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su día comenzaba a las seis horas; se levantaba de la cama y estiraba un poco sus extremidades logrando soltar crujidos de estas. acomodaba las mantas, almohadas y cojines que pudieran existir en la superficie lisa y suave, recogía aquellas figuras de felpa y polar que cayeron durante su estadía con morfeo.

bajaba las escaleras las cuales estaban al lado de su aburrida habitación; presionaba interruptores ayudándole a ver por donde caminaba hasta llegar a la cocina.

algunas veces se hacía batidos de plátano con chocolate, fresa o de otra fruta apta para hacerlos, aunque a veces optaba por tomar un simple vaso de leche fría.

nuevamente subía esas escaleras infernales que habían sido escenario de bastantes caídas y accidentes.

lavaba sus dientes y cara, acomodaba sus cabellos de manera en que no se alojarán en su rostro.

encendía la televisión con el fin de poner algo de música calmada y relajada.
tomaba su teléfono y buscaba aquella lista de ejercicios a realizar. comenzaba con un calentamiento eficaz para continuar con la rutina. algunos minutos después terminaba con una delgada capa de sudor en su frente.

sin perder tiempo, metía su cuerpo a la fría corriente del agua donde solamente se escuchaban canciones y las gotas estamparse en las frías baldosas.

lágrimas se escapaban inconscientemente de sus ojos viajando por sus pómulos, falleciendo en su barbilla. era inevitable que estás salieran, probablemente ocasionadas por todos los sentimientos y dolor acumulado.

esperaba pocos minutos bajo los ahora calientes chorros de agua.

secaba su cuerpo y cabello con delicadeza, miraba su cara en el espejo, esa que ya no expresaba nada más que vacío.

vestía de manera casual y despreocupada.

depositaba su cuerpo en esa fea y negra silla de escritorio con el propósito de hacer lo que no había terminado el día de ayer.

a eso de las diez tomaba un descanso, bajaba las escaleras con rapidez y tomaba lo que fuera, ya sea fruta o galletas.
seguía con sus deberes hasta las 18 horas.

prendía su celular mirando la hora que era, el porcentaje de batería al cien por ciento; las notificaciones de las aplicaciones que yacían en el aparato tecnológico.

entraba a su app de mensajería con una pequeña esperanza que se borraba al instante.

solamente esperaba un "hola"

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