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❝La belleza comienza en el instante en que decides ser tú misma.❞

Coco Chanel

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Taehyung quería, necesitaba cerrar una etapa con Jungkook.

Por un día, descansar de todo.

De todo el miedo, el estrés, la presión, las preguntas, las enseñanzas, el pasado.

Descansar juntos como mismo habían enfrentado juntos todo eso.

Por ello limpió su agenda de forma en que coincidiera con el día libre de Jungkookie para salir juntos, lo tenía todo planeado a la perfección.

Bueno, casi, el problema ahora era el siguiente.

-Vamos... ¡Despierta!

-No quiero... Es mi día libre y despierto cuando me da la gana. Aprovecha que aún hay tiempo para que te retractes del terrible error que estás cometiendo.

El mayor obstáculo ¡No! ¡El jefe de los obstáculos se lo habían puesto apenas iniciaba el día!

-Incluso me vestí así y tú ni siquiera te giras a mirarme.

Y cuando escucha un ronquido bastante falso por parte del azabache, se estresa. Planta ofendido su trasero a su lado en un borde de la cama y con los brazos cruzados esboza el natural puchero el cual Jungkook tiene tanto talento de invocar.

-Perfecto, has lo que te dé la gana, como siempre, nunca me escuchas, ese es el problema ¡Nunca me haces caso! Todo es como tú quieres y... -solloza.

Solloza y Jungkook golpea el interior de su mejilla con la punta de la lengua al comprender que Morfeo le había cerrado las puertas de su reino en su puta cara.

Y todo por este Dios aquí lloriqueando.

Suspira y se da la vuelta enrollado en la sábana, no obstante permanece con los ojos cerrados.

-Ya, Taehyungie, ya despierto.

»Beneficios de ser un Rey del Drama« Piensa Tae con una sonrisa, pero no se quedará así.

-Olvídalo, no saldremos.

El azabache bufa.

-Taaaaaaeeeee...

-En serio todo no puede siempre ser como quieres.

-Ya, ya, ¿si te beso vamos?

»Que poco original« Piensa el mayor rodando los ojos.

-Puedo besarte cuando quiera, Jungkook.

-En ese caso... -con ojos cerrados busca ciego a Tae, al tocar la suave tela de su blusa la toma suavemente y tira de ella asegurándose de su atención- ¿te gustaría vestirme?

Y Tae bueno... Chilló.

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-No puedes estar diciéndolo en serio-. Musita aniñado Jungkookie mirando lo escogido por Tae, brazos de quien están rodeando su cintura ahora.

-Te verás hermoso, bebé.

-Pero eso es... -se inclina para tomar el short de tela fina blanca- se verán mis piernas.

-Hermosas piernas.

-Hermosas piernas de pollo-. Protesta con el entrecejo fruncido.

-Hey, dijiste que me dejarías vestirte.

-Sí, pero tampoco abuses.

Le bastó una mirada de Taehyung y la falta de su toque alrededor de su cintura para berrinchudo dirigirse al baño y vestirse.

Tae usaba una blusa blanca de la misma tela ligera y cuidadosamente transparente que el short de Kook, esta caía hermosa fija a sus hombros y ondeante en todo su torso hasta los brazos, anchándose las mangas a medida que se acercaban a la muñeca. Ciertos patrones de la tela en forma de flores adornaban la espalda, muñecas y hombros, además de una fisura en el pecho. El pantalón tenía la misma onda del mismo color que las sandalias marrones claras.

Y Jungkookie, bueno, estaba tan hermoso.

El color amarillo pollito de la blusa muy parecida a la de Tae solo que con las mangas recogidas en dirección a los hombros a base de tiritas, resaltaba lo negrusco de su cabello y la suavidad del rostro; el short blanco llegaba a mediados del muslo y era el juego de la blusa de Tae, ancho, blanco y con patrones de ramitas.

El ángel brillaba en sencillez.

Tae se tomó el tiempo que Jungkookie rencoroso pensó pudo él pasarlo durmiendo, en maquillarle, un brillo labial ligero de tono rosado pálido y los párpados de tonos marrones muy cercano a las pestañas.

No importaba el resultado ya Jungkook lo amaba, la otra cara del amor que nadie calcula, es cómo eres capaz de verte a través de los ojos de tu pareja.

Y es una sensación indescriptible.

Tae se acerca y besa con cariño los labios de su ángel, sintiendo la suavidad de estos desmenuzarse de forma rica entre los suyos.

-¿Nos vamos?

-Vamos.

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Era un día atípico para una cita, a finales del año el tiempo era algo húmedo de tal forma en que recibían calor sin sol. Las nubes tupían el cielo de una forma en que sabían la lluvia era pronosticada sin necesidad de caer hoy. Así que calmados caminaron por las calles agarrados de la mano, a un extremo de la ciudad y orillas del mar, pero sin poderlo ver. Estaban en un pueblo pesquero de ambiente muy turístico por la riqueza de la naturaleza, y a donde Tae primero quería llegar era a un punto del que había escuchado pero nunca había tenido oportunidad de ir, o al menos no la había aprovechado.

-Vaya -. Exclamó Jungkookie a su lado admirando la estancia llena de flores, los visitantes avanzaban por los caminitos entre estas hasta tenerse en el pasillo final, donde cada uno tomaba asiento y se disponían a comenzar la actividad.

Construcción floral.

Bueno, ese era el objetivo, Tae por su parte llegó con otra idea.

Guió al pequeño parlanchín para sentarlo en una de las sillas del final, las cuales tenían un fondo de enredaderas cayendo del techo transparente.

-Mira lo que traje.

Puso la mochila en la mesa entre Jungkookie y él y la abrió, empujó la frente del curioso azabache con el dedo para regresarlo a su lugar y procedió a colocar sobre la mesa una Bloc de dibujo de varios centímetros de alto, carboncillo, colores rosa, azul, amarillo, verde, naranja y rojo; y por último una pesada cámara.

-Sí que viniste preparado.

-Espera, hay algo más.

Mete la mano nuevamente y saca una bolsa de plástico con broches simples y precillas.

-Listo.

-Supongo que ya sé de qué va, pero yo también quiero-el descongelado corazón de Vante se acelera y retumba en su caja torácica mirando la sonrisa de oreja a oreja de su pequeña estrella-, quiero fotografiarte llenito de flores Tata.

Bueno... Fueron interrumpidos, no, fueron complementados por una nube moviéndose y despejando un pedacito de cielo. Las oscuras hebras de Jungkookie tragaron parte del rayo de sol cayendo sobre sus cabezas, pero sus ojos lo absorbieron. Sus ojos y la sensación vigorizante de ser el que recibe esa mirada de Taehyungie.

-Alguien me...

-¡Me voy a adelantar!

Pasa como una ráfaga de viento sonrosado por su lado y Tae se mantiene con la mirada fija en la nada, porque por primera vez...

-Mierda, mierda, mierda.

Sin tomar asiento siquiera agarra rápido el carboncillo y procede a llenar el vacío del papel con un eco en su cabeza.

-¡Tata! El desayuno.

-Tata... Es hora de despertar amor.

-¡Tata ayúdame con las flores!

-Mi Tata es el pequeño más hermoso del mundo ¿Cierto?

El rayo de sol aterrizó de lleno sobre el rostro aparentemente olvidado de su abuela y sin pensarlo Taehyung llevó sus labios al papel con los ojos cerrados.

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-Jungkookie...

-Shhhh, yo sé lo que hago.

Los dedos del azabache y toda su atención trabajaban en común para colocar una simple flor con aspecto de Margarita pero más grande, de forma en que los típicos pétalos blancos rozaban la sien de Tae y ocupaban cierto protagonismo en el costado derecho superior de su cabeza, sitio despejado para ella de tal manera que el resto de las hebras caían en el lado contrario tocando su mandíbula.

-A ver amor, para colocarlo y que no se vea el broche debes...

-¡No me lo digas!

Tae simplemente bufa por decimocuarta vez, menudo ángel tan cabezón.

Jungkookie acaba trenzando apegado al cráneo de Tae un pequeñito mechón al cual inserta la flor y ciertas espigas enanas de algo parecido al centro de una flor, con esporas blancas que riegan el resto de la trenza hasta lograr un surco tras la flor principal.

-Joder... Eres tan hermoso.

Tae le responde con un puchero mezclado a una sonrisa.

-Lo sé.

Jungkookie acaba el trabajo colocando en un costado de su ojo con algo de pegamento no dañino para su piel, una ramita de diminuta flor roja la cual contrasta con todo.

Ignorando el comentario de su egocéntrica pareja le roba un beso en la comisura de su labio y se dispone a tomar la cámara y actuar en su secreto Hobby, secreto para todos menos para Tae a partir de hoy.

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-Tienes... Mucho talento Jungkookie.

-Tengo talento para muchas cosas TaeTae.

-Tata -comenta sonriendo mientras le rodea la cintura y apoya la barbilla sobre su hombro, roza con su labio la suave mejilla del ángel-, prefiero que me llames Tata.

-Eso es vergonzoso ahora que reparo en ello-. Responde Kookie apoyando sutilmente su espalda al torso de Tae a la vez que continúa estudiando las fotos.

-Dímelo ahora.

Deja la cámara sobre la mesa junto al resto de las cosas y coloca sonriente las manos sobre los hombros de Tae, las del mayor a cada lado de su cintura, apegándolo a sí, buscando más calidez y cercanía.

Y gracias a ella se da el lujo de susurrar.

-Te amo Tata.

»Ay... Si es que me mata« Piensa Taehyung antes de acercarlo todo lo que sus cuerpos los dejan y así besarlo.

Besarlo una, dos, tres veces.

Besarlo sin contar ni las veces ni el tiempo que pasa cuando lo deja ir.

-Te amo, ángel.

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-Aaaaah, así que por eso has traído la cámara, ya me extrañaba a mí que supieras que me gustase fotografiar.

-Fue una bonita sorpresa, sin duda.

-Pero no la uses -Tae alza la cabeza confuso por la negativa de Kook-, estamos aquí ahora, siéntate tranquilito a dibujar y tómate el tiempo que quieras -el azabache con el cabello a rebosar de flores rojas y blancas le sonríe-, aprovecha el ambiente y la naturalidad, hermoso artista, el modelo está dispuesto a posar el tiempo que valga.

Así es como deja a un lado la cámara y sentado frente a Jungkookie, con este delante del hermoso fondo de enredaderas, sonriéndole.

Claro que no se calló, todo el tiempo Tae la pasó dibujándolo con gusto y cuidado intentando plasmar su sonrisa en la hoja a la vez que registraba en su mente las miles de hermosas expresiones hechas por Jungkookie; desde morros enojados a carcajadas de naricita arrugada.

-Dicen que la belleza la definen los ojos que la ven, y tú Taehyungie me ves muy, muy hermoso.

-Tanto como a una estrella.

-Tae -lo llama y depositando un besito en su frente dice-, estas flores no te hacen hermoso, tú las haces hermosas, conste.

-Mhm... ¿Lo mismo pasa con mi ropa?

-Mhmjum.

-¿Entonces me prefieres desnudo?

-Si lo sabes para qué lo preguntas-. Contesta en un murmureo agudizado al tener sus labios rozando los de Taehyung hasta el punto de no diferenciarse el estar separados del besarse.

Con sutileza alcanzó las manos de Taehyung y entrelazó sus dedos con una sonrisa.

-Tae... Debemos regresar ya, amor.

»Justito esa expresión fue la que me sacó de cama hoy« admira Jungkookie el morro que se pronuncia contra sus propios labios.

-Pero aún nos queda bailar...

-Mañana tengo trabajo, sabes que para hacer lo que hago necesito mucha energía, debo descansar.

-Pero... -aprieta el agarre en los dedos de Jungkookie apegándolo a sí en el proceso- apenas son las cinco...

-Son casi tres horas de camino Tae...

-Vamos Jungkookie, es solo hoy y...

-Tata, mírame -reprimiéndose de rodar los ojos los lleva en dirección al azabache-, quiero contarte más cosas, cosas importantes, pero hagámoslo de camino ¿Sí?

-Mhm... -después de recibir un pico del meloso ángel entre sus brazos acaba suspirando- más te vale que sea muy, muy importante.

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-Exacto, nos será muchísimo más difícil entrenar ahora que Hoseokie Hyung está internado y fuera de servicio, debemos esforzarnos.

Taehyung desvía brevemente la mirada a su costado y recibe de vuelta los brillantes ojos emocionados de Kook.

-No sabía que Jimin es bailarín.

-Lo es, y muy muy bueno, está más relacionado con el baile contemporáneo pero también conoce el callejero; como Hobi Hyung con el ballet, lo que claro, Hobi es otro nivel.

-Y esta competencia...

-Nos estamos preparando para las preliminares, hay una primera etapa en la que los artistas tenemos libertad de escoger el género, la pieza, crear la coreografía... Las presentaciones son en dúo.

-¿No te convendría más una compañera del ballet? Como es el mismo género...

-Me haría ver demasiado especializado y eso no es lo que buscan. Quieren talento completo que llevar a las Academias.

-Pero Kook... -modula la velocidad para poderle mirar mientras transita- estamos hablando de Academias en París ¿Para qué si eres un profesional que cuando considere puede dirigir un teatro?

-Ya he logrado todo lo que puedo aquí -contesta frunciendo el entrecejo-, quiero crecer, Tae. Esta es una oportunidad incalculable, me prepararía en la cuna del ballet europeo.

-Aquí eres Jeon Jungkook y ahí serías... Uno más, es lo que digo.

Lo molestó.

Lo puso tenso.

-Ahí criticarán mi trabajo, no como tú que te limitaste a mi "cara bonita"

Taehyung apretó la mandíbula y guardó silencio unos segundos en silencio, ellos se sumaron hasta formarse minutos en los que realmente, no sabía qué decir.

Así que usó la carta de callar, y la usó bien, pues cuando abrió la boca fue para enarbolar un suspiro.

-Lo siento, te subestimé. Necesitas y mereces apoyo -inhaló fuerte por la nariz hasta llenar su pecho-. Ahí encontrarás gente que sepa valorar tu trabajo, deseo lo mejor para ti y eso es... Eso es lo mejor.

-¿De verdad piensas eso?

Miró a su lado y la duda al compás de la esperanza contenida en los ojazos pardos le hicieron sonreír.

-Me jode, pero es la verdad -regresa la vista al frente llevándose la mano a la cabeza para colocarse las gafas de sol en el puente de su nariz-. Yo por mi parte no te he contado cosas muy importantes también.

-¿Sí? Vaya, nunca te pensé capaz de aguantar un chismecito, Taehyungie.

-¿Me estás diciendo chismoso?

-Para nadap.

El rubio se abstiene a sonreír y negar con la cabeza.

-Estoy preparando una rueda de prensa de gigantesca importancia, debe tener sitio en una semana.

-Se acerca tu cumpleaños también.

-En... ¿Tres semanas?

-Mhmjum -la cabeza coroneada con hebras azabaches cae apoyada en el hombro del conductor-, cállate ya, las horas de viaje están por ley reservadas para dormir.

-¡Pero me aburr..!

Y como hizo desde el primer encuentro, lo interrumpió. En esta ocasión con ronquidos.

-Mocoso irrespetuoso...

El resto del tiempo lo dedicó a la contención del ácido miedo formándose en su vientre.

Jungkook cumplía su promesa.

Jungkook se iría.

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Liberty
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Aviso: Final del primer arco.