36| Night with friends

Chapter thirty-six;

Night with friends




































































— Hola — Dijo con voz baja intentando ser cauteloso.

La chica se dio la vuelta confundida, sacándose los walkman de sus orejas, y las palabras no salieron de su boca.

Era impresionante, como hasta en momentos como esos podían encontrarse en el otro. Tenían la misma mirada, la misma mirada desgastada, cansada y molesta. Algo triste para ojos tan lindos como los de ellos.

No esperaba verlo ahí, definitivamente no, no solo porque estuviera en la escuela, sino porque no creía volver a verlo. Diría que como si se hubiera olvidado de él, pero mentiría.

Muchas veces quiso hablar con él, pedir de su ayuda y apoyo, pero su corta valentía no la dejó. No quería ser una carga, a pesar de lo mucho que lo necesitaba.

— Hola — Respondió por igual y, por primera vez, las miradas de ambos se relajaron ante la presencia del otro.

— Sé que estás en clase, pero ¿podemos hablar? — Preguntó Andi mirando por segundos a los niños que pasaban por los pasillos.

Ella dudó — No lo sé, Andi. Estoy ocupada y.....

— Por favor, Max — Interrumpió suplicante mientras suspiraba.

Su mirada se veía tan apagada como la de ella, se daba cuenta porque odiaba verla en su propio espejo. Se preguntaba qué sería tan importante para querer hablar con ella, también para venir a la escuela.

No le gustaba que la molestaran, no le gustaba desde que comenzó con las pesadillas y los dolores de cabeza. Evitaba a Lucas, a parte de haber terminado su relación, y ya no se juntaba con sus amigos. Sin embargo, por alguna razón, no pudo decirle que no al mayor.

Asintió cabizbaja — Bueno — Aceptó sin decir más.

Los dos caminaron al lado del otro sin decir nada al respecto, queriendo llegar al patio de la escuela. Esquivaban a los adolescentes que corrían, reían y jugaban en los pasillos.

Andi sintió nostalgia. Extrañaba su vida antes de que todo este problema del Otro Lado y el portal apareciera. Extrañaba ser tan solo un adolescentes sin preocupaciones. Tan solo estudiar, que no era una tortura porque le gusta estudiar. Trabajar, que más que trabajar iba a hacer tonterías con Chloe. Boxear todo el tiempo y entrenar, ya no lo hacía tanto como antes, no se sentía en motivación y eso le ponía mal. Deprimirse deportivamente no es un problema que cualquiera pueda entender.

Quería volver a pasar tiempo con Nancy como solían hacerlo, con Nancy y Barb. Con Jonathan también, deseaba que volviera al igual que Will y Joyce. Lo único que cambiaría, sería haber conocido antes a Steve, aunque sabiendo como era en el pasado probablemente le hubiera despreciado.

Cuando llegaron al patio, algo lleno, se alejaron de la gente y tomaron asiento en unas escaleras que estaban bajo la sombra.

Andi mordía su labios inferior con fuerza sin saber muy bien como empezar la conversación sin incomodar a la menor. Y Max movía una de sus piernas de arriba a abajo con velocidad.

— ¿De qué querías hablar? — Preguntó impaciente.

Tomó una bocanada de aire y calló por unos segundos más — No me he.....estado sintiendo muy bien por varias semanas — Informó decaído. Hablaba con lentitud — Y yo....me enteré de que tu tampoco......Solo quiero saber si querías hablar.

Dejó de mirar al suelo para verla a ella, quien ya lo estaba viendo, y esperar a que dijera algo.

Se mantuvo callada por mucho tiempo, minutos diría Andi. A veces sus labios se separaban un poco como si estuviera a punto de hablar, pero nunca pronunciaba tales palabras.

Había muchas dudas en su cabeza. ¿Cómo se había enterado de que algo le pasaba? Lo más probable es que los chicos se lo hubieran dicho. Dijo que no estaba bien, hace varias semanas ya, y le preocupaba que pudiera pasarle lo mismo que a ella. Aunque realmente no lo creía, ¿sería coincidencia? Capaz solo estaba pensando demasiado.

Mierda.

Sus ojos se pusieron llorosos y apartó su mirada para que no pudiera verla. A penas cayó la primera lágrima la limpió con su mano.

Había tantas cosas que quería decir, pero no sabía por dónde empezar.

No dijo nada sobre la situación, simplemente se acercó al pelirrojo y lo abrazó por el torso siendo correspondida. Lágrimas ocultas que el mayor no podía ver, salieron.

— Puedes confiar en mi, Max.

Sus palabras quemaban ante la hipocresía. Le decía que podía hablar con él, que no era bueno guardarse las malas cosas, pero no seguía sus propios consejos. ¿Por qué lo hacía ver fácil para los demás cuando sabía que no lo era?

— Tal vez pueda ayudarte, zanahoria. Habla conmigo — Pidió corriendo el pelo del rostro de Max.

Negó con la cabeza varias veces — No puedo. No quiero hablar.

— Max, por favor — Intentó hablar pero lo interrumpió.

— ¡No! — Exclamó separándose, sus ojos algo rojizos de llorar — No insistas, Andi. No necesito ayuda. Necesito que dejen de tratarme como si fuera a romperme en cualquier momento.

Con el dolor en su pecho, se levantó y se marchó de ahí con rapidez para entrar a la escuela. Andi se puso de pie también y la siguió apurado, intentando llegar a ella, pero varias personas se metieron en su camino provocando que la cabellera pelirroja pronto se perdiera entre la multitud.

Suspiró y frenó su paso para mirar a su alrededor sin saber que hacer.

Se preocupaba por ella, quería saber que sucedía. ¿Acaso así se sentía Vicktor respecto a él? Tal vez debería de hablar con él.

Comenzó a caminar por los pasillos para poder llegar a la salida de la escuela, quería irse a casa. No podría dormir, pero al menos le gustaría estar descansando en su cama......Lastima que sabría que al llegar no estaría Steve para abrazarlo.

Su camino se detuvo al pasar por la puerta abierta de la cafetería. Cuantos recuerdos se vinieron a su mente al ver a todos. Igual de divididos que siempre, cada uno en su propio grupo y burbuja, pero siendo felices de esa manera.

Ciertas risas destacaban entre todos ellos, risas y gritos. Una cabellera roja que conocía a la perfección, otras dos ruludas y una rockera. Vicktor, Mike, Dustin y Eddie junto a los demás del club. Su hermano le había contado sobre el club al que se había unido a principio de clases. "Fuego infernal", un club en el que juegan D&D. Podía recordar lo mucho que le gustaba también cuando tenía sus edades, le seguía gustando, pero ya no tenía con quien jugar.

Todavía recordaba como conoció a Eddie, aunque como no hacerlo si no fue hace tanto tiempo, tal vez hace uno o dos meses. Fue para comprarle hierba, claro que hay personas que conectan en cualquier situación. Ellos se volvieron muy buenos amigos.

Cuando se enteró de que fue quien creó el club, no pudo estar más feliz de saber que una persona como Eddie cuidaba de Vick en la escuela. Que lo hacía sonreír con tan solo un juego y por sus estupideces. Eddie es una persona que si sabe como sacarte una tonta sonrisa.

Verlos felices y riendo le sacó una sonrisa, una que hace mucho no dejaba a la vista. Cualquiera que lo viera pensaría: "qué hermosa sonrisa". Era verdad, lo haría más seguido si pudiera.

Bajó su mirada al suelo con nostalgia, intentando borrar ese sentimiento que tanto odia. Pasó una mano por su cabello antes de alejarse de esa puerta y retomar su camino.

Evitó volver a perderse en sus pensamientos, pero de igual manera no podría siquiera intentarlo que unas voces lo interrumpieron.

— ¡Andi! — Gritó alguien y lo siguiente que sintió fue a alguien colgarse en su espalda cual koala.

Se quejó por la fuerza repentina y sostuvo las piernas de quien sea que estuviera arriba suyo. Una vez que se estabilizó, el rostro de Vicktor se asomó sobre su hombro con una gran sonrisa.

— ¡Saliste de casa! — Exclamó feliz y las comisuras de los labios de Ian subieron un poco.

— Si salgo de la casa — Contradijo frunciendo el ceño.

— Si, claro. Solo para trabajar — Dijo sarcástico.

El mayor dirigió su mirada al frente y pudo divisar a Mike y Dustin acercarse en su dirección. Ambos con sonrisas algo traviesas.

— ¡Hey, Andi! — Saludaron al mismo tiempo con extrema felicidad que extrañó al nombrado.

— Hola, chicos. Hace un montón no los veo — Saludó por igual.

— Exacto. Estamos muy feliz de verte después de tanto tiempo y es por eso que habíamos planeado algo para pasar el rato — Explicó Dustin con una gran sonrisa.

— ¿Pasar el rato? — Repitió con una mirada incrédula.

— Sí. Por supuesto. Con, eh, Dustin, habíamos planeado....aaamm — Mike hablaba de forma rápida y nerviosa, con una sonrisa también. Dustin hablaba también por sobre su amigo y se interrumpian entre sí pensando como pedírselo.

— ¡Chicos! — Llamó para que le prestaran atención ante sus balbuceos.

— ¿Sí? — Dijeron al mismo tiempo.

— Hablen o me iré — Amenazó.

— Queremos que juegues D&D con el club hoy a la noche — Pidió Vicktor de manera directa ante las estupideces que sus amigos decían.

— Diablos, no — Negó de inmediato y bajó a Vicktor de su espalda para intentar alejarse de allí.

El trío comenzó a seguirlo e intentar detenerlo para poder convencerlo de que acepte. Era su última opción, que de hecho no habían considerado hasta que lo vieron en la puerta de la cafetería.

— ¡Por favor! — Suplicó Dustin.

Vicktor se volvió a colgar de él, haciendo que se tambalee, y luego Dustin se subió encima de ellos dos haciendo que ahora sí terminaran los tres en el suelo. Mike los observaba divertido.

Y, aunque ellos no lo sabían, Eddie y Gareth se reían desde la otra punta del pasillo al verlos caerse.

Ambos habían ido, a pedido del mayor, para ver a Ian. Le llamó la atención que estuviera en la escuela sabiendo que se había graduado el año anterior. A parte, sabiendo como se encontraba estos últimos tiempos, no pensó verlo en otro lugar que no fuera en su propia casa.

— ¡No, chicos! — Exclamó intentando safarse de ellos.

— ¡Intercéptenlo! — Gritó Dustin y él junto a Vicktor se tiraron arriba del mayor.

— Vamos, Andi. Nos falta uno — Suplicó el de rulos al ver como quería soltarse de sus agarres estando aún los tres en el suelo. Todos los que pasaban a sus lados los miraban como si fueran bichos raros.

— ¡Dejénme, malditas cucarachas! — Mike rio divertido ante el insulto. Si tan solo tuviera una cámara en ese preciso momento.

— Tú mismo dijiste que extrañabas jugar, que hace mucho no jugabas. Por favor, juega con nosotros. Solo esta noche. A parte, Mike y yo tenemos el vuelo mañana. Pasa un último tiempo conmigo hasta que vuelva — Pidió Vick.

Se quedó analizando las palabras de su hermano. Lo extrañaría cuando se fuera, lo hizo todas la veces que fue a visitar a Will.

— Está bien — Aceptó y los tres festejaron.

Dustin se levantó de encima de él, al igual que Vicktor, y se pudo levantar finalmente del suelo.

— Espero que sea una buena campaña. Más les vale que ganemos — Amenazó y ellos asintieron sonrientes — Tengo que irme. Ve a casa luego, ¿está bien?

Vicktor asintió y él se despidió para alejarse de ellos y, por fin, poder hacer lo que hace un rato quería. Salir de la escuela.



















[....]


















— No sé por qué acepté esto — Dijo Andi sentándose al lado de su hermano.

Ya había llegado la hora de empezar la campaña. Y sinceramente esa era la única pregunta que rondaba por su mente. Hacía mucho tiempo no jugaba, le daba miedo estar algo oxidado.

Ya todos se encontraban en la mesa. La mayoría de allí lo conocía, los niños, Eddie y Gareth, y alguno que otro. Al rockero le sorprendió verlo allí, no sabía que el jugaba, pero le agradó la idea. A parte de que significaba pasar tiempo juntos haciendo algo que él amaba.

— Porque nos amas — Respondió Dustin a lo dicho. Lo miró con una ceja levantada y él borró su sonrisa.

— ¡Bien! — Exclamó Eddie golpeando la mesa con ambas palmas, inclinándose un poco sobre la mesa — Ahora a lo importante. Necesito saber todo sobre ti.

Andi tiró un poco hacia atrás su cabeza intentando recordar — Mi nombre es Hero Erdogan y soy un guerrero humano de magna intelecto y maestría. Nivel......¿Vicktor? — Le preguntó al menor al no recordar.

— Dieciocho — Respondió por él.

— Dieciocho — Repitió y todos se sorprendieron y comenzaron a hablarle en voz alta, pues dieciocho era un nivel bastante alto.

— Dieciocho — Dijo Eddie para él mismo mientras los demás volvían a callar — Un guerrero humano, ¿tendrás el valor de jugar hasta la muerte?

— Chicos, ¿acaso.... — Fingió olfatear — ....Eso huele a miedo? — Todos rieron ante la burla — El muchachote Eddie Munson tiene miedo de que lo derroten en su propio imperio.

En el rostro de Eddie apareció una sonrisa engreída ante su comentario.

— Tengo miedo de que comiences a llorar a media partida, pequeñin — Estiró su mano hacia el pelirrojo — ¿Aceptas, Hero Erdogan?

Andi miró su mano por unos segundos y luego la tomó con firmeza — Empecemos.

Podría decir que la partida inició con tranquilidad, pero claro que no era así, pues estaban jugando D&D, un mundo del juego. Comenzó divertida, todos siendo fuertes y ganando. Luchando por diferentes caminos pero siempre en equipo, derrotando a varios de los villanos provenientes del juego, pero algunos que otros saliendo lastimados.

Los gritos de todos se escuchaban, las quejas, los festejos y golpes. Claro que los gritos de Dustin lo dejaban sordo al tenerlo pegado a su lado, pero quien podría regañarlo, es un juego tan eufórico que provoca esa reacción en cualquier fanático.

Habían derrotado al mayor villano, Vecna. Sin embargo, tan solo creyeron porque luego volvió, todo siendo relatado por el mayor del grupo. El conflicto aquí era que había logrado matar a algunos del equipo, y lo que quedaban vivos estaba muy dañados. Tenían que decidir que hacer, así que, después de pedir tiempo afuera, allí estaban.

— Chicos, odio decirlo, pero tenemos que huir — Gareth fue el primero en hablar.

— ¿No dijimos "hasta la muerte"? — Preguntó Vicktor.

— No fue literal.

— Vecna nos liquidó. No podemos con dos jugadores.

— ¿Tú también? Solo le quedan quince puntos de vida. No sean cagones — Enfrentó Dustin.

— ¿Cagones? ¿En serio? ¿Por no ser disparatados? — Contradijo sarcástico Gareth.

— ¡Oigan! — Llamó Eddie y se dieron la vuelta para verlo — Si me permiten intervenir, caballeros. Aunque respeto la pasión, sería prudente que escucharan a Gareth el Grande. Huir no tiene nada de vergonzoso. No se hagan los héroes. Hoy no, ¿si?

Dustin levantó el dedo índice — Un segundo.

Todos se dieron la vuelta de nuevo — ¿Qué dices, Mike?

— ¿Cuántos puntos tienen tú y Hero Erdogan?

— Doce — Respondieron Andi y Dustin al mismo tiempo.

— Es arriesgadísimo. Pero son ustedes los que pelean. Es su decisión — Dijo Michael.

— ¿Qué dices, Hero Erdogan?

— Si voy a morir, al menos que sea yendo en el camino de la victoria — Dijo con firmeza el pelirrojo.

— Al diablo — Maldijo y miró a Eddie — Matemos a ese hijo de puta.

— Tienen una probabilidad en 20 — Informó uno del club.

— Nunca me digas las probabilidades. Dame el D20 — Pidió y el otro le lanzó el dado.

Esta parte era en serio importante, debían de ganar o todos morirían. No había otra opción. La importancia de que sacar un veinte en el dado era crucial para llegar a la victoria.

Sin embargo, la probabilidad bajó su porcentaje cuando a Dustin le salió un once en su dado. Era su turno y si no tenían suerte, ya sabían como terminaría.

Sostuvo el dado entre ambas manos y lo sacudió con la mirada concentrada. Todos igual de tensos por poder llegar a la victoria o a la muerte. Debían de ganar. Todo estaba en las manos de Andi.

Dejó caer el dado y este rodó por la mesa. Parecía que nunca llegaría a detenerse. El largo tramo que recorrió se sintió infinito ante la desesperación. Fue en cámara lenta, y pudieron ver como finalmente el dado se frenó en el número veinte. Habían ganado.

Un grito de felicidad salió automáticamente de él, al igual que los demás, y festejaron todos juntos. Ambos hermanos Andirzon abrazándose y junto a los demás también.

Por primera vez en mucho tiempo, la sonrisa que Andi tenía en el rostro era verdadera y feliz, una genuina sonrisa al igual que su risa. Ni siquiera se dio cuenta, solo sabía que estaba disfrutando del momento y se olvidó de todos sus problemas. Sin embargo, dos personas notaron la felicidad del chico. Eddie y Vicktor estaban feliz por la victoria y por la sonrisa de Ian. Aunque para ambos, su sonrisa ya era la victoria.

Después de todo, si valió la pena jugar. Tal vez así recuperaría a su hermano.


Hoy es meme time, porque no pude evitar hacer este meme de ustedes. No es de mala, pero me da gracia verlos sufrir JSKAJSKAWKW. Perdónenme.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top