corriera tras de él rápidamente. Aunque sus hombres estaban alrededor, no se fiaba de dejarlo solo.
—Jimin —lo llamó en voz alta haciendo que el castaño se girara para verlo—. ¿A dónde vas?
—¿Por qué? ¿Ya tampoco puedo salir a caminar? —preguntó Jimin con sarcasmo.
—¿A dónde ibas?
—Quiero ir a ver a Clemo y Nata Montada, ¿no puedo?
—Comiste muy poco —dijo Jungkook preocupado.
Jimin dejó de caminar y se volvió para mirarlo sin decir nada, pero no sé apartó cuando Jungkook se acercó levantó la mano y acarició su mejilla.
—No seas sarcástico, estoy preocupado por ti, ¿sabes? —hablo Jungkook en voz baja.
Jimin permaneció en silencio como de costumbre, suspiró resignado antes de hablar.
—Quieres ir, ¿verdad? —sabía que eso era por lo que Jimin estaba así.
—Si no quieres que vaya, no voy a ir —le contestó por fin.
—Está bien, estoy de acuerdo, puedes ir conmigo —accedió el mayor a regañadientes.
—No, está bien, no quiero molestar —dijo el castaño rotundamente.
Jungkook sonrió antes de tirar de él del brazo y mecerlo de un lado al otro.
—No te preocupes, te dejaré ir niño berrinchudo —dijo Jungkook en tono amable y juguetón, provocando que Jimin recostara la cabeza en su hombro y sonriera levemente —. Pero eso sí, no puedes alejarte de mí en ningún momento, ¿estás de acuerdo?
En eso el mayor no estaba dispuesto a negociar y Jimin lo sabía, aunque tampoco tenía ninguna intención de alejarse del mayor una vez en el lugar y asintió sin dudar.
—Entonces debes ser un buen chico y obedecerme.
—Lo sé —respondió Jimin antes de que Jungkook alejara un poco su cuerpo del suyo.
—Vamos a terminar de comer antes de irnos ¿de acuerdo? Solo comiste un poco
—Me gustaría ver a Clemo y a Nata Montada primero, ¿podemos? —preguntó Jimin habiendo logrado su objetivo de conseguir que el mafioso lo llevará al bar está noche.
—¿Cómo es que quieres ir a verlos? ¿No tienes miedo de que te ataquen? —le preguntó curioso. No muchas personas querían volver a acercarse a sus mascotas luego de haber sido asustados por ellos.
—Todavía no he podido verlos con claridad, he venido muchas veces a verlos, pero tus subordinados no me dejan acercarme demasiado. Además, tu no vas a permitir que me mutilen ¿verdad?
Jungkook sonrió y negó con la cabeza, por la seguridad de las palabras del joven.
—Está bien, te los mostraré —respondió ganándose una bella sonrisa por parte del castaño.
Tomó su mano y caminaron hasta la enorme jaula. Cuando llegaron Jimin se mantuvo alejado mientras Jungkook se acercaba hasta los barrotes de esta.
—¡Clemo, Nata Montada! —gritó los nombres de los dos enormes tigres de bengala antes de silbar como señal.
Jimin estaba parado a una prudente distancia y miraba con entusiasmo como en poco tiempo los dos tigres blancos caminaron hacia el borde de la jaula donde estaba el mafioso.
—Jungkook ¿No te vas a alejar? —pregunto apresurado cuando vio que el pelinegro no se movía de lugar.
Jungkook negó con la cabeza con una sonrisa, los dos animales rugieron desde su garganta, pero no de manera amenazante.
—Son mis mascotas, ¿lo olvidas? —respondio Jungkook mientras metía la mano dentro de la jaula.
Jimin casi gritó pero se contuvo al ver cómo uno de los tigres inclinaba la cabeza dócilmente, el pelinegro lendio unas palmaditas en la cabeza con calma, el otro se acostó con la cabeza apoyada contra la jaula donde las piernas de Jungkook estaban.
—Ven, acércate lentamente —le dijo Jungkook.
Jimin dudó un momento antes de dar un par de pasos al frente.
—No voy a dejar que te hagan nada —hablo el mayor transmitiendole confianza.
Jimin suspiró hondo antes de acortar la distancia entre él y el mayor. Jungkook extendió su mano para sostenerlo por la cintura acercándolo un poco más.
—Esta es Nata Montada, notarás la diferencia en sus cuerpos, el de ella es más pequeño que el de Clemo —le explico Jungkook sin dejar de acariciar la cabeza del tigre.
Jimin se sorprendía por la tranquilidad que transmitían los tigres a diferencia de la primera vez que se encontró con ellos
—Miralos a los ojos, y deja que ellos sepan que no les harás daño —dijo Jungkook antes de usar su mano para acariciar la cabeza de Nata Montada tirando de su pelo para que mirara a Jimin.
Nata Montada rugió en su garganta, pero no muy fuerte aún así Jimin se estremeció levemente.
—No le hagas saber que tienes miedo, mantén la calma.
Jimin respiró hondo, se calmó y miró a los ojos de Nata Montada, que lo estaba mirando y gruñía de manera gutural. El joven no dejó de ver al tigre mientras pensaba en que este no le haría daño. Estaba demasiado emocionado, siempre quiso tocar un tigre como estos desde hace mucho tiempo.
Jungkook dejó que Jimin mirara fijamente a Nata Montada por un tiempo antes de que el joven pudiera notar el cambio en el animal. Los ojos del tigre estaban más claros que antes y el rugido de su garganta desapareció, Jungkook sonrió satisfecho.
—Lo lograste, no dejes de verlo y comienza a tocarlo, hazlo con calma y ternura —ordenó Jungkook.
Jimin inmediatamente hizo lo que dijo, y con cuidado metió su mano dentro de la jaula hasta que lentamente alcanzó la cabeza de Nata Montada. Jungkook se volvió para mirar a Clemo con ojos severos, porque estaba rugiendo, evitando que el tigre macho le hiciera daño al chico.
Jimin estaba emocionado mientras se familiarizaba con Nata Montada, movia lentamente la mano hacia otras partes de la cabeza del animal.
La sonrisa de Jimin se amplió instantáneamente, al ver cómo el tigre no se resistía a su toque, le dió unas palmaditas suaves mientras volteaba a ver a Jungkook que lo tenía abrazado por la cintura.
—Mira Jungkook, Nata Montada me ha permitido tocarlo —dijo alegremente mientras le sonreía haciendo que sus bellos ojos se ocultaran.
Parece que vas a ser un vínculo nosotros dos Nata Montada, pensó el mafioso encantado con la imagen que le regalaba el castaño.
Don berrinches ya está dando su brazo a torcer jejeje
Nos leemos bellezas...
Besitos 😘😘😘
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