13
— ¡Izquierda!
El grito de la fémina distrae durante unos segundos al chico de piel pálida, el cual mira en la dirección indicada. Acción que ella aprovecha para correr a sus espaldas y utilizar su habilidad para crear un pequeño camino y pisar sobre algunas cajas. Se movió como el viento, mientras una tela la seguía por detrás.
Una hoja hecha de la misma tela cortó el espacio e irrumpió en los pies de (T/n), la cual nuevamente uso su habilidad para evitar dicho ataque. Ahora estaba colgada del techo y se balanceaba cual péndulo, buscando acercarse a su objetivo y tomando impulso al pisar desde una de las paredes.
— Akutagawa — una voz masculina interrumpió en la escena. La puerta del lugar se abrió, mostrando a un joven de baja estatura y cabellos rojizos.
El ejecutivo ingresó al lugar sin pensarlo mucho, dejando entrar a su vez mucha más luz de la que ya había en aquel almacén. La sombra de la joven desapareció tan rápido como se había formado, dejándola sin algo para sostenerse.
— Chuuya-san — saludó Akutagawa con una reverencia, a la vez que un pequeño chillido llamaba la atención de ambos. El ruido seco de un cuerpo cayendo se escuchó y ambos se miraron brevemente confundidos.
(T/n) estaba recostada en el suelo, detrás de algunas cajas de madera. El ejecutivo no se había percatado de su presencia antes y se maldecia un poco por haber entrado sin pensarlo mucho. Y bueno, la (T/c/d/p) también lo maldecia dentro suyo.
— ¡Oye! ¡¿Estas bien?! — Chuuya se acercó rápidamente a la joven, la cual por suerte pura había logrado frenar un poco su caída.
— Lo estoy, Chuuya-san — habló con tranquilidad, a pesar de que su espalda dolía como el infierno. Pero no podía quejarse en absoluto ni recriminarle, ya que el Nakahara era su superior.
Si hubiera sido una persona de un rango inferior la del error, seguramente se hubiera llevado un buen golpe en la cara.
— Espero no haber interrumpido algo importante — Manifestó el de ojos azules. (T/n) cerró los ojos con fuerza, conteniendose para no soltar un comentario sarcástico. La adolescente prefería quedarse callada.
Chuuya Nakahara no era alguien para jugar. Él era un importante ejecutivo y manejaba una habilidad de lo más poderosa. Y, sin contar que, era la clase de persona que podía romperte la cabeza sólo de una patada, sin necesidad de utilizar su control de la gravedad.
— No tiene de que preocuparse, sólo era un entrenamiento — habló, poniéndose de pie y apresurandose a hacer una reverencia, lo cual fue demasiado incómodo y ciertamente, doloroso, por el reciente golpe. Ella sentía con desagrado su piel lastimada estirandose.
— Entiendo — soltó el mafioso sin darle más vueltas al asunto. Una tos comenzó a escucharse de repente, ambos voltearon a ver al dueño de esta.
— ¿Qué es lo que lo trae por aquí, Chuuya-san? — Akutagawa tomó la palabra. (T/n) los observó con un poco de curiosidad mientras se cruzaba de brazos. Acababa de percatarse de que el Ejecutivo traía un sobre de papel en una de sus manos.
— El jefe me pidió que los felicitara "Personalmente" por su trabajo — Manifestó el más bajo. Los más jóvenes se miraron entre si, quizás un poco confundidos por la situación —. Han mejorado mucho este último año y los progresos son visibles, subirán de rango seguramente. Pero antes, se les recomendará una nueva misión, más importante que las que han realizado anteriormente.
— ¿De qué se trata? — Preguntó el azabache, cubriendo un poco su boca para evitar toser otra vez.
— Infiltración. En unos días les estaremos dando los detalles — declaró el Nakahara. Sus manos se dirigieron hacia el sobre que traía y sacó algo de estos —. Mientras tanto, aquí está su pago. Incrementó un poco en comparación al mes anterior. Al parecer su último trabajo les ha traído frutos...
— Muchas gracias — hablaron ambos al unísono, mientras hacían una reverencia y recibían el cheque que les correspondía.
— Y no es necesario que se exijan tanto — advirtió con un poco más de seriedad —. Ambos lucen enfermos. Sobretodo tu, Akutagawa. Ve a revisarte esa tos.
— Lo haré.
— Bueno, eso era todo lo que tenía que decir — expresó el mayor, dándose la vuelta para disponerse a salir — ¡Y ya vayan a casa!
Cuando Chuuya se fué, ambos adolescentes se miraron mutuamente. Estaban un poco confusos y, en parte, agotados por toda la situacion.
— ¿Quieres... terminar con el entrenamiento? — Preguntó (T/n), rompiendo el silencio incómodo.
— ¿Porqué te caiste? — interrogó él, después de volver a toser un poco.
— Sólo quería tomar impulso — confesó ella, avergonzada. La fría mirada del contrario la analizó unos momentos, ella desvió los ojos. Ryunosuke a veces le parecía alguien raro, como una especie de reptiliano —. Ya sabes...
— ¿Impulso para que?
— Para patearte — susurró ella. Los ojos grises de su compañero se abrieron más de lo común, ante lo cual, rió nerviosa —. Sólo era un entrenamiento, ¿Sabes? Rashomõn lo hubiera impedido de cualquier forma.
— Claro — murmuró con seriedad. La (T/c/d/p) tenía ganas de salir corriendo tan sólo de ver su expresión de muerto. Pero sabía lo que debía hacer.
— ¡Bueno! La barrera de Rashomõn es impenetrable. Necesitaba una buena estrategia, aunque quizás no hubiera funcionado, tu habilidad es demasiado fuerte — expuso. Sentía que sus mejillas estaban ardiendo. Decirle eso al contrario había sido la mejor decisión que pudo tomar por culpa de la presión del momento.
— Esta bien. Terminemos el entrenamiento por hoy. — Cuando escuchó esas palabras, la adolescente no pudo evitar sentir algo de alivio. Su espalda ya estaba lo suficientemente adolorida y no quería terminar cortada a la mitad. O al menos con una cicatriz que abarcara la mitad de su cuerpo.
Ambos se dirigieron a la oficina nuevamente, sin intercambiar palabra alguna durante el corto recorrido. Aunque a Akutagawa le había molestado un poco saber que su compañera quería patearlo, simplemente ya no le importaba. Todo lo contrario con (T/n), la cual aún estaba incomoda por haberle confesado eso.
Ambos entraron al lugar sin meditarlo demasiado. La fémina se acercó a su mochila; la cual estaba sobre uno de los sofás; y sacó una botella de agua.
— Ah, ¿Te llevarás el libro? — Le preguntó al contrario, mientras desenroscaba la tapa para retirarla.
Un par de libros, tanto de inglés como de japonés básico, reposaban en orden sobre la mesa del lugar. Un pequeño suspiro escapó de los labios de la menor, mientras decidía entre sí llevarse uno de los libros de japonés o no. Aunque realmente estaba segura de que aunque lo hiciera, ni siquiera se dignaria a tocarlo en todo lo que restaba del día.
— Aún me falta mucho para entenderlo. No tiene caso si no estás para explicarme — señaló el azabache con clara apatía. La (T/c/d/p) bebió de la botella sin pensarlo mucho, mientras miraba de reojo a su acompañante, el cual al parecer analizaba sus acciones con atención.
— ¿Chuuya-san dijo que podiamos retirarnos por hoy, verdad? — Preguntó con algo de desinterés. Akutagawa asintió, con las manos en los bolsillos y sin despegar la mirada de su compañera, la cual ya comenzaba a sentirse disgustada —. Oye... si quieres algo de agua, sólo dímelo. No soy tacaña — añadió, mientras extendía la botella abierta hacia él. Akutagawa recibió dicho objeto sin pensarlo demasiado y desviando su mirada — eso sí, tienes que limpiarla primero o al menos servirte en un vaso distinto. Supongo que hay algunos en la alacena de la esquina. Realmente espero que sigan allí y nadie los haya movido, ya que hace mucho los usamos.
— Si — respondió sin más y tomó directamente de la botella, casi ignorando las indicaciones de su compañera. (T/n) tenía ganas de concluir con la patada que había dejado a medias en el entrenamiento de ese día, pero se calló nuevamente.
Parecía que todo el día no había hecho más que quedarse callada y con cara de pocos amigos. Y aunque tenía ganas de reclamarle sus acciones al muchacho de cabello con puntas blancas, no lo hizo en ningún momento. ¿La razón? La conversación que habían tenido el día anterior.
"Soy débil a tus ojos"— Esas palabras resonaron un poco por su mente y la habían dejado pensando demasiado. La misma joven a la que le importaba ya bastante poco lo que le ocurriera al mundo, seguía pensativa por todo eso.
¿Como era posible que alguien como Akutagawa fuera siquiera capaz de pensar que era "Debil"? Además, ¿Acaso tenían la confianza para decir eso? ¿Eran amigos después de todo? No lo sabía, sólo actuaba con tranquilidad y sin decir nada. Estaba demasiado confundida y no quería confrontarlo. Eran pocas las veces en las que realmente sentía que Akutagawa podía abrirse al menos un poco más con ella.
— Quédate con la botella, no tengo problema — habló, mientras recogía su abrigo (El cual dejó durante el entrenamiento) y se lo colocaba, restandole atención a todo el asunto. No le pediría la botella de regreso a Akutagawa, le preocupaba un poco enfermarse al igual que él.
Acomodó sus pertenencias durante un par de minutos y se colgó la mochila sobre la espalda. Procedió a sacudir un poco su ropa para limpiarla. La caída había hecho que se ensuciara un poco. Y el color negro no era precisamente de lo más discreto frente al polvo.
— Iré a comer algo — anunció, tras acabar con sus asuntos y acercándose un poco al de menor estatura, llamando su atención — ¿Quieres venir? Yo invito.
— ¿A donde? — interrogó el de piel palida con algo de confusión. Ella suspiró con algo de frustración nuevamente.
— A comer — repitió con algo de obviedad —. Hay una cafetería en una calle contigua y pues... sólo se me ocurrió de repente — mintió. Había meditado demasiado acerca de si proponerle eso o no. Desde la tarde anterior, tenía ganas de hablar con su compañero y conocerlo un poco mejor. Quizás no se trataba más que de preocupación misma.
— Esta bien — habló resignado tras toser un poco más. Ella se sintió un poco aliviada, pues sabía que lo más probable sería que él rechazara su invitación sin pensarlo mucho.
Pero no, la había aceptado.
— Vamos — indicó mientras emprendida paso y salía por la puerta del lugar. Volteó unos segundos para mirar a su compañero, y al verlo con esa mirada tan estoica e imperturbable, tomó de su manga con algo de suavidad y comenzó a caminar.
Akutagawa aún seguía siendo un poco más bajo que ella, seguramente aquel chico a sus 17 años media tan sólo 1.65, pero había crecido considerablemente el último año a comparación de ella que tenía exactamente el mismo tamaño. Además, él ya había superado a Nakahara Chuuya, eso era lo que (T/n) había notado al menos.
Y bueno, ver como ella lo guiaba cual niño pequeño y lo sostenía de la manga, podía incluso dar la impresión de que él era el menor de ambos. Y para ser honestos, la joven incluso llegaba a verlo en ocasiones como alguien a quien debía de cuidar. Aunque Ryunosuke le daba miedo en ocasiones y se notaba que era mucho más maduro en muchos aspectos, ella estaba comenzando a desarrollar una preocupación particular por él.
La cafetería no quedaba para nada lejos, tal y como ella había dicho. Ambos ingresaron y tomaron asiento en una de las mesas. Una camarera se acercó a ellos y tomó sus pedidos para después retirarse. Todo parecía bastante tranquilo hasta ese momento. Pero las dudas seguían rondando en la cabeza de la fémina.
— Oye, ¿Ya fuiste a visitar a un medico? Ya sabes, por la tos... — Preguntó, tratando de iniciar una plática con su acompañante.
— No realmente — respondió con claro desinterés. Ella agachó la mirada con algo de frustración. Aún conociendo a Akutagawa, sabía que la mejor manera de hacerlo reaccionar (O al menos la mejor que se le ocurria) era molestarle. Pero ese día realmente no tenía muchas ganas de hacerlo. Un suspiro escapó de sus labios. Quizás (T/n) también tenía que confesar algo o llevarlo a conversación si quería conocer más acerca de él.
— ¿Sabes? Eres la persona más complicada que he conocido nunca — susurró mientras jugaba un poco con una servilleta —. Eres extraño de leer, nunca había conocido a alguien así. Pero no me malinterpretes, no es algo raro para mí.
— ¿Y porque lo dices?
— Vivo con un miedo constante de que las personas se enojen conmigo. Que me desprecien o consideren que no aporto nada a sus vidas. Creo que es por todo lo que pase por mi habilidad — confesó, mientras seguía moviendo la servilleta a uno y otro lado, formando algunas figuras —. Aunque no lo demuestre, sé que necesitaba aprobación desde niña. Pero ahora es distinto, como si nada de eso importara realmente — continuó, aún con la mirada baja y una pequeña sonrisa de melancolía — ¿Sabes lo que es buscar aprobación de alguien más? Tu lo entiendes, ¿Verdad?
— ... — Akutagawa se contuvo de decir algo por unos segundos — si. Lo sé.
— Bueno... Es por eso que se me hacía un poco fácil leer a otras personas, todo con el afán de mantenerlas contentas — su mirada aún seguía al movimiento de sus manos con atención. Por su parte, el azabache ahora tenía la mirada fija en la chica —. Deje de hacerlo cuando llegue a Yokohama. Nunca tuve una aprobación real de parte de alguien más, es por eso que me harté de intentarlo. Aún puedo sentir un poco el estado emocional de las personas, a pesar de que lo oculten, pero nunca aprendí a como reaccionar con claridad ante los sentimientos de otros.
— Ya veo — aunque no lo había demostrado, Ryunosuke había llegado a estar realmente interesado en esas palabras. Si su compañera realmente podía sentir las emociones de otros, ¿Podía llegar a describirlas? ¿Podría descifrar las suyas propias? — ¿Y puedes llegar a saberlo con certeza?
— A veces con el silencio y las palabras basta. Incluso con la respiración o la postura de las personas — admitió, levantando la mirada y ocultando sus manos debajo de la mesa —. Realmente es fácil en ocasiones, y creo que es algo que todos saben hacer de alguna manera. Pero a raíz de saber acerca del estado de ánimo de otros, llegas a sentir algo tu mismo. Y más de una vez me he llegado a preguntar si en verdad es correcto sentirme o reaccionar de ciertas maneras. Pero... — sus ojos se dirigieron hacia las orbes grises del contrario — tu eres diferente. Me causas mucha curiosidad, sobretodo porque tus emociones parecen difusas. Pero no eres una persona que simplemente no las posea — añadió. Ella quería saber, saber más de la única persona con la que podía llegar a hablar en esa condenada ciudad. Necesitaba confirmar si realmente Akutagawa era bueno ocultandose o, simplemente, no conocía ciertos sentimientos.
— Entonces de lo que estás hablando...
— Perdón si te parezco entrometida, pero... ¿Alguna vez sentiste felicidad? ¿Tristeza? ¿Afecto? ¿Miedo? ¿Amor? — concluyó. Los ojos del chico se abrieron un poco más de lo usual.
— ¿Felicidad? — repitió con algo de incredulidad a pesar de su rostro serio. La joven asintió lentamente con la cabeza —... ¿Tú lo sentiste alguna vez?
— B-bueno, si — titubeó un poco —. Aunque a veces no puedo diferenciarla, sé que alguna vez la sentí. ¿Tú nunca te sentiste así, Ryunosuke?
— No lo sé — confirmó. Las dudas de la joven finalmente se aclararon más. Él realmente no había llegado a sentir algo asi ¿Toda su vida había sido un martirio? Sólo de pensarlo, la empatía comenzaba a aflorar y (T/n) no podía evitar sentir algo de consternación dentro suyo.
Incluso hubo ocasiones en las que veía a Aki o Kazuo sonreír o sentirse felices a pesar de todo lo que estaban pasando. Al igual que pudo presenciar momentos parecidos con Oda, aún con toda la serenidad que usualmente él portaba en el rostro ¿Porqué Akutagawa no? Sólo podía tratarse de un verdadero infierno en la vida misma, ¿Y que podía hacer ella?
— Aquí están sus órdenes — la voz de la camarera interrumpió sus pensamientos. La joven agradeció con una pequeña sonrisa, mientras el contrario agradecía con usual inexpresividad.
— Perdón si te molesté. Estaba un poco aburrida — murmuró ella repentinamente, a la vez que Akutagawa tomaba la azucarera de la mesa y la acercaba a su taza de té.
— Fue interesante ¿Siempre haces esa clase de interrogatorios a otras personas? — habló, colocando cuatro terrones de azúcar dentro de la taza, a la vez que la muchacha seguía cada una de sus acciones con la mirada.
— Digamos que no es algo usual, nunca hice algo así antes — dijo con una pequeño risita —. Por cierto, ¿No es eso demasiado azúcar? Pensé que no gustabas mucho de las cosas dulces.
— Si. Es un residuo de aquellos días en los que el azúcar escaseaba — la chica sonrió un poco, a la vez que su corazón se estremeció brevemente —. Donde crecí, el azúcar era algo bastante valioso.
— Y dímelo a mi. Kazuo y Aki están obsesionados con el azúcar y las cosas dulces, sobretodo los chocolates. — su sonrisa se torció un poco, llenándose de melancolía —. Aunque yo tambien pase por esas necesidades más de una vez ... sé que no me comparo con las personas de ahí, el barrio mortero.
— Habían batallas por un cuaderno y un lápiz, era algo bastante común — contó él, observando la curiosa mirada de la chica —. Es algo que la gente común no entiende… Pero el papel y lápiz era algo por lo que se competía mucho más que por la carne o el azúcar. Sólo cuando escribía algo en papel, podía ser el hombre más libre del mundo. Era una lucha. Incluso los niños que no sabían escribir anhelaban hacerlo.
— Eso es algo de lo que no tenía idea que hacían ahí — confesó ella, escuchando con atención aquellas palabras y tomando su propia taza de té, sorbiendo un poco. Ella no le había fechado azúcar en absoluto —. Libertad de escribir algo... realmente no lo comprendí hasta que me encerraron. Esa sensacion de poder plasmar algo en un simple papel, después de todo, es indescriptible. Son cosas pequeñas que llegue a entender cuando deje de poseerlas — suspiró, con un pequeño temblor en los hombros.
— Dales unos a esos niños. Es lo mejor que puedes hacer por ellos — comentó el azabache, para después hacer lo mismo que ella y beber un poco de la taza de té.
Aunque (T/n) realmente no lo sabía, Akutagawa había llegado a sentir algo más ese día. Como si hubiera descubierto algo en ella, algo que realmente no había experimentado muchas veces. Tenía confianza en sus palabras, por primera vez había llegado a hablar de esa manera con una persona.
Hasta ese momento, ¿Quién era él además de un perro rabioso o un demonio sin emociones? Era demasiado extraño para Ryunosuke sentirse comprendido y escuchado por alguien, nunca lo había experimentado en realidad. Nadie jamás se había atrevido al menos a preguntarle si realmente podía sentir algo.
[ . . . ]
[ . . . ]
Lo único que se lograba escuchar en aquella habitación de hotel, eran los ronquidos del par de niños, los cuales yacían profundamente dormidos en las camas contiguas.
(T/n) suspiró por lo bajo. El reloj ya casi marcaba la 1:00 AM y ella no podía lograr dormir aún. Estaba un poco preocupada por la situación del par de chiquillos a los que cuidaba. No sabía que sería de ellos, y lo más probable es que ambos quisieran regresar al barrio mortero apenas Kazuo se terminara de recuperar.
¿Si ella les daba los medios necesarios, ellos vivirían con mucha más tranquilidad ahí? No lo sabía en realidad y simplemente no quería dejarlos ir. Pero tampoco podía llevarlos con ella. No era tan egoísta como para arriesgar la vida de ambos.
De unos audífonos cubrían sus oídos, salía un poco de música. A pesar de eso, su mente no se distraía del asunto y aún lo abordaba una y otra vez.
Repentinamente, sintió una vibración proveniente de su teléfono.
— "¿Estas despierta?" — La (T/c/d/p) leyó el mensaje, sabiendo de quien se trataba. Ryunosuke nunca le escribía más que por razones de trabajo estrictamente. Y que le enviara un mensaje a esa hora, era extremadamente raro para ella.
A pesar de haber servido juntos a la mafia por más de un año, (T/n) aun no lo conocía del todo. Y, de alguna manera, esa pequeña acción le brindó una enorme calidez en el pecho. Le agradaba que Akutagawa poco a poco estuviera comenzando a abrirse más hacia ella.
— "Lo estoy. Buenos dias"
El reloj marcaba la 1:05 de la madrugada.
[ . . . ]
[ . . . ]
"Las sombras se arrastran
Y el deseo se hace más fuerte
Y más profundo que la verdad"
[ . . . ]
___________________
Holi ❤
Si, efectivamente tarde otro mes más en actualizar. Un desastre, lo sé.
Espero que el capítulo de hoy les haya agradado. Últimamente me está dando un bloqueo tremendo y me cuesta un poco escribir.
No lo sé, siento que no transmito todo lo que pretendo. Pero seguiré practicando para mejorar un poco más.
Bueno, Bueno, al caso.
¡Tenemos Wan! Para enero del 2021! No puedo esperar para ver todas esas interacciones entre los personajes. Además, Akutagawa se ve super tierno 💖
Y cambiando de tema...
⚠️ALERTA DE SPOILER DEL MANGA⚠️
A ver, ando muy asustada acerca de lo que le puede ocurrirle a Aku. Honestamente creo que si va a sobrevivir a la pelea con Fukuchi, siento que Asagiri no es la clase de autor que esté muy dispuesto a matar personajes y personalmente, no creo que comienze con Akutagawa.
(Digo, veamos lo que ocurrió con Gogol y Kunikida)
Así que, seguramente tendremos al Sin-cejas por un poco más de tiempo.
Sin embargo, lo realmente preocupante es su enfermedad ¿Si entendemos que ni siquiera Gin lo sabía? Actualmente Atsushi es el único que está consciente de la situación.
- Abro cadena de oración para que se recupere -
Y también con este tema...
Están amenazando a Asagiri en Twitter. Mucha gente no entiende que él es el autor y tiene todo el derecho de matar a quien quiera si lo ve conveniente para su obra, ademas, está realizando un trabajo excelente con su manga.
E insisto: No hay justificación para acosarlo de esa manera.
Chale, yo pensando que el fandom de BSD era uno de los menos tóxicos ;;
...
Ok, eso fue todo por hoy. Hasta la próxima ❤✨
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