30
Sehun llevaba una hora dando vueltas en la cama porque no conseguía dormirse. Se levanto fue entonces para mirar el reloj, se tropezó con la alfombrilla y se cayo al suelo, causando un gran estrepito. Despertó a Valeria que se había quedado a dormir en su casa.
―Sehun, ¿Qué pasa?―encendió la luz y encontró a su amigo tumbado con los ojos brillosos y terriblemente pálido. ―Ven vuelve a la cama...―lo estaba ayudando a incorporarse, pero le faltaban fuerzas.
―Me tropecé con esta maldita alfombra.
―¿Que te pasa? ¿Por qué lloras? ¿No consigues dormir?―Valeria estaba francamente preocupada.
Sehun hizo un gesto negativo con la cabeza, pero luego ya sin poder contenerse, rompió a llorar en los brazos de su amiga.
―Cielo, ¿Qué pasa? ¿Qué ocurre? ¿Te sientes mal? Estas tan pálido.
Pero Sehun no pudo responder. Empezó a temblar y enseguida se desplomo en los brazos de Valeria.
―¡Sehun, Sehun!
Valeria lo llamaba a gritos mientras trataba de arrastrar el cuerpo inconsciente hasta la cama, dándole suaves palmaditas en la cara para que despertara. Sin embargo, al ver que no daba señales de vida, empezó a preocuparse seriamente.
―¡Joo Young! ¡Dongwook! ¡Vengan aquí, pronto!
No podía salir corriendo a llamarlos. Estaba aplastada por el cuerpo de Sehun y le daba miedo dejarlo solo.
―¡Joo Young! ―grito aun mas fuerte entre lagrimas.―¡Dongwook! Por favor, vengan enseguida, esta mal...
Afortunadamente, pocos instantes después los padres de Sehun entraron a la habitación y la ayudaron a acostarlo enseguida en la cama.
―¿Que ha pasado? ―pregunto Dongwook
―No lo se... Me desperté y lo encontré en el suelo. Me dijo que se tropezó con la alfombra, luego se puso a llorar y se desmayo. No se lo que paso, yo estaba dormida. ―Valeria estaba alterada y no podía parar de sollozar.―Hagan algo, por favor, esta tan pálido, esta mal, muy mal...¡ayúdenlo , por favor!
Joo Young la tomo de la mano.
―No te preocupes, cariño, ahora estamos nosotros. Mi marido sabe que hacer. Tu ahora ven conmigo a la cocina. Vamos a beber un buen vaso de agua, estas demasiado alterada.
―¿E Sehun? No podemos dejarlo aquí...
―Dongwook se ocupa de el. El ya sabe que hay que hacer, tranquilízate. Ven, vamos.
Mientras bajaban las escaleras, Valeria no dijo nada. Cuando llegaron a la cocina se puso de nuevo a hacer preguntas.
―¿Que ocurre? ¿Por qué se desmayo? Estaba blanco como un papel...
―Es una historia larga. En cuanto te hayas calmado, te lo contare todo. Pero ahora bebe y respira profundamente.
Joo Young le tendió un vaso de agua, y cuando la chica se hubo calmado le explico la situación.
―Tienes que estar a lado de mi hijo, necesita la ayuda de todos nosotros. Te quiere mucho, y tu paciencia va a resultarle indispensable.
Valeria no conseguía comprender, estaba asustada y preocupada, y tenia la impresión de que le ocultaban algo. En ese preciso instante entro Dongwook angustiado.
―Llame a una ambulancia. Sehun sigue sin recuperar la conciencia y ya no se que hace. ¡Llegaran dentro de un momento! Luego volvió corriendo al lado de su hijo.
Valeria se puso a llorar de nuevo.
―¿Me quieren explicar que esta ocurriendo? ¿Qué es lo que tiene Sehun? ¿Le pasa algo?
Joo Young preocupada por todos los medios de disimular su preocupación por su hijo, pero temía mucho por su vida.
―Valeria, escúchame, es mejor que te quedes aquí. Dongwook y yo iremos al hospital con Sehun. Después te lo explicamos todo, ¿de acuerdo?
La chica se limito a asentir y justo en ese momento oyó que se acercaba una ambulancia. Joo Young corrió a abrir la verja y rápidamente la luz roja intermitente de la ambulancia invadió todo el jardín y la entrada de la casa.
En pocos minutos, los hombres de urgencias colocaron a Sehun en una camilla y se lo llevaron con sus padres, dejando a Valeria en casa llena de dudas y miedos.
¿Qué estaba pasando? ¿Qué tenia Sehun? ¿Por qué no se recuperaba? Tenia la cabeza llena de interrogantes.
Espero toda la noche en la cocina, y ya era pleno día cuando por fin pudo volver a abrazar a su amigo. Era el mismo de siempre, quizá solo un poco mas pálido, pero aparentemente con buena salud.
―Cielo, ¿Cómo te encuentras? ―exclamo Valeria estrechándolo con fuerza.
―Ahora estoy bien...―Sehun esbozo una pequeña sonrisa.
―Y muy cansado, tiene que descansar un poco. ―le dijo Dongwook sosteniendo a su hijo.
Valeria asintió y lo vio subir las escaleras, ayudado por su padre. Joo Young la cogió de la mano y la llevo al sofá, donde se sentaron juntas. La abrazo con fuerza y empezó a llorar como una niña. Valeria no entendía nada, quería consolar a aquella mujer, que siempre le había parecido muy fuerte y valiente, mientras ahora parecía de repente débil y frágil. No sabia que hacer ni que decir, lo único que le salió con naturalidad fue pasarle la mano por el hombro para que supiera que podía contar con ella para cualquier cosa.
―¡Perdóname, lo siento, no creía que pudiese hundirme así! ―dijo Joo Young cuando hubo recobrado la calma mientras se secaba los ojos con un pañuelo.
―No se preocupe.
―Creo que ha llegado el momento de decirte cual es el estado de salud de Sehun. Pero tengo que pedirte que seas fuerte, porque lo que voy a contarte no es agradable. Es muy importante que estes a su lado. Te quiere mucho, te considera como una hermana mayo, y para nosotros eres una mas de la familia.
A medida que Joo Young hablaba de la enfermedad de Sehun, las crisis, de los médicos, de los hospitales, de los tratamientos que habían probado, Valeria no quería dar crédito a sus oídos. Tras cada palabra sentía una espantosa punzada en el corazón, no soportaba lo que oía. ¿Por que todas las personas a las que quería tenían que siempre dejarla? ¿Por qué un pobre e inocente chico tenia que ser condenado a muerte tan joven?. Se sintió tremendamente pequeña ante el enorme drama que le había tocado aquella familia. ¿Cómo iba a despedirse del que se había convertido su mejor amigo? ¿Cómo iba a conseguir estar con el, sabiendo que tenia los días contados? ¿Cómo iba a poder seguir siendo la Valeria de siempre, ahora que conocía el triste destino de Sehun?
―Los médicos dijeron que estamos cerca de la fase terminal y que pronto será necesario internarlo, porque tendrán que monitorearlo para asegurarse de que todas sus constantes siguen normales, pero si no se encuentra un corazón cuanto antes... ―dijo Dongwook, que acababa de llegar ala sala. No pudo terminar la frase, porque ahora el también estaba sollozando.
Valeria de pronto sintió que estaba de mas, y pensó que era mejor marcharse y regresar mas tarde, cuando Sehun se hubiese despertado. Los Oh's no trataron de retenerla: los dos estaban cansados, la noche en el hospital había sido extenuante, y la angustia todavía los atenazaba.
Decidieron descansar un poco. Dongwook se echo en el sofá y Joo Young subió a acostarse al lado de Sehun, en el sitio que hasta hace pocas horas ocupaba Valeria. De esa manera podrían afrontar enseguida cualquier eventualidad.
Durante un instante trato de imaginarse que habría pasado si Valeria no habría estado con su hijo esa noche y comprendió que ya no podía dejarlo sol, ni siquiera un momento. Sehun dormía tranquilo. Joo Young se arrodillo a los pies de la cama y empezó a rezar. Pidió morir ella en lugar de su hijo. Tenia la terrible sensación de que no conseguirían salvarlo y sabia que su vida dejaría de tener sentido.
Se levanto, le dio un suave beso en la mejilla y se metió bajo las cobijas, pero no dejo ni siquiera un instante de observar aquella figura tan débil y hermosa.
Solamente cuando lo vio que abría los ojos pudo por fin encontrar un poco de serenidad. Habían pasado varias horas, y no se había dado cuenta. Estaba tan abstraída recorriendo, día a día, toda la historia de su hijo, que no había advertido el paso del tiempo.
―¿Como te sientes? ―le pregunto.
―Bien, pero no consigo recordar lo que ocurrió.
―No tiene importancia.
―¿Donde esta Valeria?
―Se fue a su casa. ¿Quieres que la llame?
Sehun asintió. Joo Young se levanto para llamar a Valeria por teléfono. Pocos instantes después sonó el timbre y Valeria aprecio enseguida en la habitación, se sentó en la cama y se puso a acariciar dulcemente los cabellos de su amigo. Joo Young prefirió dejarlos solos y bajo al salón para desahogarse un poco con su marido.
―¡Me dejaste preocupadísima! ¡No lo vuelvas hacer! Casi me da un infarto. ―dijo Valeria con los ojos brillantes. Sehun le sonrió y luego sin mirarla a la cara le pregunto:
―¿Mi madre te lo conto?
Valeria asintió. Siguieron unos segundos en silencio.
―Saldrás de esta, estoy segura.
―Esa noche creí que me moría. Fue horrible.
―Ya paso, no pensemos mas en ello, ¿de acuerdo? ―propuso Valeria, que no sabia que decir. ―¡Tu madre me conto que la primera palabra que pronunciaste, despues de recuperar el sentido, fue Lay!
Sehun se ruborizo.
―¿En serio?
―Dime la verdad: ¿es por lo de tu enfermedad por lo que lo has alejado de ti?
Sehun no respondió, y Valeria comprendió que había dado en el clavo.
―¿Porque has decidido privarte de la felicidad? Sabes perfectamente que estas enamorado de ese chico? ¿Por qué no le permites que este a tu lado, ahora que mas lo necesites? ¿Qué sentido tiene que decidas por los dos? ¡Así solo están mal los dos! ¿Por que no le dices lo que pasa y dejas que decida el? Descuida: si no quiere, el mismo te dirá que no. Pero, ¡no puedes tratarlo así, y además sin ninguna explicación! ¿Cómo crees que pueda sentirse? Alejar a las personas a las que quieres no te ayudara a ti ni a ellas. Lo pasaran de todas formas mal sin ti. Es mas, se sentirán traicionadas por que no has considerado dignas de conocer la verdad. Y tendrán mala conciencia por no haber estado a tu lado como hubieran querido.
Los ojos de Sehun se llenaron de lagrimas.
―Sehun, hazme caso. ¡Y no me salgas con que te da miedo que este contigo solo por compasión, sabes mejor que yo que no es de esos! No lo conozco, pero por lo que me has contado estoy segura de que lo que mas desea en el mundo es poder estar cerca de ti, en lo bueno y lo malo. Así que piénsalo, antes de que sea demasiado tarde.
La ultima frase helo la sangre de las venas de ambos. ¿Cómo se puede pensar que es demasiado tarde a los veintidós años?
Es terriblemente cruel e injusto, pero la cruda verdad.
Valeria abrazo con fuerza a su amigo y le enjuago las lagrimas.
―No te preocupes, estoy contigo. Nunca te dejare solo, te lo juro,
Luego, sonriéndole, le apretó las manos, para animar a su amigo y a si misma, y en ese contacto el miedo a la enfermedad y a la muerte se esfumo, vencido por la fuerza de la amistad.
N/A
Otro capitulo mas, que lo disfruten. Disculpa por los errores.
Desde ahora tratare de poner gifs al principio de la historia. Llegamos al capitulo 30! A ver esta cuantos capítulos llegamos; aunque esto ya esta por terminar pronto así como el curso de los chicos en la historia.
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