VEINTISÉIS
Mientras Jimin seguía apoyado en su pecho, Jungkook le acarició el cabello antes de tomar su barbilla y levantar su rostro para que lo mirara a los ojos.
—Tu amigo Eun Woo, tampoco me gusta —le dijo de pronto y Jimin enarco una ceja confundido.
—Nunu es bueno, fue mi primer amigo en la escuela y me ha ayudado en muchas cosas —dijo Jimin en voz baja.
Jungkook se sintió insatisfecho con los halagos de Jimin hacia el joven, pero trato de no pensar más sobre eso.
—Lo sé, yo no te estoy diciendo que dejes de hablarle, solo no quiero que vayas con él a ningún lado solos, ¿Lo entiendes?
—Nunu solo es un amigo para mí —le dijo con voz suave.
—¿Tan importante es? —pregunto de vuelta Jungkook.
Jimin no respondió, no quería decir algo que pudiera molestar al mayor.
—¿Qué pasa? ¿No respondes? ¿El es importante para tí? —volvió a preguntar con un poco de temor en su corazón.
—¿Yo que soy para tí? —preguntó Jimin en lugar de responder, haciendo sonreír al pelinegro.
—Te responderé, pero yo pregunté primero —Jungkook quería una respuesta de la boca del joven.
—¿No puedes decirme primero? —pidió el joven con voz suplicante.
Jungkook sonrió antes de besar su frente.
—Pidiendome las cosas así, no hay nada que te pueda negar. Tú eres para mí la persona que amo, eres mi pareja, eres mío. Así como Jin lo es para Namjoon —le confesó, haciendo referencia a la pareja, para que Jimin lo entendiera mejor.
—Tú también eres mío, eres mi pareja, también te amo —respondió el rubio, con su rostro sonrojado y su voz suave y baja.
Jungkook sonrió satisfecho y enternecido por la linda expresión de Jimin.
—Duerme ahora, descansa para que puedas despertar para ir a la escuela —le dijo Jungkook, después de darle un tierno beso en sus abultados labios.
Jimin se abrazó más al fuerte cuerpo y el mayor lo envolvió entre sus brazos antes de que ambos se quedaron dormidos profundamente.
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—Probablemente no pueda venir a recogerte más tarde, pero Taehyung vendrá a recogerte y… —comenzó a decir Jungkook mientras estacionaba el auto frente a la escuela.
—Si sucede algo te llamaré de inmediato —concluyó el joven por él, mientras le sonreía tiernamente.
—Muy bien —asintió con una sonrisa antes de que Jimin saliera del auto y él se fuera a trabajar.
—Jimin —la voz de Eun Woo hizo que Jimin se detuviera y volteara a ver a su amigo con una sonrisa.
—¿Cómo te fue ayer? —le preguntó con curiosidad.
—Bien, hablé con Jungkook y ya no está enojado —respondió Jimin para tranquilizar a su amigo.
—Eso es bueno —dijo el pelinegro y ambos subieron a su salón.
Al mediodía antes del almuerzo, tuvieron clase de educación física y la maestra les ordenó correr sobre el césped alrededor del patio de la escuela.
—Jimin, ¿te sientes bien? —le preguntó Eun Woo con preocupación al ver el rostro pálido de Jimin.
—Um... Estoy bien —respondió el joven porque no quería que su amigo se preocupara.
Pero debido a la intensa actividad de la noche anterior, sentía dolor en su cintura y en su trasero al correr.
—Pero tu rostro está muy pálido, sentémonos primero —le sugirió su amigo.
—Terminemos está ronda primero —respondió el joven.
Eun Woo asintió y corrió junto a él y gracias a eso pudo sostenerlo cuando el rubio se desvaneció evitando que cayera al piso.
—Vamos a la enfermería ahora mismo Jimin —dijo el pelinegro mientras lo ayudaba a poner correctamente de pie, antes de llamar a la maestra.
—Maestra llevaré a Jimin a la enfermería, está demasiado pálido y casi se desmaya.
—Vayan, cuida de tu compañero y después vas y me avisas que les dice la enfermera —respondió la maestra dejando al rubio bajo el cuidado del presidente de la clase.
Sus amigos al ver el rostro pálido del rubio, se acercaron a preguntar por él, Eun Woo les dijo que sospechaba que le había dado un golpe de calor, después se dirigió directo a la enfermería. Nada más llegar, la enfermera lo recostó en una camilla, para que descansará, y llevó compresas frías para refrescar su cuerpo, junto a un inhalador.
—¿Cómo te sientes? —pregunto el pelinegro mientras se sentaba en una silla cerca de la cama.
Jimin le dedicó una leve sonrisa al percibir su preocupación.
—Estoy mareado y me duele el cuerpo un poco — respondió Jimin con sinceridad.
—Aqui está el inhalador, y voy a ponerte una compresa fría —dijo el pelinegro mientras se ponía de pie y se acercaba hasta la cama.
—Puedo hacerlo yo mismo, regresa a clases —le pidió Jimin un poco incómodo.
—Está bien, puedo hacerlo, además somos amigos ¿no? Tenemos que cuidarnos el uno al otro —respondió su amigo haciéndolo sonreír.
—Gracias —respondió Jimin cerrando los ojos por el mareo debido al golpe de calor causado por el fuerte sol de ese día.
—Jimin, ¿te sigue doliendo el cuerpo? Tal vez te vas a enfermar —le preguntó Eun Woo después de un rato.
—No creo, probablemente me duela porque no hago ejercicio con frecuencia, y hoy corrí demasiado —respondió el rubio con indiferencia porque no podía decir la verdadera razón por la que sentía dolor.
—Deberías dormir un rato, yo volveré a clase y vendré por ti en la pausa para el almuerzo —dijo Eun Woo en tono suave.
—Sí, gracias Nunu.
Jimin cerró los ojos y en poco tiempo se quedó dormido, mientras era observado por su amigo con cariño, hasta que llegó la enfermera que le pidió que lo dejara descansar y se fue. Al mediodía volvió junto a sus amigos, la enfermera le dió la autorización para volver a sus actividades, solo pidiéndole que no se expusiera tanto al sol, Jimin asintió ya sintiéndose mejor.
Para el final del día escolar, una fuerte lluvia comenzó a caer, haciendo que Jimin y Eun Woo tuvieran que correr hasta el gimnasio ya que tenían que ir al club.
—¿Qué pasa con el clima? Durante la mañana hace calor y ahora hace frío y llueve —se quejó Eun Woo mientras sacudía su camisa mojada.
—Las mochilas están todas mojadas, hay que sacar los libros para evitar que se estropeen —dijo Jimin mientras comenzaba a sacar sus libros.
—Jimin deberías cambiar tu ropa y ponerla a secar —dijo el pelinegro al verlo igual de mojado que él.
—No traigo más ropa.
—Yo te presto la mía.
—¿Y tú qué te pondrás?
—Tengo otro uniforme de reserva, vamos al vestuario —respondió tranquilamente su compañero.
Jimin lo siguió a los vestuarios mientras algunos otros compañeros iban llegando en condiciones similares a ellos.
—Toma, ve puedes cambiarte en aquel cubículo, deja y traigo unas toallas —dijo Eu Woo entregándole un pantalón deportivo y una playera.
Jimin entró al pequeño espacio para cambiarse, se estaba quitando la playera mojada cuando su amigo volvió.
—Aquí está la toalla te… —Eun Woo comenzó a hablar mientras entraba al cubículo dónde estaba Jimin, pero se detuvo cuando vio su espalda y las marcas que la adornaban.
Jimin se giró para verlo y lo vio frunciendo el ceño.
—¿Qué pasa, Nunu? —le preguntó.
—No, nada. Toma, aquí tienes una toalla, sécate primero —respondió el pelinegro antes de darse la vuelta y salir de la habitación.
Después de cambiarse la ropa, Jimin salió del vestuario y vio a su amigo a medio cambiar, con un rostro tenso mientras apretaba la camisa en su mano.
—Nunu apresúrate a ponerte la camisa o puedes resfriarte —lo apuró llamando su atenció.
Su amigo lo miró antes de ponerse la camisa, justo en el momento en que San entraba a los vestuarios, escurriendo por todos lados a causa de la lluvia.
—Eh, estaban aquí solos —comenzo a decir en forma de proma en cuanto lo vio, pero se detuvo al ver el rostro de su amigo—. ¿Que te pasa? ¿Estás enfermo? No te ves muy bien —le pregunto mientras comenzaba a quitarse la playera mojada.
Eun Woo solo se limitó a negar con la cabeza.
—No es nada, hermano. Jimin va a dejar su ropa colgada aquí —dijo el pelinegro señalando un pequeño espacio donde se colgaban las toallas de los jugadores. San asintió, pero se sintió desconcertado por la actitud y expresión de su amigo.
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—Jimin —Eun Woo lo llamó durante la pausa del entrenamiento.
—Dime —respondió Jimin antes de sentarse junto a él.
—¿Puedo preguntarte algo?
—Sí, dime.
—Tú y Jungkook son hermanos, ¿cierto? —preguntó Eun Woo con voz tensa.
—No, ya te lo había dicho antes —respondió Jimin desconcertado por la pregunta.
—Entonces, si no son hermanos de verdad, ¿porque eres tan cercano a él? —volvió a preguntar y Jimin sonrió levemente.
—Bueno, Jungkook me ha cuidado desde que llegué a vivir con mi abuela, y siempre me ayuda, hace cualquier cosa por mi, me consuela cuando me siento mal, y me enseña cosas, así que por eso estoy más cerca de él, que de cualquier otro de los empleados de la casa —respondió el rubio tranquilamente y con una sonrisa.
—¿Y él te pide algo a cambio? —continuó preguntando en voz baja.
El joven lo miró confundido.
—¿Por qué pregunta eso?
—Es que yo… yo también te cuido y te ayudo. ¿Por que…? —las palabras de Eun Woo fueron interrumpidas por el teléfono de Jimin que comenzó a sonar.
—Oh, lo siento —se disculpó Jimin antes de sacar el teléfono de su bolsillo.
Al mirar como el rostro del rubio se iluminaba con una enorme sonrisa que hacía que sus ojitos se ocultaran al ver el número de quién marcaba, Eun Woo agachó la cabeza con una expresión triste.
—Hola Kookie… en el gimnasio… ¿de verdad? no me habías dicho que vendría Tae a recogerme… si está bien.
Después de colgar, Jimin se giró nuevamente hacia su amigo.
—¿Qué me decías hace un momento?
—¿Era Jungkook quien te llamó? —preguntó Eun Woo evitando responder la pregunta de Jimin.
—Sí, está aquí para recogerme, así que llamó para preguntarme dónde estaba.
Eun Woo se quedó en silencio, hasta que el entrenador lo llamó de vuelta y sin decirle nada se levantó y volvió al entrenamiento, dejando a Jimin desconcertado por su actitud. Pero cualquier pensamiento que podía tener sobre su amigo se esfumó en el momento en que vio caminando a Jungkook hacia el interior del gimnasio, haciéndolo sonreír al instante.
Cuando Jungkook entró al gimnasio, dejó el paraguas mojado que sostenía en la entrada y caminó directo hacia él joven, mientras Eun Woo lo veía a la distancia.
—¿Por qué estás vestido así? —preguntó Jungkook cuando vio que su ropa no era la suya.
—Cuando veníamos para acá, la lluvia nos alcanzó y Nunu y yo terminamos todos mojados y él me prestó esto —respondió Jimin seguido de un estornudo.
—¿Dónde está tu ropa?
—En el vestuario. ¿Por qué viniste a recogerme, si habías dicho que lo haría Tae? —preguntó curioso, aunque estaba feliz de que él estuviera ahí.
—Me desocupe pronto, así que le dije a Taehyung que yo vendría por tí.
—Me alegro, solo espera a que la práctica termine y podremos irnos —dijo Jimin y Jungkook asintió antes de sentarse en una banca, mientras el joven acomodaba el equipo de los atletas.
—Jimin, puedes irte ya, dejaré que los muchachos recojan las pelotas ellos mismos —le dijo San cuando vio a Jungkook esperando por él.
—Gracias —respondió Jimin antes de correr al vestuario por la ropa que había dejado secando.
Mientras Jimin recogía sus cosas, Eun Woo se acercó hasta donde se encontraba Jungkook.
—¿Qué quieres? —preguntó Jungkook al ver que el joven parecía querer decir algo.
—Hoy a la hora de educación física, la maestra nos pidió que corrieramos por el campo. El sol estaba muy caliente y Jimin se desmayó, así que tuve que llevarlo a la enfermería —dijo Eun Woo lo que provocó que Jungkook se preocupara por el rubio.
El joven analizó la reacción del mayor antes de continuar.
—Si estás realmente preocupado por él deberías cuidar mejor de su cuerpo y no dejar que vuelva a estar así de débil —expresó con tono duro, haciendo que Jungkook elevara una ceja confundido por sus palabras.
—¿Qué es exactamente lo que quieres decir? Será mejor que hables directamente —lo interrogó con el mismo tono duro que el muchacho utilizó y sin despegar su mirada de la suya.
—Sé lo que hiciste con Jimin, lo que no sé, es si él sabe que lo que hiciste estuvo mal —respondio Eun Woo sin rodeos.
Él no era tan inocente como el rubio y cuando vio las marcas en su espalda, supo de qué clase eran y entendió quién era el que las había causado. Jungkook sonrió con ironía al escucharlo, no sabía cómo es que el chico se había enterado, pero no le importaba.
—Entonces, ¿crees que es correcto excusarte en la palabra amigo para interferir en la vida de otra persona, para tu propio beneficio? —lo increpó sin mostrar ningún tipo de emoción sobre lo que le acaba de decir Eun Woo.
El chico se le quedó mirando con molestia, pero no pudo responder porque en ese momento Jimin llegó a su lado.
—¿Pasa algo? —preguntó el rubio al ver la lucha de miradas entre los dos.
—Nada, tu amigo simplemente vino a decirme que te habías desmayado hoy —respondió Jungkook y Jimin asintió.
—El sol estaba muy caliente hoy —respondió Jimin en voz baja con la cara enrojecida.
Jungkook sonrió levemente por la comisura de su boca.
—Tú amigo está muy preocupado por tí, así que le dije que lamentaba no haber cuidado bien de tí, haciendo que tú cuerpo esté débil como para que te desmayaras —dijo Jungkook provocando a Eun Woo.
—Oh, no. Tu no has hecho nada mal, tú siempre me cuidas bien —respondió Jimin saliendo en defensa del pelinegro.
Reforzando lo que antes le había dicho a su amigo.
—Será mejor que vuelvas a la práctica Nunu, yo me iré primero —se despidió Jimin antes de tomar la mano de Jungkook para salir del gimnasio.
Eun Woo asintió sin decir nada, Jungkook tomó el paraguas antes de volver su rostro hacia él y sonreír con sarcasmo.
—Gracias por tu preocupación y buenos deseos —le dijo en voz baja, antes de pasar su brazo por los hombros de Jimin acercandolo a su cuerpo para que quedara debajo del paraguas y salir.
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—¿Te desmayaste por mi culpa? —le preguntó Jungkook mientras subían al auto.
El rostro de Jimin se puso rojo.
—No exactamente. Por lo de anoche, tenía dolor en la cintura y cuando la maestra nos ordenó correr el dolor se incrementó —respondió en voz baja.
—Lo siento —se disculpó Jungkook.
—No has hecho nada malo, ¿por qué te estás disculpando? Nadie podía saber que la maestra nos pondría a correr y peor aún, que tendríamos que hacerlo bajo el sol abrasador —dijo Jimin antes de volver a estornudar.
Jungkook frunció el ceño ligeramente antes de quitarse el abrigo y dárselo a Jimin.
—Póntelo, creo que te estás enfermando —dijo y Jimin lo aceptó colocándoselo.
El mayor ajustó la calefacción del auto, mientras lo ponía en marcha.
—El clima hoy es una locura, mucho sol y calor durante el día y lluvia y frío por la tarde, es malo para tu salud —murmuró Jungkook
—Cuando lleguemos a la casa me tomaré algo de medicina —dijo Jimin y Jungkook asintió.
Al poco tiempo el rubio se quedó dormido.
—Jimin hemos llegado a casa —lo despertó Jungkook dulcemente, después de haber estacionado el carro.
El joven abrió levemente los ojos con un sentimiento de pesadez recorriendo su pequeño cuerpo, el pelinegro se percató de inmediato que no se encontraba bien.
—¿Te sientes mal? —le preguntó.
—Me duele la cabeza —se quejó.
Jungkook puso la palma de la mano sobre su frente, comprobando su temperatura.
—Tienes fiebre —dijo después de comprobar que estaba demasiado caliente.
—Vayamos a casa, ¿puedes caminar? —le preguntó preocupado porque se sintiera débil.
Jimin asintió y salió del vehículo, Jungkook llevó su mochila, por suerte había dejado de llover, así que no necesito el paraguas y tomó con su mano libre la pequeña mano de Jimin y lo llevó hasta la casa del joven.
—Cámbiate de ropa primero, iré a decirle a tu abuela —le ordenó con suavidad, dejando que entrara, antes de volver a la casa grande y buscar a la anciana.
—Nana —la llamó Jungkook en cuanto entró a la cocina.
—¿Qué pasa hijo? ¿Dónde está Jimin? —preguntó la mujer al ver al hombre sin su nieto.
—Esta en su casa, se mojo en la escuela y creo que tiene fiebre, ¿puedes preparar un poco de congee para él? —respondió Jungkook con un tono preocupado.
—Oh, dios. Ahora se lo preparó, mientras puedes darle medicina para el resfrío, está en el armario que está en el salón —dijo la anciana, preocupada por su nieto.
Jungkook asintió y salió de vuelta hacia la casa, en el camino se cruzó con Hoseok que lo detuvo.
—Kook, el jefe nos llama —le aviso y el mayor asintió.
—Dame diez minutos, espérame en el garaje —ordeno y continuó con su caminó.
Cuando entró a la casa de Jimin, fue directo a la habitación del joven, Jimin ya se había cambiado y se había acostado en la cama y tenía los ojos cerrados. Volvió a medir su temperatura, su cuerpo se sentía más caliente que antes, salió y fue a buscar la medicina que le había dicho la anciana.
Después de despertarlo, Jungkook le preguntó cómo se sentía y Jimin le respondió que su cabeza le dolía más, y que también el cuerpo había comenzado a dolerle, en voz baja y algo ronca, sus ojos se notaban también un poco rojos a causa de la temperatura.
—Tu abuela está haciendo papilla de arroz, come un poco y toma la medicina, después podrás dormir —le pidió Jungkook.
—Pero aún no he hecho mis deberes —se quejó Jimin en voz baja.
—No tienes que hacerlos todavía, primero descansa —dijo antes de ponerse de pie e ir al baño para humedecer una toalla y ponerla sobre su frente.
Jimin asintió.
—Mandaré a alguno de los muchachos, por medicamentos —murmuró preocupado.
Jimin exhaló un suspiro haciendo que Jungkook sintiera el calor de su aliento debido a la temperatura, acarició su cabello con delicadeza y espero hasta que Nana llegó con la papilla.
—Nana, quédese aquí con él, yo mandaré a uno de los muchachos a comprar medicina, yo tengo que volver a la oficina —dijo Jungkook y la anciana asintió.
Antes de irse volvió a centrar su atención en el joven.
—Tengo que volver a trabajar, no seas terco con tu abuela, come y tómate la medicina y descansa, cuando termine de trabajar vendré a verte —se despidió antes de salir para encontrarse con Namjoon y los demás en la casa grande.
Pues ya se enteró el embudo, ¿creen que se rinda con Jimin o busque alejarlos?
Mientras ya se nos enfermó la criatura, yo solo les recuerdo que se tiene por costumbre en asia, limpiar el cuerpo de las personas con temperatura con un paño húmedo y la abuela lo hará. Chan chan chan chan...
Nos leemos bellezas...
Besitos 😘😘😘
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