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Preparativos Nupciales, a solo un paso de la Felicidad.
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Finales de Agosto e Inicios de Septiembre.:

Todo parecía ser parte de un sueño, un hermoso sueño del cual no quería despertar. No escatimaria en gastos, el dinero no era problema y daría todo el que sea posible para tener la mejor de las bodas que hayan visto los ojos del mundo. Una primera boda oficial entre naciones que fue ya planeada por los gobiernos participes. Vincular a sus naciones con algo tan importante como un matrimonio era especial, con la participación del Vaticano todo se vería espectacular y fortalecería los lazos diplomáticos que los unen como buenos amigos.

Una recepción espectacular en un sitio de ensueño, ni que decir de la Iglesia que había escogido para contraer nupcias con la Israelí. Todo estaba planeado, las decoraciones más costosas y exóticas en arreglos flores y en el ramo que llevarían las manos delicadas de su amada, los listones más finos adornarían los asientos de la iglesia, pétalos de rosas traídos desde partes del mundo en que las misma florecen de forma hermosa y cuya fragancia es embriagante como satisfactoria.

Para la recepción había escogido un hotel espectacular, ubicado al sur del lugar en donde iban a casarse. Un lujoso hotel que había reservado todo del mismo para después de haber dado el sí en la hermosa Iglesia de San Francisco. Oh aquella iglesia era espectacular, sus enormes ventanales de distintos colores litúrgicos que combinan bien con el estilo gótico del exterior e interior manteniendo el sincretismo religioso en sus entrañas. Sin duda alguna el día más especial de sus vidas seria el más memorable.


Un gran banquete con delicias variadas de casi todo el mundo, la elegancia en los centros de mesa y en los manteles de lino blanco que cubren las mesas en donde sus invitados convidarian.  Bailarían el clásico vals bajo la tenue luz romántica de un candelabro de cristal, había ensayado con ella hace un par de días atrás en el salón de aquel lujoso hotel.

Parecía que bailaba consigo mismo porque sus pasos eran bastantes sincronizados, un baile que no era difícil pero que si era especial y romántico. Tan solo tenerla en sus brazos sintió el anhelo de poseerla cuando acabase la gran recepción y se dispondrían a consumar su unión en una noche lujuriosa llena de detalles que ninguno jamas olvidaria.

La delicadeza de sus manos y la suavidad de su piel, el hermoso rojo de sus labios y el color de sus orbes cuya mirada irradia un brillo espectacular, semejante a la primera estrella que anuncia la llegada de la noche. La sutileza en como sus pasos se mueven al son de sus latidos, sosteniéndola de la cintura y guiando su mano entre risas conectan sus miradas, carcajadas risueñas al verse reflejados en los ojos ajenos. Reflejándose la felicidad en un extenso e infinito mar azul y entre un pedazo de cielo primaveral y una extenso lienzo café que se mezcla con el tono vivo de la miel.

Más allá de los detalles fue a confeccionar un traje especial para ese día tan esperado que seria muy pronto. Un traje azul cobalto con una fina camisa blanca y un chaleco purpura. Una corbata de moño elegante y unos zapatos negros de marca. Hoy le daba un ultimo vistazo antes de guardarlo en el closet con suma delicadeza para usarlo aquel día especial. Limpio las pequeñas arrugas con sus manos de forma sutil mientras esbozaba una sonrisa franca mientras que su mirada sucumbe ante la nostalgia de ver como su vida tomaba un rumbo distinto al que pensaba que tomaría.

¿Cuando había crecido?¿cuando había madurado?¿cuando sucedió lo que empieza a vivir con total ansiedad?. Sentado en la esquina de su cama se pone a reflexionar, tenia inseguridades con respecto a la gran decisión que iba a tomar aquel día tan cercano. Tenia miedo de equivocarse, miedo a dañar a alguien que no merecía ser lastimado más merecía ser amado de una forma magnifica, el miedo de que una tragedia se presentase en su día tan especial. Tal vez arrepentimiento de ella al dar el si, tal vez que ella lo plante en el altar dejándolo ver como un estúpido, tal vez alguien oponiéndose y que ella corresponda a aquella oposición. Pero, conforme va formulando aquellos escenarios, aquellos miedos se disipan al revisar la galería de su celular.

¡Que hermosa era!, tan sólo su sonrisa en cada foto alimentaba las esperanzas de que todo saldría bien y la ansiedad de compartir su existencia con ella. La forma en que sonríe, en que mira, en la que su rostro gestual una variedad de emociones. Viéndose en la mayoría alegre y guardando en su memoria aquellos gestos de tristeza, nostalgia, melancolía y enojo. Además de la distracción que resulta nata en su timidez ansia volver a tenerla en sus brazos de forma intima. Escuchar de sus labios su nombre al dar el si y al momento en que sus cuerpos se consumen con lujuria y pasión.

Pensamientos sucios que lo ponen muy rojo, echándose sobre la cama cubriendo su rostro con sus manos suspira mientras esboza una sonrisa enorme de felicidad en su rostro. Pronto estaría con alguien con quien valía la pena arriesgar hasta su propia existencia.

Fue difícil escoger entre muchos que querían participar a sus testigos, aunque para el siempre iría sin objeción alguna Canadá. Los siguientes dos que le siguen fue difícil elegir, aunque hubiese querido poner a su padre como fiel testigo de su unión confió mas en la presencia de quienes son cercanos al amor de su existencia. Grecia y Egipto estarían de testigos de su unión.

Pero,en otra parte de aquel mismo lugar, en la habitación de a lado se hallaba Israel.

Bailaba con su vestido de novia entre sus brazos, aferrándose a aquella vestimenta mientras cerraba los ojos queriendo imaginarse en otra circunstancia. Tal vez sus pasos que parecían enérgicos se tornan lentos y melancólicos al recordar al fallecido y extinto reino, queriendo haber vivido este momento con él pero en otra circunstancia. Pensar que si no hubiese muerto tal vez ahora ya llevarían varios años de casados y nunca hubiese amado al americano, jamas hubiese rebasado aquella linea limítrofe entre el amor y la amistad.

Pero, ahora se hallaba ahí, días solo faltaban para su unión, días con una sola semana antes de decirse el sí mutuamente, pero desconfiando de ciertos aspectos. Tenia las mismas dudas que su futuro esposo, tenia aquellos mismos miedos que superaban a la esperanza de que todo saldría bien, una corazonada, tan solo una que le dice cosas que no comprende aún, advierten pero no escucha ni esta dispuesta a hacerlo.

Volviendo en si deja aquel vestido con cuidado sobre su cama de sabanas blancas, su sola sonrisa sencilla y tímida dan a conocer que su corazón tiene un sin fin de emociones frenéticas que hacen a sus mejillas sonrojarse y a sus ojos cristalizarse por las lágrimas que contiene. Una hermosa pieza de oro con un rubí en medio decoraría su delgado cuello pálido, una corona de flores hecha en oro y porcelana decoraría sus cabellos en un peinado elegante. Un par de zapatillas de tacón alto y delgado blancas usaría aquel día especial. Un vestido de diseñador llevaría puesto, al estilo de una princesa seria la parte baja, llevaría los hombros al descubierto al igual que su escote, las mangas de aquel vestido eran lazos que sostendrían aquel vestido prominente.

Tres personas serian sus testigos, siendo Guatemala la primera, tan solo por ser su mejor amiga y aliada, casi una hermana para ella. Las siguientes dos serían México y Turquía, aunque la turca había puesto resistencia no pudo negarse ante la petición de su amante griego de ser participe en un evento tan especial y único en todo el mundo.

Observaba aquel anillo en su dedo anular con detenimiento, sintiéndose privilegiada de ser al futura esposa de una de las más grandes potencias mundiales y de uno de sus mejores aliados. Significaba más apoyo y resguardo al unir sus vidas con el matrimonio. Siendo distintos a sus gentes pero a la vez semejantes su unión no se llevaría del mismo modo en que las vidas humanas se unen ante los ojos de Dios, seria semejante pero no igual.

Pero, aquella sonrisa en su rostro se desvanece al  recordar en como su hermano no estaría presente en su boda, tan solo su respuesta negativa fue suficiente para dejarla triste. Sus gritos y maldiciones duraron más de cinco minutos de la llamada, se oponía a su unión, se oponía a que "arruinara" su vida con el "Gran Satán".

Palestina jamás daría el visto bueno a su relación, jamás estaría feliz por su matrimonio, jamás perdonaría todos los crímenes que había cometido aquel hombre ni de las calumnias que había lanzado a sus " hermanos y hermanas" árabes. Tan solo muy dentro de su ser quería abrazarla, felicitarla y/o llevarla hasta el altar, pero aquel absurdo orgullo que lleva dentro se lo impide, el odio lo recluye con cadenas a la oscuridad del resentimiento que es incapaz de romper y ser libre de aquella oscuridad. Tan solo los recuerdos de aquel fatídico día de 1291 hacen eco en su memoria impidiéndole ver más halla de su odio el porque de aquel semejante sacrificio, ver el significado que trajo aquella tragedia a su vida. La responsabilidad de cuidar a la única hija de un reino  cristiano y extinto.

Mientras permanece recostada su teléfono suena, una llamada que nunca pensó que recibiría en tantos años transcurridos. Tan solo su voz la pone nerviosa y le rememora lo atroz que fue ver el momento en que se convertía en un "monstruo".

Se que dentro de muy poco te has de casar, te felicito. Espero seas muy feliz con él. De hecho, al no poder presentarme te he de mandar un regalo muy especial...—emitió un suspiro mientras de fondo se escuchaba su silenciosa risa.—Espero sea de tu agrado, Adiós Israel.

La llamada finalizo sin que ella pudiese decir algo, se sentía asombrada ante lo que acaba de oír, ¿Acaso era él o solo imagino su voz? ¿Aquella llamada de verdad sucedió o era un invento de su imaginación?¿Acaso estaba ya dormida para que algo increíble hubiese sucedido?.

Esbozo una enorme sonrisa de felicidad que aumento sus ansias, las ansias de que aquel día ya escogido llegase con rapidez, que los días pasen volando. Que los días se conviertan en horas, las horas en minutos y los minutos en segundos.

Ansiaba al igual que su amante la llegada de aquel día especial, pensando que seria el comienzo de una nueva vida a lado de alguien más dejando la soledad con la que tanto había convivido en distintos periodos de su vida.

Quien pensaría que un día tan Feliz se vería tan amargo y gris.

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