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Rápidamente la mascarilla del menor volvió a su posición inicial, tomando levemente cierta distancia entre ambos para evitar algún regaño o probablemente castigo, la mirada de San se dirigió directamente hacia su molesto compañero en el lugar.

—Young Jo, ¿Se puede saber que estás haciendo?— preguntó colocando sus manos en la cintura, tratando de lucir molesto mientras su ceño se fruncía.

—Solamente hago unos amigos— sonrió extensamente, podía decirse que dicha expresión se extendió por gran parte de su cara. Tenía una sonrisa deslumbrante, de esas que te contagian para luego hacerte sonreír también.

Dong Ju bufó, caminando hasta la salida pero siendo interceptado por Young Jo antes de hacerlo.

—Espera, aún no me dices tú nombre— murmuró. San lo tomo por el brazo alejándolo de mi aún más de lo que ya estábamos.

—Siempre a dos metros de distancia chicos— me miró a mí. —Tu más que nadie lo sabe, Dong Ju.

La cara de Young Jo se llenó de interés, ahora sabía su nombre. Dong Ju maldijo por lo bajo. Choi tomo la mano del menor para dirigirlo hasta su habitación puesto que la hora de sus medicinas había llegado.

Y Dong Ju no se perdía ninguna de ellas.

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