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Premonición.
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Que hermoso paraje mágico presencian sus ojos de largas pestañas.

Había despertado en un lugar oscuro, iluminado por la precaria luz de una lámpara de llama azul observo más allá de la oscuridad; soledad, melancolía, paz entre otras emociones podían ser percibidas en aquel lugar que poco a poco empezaba a tomar forma. Un sendero de tierra rodeado de trigo y cebada, praderas de oro que empiezan a relucir su esplendor bajo la luz de un ocaso que parece ser eterno. Pero, algo la detiene, cada paso la aleja de aquel lugar, los bordes del sendero toman una apariencia sombría, casi de muerte... Oscuridad y nada más que sólo una llama azul dirigiendo sus pasos. Iluminando el camino entre tanta muerte, flores que se marchitan, tierra que parece dolida y herida y que en cuya esencia corre sangre inocente.

Es como presenciar la muerte de alguien mucho superior a ella, presenciando los cadáveres de aquellos que perecieron en su inocencia. Observando como aun sus vidas más allá de la mortalidad se aferraban a la existencia por más dolorosa que sea existir. No querían ser olvidados y un paso en falso la lleva al vacío más profundo.

Oscuridad y nada más, un mar de lágrimas y sangre purificados en el dolor, la amargura y la tristeza deambulo sombre aquellas aguas, hundiéndose cada vez que avanza...ahogándose sin hacerlo...experimentando la sensación del miedo vivo.

Pero en aquel pequeño trance mientras vuelve a cerrar los ojos mientras va sucumbiendo ante el terror se haya en aquel lugar, tendida sobre el trigo y observando como otros se mueven al compás del viento veraniego observa a lo lejos una entidad muy misteriosa. Posada en el horizonte y vistiendo de blanco total se queda bajo la sombra de un vetusto roble haya en la lejanía, contemplando el ocaso magnífico que hay en el cielo, como si el mismo sol ardiera en fuego y la llamarada de su cuerpo consumiéndose tiñera un aura naranja sobre su cabeza cayendo sobre las aguas de un océano totalmente azul.

Sus pasos son sigilosos mientras obvia las vestiduras que ha tomado. Las yemas de sus dedos extendidos sobre la superficie del campo dorado se pasean por las cebadas y los trigos que se mueven junto al viento, una brisa abrumadora como espectacular. Estando a tan escasos pasos de la entidad se detiene al escuchar su voz.

Una voz tan amable, tan gentil... Tan varonil y sereno como lo demostraba su porte pacífico; los rizos dorados de su cabellera se movían lentamente mientras el viento se fundía con el barullo del mar, las hojas de aquel árbol de un hermoso verde caían e iban en dirección al mar donde se perdían.

—Aun no es tu tiempo... Lucha por vivir, vuestro destino todavía se escribe...aun tenéis la oportunidad de remediar aquello que tanto te aterra...persiste, no te rindas, la esperanza conducirá tu mano para acabar con él. —seguridad en su voz, motivación en sus palabras. En ningún momento volteo a verla aun cuando se moría de hacerlo.—Tu momento no ha llegado aún.

Con la mirada fija en el océano azul no dedico siquiera un instante en verla, ni por curiosidad por el rabillo de sus hermosos ojos cuyos orbes celestes añoraban volver a ver a su pequeña hecha mujer. Había suplicado a los cielos para que no lograse quedarse a su lado, había implorado que se le diera otra oportunidad para vivir. Había pedido que condujera su vida para salvarla del tormento del miedo, había intercambiado su tiempo por la de ella. Un sacrificio que nuevamente estaba dispuesto a dar aun siendo aquella su oportunidad, aun siendo aquello su sueño hecho realidad.

Cayendo rendida sobre aquella superficie vuelve a despertar estando en el mismo sendero, aquella luz parpadeante la guiaba hasta una puerta más halla de la visión que tuvo. Una de acero donde la perilla álgida quemaba su piel al mínimo contacto, gritos y suplicas se oían dentro llenando su corazón de miedo, aquella misma oscuridad que la envolvió con anterioridad.

Aquella llama, aquella flama azul se adentraba en su ser atravez de su pecho, un fuego que no quema, no lástima ni hiere. Alimentaba a su ser de esperanza, la llenaba de valor y serenidad pero ante todo aquello sobresalía la fe. Aquel fuego le dio la suficiente fuerza de voluntad para abrir aquella puerta donde los lamentos desgarradores se hacían más y más audibles llegando al origen de los mismos. El mayor de sus temores, la réplica de sus pesadillas estaba ahí. Recordando las viejas heridas que sanan pero dejan cicatrices imborrables. Un cuerpo puede sanar pero un alma difícilmente puede hacerlo.

Frente suyo y con una sonrisa desquiciada lo ve a él, el que alguna vez estuvo sobre ella, quien puso sus manos sobre su cuerpo para hacerla perfecta, aquel inocente que la sociedad corrompió, que el hombre mismo torció y moldeo a su gusto usándolo como un peón y un arma mortal. Fue fuerte volverse a ver en aquella situación, sentir a perfección lo que pasaba, recordar el dolor, sentirlo a perfección sobre sus cicatrices.

Pero entre aquello surgen voces en su cabeza, diversas que parecen preocupadas y asustadas y más de una parecía histérica. Suplicas de quienes han presenciado algo hórrido y lágrimas, sollozos de quien ha perdido lo que más amaba. Son muchas y entre ellas resalta una, no por que le resulta completamente extraña sino porque le transmite algo que acompleja a su corazón.

❮❝Despierta por favor, vuelve a verme como lo hacias hace poco, no te duermas...no me dejes...please, don't leave me alone...❞❯


❮Aveces hay que ver las cosas de otro modo, la muerte es otra oportunidad de existir, una etapa en donde tu primer cuerpo sucumbe al cambio más enigmático de todos. El florecimiento de tu alma.❯


Callada, las voces mueren poco a poco al igual que los gritos de su realidad, acercándose a pasos temerosos se observa a si misma pavorosa y aferrándose al hilo entre la vida y la muerte, una delgada linea que no esta dispuesta a pasar hasta que aquella "yo" se para banda en sangre y la mira con detenimiento soltando una simple palabra que le devuelve a la realidad.

—¡Despierta!.—con la voz quebrantada y el rostro de color carmín grita con su ultimo aliento antes de desaparecer en la oscuridad.

—Madre!.—exclama exaltado Tel Aviv mientras la felicidad de ver nuevamente a su madre consciente lo invade.

Nuevamente al principio, solo con un único detalle incriptado en su sueño, palabras que no son más que advertencias de lo que resulta inevitable. Así ha sido escrito y así se hará su voluntad, la voluntad del destino.


Su vida se escribe conforme así lo designo el destino. Prontamente sabría la identidad de aquel que conoció en su inconsciencia.







Premonición, no puedes cambiar aquello que ya ha sido escrito para ti. Tu vida ya ha sido trazada y sólo queda seguir aquel camino.

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