Un noviazgo efímero, el primer paso esencial hacia la felicidad.
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【Ⅰ】

Tel Aviv, Israel.:

Empezando el mes de Marzo habían empezado a salir, aun cuando nadie sabia de lo suyo era muy evidente ante el ojo de los más cercanos a su circulo social. La familia de Israel no tenia ni la más mínima idea de que la fémina tenia una relación con el americano.

Mientras que, por otra parte, el circulo social de América lo sabia a perfección, de hecho fue una estrategia bastante bien proyectada y que brindaba una esperanza para Oriente Medio. Los interés políticos por encima de sus propios intereses era una historia que se repite cada vez que existe alguien "manipulable" o que este bajo su protección o con una fuerte influencia por su diferencia. Medio Oriente, un lugar geográfico en donde la fuerza de la religión es mucho más fuerte que 'incluso las armas' es dominado por el miedo y la arrogancia, les aterra lo que es distinto para ellos y lo que aquella "diferencia" podría traer en un futuro. Tenían ya suficiente lidiar con la existencia de Israel para tener que lidiar con la suya. Ser el "sheriff" del lugar era su objetivo, ponerle fin a las guerras para salvaguardar a las vidas humanas existentes en la víctima de su intolerancia. A decir verdad, sus planes funcionaron a perfección y no tuvo que hacer la tediosa tarea de enamorarse de ella para estar a su lado por un bien propio. La quería en verdad, empezó a apreciarla desde que la conoció y se le cedió el derecho de protegerla y comenzó a amarla cuando conoció su extraña y un poco inusual personalidad. Cuando en aquella asamblea general la vio tímida y aterrada acercarse hasta a él quedándose muda durante varios minutos que se tornaron horas, incluso años antes de que existiera como estado fue el instante en que tuvo el incontrolable deseo de protegerla, es más de no ser por su necedad ella no hubiese estado en aquella asamblea que le dio un espacio en el orden mundial de aquella época .

Pero, más halla de lo que es su deber como tal existe la necesidad necesaria de escapar de aquellas gruesas e invisibles cadenas que posiblemente pueden estropear su vida como con anterioridad lo habían hecho. Tan solo una nueva oportunidad de ser feliz, con alguien a quien quiere y aprecia en demasía. El amor que puede darle es tan enorme al igual que su ego. Se ama y aquel amor puede dárselo a ella, evitando siquiera engañarla o mentirle al respecto de sus acciones. Ser transparente como nunca antes lo había sido, cambiar para no ser la decepción de su amor, para no decepcionarla ni desilusionarla. Amarla tal cual se muestra ante sus ojos, amando cada gesto suyo, aun cuando se enoja (pese a que nunca la vio en aquella faceta) o simplemente es consumida por la tristeza. Amando cada forma en que su personalidad se demuestra en el día a día, siendo humilde y no vociferando al cielo que es la hija de un reino cristiano, que es una princesa de hecho aun cuando no posee una corona que pueda demostrarlo. Una princesa de cuento de hadas...

Pero, caminando por las playas de Tel Aviv y sostenidos de la mano, entrelazando sus dedos de forma tierna deciden tomarse un tiempo contemplando el mar, la fuerza de sus olas y el rugir de las mismas en una ostentosa tarde al estilo veraniego.

Como si fuese un montaje motivacional se dedican a observar el horizonte, los recuerdos son inevitables de recordar como lo son suspirar con alivio y satisfacción. Recordando pasajes de su vida obviando las atroces marcadas por la sangre, el dolor, y la rabia.

Israel se dedica a mirarlo, aprovechando que ha cerrado sus ojos sumiéndose en uno de sus tan diversos recuerdos. Siente como el agarre se hace más fuerte, como si le aterrará la sola idea de soltarla. La simpleza de su sonrisa en sus labios finos y semicarnosos es una muestra de que lo admira aun en silencio. Tal vez cada rasgo de su pacifico rostro le recuerda a quien escasamente recuerda pero que aun sigue en su corazón y que por más que quisiera se le es difícil de olvidar. Lo finos y delgados que son sus pálidos labios, la tranquilidad y la pasividad en la que se halla su rostro es un deleite mientras que los rayos del moribundo sol ilumina su piel tricolor, intercalándose en franjas rojas y blancas. La tenue brisa sopla sobre sus cabeza, moviendo sus lacios cabellos bicolores con solemnidad al igual que juega con los suyos dándole un aspecto semisalvaje.

El brillo en sus ojos es mas notorio cuando uno de aquellos rayos solares le da en los mismos, haciéndola lucir angelical con la forma en que se dedica a mirarlo mientras que el viento juega con su cabellera rizada y con la falda de su vestido color rosa palo.

En un abrir y cerrar de ojos ella desvía su mirada, en el preciso instante en que el había vuelto a la realidad. Forzando aun más el agarre consigue su atención. Amaba ver su mirada, no se cansaría de ver cada día aquellos  hermosos colores de sus ojos que son divinos. La sonrisa sencilla en sus labios sonrosados y pálidos, la forma en que sus mejillas se tornan coloradas por su timidez tan nata en ella. Como el brillo en sus ojos se intensifica más y más conforme su sonrisa tímida crece y el colorado de sus mejillas se hace aun más notorias haciéndolo sonreír conmovido y enternecido.

Agarrando con delicadeza su mentón la acerca más a su rostro, viéndola aun más de cerca puede notar que la belleza resalta en ella como tal. Como el largo de sus pestañas resaltan su mirada de enormes ojos bicolores y risueños como soñadores. Tan solo un beso entre muchos, uno consentido por ambos y deseado al mismo tiempo. Un roce entre suspiros que se los lleva en viento, una pequeña abertura en sus labios que intentan conseguir el abrazo del otro, miradas confabuladas y sumisas que tienden a cerrarse de forma lenta a medida que sus labios de acercan de forma peligrosa y lujuriosa.
Intercambiando deseos, suspiros y anhelos.

Un amor diferente a los demás, una persona totalmente diferente de las cuales había conocido y compartido un beso. Una experiencia totalmente diferente que valía la pena experimentar y recordar en un futuro.

Aun siendo la primera vez que salen juntos después de su respuesta pensó que habría una cita, no contó con que la misma cita fuese más original que a las que puede estar acostumbrada. No era como la magnifica cena que le ofreció Reino de Egipto en el palacio Montaza, no fue como la travesía que tuvo con Irán entre campos de tulipanes de hermosos colores que él mismo plantaba y cuidaba con recelo. No fue, ni es semejante a aquellos escenarios de su vida que atesora con receló. Era totalmente diferente, simple como siempre había querido, un paseo de la mano con quien más quería y amaba. Solo eso bastaba, ni lujos ni joyas, ni cenas ostentosas ni presentes rarísimos. Solo le bastaba estar a su lado para que cualquier escenario se volviese mágico. Después de todo, estaba con la persona que más quería y solo eso importaba.

—I love you Israel...—murmuro mirándola a los ojos después de  determinar su beso. Ansiando volver a tocarla con los labios y sentir el sabor de los suyos al momento de besarla.

La quería, inclusive llego a apreciarla más que a su propia vida en tan poco tiempo. Era imposible no quererla, siempre amable con todos, cordial con su saludo al igual que amigable y sencilla. Simplemente perfecta.

Ella simplemente sonrió volviéndolo a besar, tan solo un piquito, un pequeño beso tímido que lo hizo sonreír y sonrojarse, aun con aquel pequeño detalle de su parte se sentía privilegiado de haberlo recibido.

Ella tomo de su mano y tiro de ella, corriendo con todas sus fuerzas y soltando unas cuantas risas conforme la tarde muere al igual que un sol inmortal que renace cada día con más fuerzas que los anteriores.

Las marcas de sus pisadas quedan en las arenas, las olas del mar azul van borrando cada una de ellas, tal cual lo hace el tiempo con los recuerdos que cree ya no son necesarios recordar. Borrando lo que uno aprecia para dar espacio a una experiencia totalmente diferente y que merece ser recordada, un avance que requiere grandes sacrificios para generarse como tal.

Un tropiezo, tan solo uno basta para que ambos lleguen hasta las misma orilla de la playa que tiene contacto con las aguas del mar, uno sobre el otro, siendo abordados por el feroz oleaje del mar que los empapa. Sonrisas despreocupadas mientras se dedican a verse nuevamente, cercanos de sus almas, besándose nuevamente y abrazándose sin importar que las olas los siga mojando.

—Te amo mucho...—Murmuro al instante en que decidió darle otro beso más en su mejilla.—'ahbak kathiraan ya 'amrika (te amo mucho América).

Levantándose del suelo retoman su camino, dirigiéndose a la morada de la fémina para cambiarse de ropa. Para evitar ser descubiertos por sus hijos.

Después de todo, este primer paso seria una sorpresa hasta que llegue a formalizarse.

Pero el destino sigue maniobrando, tejiendo una historia con un final muy distinto a cualquiera, con un destino que pondría a todos de cabeza.

Este era el inicio del desenlace final de una historia de amor efímera. Una que valía la pena intentar. Una que si lo vale.

Fin del 2015.