𑁍┊Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ʟxɪ

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▗ ▘➤ "Pócima de amor". 💗👩🏼‍❤️‍👨🏻
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Una vez que (T/N) se recuperó por completo, regresó a las clases, y todo el grupo se mostró realmente contento de tenerla de vuelta. Durante los días en que estuvo ausente, sus compañeros la habían estado visitando y apoyando, por lo que su regreso provocó una atmósfera de alegría y entusiasmo entre todos.

— ¡(T/N)! ¿Ya estás mejor? -Preguntó Erica preocupada-

— Sí que nos preocupaste, boba. -Le entregó unas galletitas caseras- Las preparé con agua de Acyn, porque no me salieron hacerlas sola. -Rió suavemente y le sacó la lengua en broma la zombie-

— Lamento haberlos preocupado, chicos. -Sonrió y aceptó la pequeña bolsa de galletas-

— Es bueno que estés mejor~. -Dijo aliviado Nagi-

— Ay, el amor... -Bromeó Erica-

— ¡Cállate, Erica! -Dijeron Shiba, Nagi, Natsume y Ray sonrojados-

— Sin duda ya nos estabas preocupando, (T/N). -Dijo Olivia desde la lejanía y se acercó a ellos-

— Hola, Olivia. -Saludó la peli-rosa-

— Oigan, chicos. Mi hermana ha regresado a clase. Traten de llevarse bien, al menos por hoy. -Dijo Acyn sereno-

— Tks... Está bien. -Refunfuñó como un gato enojado en silencio-

— Bien... Pero es evidente que te gusta pasar tiempo con nosotros y (T/N).  -Comentó tranquilo Natsume-

— Pueden parar. -Suspiró la oji-celeste-

Finalmente, se acomodaron en sus asientos y empezaron a charlar sobre los acontecimientos recientes. La conversación fluía, llena de anécdotas y reflexiones, hasta que sonó la campana que anunciaba el receso. A pesar del llamado a salir, todos decidieron permanecer en el aula, sumergidos en sus diálogos. Mientras tanto, Shiba se encontraba en una situación diferente, pues como líder de la manada de lobos, tenía que asumir ciertas responsabilidades. Debía llevar a cabo algunas actividades y organizar todo lo necesario para la próxima luna llena, un evento de gran importancia para su comunidad.

Después de unos minutos...

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· •「 ░╎❝. Narra Shiba . ❞╎░ 」• ·
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Después de haber terminado todas mis actividades, decidí despedirme y dirigirme nuevamente hacia el aula. Sin embargo, justo en la entrada, noté que Dafne me detenía al tomarme del brazo con un tirón.

Cuando volví a mirarla fijamente, intenté mostrarle seriedad. Había sido claro en una ocasión anterior al pedirle que no se comportara con tanta confianza y que evitara tocarme. La razón de mi incomodidad era que tenía una novia y me desagradaba la mera idea de que otra persona me tocara. Aunque sentía la necesidad de expresarle mi descontento, no quería parecer grosero, así que simplemente me quedé observándola en silencio, manteniendo la calma y sin moverme.

— ¿Dime qué necesitas? -Pregunté con seriedad-

— Quería agradecerte por tu contribución en la manada y quise prepararte galletas. -Sacó un paquete de galletas y, sonrojada, las apretó contra su pecho- ¡No aceptaré un rechazo!

— ¡¿Eh?! -Me sorprendí y sostuve el paquete-

— Pruébalas, quisiera saber si al menos las hago bien.

— ¿Por qué insistes tanto? -Me rasqué la nuca e incómodo decidí hacerlo para que me dejara en paz- Bien... Las comeré si prometes no volver a molestarme.

— Es una promesa. -Dafne sonrió de una manera extraña y, cuando abrí la bolsa, saqué una galleta y la devoré- Mmm... están bien para ser una galleta casera. Creo que, sea quien sea con quien estés en el futuro, amará comer tus galletas. -Traté de ser amable-

Me di cuenta de que (T/N) se sorprendió al verme junto a Dafne, mientras compartía una galleta con ella. Sin embargo, en ese momento sentí como si dejara de ser yo mismo; mi atención se centraba únicamente en mi compañera de clase, y la emoción de estar a su lado me envolvía por completo.

De repente, mi atención se fijó exclusivamente en Dafne y, en un arranque de confusión, me lancé a declararle mis sentimientos. Me sentía extraño al pronunciar esas palabras, mientras dentro de mí, mi lobo interior aullaba de dolor, como si esa revelación provocara un conflicto entre lo que realmente deseaba y la lucha interna que enfrentaba.

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· •「 ░╎❝. Narra (T/N) . ❞╎░ 」• ·
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Estaba conversando con mis compañeros de clase cuando, de repente, un mal presentimiento se apoderó de mí. En ese instante, todos nos dimos cuenta de que Shiba había sido retenido contra su voluntad. La situación se tornó más inquietante al recordar que la estudiante que lo sujetaba era la misma que había visto en mis sueños. Si no recordaba mal, su nombre era Dafne, y podía identificarla fácilmente por su distintivo cabello dorado que brillaba a la luz. Sin pensarlo dos veces, decidí levantarme abruptamente y salir rápidamente del salón, urgido por la necesidad de entender lo que estaba sucediendo.

Al salir, me di cuenta de que lo que había soñado se había convertido en realidad. De inmediato, mi expresión se transformó en una mezcla de sorpresa y terror, ya que podía observar cómo Shiba caía bajo el poder del encantamiento que ella ejercía.

— ¿Qué le hiciste a Shiba? -Grité molesto, confrontándola directamente-

— No hice nada. -Fingió con una cara de inocente-

— Entonces, ¿por qué está tan confundido después de comer la galleta? -La miré con impotencia- Si le has puesto algo a esas galletas, te prometo que te haré miserable.

— ¿Por qué me acusas de algo que no hice? ¿Te molesta que te robe a tu juguete? -Sonrió con burla-

Mi mirada hacia la rubia se transformó por completo, adoptando un matiz sombrío que reflejaba una ira contenida. En mis ojos, un destello de furia letal parecía estar al borde de estallar, como si estuvieran dispuestos a arremeter contra ella con la intención de herirla gravemente. Sin embargo, logré contenerme, a pesar de que la tensión en el aire aumentaba con cada segundo. El bullicio que había provocado atrajo la atención de los demás, quienes se acercaron con curiosidad para averiguar qué estaba ocurriendo. Fue entonces cuando empezaron a darse cuenta del estado de confusión en el que se encontraba Shiba, evidenciando la tensión que reinaba en el ambiente.

— No te tengo miedo, (T/N). -Dijo la rubia molesta- Además, no deberías acusar a alguien sin tener pruebas.

— ¡Maldita perra! -Me acerqué a ella para darle una bofetada, pero noté cómo Shiba se interpuso y me arañó el brazo con sus garras- ¡Ahhh!

Una intensa sensación de ardor se apoderó de mi brazo, acompañado de un flujo de sangre que comenzaba a escapar de la herida. La situación desató una oleada de alarmas entre quienes estaban alrededor; todos se mostraron alarmados y preocupados por lo que había hecho Shiba. En medio de la confusión, me alejaron de él, tratando de asegurarme y ofrecerme asistencia. En ese momento, noté que mi hermano manifestaba claramente su descontento hacia Shiba, su expresión reflejaba una mezcla de enojo y frustración por lo ocurrido.

— ¡No sé qué te está sucediendo, Shiba, pero te has sobrepasado! -Gritó Acyn- Este no eres tú, jamás harías daño a quien amas realmente...

— Si no quieres que te aniquile, será mejor que te vayas o Natsume y yo nos encargaremos especialmente de tu chica. -Advirtió Ray-

— Sé quién eres, Dafne, así que no vuelvas a acercarte a (T/N) o te destrozaré. -La miró con frialdad Erica-

— Qué manera de comportarte y hacer que alguien resultara dañado. -Dijo Olivia con molestia-

Nagi, Erica y Cloe estaban cuidando de la hemorragia en mi brazo, tratando de detener la sangre que manaba de la herida. Al mismo tiempo, Olivia, Natsume y Ray se colocaban frente a mí, formando una especie de barrera para protegerme de cualquier posible amenaza. En medio de todo este caos, noté que Shiba temblaba visiblemente; su instinto protector se mostraba hacia Dafne, y ambos comenzaron a alejarse de la escena, buscando un lugar más seguro.

La situación me dejó completamente desorientada y destrozada emocionalmente, y no pude reaccionar adecuadamente a la ayuda que me ofrecían los demás. En ese momento, mi mirada se centró en las galletas esparcidas por el suelo, como si fueran una representación tangencial de todo lo que estaba ocurriendo. Sin poder evitarlo, señalé las galletas, atrapada en una desconexión entre el dolor que sentía y el frágil intento de encontrar un rayo de normalidad en medio del caos.

— El paquete... El paquete de galletas contiene algo... -Suspiré y usé mi poder para curar mi herida, cerrándose con facilidad y solo dejando la marca de una cicatriz-

— ¿Estás bien? -Preguntó Nagi-

— Parece que debemos investigar qué contienen. -Dijo, tomando el paquete de galletas y cerrándolo para dármelo-

— Si es una pócima de amor, estoy perdida... No se puede quitar esa maldición, solo dependerá de su fuerza de voluntad.

Las lágrimas fluían de mis ojos mientras el peso de lo ocurrido me abrumaba. Decidí que era el momento de despedirme de todo lo que me rodeaba y marcharme, junto a mi hermano y Cloe, quienes siempre habían estado a mi lado, animándome a seguir adelante. Después de llegar a mi habitación y de despedirme de ellos con un abrazo, cerré la puerta detrás de mí. Me puse el pijama, despojándome de la camisa y el chaleco que formaban parte de mi uniforme, sintiendo cómo cada prenda se alejaba simbólicamente de la carga que llevaba dentro. Suspiré profundamente, dejando que el aire saliera de mis pulmones junto con un poco de la tensión acumulada. Luego, me dejé caer en la cama, tratando de encontrar un poco de descanso y calma en medio de la tormenta emocional que me acompañaba.

— Shiba ahora está enamorado de Dafne por culpa de esa poción de amor. ¿Acaso sintió algo al lastimarme?

Escuché cómo la puerta sonaba y, sin responder, me quedé sentada en mi cama, mirando hacia la puerta.

— ¿(T/N), estás durmiendo? -Habló Shiba con preocupación-

— ¿Qué quieres? -Le hablé con frialdad y me reincorporé, yendo a la puerta y abriéndola-

— Oye, lamento todo lo que te hice... -Se podía notar destrucción en su mirada- Yo... No quería lastimarte... Jamás sería capaz...

— Te dije que no comieras nada que te diera esa mujer y ahora estás bajo el efecto de una poción de amor. -Le grité molesta- No quiero verte, solo me lastimas más.

— Lo sé, debí escucharte... Pero pensé que no tendría nada. -Se notaba devastado por la cicatriz en mi brazo-

— Gracias a tu necedad estarás embobado de por vida con esa zorra astuta. -Me molesté y me dispuse a cerrar la puerta en la cara del lobo-

— ¡(T/N)! ¡Te... Te sigo amando solo a ti! Mi lobo interior sufre por verte herida por mi causa... Cuando sepa cómo liberarme de esto, te compensaré, lo juro... Solo no me odies. -Se largó a llorar y puso su mano en la puerta

— No quiero oírlo. -Grité molesta y me fui a acostar-

— No puedo evitarlo. No puedo ignorar lo que siento por ella o al menos eso es lo que causa la poción de amor. Te dejaré hasta que pueda salir de esta maldición... Te lo prometo.

Después de pronunciar aquellas palabras, una profunda sensación de vacío me invadió al darme cuenta de que su presencia se desvanecía poco a poco. Era como si, con cada instante que pasaba, la calidez que solía brindarme se alejaba lentamente. No pude resistir la necesidad de refugiarme en las sábanas, envolviéndome en su tejido como si buscaran protegerme del mundo exterior. Las lágrimas brotaron de mis ojos y, con cada sollozo, el dolor en mi corazón se intensificaba, desbordándose en un torrente de tristeza que no podía contener.

— Continuará.

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