Pov. De Narradora.

Shinobu mira su celular esperando algún mensaje o notificación que llegue a su celular, pero no llega nada.

Mira al techo de su habitación pensando en que pasaría al día siguiente, si volvería a sentir esas extrañas inquietudes, si sus maestros les pondrían exámenes sorpresa, si pasaría algo en su colegio.

No sabía nada.

Sólo podía pensar en lo que le había dicho Ume en una llamada que tuvo hace pocos minutos.

De seguro alguien te ama en secreto

¿Sería eso cierto?

Pero en la mente de la de cabellos bicolor no había posibilidad alguna de que pasara algo como eso.

Las alborotadas hebras mojadas en el rubio cenizo se hicieron para atrás cuando pasó su mano por cabeza.

Sólo podía concentrarse en sentir el placer correr por su cuerpo sintiendo varios espasmos al ver aquellas fotos que le había tomado a su mariposa, le encanta sin duda alguna tener esas fotos en su poder.

Podía sentir varios cosquilleos en su vientre hasta que por fin liberó su caliente y viscoso esperma en su mano, maldiciendo al final por lo bien que se había sentido.

En la habitación de Douma habían varias fotos de Shinobu pegadas en las paredes, aunque según el rubio faltaba fotos en su techo, para poder observarla de todas las direcciones posibles.

-¿Eh?- Mitsuri se quedó mirando detenidamente a la de cabellos bicolor -¿Cómo es eso de que se perdió tu broche?-

Shinobu suspiró frustrada al ver su casillero del vestidor de chicas sin su típico broche de mariposa, tenía algunos más del mismo diseño, pero todas maneras eran sus cosas, no había razón para que ese broche desapareciera así de la nada.

-Te lo juro, lo había dejado justo aquí- habló Shinobu molesta -Maldición, deberé usar otro, pero tendré que andar hoy con el cabello suelto-

Mitsuri ríe levemente mientras saca de su casillero una pequeña liga de cabello junto a su cepillo.

-Yo te daré un leve retoque-

Shinobu sonríe mientras cierra su casillero.

-Gracias Mitsuri-

-Te queda bien el cabello suelto Shinobu-san- habló Muichiro mirando el peinado que le había hecho Mitsuri.

-Gracias Muichiro, aunque la verdad no esperaba tenerlo así hoy-

-Shinobu- llamó la peli blanca -Vamos, tenemos que ir al salón de profesores a recoger nuestros cuadernos de Inglés-

La oji amatista asintió, puesto que fueron a ver sus cuadernos al salón de profesores a recoger los cuadernos de materia, ya que Douma se los había llevado para calificar los apuntes al día como lo hacía semanalmente.

Ambas jóvenes entran al salón encontrándose con su maestro de Inglés sentado y viendo a su computadora, al parecer estaba revisando varios trabajos y calificaciones.

-Hola profesor- saludó Shinobu a su maestro quien apartó la mirada de la computadora de inmediato al escuchar la linda voz de su mariposa.

-¿Cómo le va señorita Shinobu?- Douma miró que al lado de su mariposa estaba la peli blanca que la acompañaba -Hola señorita Ume-

La peli blanca queriendo ir de inmediato a casa chasquea la lengua y agarra su respectivo cuaderno.

-Gracias por su trabajo pro- Ume mira a su amiga y le sonríe -Te veo en la entrada con mi hermano- la peli blanca salió del salón dejándolos solos a Douma y Shinobu.

Douma le entrega a Shinobu su cuaderno con una sonrisa y ésta lo recibe.

-Te vez bien con el cabello suelto Shinobu-

Por alguna razón ese comentario le había enviado una pequeña descarga a su cuerpo dejándola algo inquieta, igual que la última vez.

-Gracias profesor Douma, que le vaya bien-

Shinobu salió del salón con su cuaderno en brazos, pero era extraño.

Los ojos de su profesor le causaban varias sensaciones extrañas en todo su ser. No era como antes que su profesor sólo la miraba o recibía sus cuadernos y libros ya calificados, por alguna extraña razón se sentía diferente.

En esa habitación oscura Douma respira el aroma del broche con diseño de mariposa de Shinobu. Su corazón se acelera al sentir el olor que habia sido impregnado en ese broche, el olor de su cabellera.

Tan dulce y fresco.

Douma asienta el pequeño broche en su escritorio como si fuera una especie de trofeo para él.

Espera ansioso por mañana, para poder observar otra vez a su mariposa favorita.