Capítulo tres.
—Según mi lista bajé todo del avión.
—Eres muy organizado, me gusta.
Todos bajaron del avión, llegando a la gran sala que portaba el aeropuerto de madrid; sumamente precioso.
Caminaron un poco, su padre ya debería estar ahí, esperándolos.
Lo vieron a lo lejos, con una sonrisa amigable y los brazos abiertos. Él los seguía viendo como pequeñas colonias indefensas.
No le negaron la cálida bienvenida de su padre, todos lo abrazaron menos México; él quería ser el primero en dirigirle la palabra pero sus demás hermanos lo empujaron y dejaron atrás.
No dijo nada, no lo vio como motivo para enojarse. Por lo que simplemente
se limitó a verlos.
El mayor de todos ellos notó eso y fue con »Nueva España«, dándole un amoroso (pero corto) abrazo.
—Ya que llegaron vamos a casa, acomoden lo poco que llevan.
Dio la orden. Sus chicos agarraron dos autos ya que son demasiados.
México se fue con su padre (esto decisión del mayor).
—¿Cómo te ha ido?, ¿Tus críos?
Preguntó el español, manejando con calma hacia su residencia. Miraba el camino algo aburrido; sabe que México es de hablar escaso.
Le extrañaba y eso que lo vio hace un mes en la junta pasada, agradece mucho haber estado presente en tan vergonzosa reunión.
"Mi pobre México lindo" - Pensó.
—Bien, estamos bien.
Sus hijos eran distantes con él. Ya saben, son jóvenes y quieren su espacio –Esa era la ideología de México –.
—Vale, eso me pone feliz. Todo tranquilo, y ¿Es igual con tus vecinos? Ya sabéis; USA y Canadá.
—No. Ellos son malos. - Escupió las palabras en seco.
Ambos hermanos se aprovechan del más pequeño para joderlo; Canadá porque el lo veía como un tapete y USA como para molestarlo constantemente.
Como lo de la manzana en la mañana.
—Son malos.
—Ya verás que ONU les dará su merecido cuando le comente esto. - Las manos del mayor apretaban con algo de fuerza el volante, trataba de controlarse.
—ONU solo evade los problemas. Solo porque es alguien de suma importancia no se metería en líos de tercermundistas. Claro, que si fuera por parte de USA o Rusia él ya hubiera actuado rápido. - Dijo entre pausas el tricolor.
Fue como un desahogo repentino para el mexicano pero tenía razón. Quien los puede ayudar nunca están para ellos; solo atienden cosas del primer mundo.
Eso molestó a España, era evidente la razón que su pequeño le daba. Lo comparó con la vergonzosa junta en la que México se animó a ir (y eso fue raro ya que nunca le necesitan), el apoyo fue para las potencias y no para su hijo.
Vaya, que gran ayuda.
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