13

Al atardecer del dia siguiente, mientras la familia Oh se hallaba reunida en el salón―mirando la televisión, otro leyendo el periódico  y otra sencillamente disfrutando de la presencia en la casa de su hijo y su marido ―, sonó el timbre, e Sehun, tras abrir la puerta, se encontró enfrente de su primera amistad italiana. 

―¡Por fin!―la reconoció enseguida por la minuciosa descripción que le habia hecho su padre―. ¡Tu debes ser Valeria! No veía la hora de conocerte. ¡Pero pasa, que fuera hace un frío espantoso!

Valeria asintió y un poco cohibida entró en la casa. Le tendio a Sehun que habia preparado el dia anterior y conoció a Oh Joo Young, que entretanto habia salido a recibirla al vestíbulo como buena anfitriona.  

―¡Mamá, mira lo que trajo Valeria! 

―No hacia falta que te molestaras―dijo Joo Young sorprendida. 

―Si no fue ninguna molestia, me encanta preparar postres. 

En realidad era la primera vez que preparaba esa tarta y únicamente se decía "¡Ojala que este, no digo rica, al menos pasable!"

Madre e hijo la hicieron pasar a la sala, donde la dejaron en compañía del señor Oh, y fueron a la cocina a preparar un te caliente, que luego tomaron todos juntos alegremente, y felicitaron a Valeria, que puede que mintiendo un poco, por lo bueno que estaba el postre. Despues de cuatro frases los dos chicos ya habian roto el hielo.

Más tarde Sehun la invitó a subir al segundo piso, a su habitacion, para conocerse mejor y charlar lejos de ojos y oídos indiscretos. 

―¡Vaya, que maravilla, felicidades! Es una habitacion preciosa. 

―Gracias, pero el buen gusto en la decoración no es mio. Cuando llegue ya me lo encontre todo asi. 

Sehun era un chico sencillo y le encantaba que los demás se sintieran a gusto a su lado. Mientras hablaba, se descalzo y se tumbo en la cama, invitando a Valeria que hiciera lo mismo. 

―¿Como te encuentras aquí? ¿Extrañas mucho tu ciudad? 

―Bueno, veras, todavia no he salido de casa y, aparte de ti, no he conocido a nadie. Asi que ahora siento mucha nostalgia de Corea, pero estoy seguro de que con el tiempo me acostumbre al cambio. 

―Si quieres, una de estas tardes te llevaré a dar una vuelta por la ciudad con mis amigos. Asi te presento a gente, ¿no?

Sehun asintió, feliz y Valeria prosiguió: 

 ―Pero dime, ¿como es que se trasladaron a Italia?

―Por motivos de trabajo de mi padre. ¡Si hubiera sido por mi, nunca me habría movido de Corea! Pero tuve que seguir a mi familia. 

―Me imagino que has tenido que dejar a muchas personas queridas...

Sehun asintió con una expresión de amargura en el rostro. Valeria continuo: 

 ―Pero ahora el telefono e internet impiden que notes la distancia. Siempre se encuentra una forma de mantener el contacto con los demás.  Si las relaciones son solidas, la distancia no puede estropearlas, ¿no crees?

Sehun no respondió, pero sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas. 

―¿Me meti en lo que no debía? Lo siento, en serio, no queria herirte...

―No, descuida. ¡Solo estaba pensando en un chico que decía que me queria, pero desde que me fui de Corea no se ha dignado a mandarme un siempre SMS! La última vez que hable con él fue el dia antes de venir. Intente contactarlo desde el aeropuerto y de nuevo al llegar a Italia, pero no me respondió. Desde hace cuatro dia no tengo noticias suyas. Además, cada vez que lo llamo su telefono esta fuera de cobertura o no responde. Le he mandado miles de mensajes: no da ninguna señal de vida. Creo que lo nuestro se acabo. ¡Y yo solo pensaba que era el amor de mi vida! Tienes razón, si las relaciones son sólidas, si hay auténtico cariño, la lejanía no pude destruir nada. Solo puede hacerte mas fuerte. Sin duda, en esta historia sólo yo veía algo auténtico y fuerte. ¡Que tonto fui!

―Lo  siento... Pero desgraciadamente, muchas veces los chicos son asi―Valeria estaba bastante enojada y se desahogaba con la inocente almohada que estrechaba entre los brazos. ―¡Yo tambien salia hasta hace poco tiempo con un tipo que parecía el principe azul, todo mimos y atenciones, y al final resultó que no era mas que un cabron al que le gustaba pasarla bien con las prostitutas! 

 ―¿En serio? ¡Es horrible!

―Al principio la pasé muy mal, pero ya me hice a la idea . Si aceptas un consejo, no te fíes de los chicos italianos: están hechos en serie, todos están cortados con el mismo patrón. ¡Todos son iguales, todos son unos cabrones!   

A Sehun le dio risa la exclamación de su amiga, pero la recrimino: 

―No puedes meter a todos en el mismo saco. Comprendo que habrás sufrido mucho, peor estoy seguro de que algun dia encontraremos a un chico que sabrá cicatrizar las heridas que nos han dejado los otros. 

―¡Baja  de las nubes, cariño!  Deje de creer en esas cosas hace mucho tiempo. 

―Entonces, ¿no crees en el amor? ¿Y eso? 

―Si creo en el amor, lo único que pasa es que no tengo mucha confianza en los chicos. ¡Son malos bichos! 

―Si no confías en los chicos, ¿como crees que podrás enamorarte de nuevo? 

Siguieron unos minutos de silencio. Valeria volvió un momento con el corazón y con la mente a su situacion familiar, luego respondió: 

―Puede que tengas razón. La verdad es que debo decir que al separarse mis padres comprendí que el amor no es mas que una gran ilusión. Todas las relaciones, hasta esas que parece que nunca pueden acabar, tarde o temprano se van a la basura. La gente quiere creer que ama y es amada solo porque siente la necesidad de aferrarse a algo, y al final resulta que una mujer llega hasta el extremo de anularse con tal de conservar sus ilusiones.  

―¿Te refieres a tu madre? 

Valeria asintió. 

―Pese a que sabia desde hacia un tiempo que mi padre la engañaba con otra , seguía viviendo con la esperanza de que un dia las cosas volverían a ser como antes. Pero lo cierto es que el amor termina no hay forma de hacerlo renacer. 

Sehun guardó silencio, realmente no sabia que decir, mientras Valeria proseguía: 

―Hasta que un dia mi padre salió y nunca volvió. Mi madre estuvo angustiada días enteros , pensando que le habia pasado algo malo, pero un tiempo despues descubrio que habia huido a Francia con su amante. Desde entonces no hemos vuelto a tener noticias de el. Para mi madre fue un duro golpe pero al final lo superó y rehizo su vida. Ahora tiene un nuevo compañero con el que vive en el sur. Hablamos a menudo pero de todas formas la extraño. La verdad es que me gustaría que estuviese aquí, aunque para ella es demasiado vivir en Cecina en la casa en la que pasó días felices con mi padre. Por eso prefiero sufrir un poco, pero lo menos se que ella es feliz.Nunca podria pedirle que volviera, despues de todo lo que ha pasado. 

―¿Y no puedes irte con ella? 

―A lo mejor algun dia, cuando mi hermano esté situado. Pero si me fuera ahora, no habría nadie que lo cuidara. 

―¡Que buena eres! ―Sehun tenia los ojos brillantes y se sorbía la nariz. 

―Casi un año despues de que mi padre se marchara conocí a mi ex-novio el unico que me hizo olvidar mis problemas. Pero despues descubri lo que hacia todas las veces que yo no estaba con el.  En ese momento decidí que nunca volvería a enamorarme de nadie. No necesito un chico, estoy bien sola, mejor dicho, estoy mucho mejor sola. 

Mientras hablaba, Valeria mantenía la cabeza gacha para ocultar su rostro enrojecido por el esfuerzo de contener las lágrimas. Jugueteaba con las orlas de la almohada que habia encontrado sobre la cama, tratando de que su tono fuera bajo y distante, casi como si aquella historia no tuviera nada que ver con ella. 

Sehun comprendió que Valeria debía de haber sufrido mucho en la vida. La habian traicionado varias veces, primero sus padres y luego su chico. 

―Apuesto a que te hare cambiar de idea sobre el amor. 

Sonriendo, le tomo la mano y lo obligó a mirarla a los ojos. Valeria tenía una expresión recelosa.

 ―Si insistes... ¡Pero te advierto que no será fácil! Soy muy terca y muy adulta para creer todavia en los cuentos de hadas. 

Sehun asintió sin responder nada, abrazándola con fuerza. 

―¡Todavía no te conozco y ya te adoro! 

A Valeria la dejo estupefacta esa muestra de cariño y guardó silencio. 

―Te prometo que a partir de ahora te cuidare y te defenderé de todo el mundo. No permitiré que nadie te vuelva a hacer daño. Seré tu guardaespaldas, tu angel de la guardia―le dijo Sehun con cara seria. 

―¡No hace falta! Se defenderme sola, ya he aprendido a hacerlo. En cambio, me parece  que tu todavia tienes que pasar por muchas cosas...

Sehun comprendió que nunca habia sido tan consciente de su buena suerte; el nunca habia tenido esa clase de problemas, nunca habia lo habian traicionado. La vida siempre habia sido generosa con el, brindándole todo lo que podía desear. Aun no podia imaginarse que era precisamente lo mas valioso, la salud, lo que le estaba negando. No podía saber como iban a ir las cosas, no podía prever cuanto iba a necesitar y cuan valiosa iba a hacerle esa amistad de Valeria. La vida es asi, revela a cada instante los secretos que guarda. Solo hay que esperar. Tener paciencia y esperar. 

―Será mejor que me vaya. Mi hermano no tardará en volver y no le dije que iba a salir. Se preocupara si no me encuentra en casa. 

A la vez que se levantaba de la cama Valeria dejo en su sitio la pobre almohada que le habia servido de desahogo. 

―Claro, te acompaño a la puerta. 

Sehun se levanto tambien y, tras calzarse, acompaño a Valeria hasta la planta baja. Valeria se detuvo en el salon para despedirse de los Oh, quienes le pidieron que se quedara a cenas con su hermano. Ella rechazo la invitacion amablemente diciendo que lo mas seguro era que estuviese muy cansado y que no tenia ganas de compañía esa noche. 

―Quizás en otra ocasión.―dijo agradecida. 

―Mil gracias por la tarta y por los buenos consejos. Me encanto hablar contigo. ¡Estoy seguro de que nos haremos grandes amigos. 

―Lo espero de verdad. 

―¡Estoy convencido!

Valeria sonrio y, tras despedirse nuevamente, se alejó por el camino. Sehun espero a que la muchacha hubiera cerrado la verja tras de si para cerrar la puerta de casa. Luego fue a la sala para charlar con su madre. 

Despues de cenar, solo en su habitacion, vio su celular por enésima vez con la esperanza de encontrarse con un mensaje, aunque solo fuera una llamada perdida, que le hubiese saber que el seguia pensando en el y que no lo habia olvidado. Pero tuvo el enésimo desengaño y cuando tras muchos titubeos decidió llamar hizo un amargo descubrimiento: una amable voz femenina informaba que el numero ya no estaba disponible. Preso del desconsuelo y la decepción, tiro el celular al suelo y penso en las palabras de Valeria. Pensó en cuanta razon tenia su amiga; el habia creido en aquella historia, lo habia querido, se habia entregado a el en cuerpo y alma, por primera vez. Con el habia vivido momentos mágicos. Le habia dicho que lo queria y ahora se había deshecho de el como si fuese un juguete viejo que ya no sirve para nada, sin darle una explicación siquiera. 

Como en un cruel juego de manos había desaparecido en la nada, dejándolo solo con un vacio en el alma, 

"Quizás sea verdad, tal vez el amor no existe, no es mas que una ilusión..."

De golpe se levantó de la cama, fue al dormitorio de su padre y tomo el telefono inalámbrico. Regreso a su habitacion y llamo a Baekhyun para desahogarse, porque tal vez el, su mejor amigo desde que iba al jardín de niños, pudiera consolarlo. 

Juntos formaban una extraña pareja. El con una estatura alta; Baekhyun, justo lo contrario un poco bajito con un pelo muy suave y castaño. Sin embargo, algo tienen en común; los dos estaban enamorados del mismo chico. La diferencia reside en que Baekhyun estaba perfectamente al corriente de eso e Sehun no. 

Ya se sabe, la mentira tiene las patas muy cortas. No hay motivo que te haga sentir la necesidad de contar la verdad. La sientes y punto. Tal vez porque tienes la conciencia tan sucia que no eres capaz de seguir asi, entonces la cuentas. A veces te escondes detrás del auricular de un telefono, porque es mas facil, porque no te deja mirar al otro lado a los ojos. Si ademas los separan muchos kilómetros, tanto mejor. 

Y esperas que el otro te absuelva de tus pecados. Esperas que te comprenda. Lo cuentas todo de un tirón, cuentas lo que ha pasado, tratas de explicarle, dices lo que sientes. Que lo sientes un montón, que no pudiste evitarlo. 

Sehun no hablaba. Contenía la respiración. Estaba pálido. El corazon latia a mil por hora mientras escuchaba la voz de Baekhyun, quien entre lágrimas, le pedía perdón por todas las mentiras, por todos los embustes, por todas las veces que se habian visto a escondidas, por las veces que lo habia traicionado, porque ahora el le habia dicho que lo queria y el lo necesitaba descargar su conciencia, despues de lo que habia hecho a su mejor amigo. A su ex mejor amigo. 

Finalizada la llamada, entre gritos y llantos, amenazas y desconsuelo, Sehun saco del cajón del escritorio su pequeño diario. Lo abrió y con rabia empezó a arrancar las hojas una por una. 

Ahora comprendía como debía sentirse Valeria: traicionado, humillado, ofendido y espantosamente herido. 

¡Su mejor amigo! ¡Lo habia traicionado con su mejor amigo! Que solo ahora se atrevía a confesar. Llevaban juntos desde hace meses, y el se habia callado todo ese tiempo. ¿Y el? El nunca habia dicho nada , nunca se habia atrevido. Sencillamente habia desaparecido. 

Las veces que Sehun le habia contado a Baekhyun sus dudas, sus miedos, las veces que le habia llorado en su hombro por el temor de que las sospechas que albergaba sobre el estuviesen finalizadas...¿Y el? lo consolaba, lo reconfortaba, le decía que no fuera tan paranoico. ¡Que valor! Y fingía ser su amigo. 

Lo tiro todo a la basura, y luego la basura al suelo. Se metió bajo las cobijas, prometiendose no volverá a enamorarse nunca de nadie. Incapaz de reaccionar. Incapaz de creérselo, de imaginarselo, con ese dolor desgarrador en el corazón que le quitaba la respiración, el hambre, el sueño, las ganas de vivir, dejándolo abatido y postrado.

De un solo golpe habia perdido a dos personas a las que habia querido, pero ahora habia aprendido la leccion. Nunca volvería a dejar que nadie le hiriera de esa manera, porque era verdad, como decía Valeria "todos los chicos son iguales, todos son unos cabrones, y no vale la pena perder el tiempo con ellos. ¡No existe el amor, no existe la amistad, no existe nada! La gente cree amar y ser amada . La gente se engaña. La gente da asco. El mundo da asco" Su vida daba asco. 

Se levantó por un pañuelo de papel y un vaso de agua, para calmarse, pero se apodero de el una sensacion extraña. Las piernas le flaqueaban ya no la sujetaban. La habitacion daba vueltas y se le nublaba la vista. Tenía un sudor frío, le parecía que se quedaba sin aliento. Trato de agarrarse a la pared para no caerse al suelo, pero no tenía fuerzas en los brazos. Aunque abrió la boca para pedir ayuda no pudo emitir siquiera un débil sonido. Luego, de repente, la oscuridad. 

Entretanto, Joo Young habia ido a su dormitorio para llamar por telefono. Al no encontrar el telefono inalámbrico, fue a buscarlo a la habitacion de su hijo. A su lado, esparcidos por el suelo, vio pedazos de las páginas arrancadas de su diario . Inmediatamente, como les pasa a las madres, comprendió que habia pasado. Sin dejarse llevar por el pánico, llamo a su marido, que fue corriendo al piso de arriba. 

―¿Que paso? 

―¡Sehun ha vuelto a desmayarse! 

Joo Young trataba de levantarlo del suelo y de echarlo sobre la cama con la ayuda de su marido. 

―Voy por las sales. Tu quedate con el. 

Joo Young corrió escaleras abajo. 

Dongwook estrechó con fuerza contra su pecho a su hijo, que seguía sin conocimiento, y empezó a llorar. Cada vez estaba peor. No quedaba mucho tiempo, habia que darse prisa, encontrar un corazón nuevo. Tenía que salvarle la vida, incluso a costa de arrancarse el suyo. 

―¡Ya estoy aquí! 

Joo Young habia vuelto. Dongwook se enjugó los ojos y se levanto de la cama para hacerle sitio al lado de su  hijo.

Sehun no tardó en recobrarse. Cuando hubo pasado lo peor, los dos lanzaron un suspiro de alivio.

Joo Young se quedo toda la noche en la habitacion de su hijo para cerciorarse de que no volvía a ponerse mal y para tranquilizarlo. No hacia mas que repetirle que todo estaba bien y que no habia nada de que preocuparse. Pero en su fuero interno, aunque no se atrevía a confesarlo, albergaba la atroz sospecha de que la expresión desesperada y la extraña actitud de su marido eran síntomas de una realidad mucho peor. Tenía la sensación de que estaba a punto de ocurrir algo horrible. 































N/A 

Espero y les guste! 











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