Antasma se encontraba en su antiguo castillo (aunque estaba sucio y viejo) acostado en una cama vieja escondiendo de todos después del caos. Había logrado sobrevivir la derrota y de su propio muerte, la razón de que está aquí es quería olvidar lo que había hecho.

Dentro del castillo casi no tenía con que sobrevivir, no tenía comida ni agua, a veces le entraba la depresión sintiéndose culpable.

Se levantó de su cama para buscar algo de comer y agarro una capa que se fabricó para el mismo, aunque ya estaba arrugada y vieja igual sirve. Lo malo es que los ciudadanos podrían reconocer su cara y evitaba que alguien lo reconociera. La única persona que si le dejaba que lo reconociera es Dreambert, volvieron a ser amigos y hicieron las paces, aunque Dreambert empieza a sentir algo por el (cosa que Antasma aún no lo comprende y porque le pasa pero a él también sentía lo mismo), a veces el solía visitarlo para dar comida y agua, o también lo invita a su casa a pasar un rato o quedarse a dormir, pero tendrá que estar bien escondido para que la gente no lo reconociera.

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Antasma ya había llegado al mercado, casi no sabía actuar como una almohada pero al menos lo intentó. Dreambert le había regalado algo de dinero por si acaso y decidió usar el dinero para comprar algo de comer y de tomar.

Entro al mercado y vio todos los puestos de comida, fue hacia el puesto de frutas y compro una manzana, una sandía y agua. Después de pedirlo, las personas empiezan a juzgarlo y a reconocerlo.

—¿Qué hace aquí? ¿No debería estar muerto?—miro al conde algo furioso una almohada

—No lo sé, pero no sé porque Dreambert aún lo deja entrar al reino si el no es bienvenido aquí—dijo otra almohada con una expresión de asco

Al oír estos comentarios, se sentía ofendido y su expresión cambio a una expresión de tristeza, en realidad quería olvidar todo lo que hizo.

Cuando finalmente entregaron lo que pidió, uno de los trabajadores empezó a juzgarlo y decir comentarios que ofenden al conde.

Antasma pago y agradeció, pero al dar la vuelta, vio que varias almohadas aún estaba diciendo cosas, palabras como "Estorbo" "No eres bienvenido" "Ojalá que lo sacarán del reino" hizo que se sentía aún más ofendido con las ganas de llorar pero tuvo que aguantar.

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Llegó al castillo y dejo las cosas en la cocina, lo primero que hizo es quitar la capa y ir a su habitación a acostar en su cama. Antasma no lo pudo evitar pero empezó a llorar desconsoladamente, las palabras que le dijieron en la aldea de verdad le dolían, por eso es que casi no salía de su casa pero era por su bien para que pudiera sobrevivir el solo. Aumentó su llanto y se escuchaba el eco de el mismo llorando.

Cuando escucho una puerta abrirse, se hizo bolita en caso si era una almohada que quería lastimarlo, pero en lugar de eso sintió como un abrazo.

—Antasma, ¿Te encuentras bien?—pregunto el menor viendo a su amigo llorar abrazándolo

—¿Dreamfert?—miro al menor confuso

—El mismo, ¿Estabas llorando?—dijo quitando las lágrimas del mayor

—...N-No—mintio el mayor, a veces no le gustaba decir la verdad de la situación que sufría cada vez que entraba al reino y las palabras hirientes que le decían las personas

—Antasma, soy tu amigo, puedes decirme cualquier cosa, no pasa nada si estás llorando, si aún tienes las ganas de llorar, puedes hacerlo, igual te comprendo—dijo de manera amable abrazándolo fuertemente

Dreambert tenía razón, llorar no era malo y Antasma volvió a llorar, ya era hora de decirle la verdad al menor ya que siempre ha estado apoyando en algunas situaciones y le daba sabios consejos para relajarse.

—No entiendo... ¿Por qué las personas me juzgan? He camfiado pero ellos aún no confían en mi—dijo aún triste el mayor

—Te entiendo... A veces no es fácil hacer que las personas vuelvan a confiar en mí—respondio el menor apenado pero volvió a mirar al mayor—Pero aquí estoy por cualquier cosa—sonrío cuando terminó de decir

Antasma volvió a abrazar a Dreambert, pero en lugar de ser un largo abrazo, beso al príncipe en sus labios, Dreambert siguió el beso algo sonrojado, sus labios tenían un sabor a dulce, quería continuar pero por falta de aire se separaron.

—...—se quedó viendo a Antasma Dreambert sonrojado

—... Tenía qu- —No termino de decir pero Dreambert lo volvió a abrazarlo

—Te entiendo Antasma... Yo también pensaba hacerlo, pero no era muy bueno en el amor, esperaba que algún día sintieras lo mismo, yo... Estoy enamorado de tí

Antasma se sonrojo al oír las palabras de Dreambert, odiaba admitir pero también estaba enamorado de el, también era hora de confesar.

—Yo... Tamfién estoy enamorado de ti Dreamfert—respondio Antasma quitando las lágrimas que se le quedaron en el cachete y correspondió el abrazo

Dreambert separó del abrazo para entregar más comida y agua para el. Antasma decidió dormir un rato después de tener un día pésimo y Dreambert le puso una sábana que le había traído hace unos días y dejarlo descansar. Vio por última vez al mayor y se quedó dormido por completo, se acerco para darle un beso en su mejilla y se retiró para que pudiera descansar tranquilamente.

Llore al escribir eso ahr¿ :^