Capítulo Tercero
Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.
"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena
— ¿Tienes hambre, Sarada? — preguntó Sakura mientras apagaba la estufa.
— No realmente — respondió desanimada.
— Vamos, debes comer — sonriendo, colocó un plato lentejas y carne frente a ella — Hoy es un día importante, empieza tu entrenamiento oficial como Genin. ¿No estás feliz? —
— Supongo... —
Comían en silencio, cada una sumida en sus propias preocupaciones. Sakura tenía planes de salir temprano ese día del hospital, lo que suponía tener que avanzar todo el trabajo en poco tiempo. Sarada por su parte estaba preocupada respecto a su Dōjutsu y el hecho de que no lo comprendía del todo, más el no tener cerca a su padre para que le explicara esas cosas sólo aumentaba su frustración.
— Sarada... — interrumpió sus pensamientos la ojiverde — Esta tarde, Hinata nos ha invitado a compartir con ellos — no pudo reprimir un puchero, eso sólo significaba tener que soportar a Boruto aún después del entrenamiento — Quiere celebrar el logro de convertirse ustedes al convertirse en Genins, así que... —
— Muy bien — respondió a la par que tomaba sus utensilios para dejarlos en el lavaplatos — Trataré de volver a casa temprano entonces — tomó sus cosas y se dispuso a salir de su hogar.
— Itterasshai, Sarada —
Sin responderle a su madre, quien le despedía sonriente desde la puerta, corrió con premura hacia el campo de entrenamiento donde seguramente ya estaría reunido su equipo junto a su Sensei. La aldea estaba activa, muchos visitantes y equipos cumpliendo misiones, pero sobre todo veía familiares pasando tiempo de calidad al pasar.
No tardó demasiado en llegar hasta donde Konohamaru y los otros dos mantenían una amena conversación mientras la esperaban.
— Vamos Konohamaru-niichan, dime dattebasa — escuchó como se quejaba Boruto a la par que se acercaba.
— Agradecería que me llamaras Sensei mientras entrenamos, Kore... —
— Oh, ahí viene Sarada-chan — los tres se giraron en su dirección.
— Llegué tarde — menciono mientras llegaba hasta ellos y recuperaba el aliento — Gomen' —
— No pasa nada — le restó importancia el de ojos azules — Justo le preguntaba a Konohamaru-niichan por mi Okaa-san —
— ¿Ehh? — confundida ladeó su cabeza.
— Boruto quería saber cómo era la señora Uzumaki de joven — explicó Mitzuki — Aunque no puedo entender por qué no le pregunta a ella directamente —
"Tiene sentido" pensó la Uchiha. Hinata era su madre después de todo.
— Okaa-san no me dirá nada... ya lo he intentado — se quejó cual niño caprichoso — Además todos en la aldea solo hablan del viejo, sería bueno saber algo de ella —
— Si insistes... — suspiró Konohamaru — Te diré luego del entrenamiento — seguido de esto empezó a correr con dirección al bosque.
— ¡Eh... Espera Konohamaru-niichan! — corrió detrás de él mientras reclamaba a todo pulmón por su sucio truco.
— A veces se comportan como dos idiotas — agregó Mitzuki con una de sus típicas sonrisas adornando su cara.
— Creo que tienes razón — convino Sarada riendo se forma incómoda a la par que los veían alejarse.
— Deberíamos seguirlos, ¿no? —
— Hai — asintió con una mirada determinada, tomando posición para correr — ¡Vamos! —
●●●●
La tarde había caído, dando por terminada su sesión de entrenamiento. Había sido un desastre en un principio, pero después de ponerse serios, Konohamaru los había explotado a los tres con la excusa de mantenerlos en forma para las misiones futuras. Estaban cansados, sudorosos y hambrientos pero sobre todo satisfechos por los avances que habían hecho.
— ¡Ya quiero llegar a casa, dattebasa! — caminaban al mismo paso, el rubio con los brazos detrás de la cabeza en una pose relajada.
— Es raro verte tan animado —
— Bueno, Okaa-san preparará una cena especial hoy — luego de responder hizo una breve pausa — Por cierto Mitzuki, ¿vendrás? —
— Tengo cosas que hacer —
— Es una pena — agregó Sarada que hasta el momento había permanecido en silencio.
Caminaron varias esquinas más, hasta que al llegar a la entrada de la aldea, donde se despidieron del humanoide. Boruto y Sarada, por su parte, caminaron juntos entre risas hasta que sus caminos tuvieron que dividirse, cada quien debía ir a su hogar para prepararse.
— Nos vemos más tarde Sarada — se alejó de ella unos pasos mientras agitaba la mano — Toma un buen baño, apestas — no le dio tiempo a reaccionar cuando el rubio salió disparado a toda prisa.
— Kuso ̄ — murmuró mordaz, prometiéndose golpearlo cuando tuviera oportunidad.
Apresuró su andar hasta llegar a casa, donde su madre la esperaba lista para salir. La saludó de forma automática y sin esperar una respuesta de forma apropiada, entró a su habitación, se despojó de sus prendas y su equipo, para tomar un merecido y relajante baño. Esa vez en especial, tuvo sumo cuidado con las sales aromáticas a elegir. No quería creer que fuera por las palabras de Boruto, pero lo cierto era que su comentario había herido su orgullo. Decir que ella apestaba luego del entrenamiento le tocó las narices, por tal razón quería oler de forma distintiva esa noche.
Esas divagaciones la distraían de su verdadera preocupación: sus padres. Había demasiado misterio entre la relación que llevaban esos dos para poder ser considerado normal, Sasuke no estaba nunca en casa y su madre trataba de no mencionarlo demasiado. La curiosidad la carcomía, y las ganas de pasar tiempo con él poco a poco marcaban un vacío en su pecho que nadie más podía llenar. Ni siquiera el Hokage, quien era la representación del padre ideal, al menos para ella. Más de una vez había pensado cómo sería si Naruto fuera su padre en vez de Sasuke, pero rápidamente desechaba esos pensamientos, pues eran sumamente absurdos.
Salió del baño, cubrió su cuerpo con la bata y arregló una pequeña valija con las ropas que necesitaría para el día siguiente. Había quedado con Chōchō de pasar la noche en su hogar, así que antes de llegar a la residencia Uzumaki, pasaría por el clan Akimichi para dejar sus pertenencias. Tomó un vestido rojo con aberturas a los lados, muy parecido al que su madre utilizaba de niña, y lo acompañó con finos shorts negros. Se colocó su calzado y sus gafas, tomando todo lo necesario se reunió con su madre y juntas dejaron el lugar.
●●●●
— Yōkoso Sakura, Sarada-chan — sonrió como siempre — Gracias por venir —
Ambas, madre e hija, fueron recibidas por una feliz Hinata quien no demoró en conducirlas hasta la sala para después ir a la cocina y terminar de alistar lo que faltaba. La mesa se veía llena de deliciosos platillos, siendo ocupada por un hambriento Boruto y una entusiasmada Himawari, mientras que del techo colgaban algunas serpentinas. Sakura vio a su hija ir hasta la mesa y sentarse junto a Boruto, justo frente a Himawari, así que decidió darle una mano a su amiga.
— ¿Necesitas ayuda, Hinata? —
— Hai —
Hinata terminó de hornear una tarta, mientras ella se dedicaba a lavar pocos utensilios en el fregadero. Terminaron rápidamente y colocaron lo restante sobre la mesa. Sakura tomó asiento, y cuando Hinata pensaba hacer lo mismo la puerta de la casa fue abierta y posteriormente Naruto apareció en la sala luego de deslizar el shōji.
— ¡Tadaima! —
— Okaeri, pápa — Himawari corrió a los brazos de su padre mientras Boruto refunfuñaba, siendo recibida felizmente por él seguida de su madre.
La escena familiar se desarrollaba ante la atenta mirada de las visitantes, que se sentían fuera de lugar por el aura intima que había tomado es espacio que todos estaban compartiendo. En especial Sakura, que envidiaba de buena forma la situación, también quisiera darle la bienvenida a Sasuke a su hogar, llena de amor y felicidad junto a su retoño de negros ojos. Pensando en ella la observó, quien veía todo con anhelo.
Todos se sentaron a la mesa, estando el rubio a la cabeza, con su esposa del lado derecho y su hijo del lado izquierdo, frente a su mejor amiga quien estaba en el otro extremo. Dieron gracias por la comida, y entre risas y anécdotas disfrutaron del plato principal.
— ¡Esto está delicioso, dattebasa! — expresó el rubio alegré, con la mala suerte de empujar a Sarada en el proceso a quien hizo derramar su bebida.
— Eres un idiota, Boruto — ambos discutieron, ante la mirada divertida de todos.
— Hey ustedes dos, basta ya — Hinata rió mientras rellenaba el vaso de la pelinegra y limpiaba el desorden que su hijo había causado — Y deja de hablar con la boca llena, Boruto —
— Es mejor que escuches a tu madre — añadió Naruto con sorna, haciendo reír a todos.
La velada continuó sin más contratiempos, a la hora del postre hicieron un brindis y luego los niños tomaron lugar en el sofá donde se perdieron en el álbum de recuerdos familiar, mientras los adultos charlaban en la mesa. Sakura les contaba a ambos esposos sobre su día, los sucesos en el hospital y alguna que otra travesura por parte de Ino. Naruto hablaba de lo cansado de ser Hokage y todos los pormenores que sucedían diariamente, mientras Hinata observaba a ambos con tranquilidad. Así pasaron algunas horas, entre risas, chistes y una que otra anécdota vergonzosa, hasta que llegó la hora de partir prometiendo salir juntos una vez tuvieran la oportunidad.
— Gracias otra vez por invitarnos Hinata — en el marco de la puerta, Sakura se despedía de todos a la par que el rubio salía también junto a ellas.
— Gracias a ustedes por venir — miró a su esposo interrogante — Naruto-kun, ¿volverás a la oficina? —
— Gomen-na Hina, Shikamaru me necesita — tomó lugar junto a su amiga — Acompañaré a Sakura-chan y luego iré —
Vieron a la peliazul asentir, mientras los despedía junto a sus hijos, hasta que al salir a la calle los perdieron de vista. Caminaron en silencio unos minutos, hasta que el rubio hiperactivo notó que iban por la ruta equivocada.
— Eh... Sakura-chan. Este no es el camino a tu casa —
— Por supuesto — contestó, riendo por lo despistado que seguía siendo — Llevaré a Sarada con Chōchō, se quedará allí esta noche —
Con las cosas más claras, caminaron entre una plática casual mientras Sarada iba delante de ellos ignorándolos por completo. Naruto no era un genio, pero se dio cuenta que la hermosa ojiverde estaba afligida, o al menos eso le transmitían sus ojos. A pesar de eso, decidió preguntarle luego, cuando estuvieran solos y ella se sintiera lo suficientemente cómoda para compartirlo.
Dejaron a la pelinegra en su destino, y luego retomaron el camino a la residencia de la señora Uchiha quien parecía cada vez más triste. Al llegar hasta la puerta de entrada, el rubio no pudo contener más su preocupación.
— ¿Estás bien, Sakura-chan? —
— Claro que sí, ¿por qué no lo estaría? — Sakura abrió la puerta sin prestar atención — ¿Por qué no lo estaría?... — murmuró bajito mientras su fortaleza tambaleaba ante los ojos de su más entrañable amigo.
— ¿Sakura-chan? — Naruto se acercó más a ella, quien parecía estar en su propio mundo — ¡Sakura-chan! —
Cuando la pelirosa se dio cuenta, su cara era sostenida entre las manos del rubio quien limpiaba sus lágrimas. ¿Cuándo había empezado a llorar?, eso no lo sabía, pero justo ahora no podía parar. Todo lo que se había guardado por tanto tiempo explotó ante aquellos cálidos ojos azules, que la observaban con desconcierto.
Sin perder tiempo, Naruto la envolvió en un abrazo reconfortante, mientras ella descargaba su llanto contra su chaqueta. Estaba pasmado, Sakura era una mujer fuerte que había madurado con el pasar de los años y era para él muy raro verla llorar. No le gustaba, nunca le había gustado así que estaría con ella hasta que se calmara y pudiera contarle aquello que ponía su corazón en angustia. Decidió enviar un clon a la oficina hasta resolver aquella eventualidad, cerró la puerta y aún con ella en brazos se sentó en el sofá a esperar.
Lo que no sabía era que esa decisión marcaría el inicio de una aventura que ninguno de los dos esperaba. Esa noche, la atmósfera, la intimidad y viejos sentimientos aparecerían implacables; invitándolos a ambos a pecar.
Invitación que sin pensar demasiado, aceptaron.
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Kore = tic verbal de Konohamaru
Kuso ̄ = maldito
Yōkoso = Bienvenido/da
(Se utiliza Okaeri para los que llegan a su hogar)
No sé si me extrañaban pero aquí estoy de nuevo :3
Gracias por el apoyo (✿◠‿◠)
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