Luego de semanas encerrado en aislamiento total, la mente de Hate finalmente colapsó bajo el peso de la obsesión enfermiza con la que aún añoraba a Nightmare y la traición. Una noche, se levantó como sonámbulo y salió de la guarida con la mirada perdida y febril. Caminó sin rumbo fijo durante horas, hasta que llegó a su destino, el nuevo hogar de su antiguo jefe.

Como si se tratara de algo esperado, Nightmare se encontraba despierto, viendo la mirada demacrada de su seguidor, además de la vista respecto a como se adentró en su casa, aquello no estaba nada bien y el negativo estaba molesto, muy irritado.

—Hate.—Dice con nada de sentir.—¿Qué haces aquí?—

—Vuelve... Te olvidaste de mi, ¿Recuerdas? Pero está bien, vine aquí.—

—No te olvidé, simplemente no te necesito.—

El silencio fue lo único que quedó, sentirlo fue horrible, pero ahora que lo escuchaba del mismo Nightmare... Era mil veces más doloroso.

—Pero... Yo era especial para ti.—Dio un paso adelante.

—Nunca fuiste nada más que un juguete.—Responde riendo vago. Se acerca unos pasos, acariciando con falsa simpatía a Hate en la mejilla.—¿O de verdad creíste que eras importante para mi?—

—...No es gracioso.—

—No es una broma, ya se acabó tu tiempo de utilidad.—El agarre en su mentón se hizo fuerte para luego soltarlo cual basura. Le dio la espalda y comenzó a caminar, ignorando su presencia.

—¡Espera!—Hate lo agarra de su chaqueta y se arrodilla desesperado.—Por favor, seré útil, puedo hacer lo que quieras, aún sirvo.—

Con una mueca de asco, Nightmare lo aleja de una patada, frunciendo el ceño mientras le miraba de arriba a abajo con desagrado.

—Ya no te necesito.—Deja en claro.

—¡Pero yo a ti si!—Se vuelve a aferrar.—Por favor, por favor, haré lo que sea.—

—...¿Lo que sea?—Pregunta Nightmare, una sonrisa torcida en su rostro.

Los ojos de Hate se iluminan, esperanza.

—Lo que sea.—Repite seguro.

—En ese caso...—El de un ojo se acerca y susurra.—Mátate.—Fue su orden antes de apartarse.

El agarre de Hate hacia el se afloja, su mirada queda perdida, aquello ocasiona una risa provenir de aquel ser descorazonado, ya no lo necesitaba, nunca fue más que una cosa detestable, ya tenía todo lo que quería, ese imbécil ahora era inútil.

Tan solo soltarle y abandonarle por un segundo fue suficiente para escuchar un ruido que llamó su atención.

Verlo sostener su pobre alma corrompida, su ser tan miserable roto entre sus propias manos, orgulloso cual pequeño animal mostrándole su presa capturada a su cuidador. 

Por el dolor no pudo decir palabra, pero Nightmare se imaginó lo que esperaba oír.

Claro que no se lo dio.

—Al fin haces algo bien.—

Y tanto su alma como el se volvieron polvo. Aquella pobre alma desdichada yendo a un descanso imposible de disfrutar.

Nightmare no se inmutó ni un poco, cerrando la puerta y limpiando aquellos restos, tirándolos a la basura como lo que eran: Desechos.

Después de todo, luego de usar algo, lo tiras.

En especial si es inútil.