━━━Extra II

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ꜱᴏʙʀᴇ ʟᴀ Úɴɪᴄᴀ ᴠᴇᴢ Qᴜᴇ ᴅᴀʀʟᴇɴᴇ ɪɴᴛᴇɴᴛÓ ᴄᴏQᴜᴇᴛᴇᴀʀ ᴄᴏɴ ᴘᴇʀᴄʏ

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━━━En algún momento del verano 2005
Después de recuperar el Rayo Maestro━━━

LEE

ERA LA HORA DEL ALMUERZO y había estado tranquilo últimamente. Dari tenía un plan que pensaba llevar a cabo hoy y miraba a Percy, que tragaba la comida como aspiradora, con ojos de halcón.

Para cuando terminamos, Percy se levantó estirándose con pereza cuando Dari se le atravesó en el camino.

Él la miró asombrado, y como no, si la payasa se había puesto un labial azul eléctrico que le resaltaba muchísimo contra la piel pálida.

—¿Qué tal? —dijo ella sonriendo—. Es nuevo.

—Es... interesante —respondió devolviendo el gesto—. Te queda genial.

Detrás de ellos, los demás campistas nos detuvimos entre risas y cuchicheos de conversación. Annabeth los miraba con el ceño fruncido, igual que mi hermano.

—Gracias. A mis compañeras de cabaña les pareció feo, pero a mí me pareció que sería divertido.

—Lo es.

—Además, sabe a piña —dijo sacando un brillo labial transparente y colocándolo sobre el azul—. He estado mezclándolo con este que sabe a coco, quería ver si era posible hacer que tenga sabor a piña colada. ¿Te gustaría probarlo?

No voy a mentir, nos quedamos helados. Era lo más atrevido que habíamos visto a Darlene hacer respecto a su más que evidente enamoramiento por Percy. Los Stolls la habían retado a hacerlo, y ella no se echaría atrás, sobre todo si había alguna posibilidad de obtener un buen resultado.

Percy hizo una mueca de desagrado.

—No, no me gusta la piña colada —dijo—, pero si a ti te gusta, seguro que quedará genial.

Dicho eso, se marchó sonriente.

Todos soltaron una carcajada, y entre burlas y besos que tiraron al aire al pasar a su lado, también se retiraron a seguir sus actividades.

Michael y yo nos acercamos, sintiéndonos mal por ella.

—Percy... no es la persona más avispada, Dari —comenté intentando hacerla sentir mejor.

—Ni tiene buen gusto —agregó Michael—, la piña colada es deliciosa.

Darlene respiró hondo y se mordió el labio para no gritar de frustración.

—¿Estás bien? —pregunté preocupado.

—Si me disculpan —dijo—, iré a mi cabaña a llorar hasta quedarme dormida.

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—Oye.

—¿Mmm?

Estábamos sentados en el coliseo, viendo a Darlene entrenar con la cabaña de Ares.

Clarisse se había tomado muy en serio lo de entrenarla en combate, y llevaba gran parte del verano dedicada a eso.

Ahora estaba supervisando esta clase con una sonrisa orgullosa, mientras la hija de Eros había tumbado a uno de los otros chicos Ares y lo estaba destrozando a puñetazos.

Era como ver a una piraña atacando a un elefante.

—¿Qué fue eso hoy en el comedor?

—¿Qué cosa?

—"Percy no tiene buen gusto, la piña colada es deliciosa" —repetí imitando la voz de Michael.

—Fue un comentario —respondió mi hermano encogiéndose de hombros—. Me gusta la piña colada.

—Ajá, un comentario —dije con sarcasmo.

—¿Qué?

—Nunca has probado la piña colada.

Michael frunció el ceño—. Claro que sí.

Sonreí conteniendo una carcajada.

—Eres alérgico a la piña —dije.

Michael no dijo nada, solo desvió la mirada.

—¿Entonces, vas a decirme a qué vino decirle a Darlene que... —me detuve de golpe, dándome cuenta de algo. Me sentí casi como si hubiera descubierto el secreto del universo—. No me digas... ¿De verdad? —cuestioné—. ¿Te gusta Dari?

Michael se sonrojó hasta las orejas, pero no lo negó. En su lugar, miró a la chica que le acababa de meter los dedos en el ojo al hijo de Ares.

—¿Por qué lo dices como si fuera difícil de creer?

Me encogí de hombros. —No me parece difícil de creer, Dari es bonita, inteligente, amable y graciosa, pero... —Michael lo miró, enarcando una ceja—. Bueno, ella podría darte una paliza, física y emocionalmente.

En ese momento, el de Ares soltó un grito bastante fuerte cuando Darlene le mordió la mano. Michael sonrió, una sonrisa que nunca había visto en él.

—Lo sé —murmuró mirándola—. Es impresionante.

Miró a Darlene y luego a su hermano.

—No puede ser, ¿te empezó a gustar después de que ella te golpeó? —pregunté incrédulo. Michael se encogió de hombros—. Vamos, no puede ser justo porque te golpeó —dije tratando de encontrar una explicación lógica—, Clarisse también te ha golpeado y no te veo enamorado de ella.

Él hizo una mueca.

—Aghh no, Clarisse es... no hay forma; Darlene en cambio... —murmuró mirándola.

—Wow a tí no te flechó, te dio con un mazo —me burlé. Aunque estaba algo preocupado, había algo que me resultaba gracioso—. Eros estará encantado de tenerte como yerno, y papá ni se diga.

—No van a decir nada porque no va a pasar nada —soltó irritado.

—¿Qué? ¿Por qué no?

Michael enarcó una ceja.

—Porque Darlene está loquita por Jackson —espetó.

—Pero...

—¡Hey, chicos! —Darlene se acercó a nosotros con una sonrisa, estaba despeinada y tenía manchas de tierra y hojas por todas partes—. ¿Vieron? Mejoré muchísimo, Clarisse dijo que superé sus expectativas de tiempo.

—Es genial, Dari —dije sonriendo.

—Pues es normal, ya eras medio bruta —comentó Michael—, al menos ahora sabes aplicarlo mejor.

Cerré los ojos. Michael claramente no sabía cómo lidiar con sus sentimientos.

Lo siguiente que escuché, fue el quejido doloroso cuando Darlene lo empujó de las gradas.

Doble actualización para cerrar ya con El Ladrón del Rayo!

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